Quito. 05.08.91. El próximo sábado, 10 de agosto, se instalará
un nuevo período ordinario de sesiones con un Congreso cuya
relación de fuerzas ha variado sustancialmente no solo desde
hace tres años, cuando el gobierno tenía una sólida mayoría,
sino en el último año.

Desde agosto de 1988 hasta agosto de 1990 el gobierno, que
tenía 30 diputados, logró una fácil mayoría de 39 votos debido
a la alianza con la Democracia Popular y el Frente Amplio de
Izquierda.

Gracias a la alianza con la DP, Wilfrido Lucero presidió el
Parlamento durante los períodos 1988-1989 y 1989-1990,
mientras otros representantes de esa partido ocupaban cargos
importantes en el gobierno.

Ese Congreso estuvo integrado por 71 diputados, 12 nacionales
y 59 provinciales. Los bloques estaban conformados de la
siguiente manera: ID con 30 diputados; PRE con ocho; DP y PSC
con siete cada uno; CFP con seis, PSE con cuatro; FRA, MPD,
FADI y PCE con dos cada uno y el PL con un diputado.

Fue un período parlamentario carente de pugnas entre el
gobierno y la oposición, por lo que no hubo necesidad de
negociar ni comprar diputados. El único desafiliado fue el
diputado roldosista Abel Defina, cuñado de Abdalá Bucaram.

Así lo demuestran las acciones realizadas por ese Congreso. En
dos años se llevaron a cabo siete juicios políticos, cinco de
los cuales fueron ejecutados en contra de cuatro ministros del
presidente Rodrigo Borja. El Parlamento interpeló a los
ministros Diego Tamariz, de Energía, en dos ocasiones (1988 y
1989); Andrés Vallejo, de Gobierno (1989); Juan Neira, de
Obras Públicas (1989) y Alfredo Vera, de Educación (1989).
Todos ellos absueltos, aunque no siempre con los votos del
FADI.

También se interpeló al ex presidente de la Corte Suprema de
Justicia, Germán Carrión, (1988) y al ex ministro de Defensa
del régimen de Febres Cordero, general (r) Medardo Salazar,
quien al final fue el único censurado por la mayoría
gobiernista.

Termina control del gobierno

Con las elecciones de medio período, en mayo de 1990, el
control del gobierno sobre el Parlamento terminó, pues la
correlación de fuerzas políticas cambió radicalmente.

En ese proceso electoral se eligieron 60 diputados
provinciales, un legislador más por la nueva provincia de
Sucumbíos, que junto a los 12 legisladores nacionales
conforman el actual Congreso de 72 diputados.

El Congreso que se instaló el 10 de agosto de 1990 estaba
integrado por once bloques parlamentarios: PSC con 16
diputados; ID con 14; PRE con 13; PSE con ocho; DP con siete;
PL, PCE y CFP con tres diputados cada uno; FADI y FRA con dos
cada uno y MPD con un diputado.

Esta atomización de fuerzas hizo predecir constantemente a los
analistas políticos que ese período parlamentario sería
difícil para el gobierno y que seguramente aparecería el
bloque de los independientes, famoso en el tiempo del ex
presidente León Febres Cordero (1984-1988).

El desgaste del gobierno repercutió en la pérdida de 16
curules, las cuales se repartieron entre el PSC, el PRE y el
PSE, tres partidos de oposición pero de tendencias
irreconciliables: la derecha y el populismo versus la
izquierda.

Los tres bloques sumaban 37 votos, los suficientes para tomar
el control del Congreso, pero las tendencias políticas
irreconciliables impidieron hacerlo.

A esto se sumaba la existencia de siete bloques parlamentarios
de distintas tendencias, muy difíciles de reconciliar entre
sí, además de los tres partidos fuertes de oposición. Así las
cosas, llegó el temido 10 de agosto de 1990 con varios
candidatos a la Presidencia del Congreso, y sin una mayoría
consolidada.

En una sesión accidentada, el cefepista Averroes Bucaram fue
elegido presidente del Congreso. Con Bucaram se alinearon los
socialcristianos, liberales, roldosistas y cefepistas: el
bloque de oposición de la derecha, al que se uniría después el
diputado emepedista Carlos Ortiz. Durante los 70 días en que
esta mayoría opositora controló el Congreso, destituyó a dos
ministros del gobierno socialdemócrata, Mario Jalil de
Agricultura y Juan Neira de Obras Públicas, con el apoyo de
todos los diputados, excepto los de la ID.

Este corto lapso se caracterizó también por accidentadas
sesiones y violencia verbal y física entre los diputados.

Las fuerzas cambian nuevamente

El panorama parlamentario cambió nuevamente el 18 de octubre
cuando una nueva frágil mayoría destituyó al presidente de la
otra frágil mayoría.

La nueva mayoría estuvo constituida por la ID (14), PSE (8),
DP (7), FADI (2), FRA (2) y el ex socialcristiano Homero
López. Tres días antes se había desafiliado también Humberto
Delgado del CFP y poco después se desafiliaría Edison
Villamagua del PRE. Aparece entonces el bloque independiente
conformado por tres diputados.

NUEVO BLOQUE SE CONSOLIDA

El grupo de diputados que eligió a Bonilla no tenía las
características de la mayoría conformada por la ID y la DP,
por lo que aunque el partido de gobierno forma parte de ésta,
ya tiene en su haber cuatro ministros censurados, en nueve
meses y medio.

Los ministros censurados fueron: Andrés Vallejo, ex de
Gobierno (1990); Diego Tamariz, de Energía (1991); Jorge
Gallardo, ex de Finanzas (1991) y Alfredo Vera, de Educación
(1991).Luego de la interpelación a Vallejo, el gobierno firmó
un pacto con el Partido Liberal la primera semana de diciembre
del año pasado, para asegurarse el voto de los diputados
liberales.

La falta de una mayoría favorable al gobierno, hizo que en
cada interpelación el régimen entrara en intensas
negociaciones, que han provocado varias desafiliaciones de
diputados, al punto que se ha formado un importante bloque de
independientes con siete diputados.

Los miembros de este bloque son: Humberto Delgado (ex CFP),
Homero López y Luis Borja (ex PSC) y Edison Villamagua,
Augusto Merizalde, Carlos Valle y Edison Camino (ex PRE), éste
último fue expulsado del Roldosismo la semana pasada.

En este contexto, se darán las elecciones del próximo 10 de
agosto, para las cuales el Congreso presenta el siguiente
panorama: PSC con 14 diputados; ID con 14; PRE con nueve; PSE
con ocho; DP con siete; PL y PCE con 3 diputados cada uno;
CFP, FADI y FRA con 2 cada uno; MPD con un diputado y el
Independiente con 7 diputados.

PANORAMA INCIERTO PARA EL 10

Sin embargo, la atomización de fuerzas sigue vigente, por lo
que el panorama para la elección del nuevo presidente del
Congreso, a menos de una semana, no se perfila claramente.

Al momento existen dos candidatos oficializados, Nicolás Issa
de la ID y René Maugé del FADI. El Socialismo aún no decide
quién lo representará y esta designación está ya causando
estragos dentro de esta tienda política. Los nombres que se
barajan son Edelberto Bonilla, actual presidente; Enrique
Ayala y Víctor Granda. Sin embargo, Segundo Serrano acusa a
estos dos últimos de afanes de figuración política, quizás él
también aspira a esa designación.

Alrededor de la candidatura socialista aparece el PRE (10
diputados), cuyo máximo líder, Abdalá Bucaram, declaró
públicamente que vería con buenos ojos la postulación de
Bonilla, pues atrás se perfila una alianza electoral para la
Presidencia de la República. Por lo que el PRE no ha
candidatizado a nadie.

En igual situación está el FRA. Pese a que este partido
aspiraba a la Presidencia del Congreso desde la elección de
Bonilla, el año pasado, ahora no presentará candidatos, y
Fabián Alarcón ha declarado que preferiría que su partido no
vote en esta elección, aunque aún no se toma una decisión
oficial al respecto.

De su parte, el PSC (14 diputados) aseguró que irá con
candidatos propios, aunque aún no se define cuáles, en tanto
que la DP (7) no lo hará, pero el diputado Xavier Muñoz se
perfila como binomio de Maugé o de Bonilla.

Sin embargo, son los votos los que definirán el resultado. La
candidatura de Issa no tiene un sólido apoyo, ya que a nadie
le convendría votar por un candidato del gobierno, a menos de
un año de elecciones presidenciales.

Aún así conseguiría por lo menos 23 votos, 14 de la ID, 6
independientes y 3 liberales.

En cambio, Maugé contaría con los votos de la DP (7) para
lograr el binomio de Maugé, y si Issa no fuera candidato, con
los de la ID e independientes (22). El socialista contaría con
el apoyo del PRE (10) y, dependiendo de las negociaciones, de
la DP.

Sin embargo, ninguno de ellos cuenta con más de 20 votos
seguros. Este panorama incierto obligará a intensas
negociaciones, en las que se supone, el gobierno tendrá una
intensa participación para asegurarse un año electoral
tranquilo. (5-A).
EXPLORED
en Ciudad N/D

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