LOS ALCALDES DE QUITO

Quito. 07.06.91. 12 alcaldes ha tenido Quito desde 1946,
cuando fue instituida esta dignidad. La anterior era la de
presidente del Concejo Municipal de Quito. Un análisis,
positivo y cariñoso, sobre estas administraciones hizo para
HOY el exalcalde Luis Pallares Zaldumbide. Sus observaciones
y la información del libro editado en 1980, por el Municipio,
con ocasión de los 150 años de erigida Quito como capital del
Ecuador, ayudaron a configurar este retrato de Quito, a través
de sus alcaldes.

Tranvías no, colectivos sí Jacinto Jijón y Caamaño fue el
primer alcalde de la ciudad. En el período de Jijón, entre
1946 y 1947, por primera vez en la historia de la comuna
quiteña una mujer integró el cabildo: la doctora Isabel
Robalino Bolle. Durante esta administración, a mediados de
1946, fue establecido el servicio urbano de colectivos. Su
pasaje, vigente hasta 1979, fue fijado en un sucre.
Paralelamente cesó la actividad de los tranvías eléctricos,
existentes desde 1913.

La alcaldía de Jijón, recordó Pallares, "se caracterizó por
obras de gran significación, por su calidad moral y el amor
hacia su ciudad natal". 300 mil habitantesEn 1948 asumió la
alcaldía Alfonso Pérez Pallares, cuyo sucesor fue José Ricardo
Chiriboga Villagómez, entre 1949 y 1951.

En el período de Chiriboga el censo reveló que Quito tenía una
población de 300 mil habitantes. En este lapso abrió sus
puertas el estadio olímpico Municipal, que luego fue cedido a
la Concentración Deportiva de Pichincha y denominado olímpico
Atahualpa.

En junio de 1950 concluyó el proyecto de agua potable para
Quito que proporcionó agua al 44 por ciento de la población.

Chiriboga inició la pavimentación en los sectores de la Colón,
América, Belisario Quevedo, Orellana, 6 de Diciembre y 12 de
Octubre.

El siguiente alcalde, entre 1952 y 1954 fue Rafael León
Larrea.

En su administración comenzó la remodelación del Palacio de
Gobierno, y fue creado el Instituto Municipal de Cultura.

En ese entonces los quiteños producían diariamente 116
toneladas de basura.

Carlos Andrade Marín se desempeñó como alcalde entre 1955 y
diciembre de 1959. "Es uno de los alcaldes más importantes,
fue una persona de gran calidad moral, que hizo una gran obra
social no solo en el Municipio" precisó Pallares.

Mientras fue alcalde fue constituida definitivamente la
Empresa Eléctrica Municipal; Cotocollao fue convertida en
parroquia urbana y formado el museo Municipal Alberto Mena
Caamaño, con una primera donación de 307 óleos y 70 esculturas
del arte ecuatoriano.

Andrade Marín contrató la pavimentación de un millón de metros
cuadrados en la ciudad: 600 mil metros en la zona norte y
400 mil en el centro y sur y comenzó obras de magnitud como la
construcción del Palacio Legislativo, de la Casa Presidencial
y del aeropuerto de Quito.

Le sucedió en la alcaldía , de diciembre de 1959 hasta julio
de 1962, Julio Moreno Espinosa. "Julio Moreno dejó mucha obra
planificada" dijo Pallares.

Un período inestable: El 1 de agosto de 1962 asumió la
alcaldía Jorge Vallarino Donoso quien permaneció en ella hasta
el 25 de julio de 1963, cuando advino la Junta Militar de
Gobierno. Con un préstamo de 10 millones de dólares otorgado
por el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, Vallarino
suscribió un contrato para que la ciudad de Quito contara con
una provisión de agua suficiente hasta 1981.

Y con un empréstito de 750 mil dólares, otorgado por
Washington, la Empresa Eléctrica pudo ampliar los servicios
de luz, con la instalación del segundo generador de 20 mil
kilowatios en la central de Cumbayá.

La dictadura reorganizó el Concejo de Quito,en 1963 y fue
designado como presidente Gonzalo Pérez Bustamante, quien se
mantuvo hasta el 27 de julio de 1965.

En esa fecha, por una nueva reorganización del Concejo, fue
nombrado presidente del cabildo Luis Román Pérez hasta el 11
de abril de 1966.

Luego de cien años el cabildo ampliado: En abril de 1966 el
presidente interino del Ecuador, Clemente Yerovi, designó un
nuevo concejo que eligió como su presidente a Luis Pallares
Zaldumbide. Pallares ejerció esa función hasta el 31 de julio
de 1967. En el 66 el Municipio recibió de la Concentración
Deportiva de Pichincha, CDP, el estadio del arbolito, en el
Ejido, y a su vez la entregó el actual estadio Atahualpa.

El 6 de diciembre de 1966 el concejo firmo el acta de Quito y
de la unidad nacional con la concurrencia de los alcaldes de
todas las ciudades del país. En enero de 1967, luego de más
de cien años, se realizó un cabildo ampliado, para demandar a
la asamblea constituyente el incremento de rentas para el
mejoramiento de los servicios básicos de Quito: agua potable,
canalización, luz. Ese cabildo aprobó pedir a la asamblea que
Quito fuera declarado distrito nacional y que el presupuesto
fiscal solo fuera aprobado cuando contuviera una partida de
fondos para Quito.

Durante esta administración se dio mucha importancia al
ordenamiento de las finanzas municipales mediante el
restablecimiento de créditos, austeridad en el gasto y
mejoramiento de las recaudaciones. Fue terminada la avenida
10 de Agosto y construido el primer paso a desnivel de la
ciudad, en la Y, además de efectuadas obras de canalización y
saneamiento. Concluyeron también los estudios de 26 proyectos
viales entre ellos el de los túneles de San Juan. Otro hecho
importante fue que en esta administración fue dictada la
ordenanza sobre el plan regulador de la ciudad, con estudios
de zonificación, vialidad y del centro histórico, para evitar
la destrucción del entorno colonial y de los primeros años de
la República.

Alcalde elegido por votación: El 1ro. de agosto de 1967
inauguró su gestión el alcalde Jaime del Castillo, quien
permaneció hasta el 31 de julio de 1970. Durante su
administración se conoció un informe de la Empresa Municipal
de Alcantarillado que señalaba que entre 1964 y 1967 había
gastado 73 millones de sucres en obras en la ciudad y el
cantón. En ese lapso 54 millones de sucres habían sido
invertidos en el relleno y alcantarillado de 42 quebradas de
Quito. En julio de 1968 se inició la construcción del nuevo
Palacio Municipal y en 1969 se produjo la denominada batalla
de los alcaldes porque la Comisión Legislativa Permanente
redujo en un año el período de funciones para el que habían
sido elegidos. En Quito se produjo un paro, pero finalmente
fueron convocadas las elecciones seccionales. Para entonces
Quito tenía ya medio millón de habitantes.

El presupuesto municipal en 1970 llegó a los 200 millones de
sucres: 8 años de alcaldía de Sixto: En agosto de 1970 asumió
la alcaldía Sixto Durán Ballén, quien fue ratificado como
alcalde por decreto supremo del 31 de julio de 1974 y
permaneció al frente del Concejo hasta el 16 de febrero de
1978. "Como buen arquitecto y constructor -anotó Luis
Pallares- pudo realizar mucha obra que dejamos en proyecto los
alcaldes anteriores". En 1971 la tarifa del metro cúbico de
agua potable era de 58 centavos, cuando su costo era de 85
centavos.

Durante la alcaldía de Durán Ballén fue construida la avenida
Occidental, realizados los túneles de San Juan, San Diego y
San Roque, varios puentes a desnivel en la 10 de Agosto, la
planta de agua de Puengasí, la central eléctrica de Nayón y
"decuplicado: el presupuesto municipal".

En 1978 Durán renuncio a la alcaldía para postularse como
candidato a la presidencia de la República y fue reemplazado
por Alberto Donoso Darquea.

Patrimonio de la humanidad

El 15 de setiembre de 1978 asumió la alcaldía Alvaro Pérez.
quien presidió las celebraciones en quito del sesquicentenario
del nacimiento de la República en 1980. Un año antes, en
1979, Quito había sido declarada patrimonio de la humanidad.

Luego de Pérez asumió interinamente la alcaldía Luis Andrade
Nieto, quien la entregó a su sucesor Gustavo Herdoíza
(1984-1988) a quien le sucedió Rodrigo Paz.

"Rodrigo Paz está haciendo una magnífica alcaldía, con una
obra muy planificada. Ha emprendido la arborización, con la
que está sentando un buen precedente. El mexicano Rafael
Vasconcelos decía que Iberoamérica era enemiga del árbol. Pero
ahora los quiteños están dejando esa actitud" , afirmó Luis
Pallares.

El 21 de setiembre de 1830, en Riobamba, Quito fue declarada
para "siempre e irrevocablemente" la capital de Estado
ecuatoriano, luego de que el país se hubo separado de la
república de Colombia.

Las razones para darle este título, además de por haber sido
"la primera que reclamó la independencia de España" fueron que
"reúne también la salubridad por su clima benéfico, la
abundancia de víveres y otros comodidades para la vida, al
paso que los locales decentes para los ejercicios de los tres
poderes".

Con estos considerandos, fue decretado que "si la dicha
capital se hallare apestada o invadida de enemigos, o en
circunstancias difíciles que no pueden preverse, en estos
casos estará al arbitrio del jefe del Estado trasladarse
temporalmente con dictamen del Consejo a otro lugar a su
elección, regresando inmediatamente que cese el peligro"
También se señaló que "ninguna orden, de reto o reglamento que
expidiere el Gobierno fuera de dicha capital y sus cinco
leguas tendrá fuerza obligatoria".

La tradición de los concejos: Y desde esos lejanos años, hace
casi 161, y aún desde los cabildos coloniales "nuestro
Municipio se ha caracterizado por la continuidad de las obras
iniciadas por sus antecesores y por la honradez y probidad de
sus miembros".

Quien lo afirma es Luis Pallares Zaldumbide, abogado quiteño,
presidente del Concejo Municipal de Quito entre 1964 y 1965.
"La tradición del Municipio de Quito, que arranca no solo
desde la República sino desde los cabildos de la colonia, es
ejemplar. Siempre los cabildos estuvieron al servicio de la
comunidad y de las mayorías con una honradez escrupulosa",
precisó. Ejemplo de ello es que las obras de gran envergadura,
como los túneles y los pasos a desnivel, fueron planificadas
en las diversas administraciones municipales, "desde el
período de Gonzalo Pérez Bustamante. Esto indica que ha habido
gran continuidad en las obras de los alcaldes".

Esta continuidad en la planificación en el Municipio -según
Pallares- es producto del amor de los quiteños por su ciudad,
una característica muy importante, quizá más común que en
otras ciudades. Es por ello que el alcalde de Quito ideal,
para desarrollar una labor eficiente, además de ser un buen
planificador y un hombre honesto debe amar a su ciudad, como
requisito indispensable. (D-4).
EXPLORED
en Autor: Consuelo Albornoz - [email protected] Ciudad N/D

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