POR LO MENOS...15 MIL NIÑOS TRABAJAN EN QUITO

Quito.18-6-91. 15 mil menores de entre 6 y 17 años trabajan en
Quito, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia, UNICEF. De ellos, el 86 por ciento procede de una
familia desorganizada. Y el 68 por cierto dejaron su hogar
como consecuencia del maltrato físico.

El 61 por ciento se dedica, para sobrevivir, a la venta de
alimentos y a la limpieza de calzado el 15 por ciento. A
estas actividades el 55 por ciento de los niños dedica más de
ocho horas diarias mientras que el 12 por ciento más de 10
horas. En este caso están las niñas indígenas que venden
flores en la Amazonas, quienes trabajan jornadas de 10 horas
desde las 17h00 hasta las 3h00 del día siguiente.

Estos son los "niños en circunstancias especialmente
difíciles", como ahora son definidos los trabajadores
prematuros, los niños abandonados y sin techo y los de la
calle. Sus vidas no cambiarán en este junio, aunque hubiera
sido declarado el mes del niño.

Hablan los niños...

"Yo vivo en la Bahía y me gusta trabajar lustrando zapatos
porque sacó 3 mil sucres diarios", dijo Pedro Tupiza, de 8
años, betunero de la plaza Grande.

Eduardo, de 12 años de edad y vendedor de lotería está
trabajando "desde hace tres meses y con lo poco que vendo me
compro comida y a veces reuno para darle a mi papá que no
trabaja".

María, de 9 años vendedora de flores en la avenida Amazonas
trabaja desde las cinco de la tarde hasta la una o dos de la
mañana, "a veces cuando hay suerte consigo vender bien, otras
no... "

"Mis papás son separados, solo vivo con mi mamá que trabaja
lavando ropa; yo vendo frunas y chupetes. No me gusta este
trabajo, quisiera que alguien me enseñe a estudiar. De grande
quisiera ser enfermera", señaló Marta de 7 años, vendedora de
confites en la plaza de Santo Domingo.

Y los adultos

"La situación del menor es triste; pienso que los niños en
general no están protegidos. El gobierno no ha hecho nada para
beneficiar a los niños, a ellos se les maltrata injustamente",
expresó un betunero de la plaza Grande, padre de ocho
hijos.

"Los niños nunca han sido protegidos.

­Al menos por los gobiernos nunca!", manifestó Fausto
Chiluiza, vendedor de periódicos.

"Ahora por el mes del niño están haciendo algo por ellos; el
INNFA y el UNICEF hacen sus fiestitas y programas en beneficio
de los niños. Anteriormente nadie hacía nada para proteger a
los niños", dijo un ciudadano que no se identificó.

"Existen en Quito miles de niños que huyen de otras provincias
hacía acá debido a que sus padres les insultan, les pegan o
simplemente porque hay familias enteras de campesinos que no
tienen qué comer y están obligados a emigrar a las grandes
ciudades", señaló Walter Araujo, profesor de primaria.

"Me parece injusto y deplorable que no exista autoridad o
gobierno alguno que se preocupe por proteger al menor; los
niños han sido privados del derecho a ser libres; es una
injusticia que haya en Quito miles de niños deambulando por
las calles buscando que comer", consideró Isabel Pazmiño
trabajadora de una guardería infantil.

El trabajo infantil

Para Eduardo Moreno el trabajo infantil es totalmente
negativo. "Tengo entendido que los derechos del niño señalan
que al menor se le debe brindar todo el apoyo necesario para
que crezca sano y vigoroso, sin embargo esos derechos son
violados constantemente", anotó.

"Hay niños que andan por las calles sin saber qué hacer, es
por eso que se dedican a la delincuencia. Estoy de acuerdo
(con ) que los muchachos pobres trabajen para que sepan lo
dura que es la vida", sostuvo un lustrabotas de 20 años de
edad.

"Muchos niños huyen de su casa porque sus padres les pegan, es
por eso que están obligados a trabajar para sobrevivir. No me
gusta la idea de ver a mi hijo trabajando", puntualizó José
Rojas, taxista.

"Desde luego que el niño necesita trabaja; si hay padres de
familia que no hallan trabajo estos se ven obligados a hacer
trabajar a sus hijos; eso se da por las leyes de la vida,
porque ahora la crisis económica del país ha empeorado",
afirmó Carlos Méndez.

Y las leyesÑ Alfonso Cazar consideró que la legislación de
menores es buena ya que últimamente se preocupa por los niños.
"Entiendo que el gobierno y otras organizaciones que velan por
los derechos del menor están llevando a cabo programas
especiales de ayuda, pero lamentablemente estos no llegan a
beneficiar a todas las capas sociales del país".

"La legislación de menores se preocupa por los niños,
desgraciadamente su aplicación depende de las circunstancias
ya que siempre existen niños maltratados, abandonados; la
teoría y el marco legal no alcanza a beneficiar completamente
al menor", explicó Juan Falconí.

"Las organizaciones encargadas de trabajar por los niños como
el Programa del Muchacho Trabajador deben de ampliar su campo
de acción a fin de beneficiar a todas las áreas no solo de
Quito, sino del país en general. Esto se daría si es que el
gobierno apoyara económicamente a esas instituciones", sostuvo
Juan Pérez. (8C).
EXPLORED
en Ciudad N/D

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