Quito. 12 may 97. De 309.000 nacidos vivos, entre mil y dos mil padecen
cardiopatÃas congénitas. El diagnóstico temprano facilita el
tratamiento médico.
El corazón, un músculo que distribuye la sangre al cuerpo para
que pueda funcionar, es mucho más que una simple metáfora.
En el caso de los niños es una delicada bomba que necesita ser
atendida cuando sale del vientre materno. DÃas o meses pueden
ser la diferencia entre un corazón sano o un corazón lesionado
por problemas en su complejo diseño.
Hace poco se realizó en el Hospital de Niños Baca Ortiz la
primera cirugÃa de corazón a un niño de un mes. La
intervención fue un éxito.
El pequeño llegó de AlausÃ, sus padres, humildes campesinos,
agotaron todos los recursos, y confiaron en el joven médico
ecuatoriano, Gerardo Dávalos, que se especializó en España y
que actualmente opera en este Hospital Pediátrico junto a un
equipo de 20 profesionales.
Después de la operación, los padres del recién nacido como una
muestra de afecto y agradecimiento al cirujano decidieron
llamarlo: Jaime Gerardo.
En el Ecuador los problemas congénitos cardÃacos no están del
todo estudiados. No hay un trabajo que pueda decir qué es lo
que pasa. Pero existen algunos datos con los que se puede
hacer un acercamiento a las principales patologÃas cardÃacas
de los niños.
Dávalos, cardiopediatra del Baca Ortiz, señala que según las
cifras de los casos reportados en esa casa de salud, con un
área especializada y dedicada al corazón de los niños, se
puede observar que: entre mil y dos mil niños nacen con algún
tipo de cardiopatÃa congénita. En el Ecuador nacieron 309 mil
niños en 1996, según el Informe del Estado Mundial de la
Infancia del Unicef, 1997.
En el mundo, se calcula que entre tres y 10 de cada 100
nacidos vivos tienen un problema cardÃaco congénito.
No todos estos niños que nacen con este problema viven por
mucho tiempo. Algunos mueren en las primeras horas de vida,
otros no se reportan y el resto no se trata a tiempo.
Las patologÃas más frecuentes, según los reportes del Baca
Ortiz, son las mismas de otros paÃses, a excepción de una
enfermedad llamada persistencia del conducto arterioso que se
debe a la altura, según Dávalos.
Pero lo determinante está en pacientes que tienen algún tipo
de defecto genético. Por ejemplo, los niños con SÃndrome de
Down. Hasta un 50 por ciento de ellos tiene un problema
cardÃaco, es un grupo de riesgo para tomar en cuenta.
Otro de los factores de peligro es la herencia. Si un padre ha
tenido cardiopatÃa congénita la probabilidad de que el hijo
también la tenga está entre el 5 y 10 por ciento, depende de
la cardiopatÃa. No es una regla pero sà es una posibilidad,
agrega Dávalos. Igual cosa sucede entre hermanos, y se llama
riesgo de recurrencia, si el primer hermano ha tenido
cardiopatÃa congénita el riesgo de que el siguiente lo tenga
está en alrededor del dos o tres por ciento.
Estos factores se pueden identificar, lo difÃcil es que no se
puede hacer ningún tipo de prevención, es totalmente imposible
agrega Dávalos.
Se pueden hacer algunas cosas para ayudar al niño que la
padece: lo primero es que ya se puede diagnosticar en la vÃa
intrauterina a través de una ecografÃa normal en manos de un
experto. Depende de la magnitud de la cardiopatÃa y esto lleva
a tener previsión de lo que va a pasar con el niño.
"El bebé se formó con la cardiopatÃa y nace con ella, por lo
tanto el diagnóstico es fundamental para operar o medicar". El
rango de edad para operar, va entre los primeros dÃas de
nacido hasta los 192 meses.
Cuatro años de edad es muy tarde para ofrecer una salida,
cuando sucede esto, los niños tienen que regresar a casa a
esperar la muerte.
Las cardiopatÃas más frecuentes en Quito son: la complicación
del conducto arterioso persistente es la más alta, 35 por
ciento; comunicación interventricular, es un agujero en la
pared que divide los dos lados del corazón en la parte
ventricular, representa el 25 por ciento de las patologÃas.
Luego vienen complicaciones en las comunicaciones
interauriculares, y le siguen las cardiopatÃas donde no hay
suficiente oxÃgeno en la sangre y los niños se ponen morados.
Finalmente están los problemas de la arquitectura cardÃaca,
significa que el corazón está bombeando mucha sangre a los
pulmones y perjudicando a otros órganos.
CirugÃas en progreso
La Sierra pone más casos * En el Hospital Baca Ortiz se
realizan alrededor de150 cirugÃas anuales. En el resto de
centros como el Patronato San José del Sur la cifra es casi
igual. De la Sierra llega el 85 por ciento de los pacientes,
las provincias de Cotopaxi e Imbabura son las que más casos
registran y el restante 15 por ciento llega de la Costa y el
Oriente.
Hay avances * Las cirugÃas de corazón en el Ecuador no son
nuevas. Se realizan desde hace 30 años. Algunos de los últimos
avances son: el diagnóstico mayor y mejor, hay
ecocardiografistas que se dedican solo a los niños; los
equipos son de tecnologÃa de punta, como el que posee el Baca
Ortiz que cuenta con la ecocardiografÃa doble color, que es
una imagen por ultrasonido.
Tipos de cirugÃas * Con circulación extracorpórea: el
mecanismo consiste en sacar la sangre del paciente durante la
cirugÃa, pasarla a través de unos filtros y membranas que
hacen las veces de pulmón y regresarla al cuerpo del paciente.
Esto permite trabajar en un corazón parado y sin sangre, es la
técnica de las cirugÃas de corazón abierto.
El inconveniente es la limitación de tiempo, un corazón puede
pasar sin riego sanguÃneo hasta cinco horas, si se pasa de ese
tiempo no sirve.
Las cifras en el CAM
Después de la diarrea, desnutrición y las enfermedades
respiratorias, que son las primeras causas de muerte de los
niños ecuatorianos, se podrÃa decir que siguen las
cardiopatÃas congénitas.
Para Rafael Arcos, jefe de la Unidad de CardiologÃa del
Hospital Andrade MarÃn, en 1996 se operaron 51 casos de la
cardiopatÃa del tipo de persistencia del conducto intravenoso.
En este hospital se operan 40 niños al año en promedio.
Para Arcos, la primera responsabilidad está en el pediatra,
"él es quien debe dar el aviso si detecta un soplo en el
corazón del pequeño. Inmediatamente debe consultarse a un
especialista y luego los exámenes básicos que son radiografÃa
de corazón, electrocardiograma y ecocardiograma". El costo de
una operación de corazón abierto estarÃa bordeando los 40
millones, sin embargo, gracias al apoyo de fundaciones
particulares los costos bajan considerablemente.
Arcos puntualiza que las enfermedades virales que la madre
haya tenido durante el embarazo como la varicela y la rubeola
influyen. Y también las malformaciones del feto que no se
detectan.
A los médicos de zonas rurales él propone los siguientes
pasos: deben realizar una historia clÃnica, detectar ruidos
cardÃacos, controlar el ritmo cardÃaco y la presencia de
soplos, palpación de los pulsos periféricos especialmente en
la ingle y, ante las dudas, la interconsulta. (Texto tomado de EL COMERCIO)
en
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Publicado el 12/Mayo/1997 | 00:00