La Habana. 15.08.93. Eliseo Diego confiesa que nunca se propuso
ganar un premio. Sus dos propósitos en la vida han sido:
"Escribir por una urgente necesidad de hacerlo y hallarle al
idioma español algunas de sus sonoridades ocultas, sacarlas a la
vida".
Nació en La Habana el 2 de julio de 1920 y es autor de libros
trascendentales en la literatura cubana y de nuestro continente,
como En la Calzada de Jesús del Monte, Divertimentos, El oscuro
esplendor, El libro de quizás y quién sabe, pero también ha
escrito ensayos sobre poetas universales y sobre todo de
literatura infantil.
En su departamento, ubicado en el barrio habanero de El Vedado,
en la esquina de 21 y G, el poeta cubano comparte con HOY, más
que la alegrÃa de recibir un galardón, la poesÃa misma.
Aunténticamente criollo, con una cubanÃa natural, pero con una
formación clásica y admirador de los poetas ingleses y
norteamericanos, Eliseo sólo cree en la poesÃa.
"Todas las artes son en esencia poesÃa" comenta.
Acaba de ganar el premio "Juan Rulfo".
- Cree usted que este premio pueda tener algún efecto polÃtico,
dadas las circunstancias que atraviesa Cuba?
- Yo no soy un hombre polÃtico, nada sé de polÃtica. Es un arte
que no domino. Es una circunstancia que no tiene que ver nada
con la polÃtica pero tiene una consecuencia polÃtica. Siento que
en los momentos en los cuales vive Cuba -aislada por un terrible
bloqueo- el premio es también un reconocimiento, no digamos ya de
la Revolución, sino de la nación cubana.
- Pero la realidad de ahora es impactante
- Me impacta como ser humano, pero no como poeta. Creo que la
vida y la obra de un hombre están imbricadas, pero no desde el
punto de vista de la actitud polÃtica. Una cosa es el compromiso
vital de un hombre y otra el compromiso como intelectual. SerÃa
absurdo que un hombre como Mallarmé, por ejemplo, escribiera un
himno revolucionario. No me extrañarÃa que Mallarmé peleara en
una trinchera pero sà que escribiera un poema revolucionario. Yo
nunca he escrito un poema de asunto revolucionario. No me lo he
propuesto. Yo no me rebajo a eso, ni rebajo a la Revolución.
- Ante esta realidad de Cuba muchos escritores trabajan fuera de
la isla sin romper con la Revolución. ¿Por qué Eliseo Diego
permanece aquÃ?
- Primero porque tengo raÃces muy hondas en mi paÃs. Segundo,
porque tengo hijos y nietos que no se van a ir de Cuba y no me
gustarÃa alejarme de ellos. Me gustarÃa, eso sÃ, pasarme un
tiempo largo en otro paÃs.
- ¿Y por qué no lo ha hecho?
- Hasta ahora porque no tenÃa los medios. Estoy muy viejo para
ganarme la vida en otro paÃs. Ahora con el premio a lo mejor
puedo pasarme un tiempo en México, donde tengo muchos amigos.
hablarÃa, por supuesto, con los amigos cubanos para que no
piensen que estoy traicionando, no a la Revolución, sino a la
patria.
- Para la literatura cubana qué significa este premio?
- Cuba es un paÃs pequeñito, pero ha dado muchas sorpresas en la
historia. A veces parece que no caben en Cuba los cubanos de
gran talla. No sólo hablo de José MartÃ, José MarÃa Heredia,
Julián del Casal o José Lezama Lima, te hablo también de Dulce
MarÃa Loynaz, una poetisa excelente (Primero Cervante 1992) o
Senel Paz, una promesa muy grande (Premio Internacional de Cuento
Juan Rulfo, 1991). Estos premios son una muestra de
reconocimiento a la vitalidad de la creación artÃstica de Cuba.
Los creadores que están fuera
- Pero en la actualidad no se publica autores cubanos que están
fuera de la isla. Gastón Baquero, por ejemplo, que también fue
miembro del grupo OrÃgenes.
- El es uno de los grandes poetas cubanos de todos los tiempos.
No importa lo que él piense ni como se exprese de la polÃtica
cubana. Eso es otra cosa. Su poesÃa es una riqueza del pueblo
cubano. Algunos poemas son contra la Revolución y seguramente no
serÃan publicados porque su talento es usado para combatir una
ideologÃa. Quizás el gobierno cubano no tiene la obligación de
publicar cosas que atenten en su contra. Tengo la esperanza de
que se llegue a publicar su obra aquÃ. Claro ahora no hay papel,
el poco que hay se debe usar para las prioridades...
- Pero no es solo por la falta de papel
-Si, por una polÃtica errónea. Es un error que hemos cometido y
que pudiera subsanarse ahora. En el diccionario de la Literatura
Cubana que estaba en proyecto y que se iba a publicar antes del
perÃodo especial, se iba a rectificar la no inclusión de Baquero
y de Guillermo Cabrera Infante. Este problema lo entiendo a
veces. si este fuera un régimen dominado por la Falange no se
hubiera publicado a autores de izquierda. Asà como hubo un
Ãndice en el Vaticano, en el Kremlim, lo hay también en Cuba.
Estos son extremismos que yo justifico porque veo la viga en mi
propio ojo. Esto se tendrá que subsanar. Ya se ha señalado el
error.
- Pero la cultura cubana no es solo la que está dentro de la
isla.
- Efectivamente. La hay también fuera. Hay que rescatarla. Hay
dos maneras de criticar una obra: porque la amas y quieres que
sea mejor o porque la odias y quieres destruirla. La primera es
legÃtima. La segunda, si tu paÃs está en guerra con otro, como
los Estados Unidos, es muy difÃcil que la puedas aceptar porque
en cierto modo estás haciéndole el juego a tu enemigo. Hay
cultura cubana fuera: Severo Sarduy, Reinaldo Arenas, Cabrera
Infante también. Aunque éste sea un hombre extraño. Sus cosas
pasan o entran en el plano de lo bien hecho con intención
polÃtica. Es un buen literato. De todos modos hay que
rescatarlos, por qué no. Si antes los soviéticos hicieron lo
mismo y publicaron a escritores disidentes antes de que se
desintegrara la URSS.
- Al triunfo de la Revolución ¿usted tuvo recelos de la
polÃtica?
- Antes del 59 era una época de gran desilusión en el paÃs. Daba
la impresión de que vivÃamos en una gran farsa nacional. El
triunfo revolucionario nos tocó por sorpresa. Por lo menos a mÃ.
Fue una locura. Pero es que los locos a veces tienen razón. Los
locos han llegado a hacer poesÃa en la letra y poesÃa en la
historia y este muchacho -te estoy hablando de quién tú sabes,
pero no lo quiero mencionar para que no se envanezca demasiado-
(Fidel Castro) era un excelente poeta. Hizo la locura de cambiar
con doce hombres un régimen completo. Nosotros vimos por primera
vez la posibilidad de que Cuba se convirtiera en una realidad.
La identidad de la nación quedarÃa a salvo. Después vinieron las
vicisitudes, la planificación del socialismo, etc.
- Por qué hubo reservas?
- El socialismo ha tenido mala fama. Yo no lo juzgo porque es
muy complicado, pero estaban esos antecedentes del socialismo
soviético con Stalin. También el fanatismo contra los
religiosos. Yo soy católico y nunca me persiguieron como a tal.
Pero uno tenÃa su miedo. HabÃa una cosa que me consolaba y me
hacÃa pensar. Nosotros tenÃamos en el evangelio una cosa
terminante: Dar de comer al hambriento y de beber al sediento. Y
está escrito: "Misericordia quiero y no sacrificios". Entonces,
es más a los ojos del padre el que hace su voluntad que el que
tiene su nombre en la boca. En eso pensé yo y a eso me he
atenido durante todos estos años. (2C)