Le quedan por resolver a la humanidad asignaturas como la paz en Oriente Próximo, el rescate de Africa, y conflictos en lugares tan distantes como Irlanda el Norte, el País Vasco, Chechenia, Cachemira y Macedonia, además del tan cercano en Colombia

Al hablar de la reciente invasión a Iraq bastaba con decir ‘la guerra’ para entender de cuál se estaba hablando, porque para gran parte del mundo, sobre todo occidental, la única guerra que tenía la humanidad era la que se libraba contra el régimen de Saddam Hussein. Pero antes, durante y después de que las bombas cayeran sobre la ex Mesopotamia, muchos otros frentes de batalla estaban y están aún abiertos en otros rincones del planeta. Son las guerras olvidadas del siglo XXI.
“Mientras los titulares de los medios de comunicación internacionales cubrían la guerra contra Iraq y la sangría diaria en Oriente Próximo, decenas de conflictos en otra partes del mundo cobraban la vida de cientos de miles de personas”, escribió recientemente el diario madrileño El Mundo.
Este ‘sufrimiento sin titulares’, en palabras de Amnistía Internacional, lejos de la mirada del mundo y, muchas veces, del escrutinio de los organismos internacionales es el pan de cada día para muchas personas, una realidad siempre cruel y casi siempre sin una solución fácil. Las informaciones de lo que está ocurriendo en Liberia son un ejemplo.
Aunque las guerras son quizá tan antiguas como el ser humano, los nuevos conflictos bélicos tienen ciertas características particulares. "Todas las guerras son inhumanas. Pero las nuevas guerras, las que han ocurrido en los últimos 20 años, son más crueles, especialmente inhumanas", asegura el periodista polaco Ryszard Kapucinski, quien estuvo presente en 17 grandes guerras que convirtió en reportajes.
Recalca: “En los conflictos bélicos ocurridos después de la segunda Guerra Mundial el 85% de los muertos no tenía nada que ver con ninguno de los bandos. En 1945 había tres conflictos armados, y para 1995 eran 49 y muchos de ellos persisten en la actualidad”.
"En la primera Guerra Mundial la relación fue de ocho soldados muertos por cada civil. En las guerras actuales la proporción es de 10 civiles por cada soldado", sigue Kapucinski.
Así, según la Cruz Roja, le quedan pendientes a la humanidad asignaturas como la paz en Oriente Próximo, el rescate de Africa y la desactivación de conflictos en lugares tan distantes como Chiapas, Irlanda del Norte, el País Vasco, Chechenia, Cachemira y Macedonia (sin mencionar a Colombia). (PBM)

Los nuevos conflictos, otra consecuencia de la pobreza

A decir de la organización internacional Oxfam, experta en estudios sobre las guerras, durante la última década se ha evidenciado una correlación positiva entre pobreza y conflicto armado. Las cifras hablan por sí solas, pues de los 25 países con un índice de desarrollo humano bajo, 18 se encuentran en estado de guerra o han salido de ella recientemente.
La evaluación refiere que durante los años noventa casi la mitad de los países menos desarrollados estuvo inmerso en un conflicto armado, con un vínculo directo entre pobreza y guerra.
Pero también se da la paradoja de que la riqueza de algunos países no solo que no los salva de la guerra, sino que los ha sumido en ella. De ello, se da cuenta de que en Angola, Sierra Leona o la República del Congo, la lucha por el control de los diamantes o el petróleo perpetúa guerras devastadoras.
Oxfam destacó que las dinámicas de algunos conflictos armados internos son muy complejos, especialmente en casos de genocidio -Ruanda o Camboya-, de enfrentamientos étnicos -Burundi, Somalia, Liberia o Sri Lanka- o cuando sale a la luz una mezcla de motivaciones religiosas, ideológicas -Bosnia-Herzegovina, Afganistán, Timor Oriental o Kosovo. Pero, refiere Oxfam, en el origen de la mayoría de los conflictos están las mismas causas: reparto injusto de la riqueza, regímenes autoritarios que mantienen los privilegios económicos de una minoría excluyendo a la mayoría, militarización, discriminación étnica, represión política y violaciones a los DDHH. (PBM)

Africa, un continente abandonado a su propia suerte

En la última década, de 53 países africanos, en 30 han ocurrido guerras civiles que han desembocado en masacres.
"Occidente los ató corto cuando en los años sesenta accedieron a la independencia. Pero hoy, perdida la importancia geoestratégica que tuvo en tiempos de la Guerra Fría, Africa se encuentra abandonada a su propia suerte, mientras la abundante riqueza mineral que existe en su territorio, lejos de ser explotada en beneficio de la población, motiva y financia la mayoría de los conflictos que existen en el continente”, asegura El País, de Madrid.
La situación más terrible parece concentrarse en Africa Occidental (Cabo Verde, Senegal, Gambia, Guinea-Bissau, Guinea, Sierra Leona, Liberia, Costa de Marfil). A decir de la Cruz Roja esta región del continente se ha caracterizado por los choques étnicos transfronterizos y la presencia de saqueadores y mercenarios que contratan tanto los gobiernos como los grupos rebeldes. Liberia es un claro ejemplo. Y yendo hacia el otro lado, al oriente, los conflictos no son menos graves ni con inferior impacto en la población civil. En Sudán, por ejemplo, en 16 años de guerra civil han muerto más de un millón y medio de personas. Y los ejemplos siguen. En la última década, 3,3 millones de personas perdieron la vida en los enfrentamientos o por epidemias y malnutrición en la República Democrática del Congo. Y en los últimos cuatro años, el recrudecimiento de las hostilidades ha otorgado a la guerra de Congo el tenebroso título de la peor desde la Segunda Guerra Mundial. (PBM)

Europa, con muchas asignaturas pendientes

La Unión Europea se prepara para su quinta ampliación, la mayor de su historia, como si la caída del Muro de Berlín -hace ya 12 años- hubiera sido el último gran escollo para el futuro de una Europa unida.
La apretada agenda de los principales líderes europeos parece ajena a la realidad de que el "Viejo Continente" aún alberga entre sus fronteras tres conflictos históricos pendientes de resolver. Kosovo y Nagorno-Karabaj son la prueba de que en Europa no es oro todo lo que reluce.
A esto se suma el gran polvorín en el Cáucaso, escenario de varios enfrentamientos internos y regionales armados. Es una estratégica zona petrolera donde cruzan oleoductos que unen al Mar Caspio con el Mar Negro, en el cual Rusia mantiene presencia militar. Las repúblicas del Cáucaso del Norte son un caleidoscopio de familias étnicas y lingüísticas. Está allí Chechenia, donde la disputa por la independencia de Rusia ha causado, según organizaciones humanitarias, entre 40 mil y 100 mil personas muertas entre 1994 y 1996, a las que se sumarían al menos 30 mil y 40 mil en los dos últimos años. (PBM)

Asia: la amalgama de credos, foco de enfrentamientos

Asia es el más extenso y poblado de los continentes. Su gran diversidad de razas, religiones y culturas hace que sus conflictos también lo sean. El que actualmente acapara mayor atención es el que enfrenta a israelíes y palestinos. Pero no es el único, ni el más sangriento.
En esa tierra nacieron dos de las tres grandes religiones monoteístas: el cristianismo y el judaísmo. Y, muy cerca de allí, en la península arábiga, la otra: el islamismo. En el otro extremo del continente están las más importantes confesiones politeístas como el hinduismo o el budismo. Esta amalgama de credos aparece asociada a muchas de las guerras que se disputan en Asia. La ONU asegura que los motivos ideológicos, con reminiscencias de la Guerra Fría, y étnicos también avivan los enfrentamientos. Pero los intereses por dominar los recursos naturales y energéticos, y las desigualdades, que dan lugar a la miseria, son el verdadero motor de las confrontaciones.
Entre los principales focos bélicos, está la disputa entre India y Pakistán por Cachemira, que se constituye en un punto de tensión mundial debido a que ambos poseen armas nucleares. (PBM)

América: entre el narcotráfico y la represión indígena

Atrás queda ya la época oscura de las dictaduras militares que convulsionaron los países de Latinoamérica (Argentina, Chile, Paraguay, Bolivia, Brasil...) en los años sesenta y setenta, aunque aún no se haya andado todo el camino hacia la democracia real.
“Pero el sur del ‘Nuevo Continente’ sigue sufriendo las heridas de dos "viejos" conflictos que reclaman la atención de prácticamente todos los organismos que trabajan por los derechos humanos”, asegura el Comité de la Cruz Roja.
Lo que más salta a la vista son las cuatro décadas de enfrentamientos internos que han convertido a Colombia en una nación aterrorizada por la guerrilla, los paramilitares, el narcotráfico y la delincuencia.
Mientras tanto, en México, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional sigue su lucha para acabar con la discriminación histórica de los indígenas en el estado sureño de Chiapas.
Aunque los focos de tensión en países como Venezuela o Bolivia son importantes, no alcanzan ni una parte de la magnitud de los conflictos anteriormente señalados. (PBM)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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