GIRO A POLITICA DE VIVIENDA
Quito. 21.08.92.
Entrevista a Francisco Albornoz, Ministro de Vivienda
Una mañana agitada se advierte en el despacho del flamante
ministro de Desarrollo Urbano y Vivienda, Francisco Albornoz.
Las secretarias ultiman detalles para conformar los cuadros
directivos del nuevo Ministerio, mientras Albornoz recibe a
funcionarios de las Naciones Unidas.
Afuera, mientras tanto, una larga cola de palanqueadores
esperan hablar con el ministro para saber si hay "chance" de
algún "puestito".
"La situación es difícil en la entidad debido al excesivo
número de empleados que forman el nuevo ministerio", dice
Albornoz al iniciar el diálogo con HOY.
-¿Cómo encontró la situación institucional a los cuatro años?
-Muy cambiada. Yo esperaba que se hubiera continuado con el
ritmo que imprimimos en el período que me honró presidir la
Junta Nacional de la Vivienda, al final del cual dejamos una
cantidad considerable de recursos internacionales provenientes
de préstamos del Banco Mundial, BID, AID, del gobierno alemán
y una disponibilidad en moneda nacional bastante considerable.
Dejamos 7 millones de metros cuadrados de terrenos para nuevos
proyectos, con estudios completos para cuatro millones y sobre
todo una organización y un elemento humano capacitado, que
demostró su trabajo al haber concretado 104 mil viviendas de
un total planificado de 120 mil.
-¿Ahora cómo está la situación?
-Muy inquietante, ha habido un aumento excesivo del gasto
administrativo como reflejo de un innecesario e inconveniente
aumento del personal burocrático. Se tiene resultados
financieros insatisfactorios, con una disminución sustancial
en la producción de viviendas y una desmejora evidente en el
rendimiento del trabajo profesional.
-¿Cómo va a organizar el nuevo ministerio?
-La primera labor es establecer la verdadera situación, ya que
los datos son muy diferentes en los distintos departamentos
del banco y vamos a establecer el número real de personas que
están presentes en los roles de pago, el número necesario de
personal que se necesita para trabajar y habrá que estudiar
las soluciones más adecuadas para que se remedie un estado de
cosas que no puede continuar de la misma forma, no solo por
el bien de la institución, sino por requerimientos y
observaciones que han hecho organismos internacionales sobre
incumplimientos de principios contractuales y operacionales
que el ministerio debe atender para no quedarnos sin los
recursos necesarios.
-¿Habrá compra de renuncias para disminuir la burocracia?
-Aparentemente ese es el único sistema posible, pero todavía
no podemos definir ni el monto ni la forma de operar, ya que
primero se deben resolver los problemas inmediatos de falta de
liquidez. Es doloroso señalar que prácticamente se encuentran
paralizados todos los programas de construcción y mejoramiento
(de vivienda). Hay que poner en actividad este aparato
burocrático y luego habrá que pensar en la organización
racional que permita al ministerio cumplir con su cometido.
-¿Cómo estará estructurado el ministerio?
-Estará dividido en tres departamentos, cada uno con un
subsecretario: Desarrollo Urbano, Vivienda y Saneamiento
Ambiental. La organización detallada es un asunto que llevará
tiempo, pero la mayor preocupación es el aspecto financiero.
-¿Cómo reducir personal cuando se van a fusionar otras
entidades burocráticas?
-La primera impresión que se ha originado es que se va a
producir un aumento de personal, pero esto no es así, es todo
lo contrario, si bien se adscriben departamentos como el
Instituto de Obras Sanitarias, Avalúos y Catastros y una
dependencia del Ministerio de Gobierno, eso no significa que
se crean nuevas plazas, sino que se utilizan los presupuestos
asignados a esas entidades. Cuando se llegue a dimensionar el
número de funcionarios con las necesidades, se producirá una
disminución de gastos administrativos, que no solamente se
refieren a gastos de sueldos y beneficios, que por cierto son
muy elevados, sino también al uso de automotores...
-¿A qué se refiere?
-Ya no habrá casos de funcionarios que, por tener una
posición elevada, tenían tres o cuatro vehículos a su mando.
-¿Cuál es el número actual de empleados y cuál sería el número
ideal para que el ministerio pueda trabajar?
-Se está determinando la realidad objetiva de la Junta y el
Banco de la Vivienda, ya que he recibido cifras que no
corresponden a la realidad. En este momento no hay una
información creíble.
-¿Es verdad que están suspendidos los desembolsos de préstamos
internacionales?
-Lamentablemente están suspendidos por los incumplimientos en
que se ha incurrido en varios aspectos contractuales, pero
estamos trabajando en orden de alcanzar y de cumplir las
condiciones que no fueron observadas en el anterior gobierno.
-¿Es una realidad palpable que la mayoría de los ecuatorianos
no puede acceder a un préstamo para vivienda. ¿Qué hacer para
dar solución a esos sectores?
-Yo faltaría a la verdad si dijera que pretendo solucionar
totalmente el problema habitacional. Creo que en muy pocos
países se ha resuelto el déficit habitacional, es un problema
universal que afecta con mayor rigor a los países en
desarrollo. En realidad, tendríamos que buscar formas para
atender al mayor número de gentes posibles, dando preferencias
a los de menores recursos, pero esto debe basarse en dos
elementos fundamentales: la disponibilidad de recursos, la
barrera más grave de vencer; y en segundo lugar, la
actualización del estudio de demanda que permita definir los
sitios, localizaciones y la magnitud de los nuevos programas,
y la capacidad de pago para establecer los niveles de acceso
de las personas a las operaciones bancarias. Cuando esté
cuantificado el número de personas que no pueden acceder a
esos préstamos, pues habrá que estudiar la forma de subsidios
directos.
-¿Cuál será ese mecanismo de subsidios directos?
-Afortunadamente disponemos de un préstamos que conseguimos de
la AID en el período 1986-88, por medio del cual se tenía
previsto implementar un nuevo sistema del Banco de la
Vivienda, ampliando sus actividades a las de banco de segundo
piso. Con este sistema lo que se busca, principalmente, en
primera instancia, es una intervención más vigorosa del sector
privado, tanto de los bancos como de los constructores.
Creemos que es conveniente y necesario un mayor protagonismo
del sector privado, pues en esa forma se reactivará la
industria de la construcción, que es un elemento de gran
importancia para el mejoramiento de la economía del país; y
por otra parte, con una rotación de capitales más activa, el
Banco de la Vivienda obtendrá ganancias que le permitirán
atender a un mayor número de personas de escasos recursos
económicos a través de subsidios directos.
-¿Cómo se desarrollará este proceso?
-El ministerio, a través de la subsecretaría de Vivienda, se
convertirá en el organismo rector de la planificación,
partiendo, en primer lugar, de la formulación de una política
nacional de vivienda, que determine principios generales,
líneas maestras, como sería la intervención del sector
privado, la intervención del gobierno, la búsqueda de fondos
internacionales, la intervención del sector informal, que
tiene una fuerza creativa de ejecución extraordinaria que debe
ser alentada...
-¿Cómo queda el Banco de la Vivienda con la creación del nuevo
ministerio?
-Va a seguir funcionando como tal, pero ampliando su actividad
a una labor de refinanciamiento. Lógicamente, que lo primero
que se debe hacer es sanear su situación financiera.2A
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Ciudad N/D
Publicado el 21/Agosto/1992 | 00:00