Quito. 05 abr 99. El lunes seis de marzo la planta de fideos y
tallarines de Sumesa dejó de producir. Jorge GarcÃa,
presidente ejecutivo de esta industria guayaquileña con 25
años en el mercado y ex ministro de Industria , tomó la
decisión de parar esta planta por 15 dÃas una vez que, debido
a la flotación del dólar, el histórico tres de marzo, la
divisa norteamericana llegó a los 18 mil sucres.
Esta fue una de las primeras decisiones empresariales que se
hizo pública. Luego de ella en todo el paÃs los primeros
sÃntomas de recesión se harÃan escuchar. En el parque
industrial de Quito, la Chevrolet del Ecuador también por 15
dÃas, mandó de vacaciones a 300 de sus 415 obreros. El grupo
Haón de Quevedo despidió a 15 trabajadores porque el precio
del arroz, maÃz y soya aumentó considerablemente. Ecuavegetal,
de Babahoyo, despidió a otras 15 personas más. En Cuenca, en
la empresa Indurama despidieron a 300 personas.
A una industria sin otra alternativa que reducir su capacidad
de trabajo al 40 por ciento solo le queda dos opciones para
optimizar recursos: recortar su presupuesto y reducir su
personal. Es asà como el fantasma de las vacaciones colectivas
y los despidos masivos se han puesto a la orden del dÃa en un
paÃs donde la tasa de desempleo el año pasado fue de 11.5 por
ciento de la población económicamente activa, la más alta en
su historia contemporánea. Es decir que más de 400 mil
ecuatorianos, a finales de 1998, no tenÃan trabajo.
En el primer trimestre del 99 y en especial en el mes de
marzo, la situación para los sectores productivos, pequeños y
grandes se ha complicado dÃa tras dÃa. Según Diario Hoy, hace
un mes, cinco mil pequeñas industrias destinaban
aproximadamente 400 mil dólares, es decir el 50 por ciento de
su capital, para la importación de productos primarios. Luego
de la devaluación del sucre -superior al 30 por ciento- y la
congelación de las cuentas bancarias se han quedado sin
recursos para producir.
El comercio a media llave
Si esta es la situación en la industria, en el comercio las
cosas no son diferentes. En una crisis cambiaria y monetaria
como la actual, los impactos se perciben en los precios. Desde
la adopción de la flotación monetaria los sectores comerciales
aumentaron su precio aproximadamente un 40 por ciento.
Precios en dólares se han hecho presentes en los almacenes de
electrodomésticos principalmente; las empresas de celulares
anunciaron la dolarización de sus planillas. En Cuenca, ciudad
donde existe un gran un número de emigrantes, un desayuno se
vendÃa a un dólar y el almuerzo a un dólar 20 centavos.
Inevitablemente la inflación viene acompañada de recesión.
Como consecuencia del aumento de los precios las ventas
disminuyen debido a que la capacidad adquisitiva cada dÃa es
menor. En enero, el salario mÃnimo equivalÃa a 131.8 dólares;
en marzo se redujo a 73.6. La falta de ventas trae consigo más
despidos porque los vendedores no tienen clientes que atender.
Una vez más la cuerda se rompe por el lado más débil, es asÃ
como los trabajadores eventuales, los que no tenÃan
nombramientos o los que hacÃan solo pasantÃas han sido los
primeros en sufrir el recorte de personal. En la industria, el
comercio y en los sectores productivos en general, los
sobretiempos han desaparecido. Atrás quedaron los tiempos de
las horas extras.
El sector constructor, uno de los mayores generadores de
fuentes de trabajo, también ha sido golpeado. Los materiales
de construcción, desde enero, tuvieron un incremento en sus
precios de 50 y 70 por ciento. Es asà como un quintal de
cemento se elevó de 34.504 a 56.000 sucres.
Esto ha obligado a paralizar las obras comenzadas y a
suspender las que estaban en carpeta. Tal es el caso de la
cadena argentina TÃa, que el año pasado cumplió 38 años en el
paÃs llevando adelante un importante proceso de expansión y
habÃa incluÃdo en el 98 la apertura de cuatro almacenes. Sus
planes son revisados. Los 18 almacenes ubicados en su mayorÃa
en el centro de las principales ciudades del paÃs han
disminuido sus ventas debido a la inestabilidad que persiste
¿cómo planificar para crecer a corto plazo?, se pregunta
Ignacio Sanabria, gerente general.
¿Dónde está la salida?
En busca de soluciones a la crisis se plantean alternativas.
"La caÃda del consumo interno obliga a mirar hacia los
mercados externos", afirma Rodrigo Laniado, presidente de la
Corporación para la promoción de exportaciones e inversiones,
Corpei. Para ello, es necesario que la industria nacional sea
más competitiva y eficiente para poder ganar su espacio en los
mercados internacionales.
Sin duda, una producción nacional orientada hacia las
exportaciones significarÃa el ingreso de las ansiadas divisas.
Pero no es sencillo. La deteriorada balanza comercial del año
pasado indica que las importaciones no petroleras fueron
superiores a las exportaciones en 1.621 millones de dólares.
Esto es reflejo de la baja competitividad del paÃs, altÃsimo
importador de materia prima y bienes de capital.
Para el analista económico Walter Spurrier, en 1999 habrÃa una
modesta recuperación de las exportaciones no petroleras. que
alcanzarÃa alrededor de la quinta parte de la perdida de 1998.
"Los precios bajos afectan al petróleo, banano, camarón y
flores. Las ventas a algunos mercados, al menos las de banano
y flores, no parecen atractivas", sostiene.
Pero Laniado cree que tal como el Ecuador lo ha demostrado con
el caso del camarón y las flores es capaz de surgir con nuevos
productos de exportación como podrÃan ser los no
tradicionales. En todo caso, ésta serÃa una medida no para
apagar el incendio en el que se debate la economÃa
ecuatoriana, sino más bien aplicable a un mediano plazo.
En busca de salidas inmediatas los gremios de la producción
radicalizan sus posiciones. Catorce gremios de la Costa
rompieron el diálogo con el Gobierno y amenazan con una
paralización total en caso de que no se atiendan una serie de
pedidos, entre ellas el descongelamiento de los ahorros e
inversiones. "Tenemos la obligación de reactivarnos,
defendernos y hacernos respetar hasta donde permitan nuestras
fuerzas".
Mientras esto sucede en las altas esferas, los obreros que
fueron enviados de vacaciones en Sumesa ya han regresado a sus
puesto para continuar produciendo los tradicionales fideos.
Suerte la de ellos. Datos del Ministerio de Trabajo revelan
que en marzo las reducciones de personal en el sector privado,
de acuerdo a las actas de finiquito firmadas, han sido un 25
por ciento superiores a las del mes anterior. Y no solamente
hay un mayor despido a trabajadores sino que no contratan
nuevo personal: mientras en febrero fueron firmados 2.341
nuevos contratos, en el mes de marzo se firmaron tan solo 800.
Esto reflaja una reducción del 35 por ciento en la oferta
laboral.
Los recortes de personal en las empresas se han dado en las
dos puntas. Si bien en las últimas semanas éstos se han hecho
por el lado más débil que es el de los obreros eventuales y
empleados que no tienen contratos, de acuerdo a un estudio
realizado por la Pricewaterhouse Coo-pers en los últimos dos
años -y de manera especial en los seis meses pasados- los
grandes perdedores han sido los empleados y ejecutivos seniors
cuyas funciones fueron absorbidas por los juniors.
Un estudio realizado en 200 empresas entre julio del 98 a
febrero del 99 revela que en el último semestre se acentuó la
tendencia de reducir al personal más costoso y de más
antigüedad, lo cual a largo plazo ayudará a las empresas a
aliviar costos y ser más competitivas. Es decir, nadie está a
salvo.
Asà por ejemplo, en los cargos de directores de planta y
directores de recursos humanos se nota una disminución de
empleo entre el 22 y 34 por ciento. Los directores de planta
han sido afectados con el cierre de plantas de empresas
multinacionales que trasladaron sus operaciones a otros paÃses
como Colombia, tal es el caso de la industria farmacéutica y
textil. Estas decisiones han reducido además los cargos
relacionados con la producción como son ingenieros,
supervisores y operarios.
Los directores de recursos humanos han sido reemplazados por
los jefes de personal quienes asumen nuevas funciones pero sin
subir de categorÃa. Los especialistas en selección de personal
disminuyeron su presencia en más de un 63 por ciento;
similares datos presentan los especialistas de capacitación.
Los gerentes administrativos van con tendencia a desaparecer.
Los directores financiero-administrativos disminuyen un 20 por
ciento. En algunos casos estos fueron cambiados por el
siguiente nivel gerencial que reporta directamente al director
regional fuera de Ecuador, en el caso de las multinacionales.
Es asà como se pone de relieve otra tendencia empresarial: el
aplanamiento de las estructuras. El objetivo es alcanzar
mayores resultados con un personal de menor costo. En el área
de ventas, por ejemplo, el estudio de la consultora determina
que los supervisores de venta han disminuido en un 25 por
ciento, pero se incrementan los jefes de ventas en un 71 por
ciento. Los supervisores administrativos disminuyen en un 56
por ciento al igual que sus asistentes. Los vendedores juniors
toman el lugar de los seniors sin aumentar costos ni tÃtulo de
cargo.
Con asombrosa facilidad los pequeños toman la función de los
grandes. Los jefes de planta reemplazan a los gerente de
planta. En los últimos seis meses las secretarias bilingües y
de dirección presentan estadÃsticamente una disminución
superior al 13 por ciento y se observa mayor presencia en
número de secretarias en español y generales.
Pero también hay buenas noticias. Los directores comerciales
han incrementado en un 10 por ciento su población; varios de
ellos asumieron en parte las funciones de la gerencia general
en los casos de empresas multinacionales que pasaron a
reportar directamente a la oficina regional. En el área de
mercadeo se incrementaron los gerentes de marca y producto.
Debido a la coyuntura los gerentes de crédito y cobranza, más
los especialistas en costos se incrementaron en el mercado
casi duplicándose, al igual que los subcontadores y
asistentes.
Para optimizar gastos las empresas recortan también al
personal más costoso y antiguo. Nadie está a salvo. (Texto
tomado de La Revista Vistazo)