Bagdad, agencias. Iraq asiste desde ayer a un cambio de era, que despierta múltiples interrogantes.
El régimen de Saddam Hussein se derrumbó ayer en Bagdad con la entrada de las fuerzas angloestadounidenses en el centro de la capital. AllÃ, derribaron, en un gesto simbólico, una estatua gigante de Hussein, en medio del júbilo de muchos iraquÃes y la tristeza de algunos bagdadÃes.
Las fuerzas de la coalición derrotaron al Ejército iraquà y tomaron el control de Bagdad, pese a que siguen los combates. Asà lo declaró anoche el general Buford Blount, comandante de la III División de InfanterÃa de EE.UU.
Tanques y blindados estadounidenses llegaron por la tarde al centro de la capital, a la plaza Al Ferdaus, frente al Hotel Palestina, en el cual se aloja la prensa internacional.
Soldados estadounidenses, apoyados por iraquÃes, echaron abajo la gigantesca estatua instalada en esa plaza, atándola con una cuerda de la cual tiró un blindado. Antes, un ´marine´ cubrió la cabeza de la estatua con una bandera de Estados Unidos y luego con una de Iraq.
Era la última estatua de Hussein inaugurada en la ciudad, el 28 de abril del 2002, con motivo de su 65 cumpleaños. También era la más simbólica. Con un brazo en alto, la enorme figura de bronce se elevaba sobre una base de mármol rodeada por 37 columnas. Cada una de ellas exhibÃa las iniciales SH en árabe. Las tropas invasoras atravesaron el Tigris y se posicionaron en la margen este del rÃo que divide la capital. Los estadounidenses también ocuparon la orilla oeste, donde controlan varios ministerios.
Blount dijo que solo las fuerzas irregulares resisten del lado iraquÃ, en referencia a los fedayines, un cuerpo paramilitar dirigido por Udai, hijo mayor del lÃder iraquÃ, y a los milicianos del partido Baaz.
Los estadounidenses también se apoderaron de un campo de formación de la milicia de Baaz, en el oeste de Bagdad. Por la mañana, ingresaron en Saddam City, principal suburbio chiÃta del noreste.
La población dio rienda suelta a su alegrÃa, aunque se registraban actos de saqueo a gran escala.
Un alto al fuego en Iraq será posible cuando "se den las condiciones en el terreno", declaró ayer, en Qatar, el general Vincent Brooks, del Comando Central de Estados Unidos.
El misterio en torno al lÃder iraquà aumenta
Nadie sabe si Saddam Hussein está vivo o muerto. Al menos, nadie lo ha anunciado de manera oficial.
Una de las últimas versiones sobre la muerte del lÃder iraquà fue originada en Washington. The Washington Times publicó ayer datos reveladores.
Según el diario, varias fuentes de investigación aseguraron que vieron entrar a Hussein en el edificio bombardeado el lunes pasado. Esta información fue proporcionada al rotativo por responsables gubernamentales estadounidenses.
Uno de los responsables citados por el periódico precisó que los testigos vieron a Saddam entrar al inmueble, pero no observaron su salida.
Por su parte, el secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, afirmó ayer que el lÃder iraquà "ya no juega ningún papel activo, pero su suerte sigue siendo incierta". "Es difÃcil encontrar a las personas cuando están con vida, es difÃcil encontrarlas cuando las cosas no van bien, y es difÃcil encontrarlas cuando están bajo los escombros", comentó.
Asimismo, Ahmed Chalabi, presidente del principal movimiento iraquà de oposición, el Congreso Nacional, opinó que Hussein y, al menos, uno de sus hijos seguirÃan con vida. La Casa Blanca ignora también la suerte del lÃder iraquÃ, dijo el portavoz presidencial, Ari Fleischer. El Pentágono y la CIA, según fuentes, tampoco conocen nada. AFP
Una oleada de saqueos se extiende por la capital iraquÃ
Los "marines" estadounidenses solo miraban mientras dos iraquÃes empujaban un carrito de compras lleno de equipos informáticos. El saqueo habÃa empezado en Bagdad.
Algunos de los saqueadores vitoreaban al presidente George W. Bush. Los soldados y policÃas de Saddam Hussein se habÃan esfumado.
"Se lo están robando todo", decÃa un "marine", mientras observaba el caos en tiendas y edificios. Poco después del paso de los iraquÃes con trajes de boxeo, extraÃdos de una tienda de artÃculos deportivos, un vehÃculo pasó con una silla de ruedas atada al techo.
Cientos de personas se reunieron. Mientras coreaban: "Bush, Bush, Bush", mostraban los botines conseguidos.
Varios saqueadores habÃan irrumpido en los edificios del Gobierno, incluso antes de la aparición de las tropas estadounidenses. Se llevaron todo lo que tenÃa algún valor, aunque no quedara ya mucho.
La sede del Ministerio de Petróleo fue quizá la que más padeció la ola de saqueos. De allÃ, la turba sacó computadores, electrodomésticos y todo lo que halló a su paso.
En el este, la multitud saqueó la sede de la ONU en el Hotel Canal. Hasta hace un mes, los expertos en armas vivÃan allÃ.
"Es una vergüenza ver lo que sucede, pero estamos en el terreno para operaciones militares, no para ser policÃas", comentó el mayor Mike Birmingham, de la III División de InfanterÃa de EE.UU. Reuters
La Cruz Roja suspendió su actividad
Bagdad. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) suspendió ayer sus actividades en Bagdad. Argumentó su decisión en la situación "peligrosa" que se vive en la capital.
La portavoz del CICR en Ammán, Moin Kassis, explicó la resolución del ente humanitario. Afirmó que "la situación precaria y peligrosa, asà como el caos que reina en Bagdad, llevaron al Comité a suspender sus actividades en esa ciudad.
Kassis añadió que la decisión es solo temporal y aseguró que "lamentamos no poder ayudar a quienes lo necesitan en estas circunstancias".La funcionaria precisó que, en la actualidad, 10 extranjeros y 100 iraquÃes trabajan para el CICR en el paÃs del Golfo.
Por otro lado, una fuente de Cruz Roja informó que Vatche Arslanian, delegado canadiense del Comité y encargado de logÃstica, falleció en un tiroteo en Bagdad. Arslanian fue reportado como desaparecido desde el martes último.
Asimismo, el portavoz del CICR en Bagdad, Roland Huguenin-BenjamÃn, reveló que varias ambulancias de Cruz Roja fueron ayer blanco de disparos en la capital iraquÃ.
Los vehÃculos intentaban ayudar a personas heridas que estaban tiradas en las calles. Por efecto de los disparos, uno de los miembros del equipo de rescate sufrió heridas de gravedad. Ãste intentaba llegar a la zona donde se hallaban vÃctimas de los ataques y de los esporádicos combates que se libran en Bagdad. AFP
La anarquÃa total se apodera de Basora
Ya no está la inmensa estatua de Hussein que hace 10 dÃas se veÃa al ingresar a Basora aún bajo fuego. Los ingleses, que conquistaron la segunda ciudad más importante de Iraq, quieren que la gente entienda que la dictadura se acabó. Pero, esta ciudad -de un millón y medio de almas- es insegura y lo saqueos aumentan.
Al mediodÃa, el termómetro marca 37 grados, y el cielo es una densa capa gris. Huele a quemado y lo que se respira es anarquÃa y falta de autoridad.
Aunque en las calles hay patrullas inglesas que la gente saluda gritando "welcome", "good morning", el caos es total.
Desde lo que era uno de los cuarteles de Hussein, se ve gente que se lleva ventiladores de techo, sillas, pedazos de computadora. Un chico desdentado con un carrito tirado por un asno se lleva unas mesas. Un grupo de mujeres vestidas de negro de pies a cabeza, tradición chiÃta, se apodera de planchas de madera. Todo puede servir en un paÃs castigado por más de 12 años de embargo.
Ya no está la inmensa estatua de Hussein, solo quedó su pedestal, y alrededor hay carcazas de camiones, autos y tanques que también son vÃctimas de la rapiña. Hasta una parte de un tanque convertido en hierros retorcidos puede servir, cuando hace falta de todo.
Un joven que habla inglés dice: "Ãste es el momento que esperábamos desde hace tiempo. Es bueno que los ingleses hayan destruido la estatua de Hussein", dice, sin querer dar su nombre, como la mayorÃa, porque todavÃa tiene miedo.
Avanzando hacia el centro, por la calle el tránsito es casi normal -son más los autos cargados que abandonan la ciudad, que los que regresan-, se ve gente con bidones lista para recoger el agua que empiezan a traer los ingleses, y gente que saluda: "Bush, Blair, good. Saddam, no good".
Las paradas de buses aún se ven como trincheras, llenas de bolsas de arena. Entre decenas de mezquitas con cúpulas celestes hay construcciones bajas, color polvo, palmeras, también color polvo, y destrucción.
Levantada en la milagrosa tierra donde se juntan los rÃos Tigris y Ãufrates, y en otros tiempos llamada la Venecia de Oriente por sus canales y puentes sobre el delta del Shat El Arab, en Basora no hay resabio de los lujos contados en Las Mil y una Noches, que hablaban de una ciudad de poetas y matemáticos, con bazares llenos de especias venidas de Oriente y piedras preciosas.
Basora es una urbe desolada, golpeada por las guerras que vivió en los últimos 20 años, donde solo quedaron canales con olor a podrido. En el seco riachuelo con un tremendo olor a huevo podrido, en medio de la inmundicia, hay un inmenso retrato de Hussein, vestido de traje y corbata. Mientras las cámaras de TV filman, la gente le tira piedras. "Ãl es un Alà Babá", es decir un ladrón, explica un hombre de bigote.
"Queremos agradecer a los ingleses, pero, por favor, dÃgales que necesitamos agua y que aún tenemos miedo".
El pillaje es una práctica común
En estos dÃas, de supuesta "liberación", como dicen los ingleses, el clima es de confusión total en Basora. La muchedumbre está enloquecida: más adelante asalta los almacenes de comida del gobierno de Hussein. Los saqueadores pasan al volante de jeeps destartalados con el botÃn, y hombres y niños le arrojan salvajemente piedras que rompen en mil pedazos los vidrios de sus autos. "¡Alà Babá, son ladrones que roban nuestra comida!", gritan enfurecidos.
La escena se repite, pero los militares ingleses se quedan de brazos cruzados. Cuando la situación parece salirse de control, un soldado dispara su revólver al aire, provocando una estampida generalizada.
Poco después, pasa un bus escoltado por tanques que se lleva a decenas de malvivientes arrestados por las fuerzas británicas, y la gente aclama a los soldados.