La procesión del Viernes Santo revive la esperanza
En la tarde se realizó la adoración de la Cruz y se dio la comunión general a los devotos
A las 22:30 del jueves Santo, la imagen de Jesús del Gran Poder dejó el altar mayor de la iglesia de San Francisco. Fue ubicada en el anda de tres metros de diámetro y ahí esperó hasta las 08:00 del viernes Santo, hora en la que empezaron a llegar los fieles que la acompañarían en el acto penitencial que recorrió ayer, las calles del centro histórico de Quito.
La familia Caicedo Patarón llegó desde Solanda (sur) y junto a cerca de 1 000 cucuruchos, verónicas, romanos y representaciones de Cristo rezaron el Vía Crucis y el rosario. Se pusieron los trajes morados, cafés, negros y blancos, por los que pagaron un alquiler de $2 y solo su cara quedó al descubierto, esperaron pacientemente por cuatro horas con la única esperanza de "estar junto al Señor, de encontrarnos con el Dios bueno que nos ayuda todos los días".
En los estrechos y oscuros pasadizos del colegio San Andrés se fueron ubicando los participantes. Ahí estaba Jorge Carrillo descalzo y solo, pensando en los hijos que están afuera del país. Su mirada profunda reflejada en los ojos color miel delatan la sensibilidad de este hombre de 62 años, a quien lo único que le queda es orar por su salud. Avanza lentamente hasta llegar al patio del convento de San Francisco, se pone la máscara y recuerda en voz alta que "Dios está para todos". Ingresa a la iglesia y se encuentra con las imágenes de la Virgen de los Dolores y de Jesús del Gran Poder.
Son las 11:30 y los 50 voluntarios, entre hombres y mujeres, que custodiarán a las imágenes se van ubicando. Guillermo Romero es el primero de la izquierda. Desde hace dos meses acude a misa todos los viernes, ayudó en la organización de la procesión e hizo penitencia para ganarse el derecho de cuidar a la imagen. Ahora "reza por sus hijos, su madre y por su trabajo. Sonríe tímidamente, está sensible "porque es emocionante compartir la fe con tanta gente y estar junto al Señor".
Más adelante dos mujeres encienden saumerio y el ambiente cambia. La oración, reflexión, arrepentimiento, alegría y fe se conjugan en un solo espacio. Las imágenes salen a la plaza y los miles de presentes entonan "Salve, salve, gran señora", es cuando el corazón se oprime, dos lágrimas caen por las mejillas y las manos se juntan, entre los dedos un rosario de rosas se mueve en señal de oración, la mirada fija en los ojos de la Virgen para pedirle una sola cosa: consuelo y esperanza. Una mujer de 28 años perdió a su hijo y busca paz.
Suenan las dianas y se da lectura a la sentencia de muerte de Jesús; empieza la procesión. Doña Rosario espera en la calle Venezuela y se estremece con el extraño sonido que generan las cadenas que van en los pies de un cucurucho cuando rozan con el pavimento, lo mismo ocurre cuando aparece la representación de Jesús con una corona de alambre de púas que provoca que las gotas de sangre se mezclan con el sudor que baja por la mejilla derecha.
El cucurucho de los ojos color miel aparece de nuevo, sus pies empiezan a enrojecer, pero no le preocupa, "solo en la tarde siento un poco de cansancio, pero desaparece enseguida". Camina adelante de la Basílica y lo sorprende la lluvia y una ligera granizada. Son las 14:30, su traje se moja y empieza a temblar, el fuerte viento golpea contra su cuerpo, pero no se mueve, está convencido que no le afectará ni la gripe. Tampoco lo hacenlas personas que marchan en la procesión y quienes observan desde las veredas porque esperan la bendición de Cristo que muere en la Cruz y que promete la vida eterna.
La marcha llega a San Francisco cerca de las 16:30 y las alabanzas a Jesús del Gran Poder que salen de un equipo de música (radio de carro conectado a una batería y a dos parlantes) improvisado por Pedro Andrade desde hace 40 años, se pierden entre la multitud... (PC)
Un crucificado que pide por la paz del mundo
Eduardo Tabango, tiene 56 años y representa a Cristo desde hace 30; está vestido con una túnica blanca y carga una cruz de cuatro metros de largo.
No niega su cansancio "porque la cruz es pesada", pero lo hace como un sacrificio y por recuerdo de cuando empezó a tener fe en Jesús del Gran Poder.
Nació en Otavalo y vive en Quito, en la ciudadela México. Participa acompañado de sus hermanos, quienes van vestidos de romanos y cucuruchos.
Su esperanza la fijó en el viernes Santo, para que la "paz se la viva en el país y en todo el mundo". Sobre todo por la redención "de aquellas almitas que cayeron en Iraq. Yo quiero hacer esta penitencia para que se acabe la desgracia que cayó sobre ese país".
Salió primero en la procesión, pensando en que lo importante es la unión de la familia y sacando fuerzas de Dios mismo. "El sabe a quien da el valor para avanzar en este duro camino que es la vida".
Durante las cuatro horas que duró el recorrido arrastró la cruz con resignación, con la cabeza baja y con el dolor reflejado en su rostro. Al final dijo estar tranquilo. (PC)
El organizador que mueve masas por la fe
El padre John Castro, de la orden franciscana estaba con los ojos irritados y no dejaba de caminar de un lado a otro. Con el celular en la una mano y con el megáfono en la otra daba las instrucciones para empezar con la procesión de Viernes Santo que se realizó ayer.
Es el principal organizador de la marcha desde hace varios años, la que ha ido creciendo en el último tiempo, hace una década eran apenas 150 cucuruchos y ahora sobrepasan los 600. Desde hace tres meses labora en la preparación.
Su corazón está emocionado, pero al mismo tiempo triste, alegre y agitado porque es "hermoso saber que la gente cree en Dios y que lo hace viviendo".
Lo único que quiere transmitir es "que así como la gente es capaz de cargar una cruz, que seamos capaces de enfrentar las responsabilidades de la vida diaria; que así como somos capaces de hacer penitencia huyamos de la corrupción, de la mentira, del engaño. Que el Gobierno aprenda a ser sincero y buscar la unidad".
Comenta que la imagen de Jesús del Gran Poder data del siglo XVII y que fue hecha por el padre Carlos. (PC)
Guayaquil eleva plegarias por la paz del mundo
Entre flores, velas y crucifijos, la imagen gigante del Cristo del Consuelo se levantaba frente a la iglesia del Espíritu Santo, su lugar de llegada. La enmarcaba un letrero de tres metros donde se leía la petición que los miles de fieles allí reunidos enviaban a Dios: "PAZ".
Desde las 07:00 y durante cuatro horas de procesión, que partió del santuario del Cristo del Consuelo, al sur de Guayaquil, católicos de toda la ciudad y de cantones aledaños, cantaron, rezaron, observaron la representación del Via Crucis y realizaron penitencias para demostrar su fé.
Aferrada a una imágen del rostro de Jesucristo, Margarita Bajaña, de 65 años, escuchaba al sacerdote Gerardo Villegas, quien desde una tarima, explicaba el camino para lograr la paz, "con servicio, perdón, fé y humildad".
Viuda, con sus hijos en el extranjero y distanciada de sus nietos por diferencias religiosas, dijo que para ella Jesús es su única familia. "No vine a pedirle nada para mí... pido por la paz de todos".
La procesión recorrió 17 cuadras. Hubo buenas ventas para los comerciantes de alimentos, accesorios religiosos y juguetes para los niños que soportaron, entre la multitud, empellones, caídas y 31º de temperatura. Entre los asistentes hubo creyentes del esoterismo que combinaron su fe cristiana con la magia. Querían que sean bendecidas las velas de colores que portaban, rojas (amor), verdes (esperanza), azules (salud) y amarillas (prosperidad), obtener agua bendita y cortar alguna flor de la iglesia, para utilizarlos en busca de energía positiva y protección.
El mensaje del arzobispo Juan Larrea, a los fieles, no contempló estas alternativas. Hizo un llamado de cumplimiento estricto de la liturgia Terminada la procesión, miles de fieles se aglomeraron en la entrada de la iglesia donde fue colocada la imagen de Jesús. Ansiosos por tocarla esperaron por horas para ingresar al templo; hacer peticiones a Dios, o simplemente, para llevar en sus corazón un recuerdo de la imagen de Cristo. (SCQ)
Azuay profesa su fé con caminatas y procesiones
Los cuencanos muy temprano acudieron a las iglesias de la ciudad, mientras en las parroquias de Turi, Paccha y Guachapala. se realizaron grandes concentraciones de fieles que participaron en diversas procesiones.
En Turi, el Vía Crucis comenzó a eso de las 09:00 y concentró a más de 500 devotos.
Desde el sector de los Tres Puentes los fieles avanzaron con los crucifijos hasta la parroquia misma en medio de un intenso sol que deshidrató a muchas personas. En el teatro romano que tiene la parroquia se puso en escena la pasión de Jesucristo con actores del mismo lugar.
En Paccha la procesión estaba dirigida a la Dolorosa.Cientos de fieles, especialmente de Cuenca, acompañaron en la noche con antorchas y rezos a la imagen que se venera en este lugar. La Policía tomó precauciones para evitar accidentes.
En el cantón Guachapala el Vía Crucis tuvo un ingrediente especial. Los protagonistas de la Pasión caminaron en medio de la montaña hasta llegar al sector de Andacocha, distante a una hora del cantón azuayo.
En la noche, los cuencanos se concentraron en el parque de San Blas y después de las 20:00 comenzó el Vía Crucis a lo largo de la calle Bolívar hasta la Catedral de la Inmaculada.
Más de 2 000 personas paraticiparon en esta celebración. Las iglesias ayer en Cuenca permanecieron totalmente copadas de fieles, mientras en el Carmen del Asunción desde las 15:00 se realizó la Adoración de la Cruz y a las 19h30 hubo una representación teatral denominado "Un Hombre Llamado Jesús".
En tanto, una buena parte de cuencanos no trabajaron desde el Jueves Santo. Muchos prefirieron el valle de Yunguilla distante a una hora y media de Cuenca para pasar el festivo, aunque también salieron a Paute y Gualaceo. La policía implementó el operativo denominado "Fanesca" en las carreteras de la provincia. En sectores como Tarqui y El Descanso se levantaron carpas para dar atención a los viajeros. (RMT)
Muchos prefirieron quedarse en la ciudad
Hubo gran concurrencia en los parques y centros comerciales
El primer día del feriado de Semana Santa no solo movilizó a la gente a las iglesias y a los cantones aledaños a Guayaquil, sino también a los parques y centros comerciales con que cuenta la urbe.
Aunque la ciudad despertó tarde, los sitios de esparcimiento, especialmente el Malecón 2000, recibieron a decenas de familias durante el Viernes Santo. Muchos llegaron a este lugar con el fin de que los más pequeños de la casa, disfrutaran de los juegos infantiles y de la brisa del río Guayas. Otros, en cambio prefirieron hacer compras en el Policentro, Mall del Sol y el Riocentro, donde adicionalmente compraron y hasta aprovecharon para ver la última película de cine.
Hoy, los centros comerciales cumplirán con sus horarios tradicionales
Situación similar ocurrió en Quito en donde se pudo ver una gran cantidad de personas en parques y plazas.
El flujo de personas en la terminal terrestre fue normal aunque se registró un leve incremento en la venta de pasajes hacia la región sierra centro y norte del país. (PACH-NMCH)
EL VIERNES SANTO EN PROVINCIAS
l En la parroquia El Quinche, ubicada al norte de Quito, el Vía Crucis empezó a las 10:00 y terminó a las 13:30. Los jóvenes representaron en vivo las 14 estaciones de la pasión de Jesús que recorrió las calles Cuenca, Sucre,Guayaquil y llegaron al Calvario.
l En Latacunga la concentración de los fieles fue en la Plaza Central de La Laguna (Parque Flores). La procesión inició a las 17:30 y culminó a las 19:30 en la Catedral ubicada en el parque Vicente León, luego de recorrer la avenida Atahualpa y las calles: Santiago, Zamora, Marquez de Maenza, Quijano y Ordoñez, Hermanas Páez y Quito.
l En Ambato, el Vía Crucis partió desde La Catedral a partir de las 09:00 hasta las 13:30. Los cánticos, oraciones y plegarias se escucharon mientras los creyentes pasaban por el Parque Montalvo, la calle Castillo hasta llegar a la iglesia de los padres Josefinos. A partir de las 19:00 y hasta las 22:00, en la parroquia de Picaigua se hizo la representación de esta.
l En Riobamba, capital de la provincia de Chimborazo, la representación del Vía Crucis empezó a las 09:30. En el acto religioso participaron estudiantes de escuelas y colegios de la ciudad así como empleados del Municipio riobambeño y la ciudadanía en general. La procesión se extendió hasta las 15:00 y recorrió las calles: Veloz y Guayaquil hasta llegar a la tribuna principal. La plegaria fundamental estuvo relacionada con la paz en el mundo.
l Al norte del país, en Pimampiro (Imbabura), se realizaron dos actos religiosos. El primero que fue la representación de las 14 estaciones del Vía Crucis empezó a las 09:00 y concluyó a las 14:30. En él participaron varias familias de la localidad. En la noche, se realizó una procesión con las imágenes del Calvario. Esta recorrió el centro de la ciudad.
l En Esmeraldas, la ciudadanía se preparó desde temprano para participar en "la procesión de las velas". El recorrido empezó en la iglesia de la Merced a las 19:30, siguió por las calles Sucre, Olmedo, Salinas, y Bolívar y culminó en la Catedral a las 00:00.
l En el cantón Nueva Loja, de la provincia de Sucumbíos, la procesión salió de la iglesia Nuestra Señora de El Cisne y tomó la calle 12 de Febrero; luego por la Pío XII, Nueve de Octubre, Colombia, Quito, Jorge Añasco y retornó a la iglesia. Las comunidades son las encargadas de representar las 14 estaciones. (GV-PACH)
EN EL MUNDO
El Papa prohibe comulgar a divorciados
Juan Pablo II presidió las celebraciones del Jueves Santo
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Juan Pablo II divulgó el jueves una nueva encíclica en la que recuerda que sólo los sacerdotes pueden celebrar la misa y que los católicos divorciados que vuelven a casarse no pueden comulgar, prácticas que consideró inaceptables.
El Pontífice también advirtió a los católicos que no deben recibir la comunión en iglesias no católicas, amonestación que concierne especialmente a Estados Unidos y otros países en los que los servicios religiosos en que participan personas de diversas confesiones son parte fundamental de los esfuerzos para acercar a los cristianos.
La nueva encíclica Ecclesia de Eucharistia (Iglesia de la Eucaristía), divulgada el día de Jueves Santo, en el que se conmemora la última cena de Jesucristo con sus apóstoles, consta de 78 páginas y tiene como fin combatir los abusos relacionados con la eucaristía, o comunión, un sacramento vital para la Iglesia Católica.
Una encíclica es un tipo especial de carta que trata sobre temas de gran importancia para la Iglesia.
Espero que esta carta encíclica ayude efectivamente a disipar las nubes oscuras de una doctrina y una práctica inaceptables, escribió el Pontífice.
En varias partes de la Iglesia ha habido abusos que han llevado a la confusión sobre la fe sólida, y la doctrina católica relativa a este maravilloso sacramento", agregó.
En diversas regiones del occidente de Europa, así como en Estados Unidos, muchos católicos divorciados que se han vuelto a casar han pedido a la Iglesia que les permita recibir la comunión. (AFP)
En Latinoamérica se camina por la paz
Los países recordaron la Semana Mayor de varias maneras
Miles de fieles asistieron a celebraciones para conmemorar el Viernes Santo, donde un Vía Crucis por la paz llegó hasta un centro de torturas de la dictadura en Santiago de Chile. Los organizadores recordaron a los que fueron llevados al martirio por el régimen de 17 años que encabezó Pinochet.
En Colombia, un uniformado y un civil resultaron muertos cuando varios miembros de las FARC dispararon en medio de la procesión religiosa del pueblo de Dolores (200 kilómetros al sur de Bogotá).
La principal ceremonia colombiana se celebró en Popayán, con procesiones donde las imágenes religiosas son transportadas por cargueros.
En México cientos de católicos participaron de un ceremonia representada en vivo por una veintena de actores, que hizo varias de sus 14 paradas alrededor del Zócalo y culminó en una tarima frente al atrio de la Catedral, donde por segunda vez en 78 años se retoma la representación.
Queremos orar por la paz del mundo y porque el hermano no destruya a su hermano, declaró el sacristán de la Catedral Metropolitana.
En Lima, la imagen del Señor de los Milagros -patrón de Perú- recorrió las calles del centro junto a miles de fieles que lo homenajearon con pétalos e incienso y oraron por la paz en el mundo.
En Guatemala, el arzobispo metropolitano, Rodolfo Quezada, pidió a Jesús por la paz en el mundo y la armonía entre los guatemaltecos, golpeados por diferencias desde la guerra interna que dejó 200 000 muertos y desaparecidos. (AFP)