EL JAGUAR LATINO. Por Ricardo Zisis.

Ciudad de México. Agosto.91. Adivinanza: "¿Qué es lo que
aterroriza al terror de los mercados mundiales, a los
poderosos dragones asiáticos?" Si responde: "México" gana
premio.

Veamos: hay más de 1.800 maquiladoras en la frontera norte de
México, que emplean 500.000 trabajadores, y producen un valor
agregado anual de US$ 3.500 millones, manufacturando y
ensamblando productos volcados al mercado mundial. Si México
siguiera cerrado, todos esos números -comercio, inversiones,
empleos- se contarían en chino, malayo, coreano o japonés. Y
el Tratado de Libre comercio (TLC) que negocia con Estados
Unidos y Canadá hacen a México temible.

El principal semanario asiático, Far Eastern Economic Review,
titulaba hace poco: "Ingresa el dragón latino" y advertía que
México amenazaba arrebatarle a Asia el mercado estadounidense,
su principal botín.

Cuestión de calidad

La mano de obras es barata -un día completo en México se paga
más o menos como una hora de trabajo en EE.UU. - pero de
reciente calidad. Las maquiladoras están utilizando mano de
obra más calificada, y las empresas extranjeras están
aplicando programas de entrenamiento de su fuerza de trajo, en
su mayoría jóvenes que trabajan por primera vez.

Según un estudio sobre la industria automovilística mundial
del MIT -Massachusetts Institute of Technology-, la mexicana
es de las mejores del mundo. Tras analizar un gran número de
plantas automotrices en el mundo, los analistas del MIT
rankearon en segundo lugar en calidad a México, solo detrás de
Japón y antes que las plantas de EE.UU., Canadá, Brasil, Asia
Oriental y Europa Occidental.

Ford ya ha invertido US$ 1.000 millones en su planta de
Hermosillo, y Nissan está invirtiendo un monto similar en su
planta de Aguascalientes. Ford anunció que duplicará la
capacidad de su planta de motores de Chihuahua, inyectándole
US$ 700 millones. Mientras, Toyota ya compró un terreno en
México. y Volkswagen destinará US$ 300 millones para ampliar
su producción en México. Y ya se comenta que Japón trasladaría
su producción de autos pequeños a México para abastecer el
mercado norteamericano.

Japón tendrá que invertir fuerte, pues uno de los principales
puntos de discusión del TLC entre México, EE.UU. y Canadá
serán las "reglas de origen". La idea de EE.UU. es impedir que
los asiáticos monten en México simples plantas de embalaje de
sus productos y los despachen al otro lado de la frontera. Con
Canadá se pactó un 50% mínimo de valor agregado local, y hay
presiones para que el porcentaje sea mayor en el caso de la
industria automotriz mexicana.

Mientras, Guadalajara es centro de la industria electrónica y
ya se la llama el "Silicon Valley" azteca. Desde ahí IBM
exporta sistemas a EE.UU. y al propio Japón. Intel, el gigante
mundial de microchips, estaría planeando trasladar una planta
de Singapur a México. AT&T ya lo hizo con su servicio de
reparación de teléfonos inalámbricos.

...Y de resultados.

Para muchas multinaciones norteamericanas, México es ya la
segunda patria. "Vendemos US$ 1.000 millones en México" dice
Alberto Uribe, de Pepsico. "Es el segundo país del mundo para
Pepsi", que compró hace no mucho la fábrica de galletas
Gamesa, la mayor del país.

"México fue el país - fuera de los EE.UU.- más rentable de
American Express en el año 1990. Y este año, posiblemente
también sea el No 1", dice Mike Fernández, presidente de la
división latinoamericana de American Express.

La facturación de IBM crece 20% cada año. General Motors ha
duplicado sus ventas en y desde México. Suma y sigue. Según un
estudio de la firma consultora KPMG Peat Marwick, el TLC con
EE.UU. crearía 1,5 millón de empleos, y US$ 25.000 millones en
nuevo producto.

Eso se agregaría a los resultados de la administración del
Presidente Salinas: caída del déficit fiscal del 16 por ciento
del Producto Geográfico Bruto en 1988 a 0,5% en 1990;
inflación de 200 por ciento hace tres años a oscilar entre 20
y 30 por ciento en los últimos años; aranceles que bajan desde
un promedio de 100 por ciento promedio a uno de 10%, con un
máximo de 20%; y relanzamiento del crecimiento económico.

El Factor político

En EE.UU., gobernantes y empresarios ven el gobierno de
Salinas una oportunidad histórica de rehacer la relación entre
México y Estados Unidos, pasando de la desconfianza histórica
a un pacto hacia el futuro. Mientras, el gobierno de Salinas
ve en el acuerdo con EE.UU. y Canadá una manera de sellar en
un pacto internacional su programa de reformas, para que no
puedan ser anuladas por su sucesor, cualquiera sea éste.

Pues hay algo que aterroriza -u une- a gobernantes a ambos
lados del Río Bravo: que este sucesor sea Cuauhtémoc Cárdenas,
el dirigente opositor que casi conquistó la presidencia en
1988 ( y según muchos, en rigor lo hizo). Cárdenas ha dicho
que el Tratado de Libre Comercio "se puede firmar, pero no
será para siempre.

El cálculo es que la bonanza que vendría con las reformas y el
TLC permitiría abrir las compuertas políticas. "El gobierno
mexicano tiene que entregar resultados a la gente", afirma un
hombre de negocios norteamericano.

Contrastando con la desconfianza hacia el gobierno, existe
entre la población gran simpatía por estrechar lazos
económicos con EE.UU. Una encuesta realizada bajo la
responsabilidad de la Universidad de Michigan reveló que,
cuando se les preguntó a los mexicanos si estarían dispuestos
"a integrarse con EE.UU. en un solo país si ello significara
una mejor calidad de vida" un 59 por ciento dijo que sí.

La prisa de la inversión

Remover los obstáculos al comercio es la meta declarada del
TLC. Pero lo que más preocupa a los mexicanos es aumentar la
inversión. "Cada año México necesita crear un millón de
empleos. Hoy se crean solo 240 mil a 300 mil", afirma John
Brutton, vicepresidente ejecutivo de la American Chamber of
Commerce en México.

La inversión extranjera directa remontó en 1990 de US$ 2.400
millones el año anterior a US$ 4.200 millones en 190. Y según
un estudio Cimex-Wharton, con el TLC subirá a unos US$ 7.000
millones anuales.

La inversión debe aumentar para soportar el peso del gran
crecimiento de la población, antes que éste se transforme en
una ola migratoria imparable hacia el Norte -La pesadilla
norteamericana- o, un descalabro social y político en México,
la pesadilla local.

Los temores locales.

El plan ya está funcionando. Los aviones llegan desde EE.UU a
ciudad de México cargados de ejecutivos llenos de proyectos y
capitales. La Zona Rosa de ciudad de México, típica área
turística, ha sido tomada por asalto por adustos hombres de
negocios, y los hoteles transforman pisos enteros antes
dedicado a turistas en habitaciones y servicios diseñados para
ejecutivos.

Esta invasión no tiene a todos contentos ni tranquilos. Los
medios de negocios locales, aunque oficialmente aplaudan el
TLC, están temerosos de lo que pueda suceder.

Hilario Gabilondo, Director de la división comercial de
Condumex, una empresa de cables eléctricos y autopartes que ya
exporta un 20 por ciento de su producción, muestra su
preocupación: "En el largo plazo México se verá favorecido,
pero a corto plazo muchas empresas, en especial
manufactureras, tendrán graves dificultades para sobrevivir.
Algunas cambiarán de dueños, otras desaparecerán. Vamos a
tener un cambio terriblemente fuerte". Gabilondo teme al
dumping desde Estados Unidos: Un país grande puede destruir
sin problema en cosa de años una industria. Eso es ya una
realidad", afirma. ( Páginas 17,18).

AMERICA ECONOMIA No 53. AGOSTO 1991.
EXPLORED
en Ciudad N/D

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