Quito. 2 ene 2001. (Entrevista) Defensor a ultranza de la dolarización,
Jorge Guzmán, ex ministro de Economía y principal gestor del modelo,
asegura que la medida evitó una incautación de divisas y el inicio de un
proceso hiperinflacionario.
Enfatiza que si bien la crisis política de enero de 2000 aceleró la
decisión por parte del ex presidente Jamil Mahuad, la medida se hubiese
tomado con o sin esa amenaza.
Guzmán ratifica su criterio de que la dolarización es irreversible, pero
advierte que el gradualismo en los ajustes solo alienta la inflación, la
especulación y la incertidumbre.
Impulsor de la dolarización, insiste en la urgencia de concretar reformas
estructurales para modernizar el país, sin las cuales resultará imposible
atraer la inversión, fortalecer el sistema financiero y fomentar la
reactivación. "El Gobierno tiene que concentrarse en luchar en contra del
peor impuesto que se llama inflación; para ello debe actuar con firmeza y
convicción y, sobre todo, con absoluto desprecio por la politiquería",
enfatiza.
Usted fue el principal ideólogo de la dolarización. ¿Cómo evalúa su
primer año de vigencia?
- La dolarización y el petróleo salvaron el año económico, pero son
espejismos que desaparecerán pronto si no se toman las medidas que
debieron aplicarse hace muchos meses.
- ¿Qué habría pasado con el país si no se adoptaba la dolarización?
- Con la medida, se evitó una incautación de divisas y un proceso
hiperinflacionario sin precedentes, aunque muchos lo estaban buscando
para licuar sus deudas.
-¿A quiénes se refiere?
A los grandes deudores de la banca, que han sido abiertos y confesos
enemigos de la dolarización. Permitir eso habría sido criminal porque el
80% de la cartera del sistema financiero estaba expresada en dólares.
- Mantiene su criterio de que el modelo es irreversible, ¿por qué?
- Sin duda, porque estoy convencido de que nadie aceptará devolver sus
dólares para que le entreguen sucres. La dolarización nos exige una
economía transparente, ya que se acabó la devaluación como fuente de
utilidades para determinados sectores, a costa de la pobreza de la
mayoría de gente.
- ¿Qué puede poner en peligro a la dolarización?
- La costumbre ecuatoriana de hacer cosas a medias y de postergar
decisiones, eso ha impedido el cumplimiento de los niveles de inflación
esperados, la racionalización de las tasas de interés y la reapertura de
las líneas de crédito a largo plazo, que son las bases para la
reactivación.
- ¿Qué decisiones o medidas faltan para sustentar el modelo?
- Mientras no hagamos todos los ajustes de los principales precios de la
economía no tendremos finanzas públicas equilibradas. No podremos bajar
la inflación si se mantienen expectativas que la presionan hacia arriba.
- Pero esas medidas tienen un alto costo político y social ¿hay que
asumirlo?
- La gente sabe que es necesario subir el gas, la gasolina, las tarifas
de transporte, luz y teléfonos, pero si el Gobierno le pide a los
empresarios congelar los precios por cinco meses, no está sino
protagonizando la crónica de una inflación anunciada. No olvidemos que la
inflación al productor ha sido, está siendo y será trasladada, tarde o
temprano, al consumidor, porque aquel no va a perder.
- El presidente Gustavo Noboa ha decidido adoptar las medidas que usted
sugirió hace casi medio año y que causaron su salida. ¿Ha hecho lo
correcto?
- Siempre advertí que la dolarización no admite gradualismos, menos
cuando tenemos un pueblo cansado de ajuste tras ajuste. Las medidas había
que tomarlas de una sola vez. Si lo hubiésemos hecho en mayo, tal como lo
plantee, ahora habríamos volteado la página de los ajustes.
- ¿Por qué no se tomó la decisión entonces?
- Porque prevaleció el razonamiento político, que no admite que la mejor
política social es una sana política económica.
- ¿Al estilo neoliberal?
- No, cuando me dicen eso siempre respondo que este no es un país
neoliberal, sino una nación sin rumbo, sin política económica. Aquí no
hay neoliberalismo, ni socialismo ni nada, aquí reina la conveniencia, la
mediocridad y la cobardía.
- ¿Quiere decir que las medidas de shock son la solución para Ecuador?
- Es preferible curarse de una vez, que vivir permanentemente enfermo,
eso de que un solo ajuste matará al enfermo es una farsa. Los pueblos no
mueren, en el peor de los casos, o a veces en el mejor, son los Gobiernos
los que mueren.
- ¿Tal como están las cosas cree usted que la dolarización está
sustentada en pilares firmes o puede fracasar?
- Hasta la fecha no ha habido una sola reforma estructural que afiance la
dolarización. Terminar los ajustes es indispensable, así como privatizar
las empresas telefónicas, eléctricas y modernizar la Seguridad Social.
Solo de esa manera podemos incentivar el ahorro interno y, para ello es
fundamental la ayuda del Congreso Nacional.
El país necesita con urgencia una cabeza económica y otra política para
tomar esas decisiones, no existe otra salida.
Tributos
- Jorge Guzmán señala que, en dolarización, Ecuador no vive más de la
emisión de billetes sin respaldo, sino del flujo de capitales e
inversiones, de sus exportaciones y de su ahorro interno.
- Para ello se requiere un manejo fiscal equilibrado, que el Presupuesto
del Estado no dependa en más del 50% de un colchón tan volátil como el
precio del petróleo.
- Una de sus sugerencias es impulsar con valentía un proyecto de reforma
tributaria integral, vía efectiva para dotar al país de recursos
permanentes y estables. Acción que deberá ser combinada con una política
de austeridad en el gasto y en la venta de empresas públicas
ineficientes.
- Se trata de un plan impositivo que, según el ex ministro, va más allá
del incremento del IVA, medida que asegura no afecta a las clases
populares, debido a que los productos de consumo masivo están exentos del
tributo.
- La reforma, desde la perspectiva de Guzmán, debe incluir una revisión
del impuesto a la renta, a fin de atraer inversiones; una racionalización
de los aranceles para estimular el consumo y el comercio; además de la
eliminación de más de 40 impuestos innecesarios.
- "El proyecto quedó terminado al final de mi gestión y ha sido
inexplicablemente postergado", acota. (MEV) (Diario Hoy)
Jorge Guzmán, ex ministro de Economía y principal gestor del modelo,
asegura que la medida evitó una incautación de divisas y el inicio de un
proceso hiperinflacionario.
Enfatiza que si bien la crisis política de enero de 2000 aceleró la
decisión por parte del ex presidente Jamil Mahuad, la medida se hubiese
tomado con o sin esa amenaza.
Guzmán ratifica su criterio de que la dolarización es irreversible, pero
advierte que el gradualismo en los ajustes solo alienta la inflación, la
especulación y la incertidumbre.
Impulsor de la dolarización, insiste en la urgencia de concretar reformas
estructurales para modernizar el país, sin las cuales resultará imposible
atraer la inversión, fortalecer el sistema financiero y fomentar la
reactivación. "El Gobierno tiene que concentrarse en luchar en contra del
peor impuesto que se llama inflación; para ello debe actuar con firmeza y
convicción y, sobre todo, con absoluto desprecio por la politiquería",
enfatiza.
Usted fue el principal ideólogo de la dolarización. ¿Cómo evalúa su
primer año de vigencia?
- La dolarización y el petróleo salvaron el año económico, pero son
espejismos que desaparecerán pronto si no se toman las medidas que
debieron aplicarse hace muchos meses.
- ¿Qué habría pasado con el país si no se adoptaba la dolarización?
- Con la medida, se evitó una incautación de divisas y un proceso
hiperinflacionario sin precedentes, aunque muchos lo estaban buscando
para licuar sus deudas.
-¿A quiénes se refiere?
A los grandes deudores de la banca, que han sido abiertos y confesos
enemigos de la dolarización. Permitir eso habría sido criminal porque el
80% de la cartera del sistema financiero estaba expresada en dólares.
- Mantiene su criterio de que el modelo es irreversible, ¿por qué?
- Sin duda, porque estoy convencido de que nadie aceptará devolver sus
dólares para que le entreguen sucres. La dolarización nos exige una
economía transparente, ya que se acabó la devaluación como fuente de
utilidades para determinados sectores, a costa de la pobreza de la
mayoría de gente.
- ¿Qué puede poner en peligro a la dolarización?
- La costumbre ecuatoriana de hacer cosas a medias y de postergar
decisiones, eso ha impedido el cumplimiento de los niveles de inflación
esperados, la racionalización de las tasas de interés y la reapertura de
las líneas de crédito a largo plazo, que son las bases para la
reactivación.
- ¿Qué decisiones o medidas faltan para sustentar el modelo?
- Mientras no hagamos todos los ajustes de los principales precios de la
economía no tendremos finanzas públicas equilibradas. No podremos bajar
la inflación si se mantienen expectativas que la presionan hacia arriba.
- Pero esas medidas tienen un alto costo político y social ¿hay que
asumirlo?
- La gente sabe que es necesario subir el gas, la gasolina, las tarifas
de transporte, luz y teléfonos, pero si el Gobierno le pide a los
empresarios congelar los precios por cinco meses, no está sino
protagonizando la crónica de una inflación anunciada. No olvidemos que la
inflación al productor ha sido, está siendo y será trasladada, tarde o
temprano, al consumidor, porque aquel no va a perder.
- El presidente Gustavo Noboa ha decidido adoptar las medidas que usted
sugirió hace casi medio año y que causaron su salida. ¿Ha hecho lo
correcto?
- Siempre advertí que la dolarización no admite gradualismos, menos
cuando tenemos un pueblo cansado de ajuste tras ajuste. Las medidas había
que tomarlas de una sola vez. Si lo hubiésemos hecho en mayo, tal como lo
plantee, ahora habríamos volteado la página de los ajustes.
- ¿Por qué no se tomó la decisión entonces?
- Porque prevaleció el razonamiento político, que no admite que la mejor
política social es una sana política económica.
- ¿Al estilo neoliberal?
- No, cuando me dicen eso siempre respondo que este no es un país
neoliberal, sino una nación sin rumbo, sin política económica. Aquí no
hay neoliberalismo, ni socialismo ni nada, aquí reina la conveniencia, la
mediocridad y la cobardía.
- ¿Quiere decir que las medidas de shock son la solución para Ecuador?
- Es preferible curarse de una vez, que vivir permanentemente enfermo,
eso de que un solo ajuste matará al enfermo es una farsa. Los pueblos no
mueren, en el peor de los casos, o a veces en el mejor, son los Gobiernos
los que mueren.
- ¿Tal como están las cosas cree usted que la dolarización está
sustentada en pilares firmes o puede fracasar?
- Hasta la fecha no ha habido una sola reforma estructural que afiance la
dolarización. Terminar los ajustes es indispensable, así como privatizar
las empresas telefónicas, eléctricas y modernizar la Seguridad Social.
Solo de esa manera podemos incentivar el ahorro interno y, para ello es
fundamental la ayuda del Congreso Nacional.
El país necesita con urgencia una cabeza económica y otra política para
tomar esas decisiones, no existe otra salida.
Tributos
- Jorge Guzmán señala que, en dolarización, Ecuador no vive más de la
emisión de billetes sin respaldo, sino del flujo de capitales e
inversiones, de sus exportaciones y de su ahorro interno.
- Para ello se requiere un manejo fiscal equilibrado, que el Presupuesto
del Estado no dependa en más del 50% de un colchón tan volátil como el
precio del petróleo.
- Una de sus sugerencias es impulsar con valentía un proyecto de reforma
tributaria integral, vía efectiva para dotar al país de recursos
permanentes y estables. Acción que deberá ser combinada con una política
de austeridad en el gasto y en la venta de empresas públicas
ineficientes.
- Se trata de un plan impositivo que, según el ex ministro, va más allá
del incremento del IVA, medida que asegura no afecta a las clases
populares, debido a que los productos de consumo masivo están exentos del
tributo.
- La reforma, desde la perspectiva de Guzmán, debe incluir una revisión
del impuesto a la renta, a fin de atraer inversiones; una racionalización
de los aranceles para estimular el consumo y el comercio; además de la
eliminación de más de 40 impuestos innecesarios.
- "El proyecto quedó terminado al final de mi gestión y ha sido
inexplicablemente postergado", acota. (MEV) (Diario Hoy)
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