Quito. 13.03.94. ¿Cómo trata la prensa latinoamericana el tema
del narcotráfico? ¿Qué tipo de espacio le otorga? ¿Cuánto ayuda
la prensa a entender las múltiples dimensiones del fenómeno?
¿Cuánto contribuye a la formulación de políticas nacionales
anti-drogas?
Estas y otras preguntas intenta responder una investigación sobre
el tema, realizada en el marco de un proyecto de la Agencia de
noticias IPS y la PNUFID, Proyecto de las Naciones Unidas para la
Fiscalización de las Drogas.
Las prensas nacionales de trece países del continente -del bloque
andino, América Central, México y Brasil incluidos- son
estudiadas dentro de este proyecto. Las conclusiones finales se
darán a conocer en abril, en Viena, pero los resultados parciales
que marcan tendencias se discutieron en el marco del Seminario
sobre narcotráfico y drogas para periodistas, realizado en Quito
en los primeros días de marzo.
Presentamos algunos elementos de esta discusión:
- Hay sensibilidad en los medios de comunicación sobre el tema
del narcotráfico, pero la tendencia general se dirige a desplegar
noticias con un criterio de espectacularidad, con una
aproximación casi exclusivamente delictiva.
- La mayor parte de la información tiene que ver con decomisos de
droga, lavado de dinero, represión de delitos vinculados al
narcotráfico, lucha anti-droga, donde los actores principales son
los narcotraficantes y las policías nacionales. El ejército
aparece como actor subalterno, pese a que es un actor de primer
orden en los países en los que se ha optado por la militarización
de la lucha anti-droga.
- En general, la prensa latinoamericana no da cuenta de las
múltiples dimensiones del narcotráfico como fenómeno global e
internacional, ni de las implicaciones internas, económicas,
políticas y sociales.
- Una excepción constituye el caso de Colombia y Bolivia, donde
hay una tendencia en la prensa a trabajar el género reportaje, en
un 49 por ciento de la cobertura total, en un afán por
profundizar sobre el tema.
- Hay una tendencia en la prensa latinoamericana a satanizar a
los colombianos como responsables del narcotráfico. Hay un sesgo
sobre la nacionalidad.
- En toda la muestra, es decir, en los trece países, los
artículos de opinión sobre el tema son sumamente escasos. 0,07
por ciento de toda la información entra en el género opinión.
- En México, la prensa parecería no reflejar la dimensión del
fenómeno. Chiapas permitió conocer, por ejemplo, como el
narcotráfico ha permeado a la sociedad mexicana y ha favorecido
la corrupción.
- En América Central, al contrario del bloque andino, la prensa
refleja una actitud social: el narcotráfico es el problema del
otro, de los demás países, no mío.
- Los organismos de seguridad del Estado aparecen como la
principal fuente de información. En muy pocos casos aparecen
ONGs, no porque no generen información, sino porque la prensa no
las toma en cuenta.
- La sociedad civil -jóvenes, mujeres, niños, el hombre medio-
aparece en la mayor parte de notas de prensa como un sujeto
pasivo en la lucha contra el narcotráfico. Esto, pese a que
existen una serie de organizaciones campesinas, ONGs, comités
barriales, organizaciones de mujeres, que están trabajando en la
prevención del uso indebido de drogas y contra la violencia que
genera el narcotráfico.
- Brasil es un caso interesante. Las noticias tienden a reflejar
una sensibilidad social sobre el tema: cómo el narcotráfico
afecta a la sociedad civil, cómo afecta al tejido social
brasileño.
A continuación incluimos cuatro breves entrevistas sobre el tema
hechas a periodistas de Venezuela, Colombia, Perú y Bolivia que
asistieron al seminario organizado por IPS.
Un problema del que nadie se escapa
Según explica María Isabel García, corresponsal del IPS en
Bogotá, en la Ultima década hubo en Colombia toda una variación
del abordaje que la prensa hacía sobre el tema narcotráfico. De
una permisividad -que era también una permisividad social que
había frente al fenómeno-, paulatinamente, con las
manifestaciones de cada vez mayor violencia por parte de los
grupos armados del narcotráfico y las amenazas que proveían de
algunas organizaciones como el cartel de Medellín, se pasó
paulatinamente a otra manera de enfrentar el tema del
narcotráfico. "A partir del 89, que vienen la guerra frontal del
gobierno, la militarización, empieza de toda esta crisis de
violencia con todo un saldo de muertos también en el periodismo,
altísimo, que pasa de 50 según algunas organizaciones
gremiales... Pero en algunos casos no se trata solo de víctimas
del narcotráfico, sino también de personas ligadas de alguna
manera a problemas del narcotráfico en algunos medios de
comunicación, por ejemplo", explica la periodista.
Entonces, el tratamiento que la prensa ha dado al tema ha tenido
que ver con cómo el narcotráfico paulatinamente ha derivado de un
fenómeno que permisivo socialmente a un problema de gran
violencia y de gran desestabilización para el sistema democrático
colombiano.
La fuente principal de la información colombiana en los medios en
general son los organismos de policía o los organismos de
investigación del Estado frente al narcotráfico. "Ha habido una
serie de publicaciones de prensa, pero también libros de
periodistas, como mucha más documentación, que van mucho más allá
de la información cotidiana, que apuntan a develar el problema
como un asunto entroncado ya en sectores sociales, políticos,
incluso gubernamentales de peso", explica María Isabel, y agrega
que inclusive hay algunos periódicos que tienen unidades de
investigación y que elaboran informaciones que apuntan a develar
ciertas situaciones que los organismos del Estado no revelan.
Según la periodista, en Colombia no se puede hablar de obstáculos
para obtener información oficial "porque al Estado le interesa
dar cierta información sobre golpes de narcotráfico, capturas".
Pero la confrontación de esas versiones con otras fuentes, la
constatación de si hay veracidad o algún tipo de manipulación,
eso es lo difícil, "porque hay intereses cruzados, porque hay
muchas organizaciones del narcotráfico y hay pugnas internas, y,
además, el narcotráfico ha extendido su red mediante de sectores
de la economía legal, formal del país".
Hay múltiples intereses que convergen en la precisión o en las
constatación de informaciones... "Es un fenómeno que ya hace
parte de la economía del país, se habla incluso de su
intervención en medios de comunicación a través de la compra de
emisoras, de compra de espacios publicitarios, pero esto no se ha
aprobado", concluye la corresponsal del IPS.
La necesidad de un periodismo de denuncia
Zorayda Portillo, colaboradora del diario "La República" del
Perú, señala que, en general, el ejercicio de la prensa en su
país está sometiendo a demasiadas presiones y riesgos. "En el
caso concreto del narcotráfico la situación es un poco más
difícil -explica-, porque es una cosa un poco latente, que no se
nota, y porque hay grupos guerrilleros, principalmente Sendero
Luminoso. Es decir, el fenómeno que se conoce como
"narcoguerrilla". De hecho, ha habido muchos colegas que han sido
asesinados y hay otros que están amenazados de muerte.
Según la periodista, esta situación tiene su lado bueno, pues "la
gente efectivamente quiere llegar a la verdad y quiere hacer un
periodismo de denuncia, mucho más ético".
Pero... ¿hasta qué punto el tema de la narcoguerrilla se está
explotando con un afán de satanizar a los grupos guerrilleros?
"Este es un asunto que tuvo mucha resistencia por parte de la
prensa peruana -responde Zorayda-. Se decía mucho pero no habían
cosas concretas, no habían evidencias... sin embargo, después de
la captura de Abimael Guzmán, de la desarticulación de diferentes
grupos que operaban en distintas zonas del interior y en las
zonas cocaleras, se llegó a tener la certidumbre de que esto esta
así, por confesiones de los propios implicados. Entonces, esas
son cosas que ya son de dominio público y, bueno, prácticamente
nadie las pone en duda".
En cuanto a las posibilidades de acceder a información sobre el
tema, la periodista señala que "depende del ángulo que se quiera
enfocar".
"Es mucho más fácil conseguir información relacionada con
interdicción. Para esto hay colaboración de Dirección Nacional de
Drogas e incluso acceso de información un poco reservada... Más
difícil es adelantarse ya en una investigación más profunda. Un
ejemplo concreto: si se quiere investigar en relación que existe
entre narcotráfico y militares, prácticamente se encuentra una
muralla... es muy difícil. No solo eso; si tú inquieres demasiado
vas a ser tomado como sospechoso.
El conflicto está en el campo
Para Sergio Molina, periodista del diario "HOY" de Bolivia, en el
ámbito de su país el narcotráfico tiene poca influencia sobre el
periodismo, "no está incrustado dentro de esta actividad". Pero,
por otro lado -dice, en mi país el narcotráfico forma parte de un
fenómeno más complejo: la droga y sobre todo la coca está metida
en todos los ámbitos de la vida cultural, política, económica del
país... Entonces, inevitablemente el periodismo la tiene en
cuenta. La coca se ha convertido en un símbolo de lo que es lo
nacional en el país. Ya al margen de algunas cuestiones
culturales que son ciertas, se ha convertido en un símbolo de
particularidad nacional frente al mundo..."
Dentro de este contexto se vive en Bolivia y esto se expresa en
cualquier ámbito del periodismo... "Hace dos semanas estalló un
gran escándalo porque uno de los narcotraficantes más importantes
de Bolivia, por un arreglo que hace con el gobierno y con la DEA,
empieza a denunciar una serie de cosas. Lo interesante es que con
estas declaraciones cae el partido del gobierno anterior, el MIR,
caen sus máximos dirigentes y se descubre que el narcotráfico
obtuvieron 500 mil dólares para la campaña electoral, lavados en
el banco de santa Cruz, uno de los más importantes de Bolivia",
cuenta Sergio Molina.
Sin embargo, el periodista señala que en su país "el narcotráfico
no es tan grave como en otros países -yo creo que en Colombia,
por ejemplo, implica un tipo de cobertura mucho más peligrosa-",
y explica que en Bolivia es el ministro de Gobierno el que
encabeza todas las luchas contra el narcotráfico, desde el
desarrollo alternativo hasta la interdicción directa.
La zona de riesgo
En Bolivia, los problemas más graves con respecto a la droga
están en el campo, donde se produce la coca, "Ahí sí el trabajo
periodístico es muy difícil y la información es casi inaccesible;
es muy difícil que un periodista ingrese a los lugares donde
están los centros de los principales organismos de lucha contra
el narcotráfico", explica Molina.
"Los Leopardos" son el organismo de élite de la policía
específicamente dedicados a la lucha contra el narcotráfico y
tienen una relación muy mala con el campesinado. Recién nomás
hubo un grave enfrentamiento entre campesinos productores de coca
del Chaparé (región de Cochabamba) y estos miembros de la policía
hubo muchos heridos", agrega.
"Los medios son muy chiquitos en tiraje, en plata, en todo... así
que no hay una cobertura dedicada específicamente a eso, no hay
enviados especiales...", nos cuenta finalmente el periodista de
boliviano.
Un problema de los otros
"El caso de Venezuela es muy peculiar, muy diferente a los países
de área andina. No somos un país productor, sí fundamentalmente
un país de tránsito, es decir, un país de tráfico y consumo
creciente de droga en estos últimos años. Por lo tanto. el
problema principal no se plantea tanto en las acciones que
tienden a controlar una producción, sino que más bien la
preocupación se concentra en torno a los problemas del consumo y
del tráfico", explica Castro Ocando, periodista de El Universal,
de Venezuela.
Según él, en su país uno de los problemas más importantes
vinculados al narcotráfico es el narcolavado y su relación con la
economía y la dinámica política de Venezuela. "El tratamiento que
se le da al tema en la prensa venezolana está más vinculado con
las repercusiones que tiene la droga en la economía,
específicamente con el narcolavado, o con su repercusión
política, en asuntos de corrupción, cuando se descubre que hay
políticos vinculados con la droga", explica.
Castro Ocando señala también que el problema de la droga se
refleja en Venezuela en la existencia de una gran violencia
social, sobre todo en Caracas, "Por supuesto que hay en el fondo
una situación social difícil, pero lo que está allí dinamizando
esta violencia, es el elemento droga. dice.
Puro sensacionalismo
"En Venezuela se ve el problema de la droga más como un asunto de
otros países que del propio país. Además, se enfoca más el
problema de la droga como un suceso, es decir que entra más en la
dimensión sensacionalista: hay noticia cuando se decomisa
cantidades de droga, por ejemplo", cuenta el periodista. "Pero el
efecto social, el daño que causa a la juventud, su influencia en
los grupos familiares no tiene la difusión que debería tener",
agrega.
Según explica, en Venezuela los investigadores más autorizados se
quejan de falta de información al respecto. "En el país el tema
drogas no se plantea con facilidad a la opinión pública; es
decir, hay cierta resistencia, sobre todo por parte del gobierno,
a reconocer que es un problema grave. Además, dentro de las
políticas del estado orientadas a la prevención e incluso a la
represión, hay una falta de cohesión". El periodismo que se ha
dedicado al tema en Venezuela ha sido, según Castro Ocando, de
carácter sensacionalista. "No ha habido estudios, ni siquiera una
perseverancia en el tratamiento de temas como la relación entre
grupos económicos y el narcotráfico. No hay una política, no hay
una visión de profundidad, en parte porque todavía los grupos
económicos tienen un gran poder y en cierto modo logran evitar
que algunas cosas se den a conocer", concluye el periodista. (2C)
en
Explored
Ciudad N/D
Publicado el 13/Marzo/1994 | 00:00