Quito. 27.03.94. El asesinato de Luis Donaldo Colosio, sumado a
la revuelta de Chiapas, han convertido a México en el trágico
protagonista de este primer trimestre de 1994. ¿Está México
frente a uno de sus momentos más oscuros desde el triunfo de la
revolución de comienzos de siglo?
La polémica elección de Colosio como el "ungido" impidió apreciar
la dimensión de este estadista mexicano que precidió hasta hace
poco el programa social del gobierno. César Verduga traza, en un
diálogo con HOY, la dimensión de Colosio, en momentos en que el
Ejército Zapatista anuncia desde Chiapas una "alerta roja" y el
peligro de nuevas confrontaciones armadas.
"Luis Donaldo Colosio viene desde abajo, hijo de una familia
humilde de provincia que alcanzó un éxito a los ocho años de edad
y desde entonces fue becado hasta alcanzar un alto grado de
formación en Estados Unidos... Colosio tiene un poco la misma
trayectoria que Clinton. Habiendo estado ya en los círculos de
poder, siguió viviendo con la sencillez de siempre" afirma César
Verduga, ex-ministro ecuatoriano y muy cercano al asesinado
candidato mexicano.
Para Verduga, que dialogó con HOY, Colosio simbolizaba el intento
de modernización más serio planteado dentro del PRI. En su
discurso de proclamación de su candidatura, fue la primera vez
que un candidato del PRI hablaba no simplemente de la reforma del
Estado, sino de la reforma del poder en México.
¿Representaba una corriente crítica dentro del PRI?
Pero con características distintas a otros críticos. Colosio no
se lanzó al vacío. Reconociendo que el PRI ha fortalecido la
identidad mexicana durante más de seis décadas y ha conseguido la
estabilidad, Colosio hizo la crítica más devastadora al déficit
de conducción política existente. "De lo ocurrido en Chiapas
somos responsables nosotros" declaró en aquel discurso de
proclamación.
¿Chiapas cambió a Colosio?
Chiapas cambio a México y el lenguaje de Colosio sin duda que no
habría sido el mismo de no existir Chiapas de por medio. Colosio
proclamaba que nunca más las opciones de poder se procesarían
dentro del PRI sino en el seno de la sociedad mexicana. Nunca más
los éxitos y fracasos de un gobierno del PRI serían los éxitos y
fracasos del partido, con lo cual estaba buscando una inédita
diferenciación entre gobierno y partido.
Pero Colosio iba más allá. Estaba realizando una crítica a los
excesos del mercado, a los peligros de un desmantelamiento de
todos los subsidios estatales en momentos en que el Estado no
podía sustituirlos, ni el sector privado estaba en condiciones de
contrarrestarlos. Como parte de la revisión de esos excesos,
estaba la ley agraria que deja sin limitaciones a la propiedad
agrícola con el peligro de la desaparición del ejido, al que,
sostenía Colosio, hay que respetar. El era el punto de
confluencia de los jóvenes tecnócratas del partido y el liderazgo
tradicional, pues no representaba un salto al vacío.
¿Cómo entender ese salto al vacío?
Salto al vacío es lo que hizo Gorvachov. Una reforma política
desde arriba que concluyó con la desaparición de la URSS.
Hay que tener presente que México es un "país/civilización". Está
desde fines del siglo pasado, desde la reforma y antes de la
revolución, viviendo una larga marcha hacia Occidente. Puede
adoptar la institucionalidad política de Occidente pero
reelaborándola en virtud de las antiguas tradiciones con las que
cuenta. No puede copiar simplemente la institución democrática
occidental, debe reelaborarla y eso lo veía claro Colosio.
Carlos Fuentes afirma que con los eventos de Chiapas, México vive
su hora cero. ¿Qué pensar de este México post-Colosio?
Hay varias cosas a tener en cuenta. Evidentemente que existe una
demanda democrática que hay que llenar, que se expresa sobre todo
en la capital. Pero esa demanda es, de todas maneras y al igual
que en otros países de América Latina, inferior a las demandas en
torno al tema de la pobreza.
Por otra parte, una democratización en el país no es posible sin
una democratización del PRI.
México es el mayor test de hasta dónde el desmontaje del sistema
económico mixto y la implantación de las leyes del mercado,
pueden desestabilizar una sociedad desde la pobreza pero también
desde una ausencia de sustitución de la acción del Estado. No soy
un idólatra del Estado, pero en las sociedades latinoamericanas
la organización social se ha dado en torno a las iniciativas del
Estado, y su desmantelamiento encarna riesgos. México ha sido el
caso límite, porque Salinas de Gortari ha sido muy cuidadoso con
el proceso, sin embargo allí están los resultados. América Latina
es la región con mayor concentración de la riqueza en el mundo.
México ha sido un ejemplo paradigmático de la falta de
distribución de la riqueza. La apertura económica ha estabilizado
y "reactivado" en cierta forma la economía, pero no ha mejorado
la situación del ingreso.
¿El futuro inmediato del PRI?
El nuevo candidato tiene que ser alguien que se identifique con
lo que fue Colosio.
¿No es posible pensar en una opción fuera del PRI?
Nada de renovador se puede dar en México por fuera del PRI. El
propio Cuautemoch Cárdenas es un desprendimiento del partido. En
el acto de proclamación de Colosio, yo llegué a la plaza y allí
estaban nada menos que 35 mil cuadros del partido, todos
sentados... "Si en Argentina hacemos esto -me comentó un
peronista- se llevan las sillas..." Esa es la imagen de la fuerza
institucional del PRI.
El asesinato del sucesor
En México la escogencia del candidato oficialista a la
presidencia es un rito, en cierta forma, casi religioso. Y es que
al fin y al cabo, desde hace 65 años todos los candidatos del
Partido Revolucionario Institucional (PRI) han ganado las
elecciones, a las buenas o a las malas, por lo que el anuncio del
elegido equivale a la proclamación del presidente que vendrá.
Esta vez no fue la excepción. Como en todas las ocasiones, en el
mes de noviembre, los medios de comunicación conformaron una
lista de aspirantes, deducidos lógicamente de los elogios
previos, a cargo del presidente Carlos Salinas de Gortari.
Y esta vez, igual que siempre, los preseleccionados se
mantuvieron en silencio, porque parece que decir "esta boca es
mía" equivale a perder toda posibilidad.
Al igual que en otras ocasiones, el agraciado cuenta -al parecer,
claro- con el respaldo de los sectores obrero, campesino y
popular, como para disimular que se trata de una escogencia "a
dedo" del mandatario en ejercicio.
Prohibido moverse
Para añadirle oscuridad a la escogencia, hay ciertas reglas no
escritas pero sí muy estrictas. La más importante es que los
aspirantes se hagan los "locos", es decir, que no dejen traslucir
en lo más mínimo sus intenciones. O como lo describe el
sindicalista Fidel Vásquez, pieza fundamental del PRI, "quien se
mueve no sale en la foto".
Por eso también como es costumbre, en esta ocasión el "elegido",
Luis Donaldo Colosio, se declaró sorprendido en un discurso en
que no ocultaba que había sido el primero en enterarse.
El día del "dedazo", uno de los aspirantes más opcionados, Manuel
Camacho Solís, hasta entonces regente o alcalde de Ciudad de
México, protagonizó el único incidente fuera de lo común cuando
declaró a varios periodistas que se sentía decepcionado porque no
lo habían elegido a él (Camacho Solís fue nombrado posteriormente
Comisionado para la Paz en Chiapas).
La maquinaria oficial
De cara a las elecciones de agosto de este año -frente a un
candidato como Cuauhtémoc Cárdenas, que ha denunciado cada vez
que puede el fraude más estridente- la maquinaria oficial volvió
a funcionar.
Esta vez, sin embargo, hubo algunos detalles importantes.
Lo normal era que el candidato jurara fidelidad a las políticas
del gobierno anterior y que, en cuanto asumiera el poder, se
olvidara de esa promesa, como suele ocurrir. Pero Colosio -quien
se venía desempeñando como secretario o ministro de Desarrollo
Social, no perdió la oportunidad de proclamar que, como fuera,
sería un continuador de la política neoliberal de Salinas de
Gortari, que -según dijo- "tantos bienes le ha traído al país".
Por supuesto, la continuidad era esencial en esta ocasión, pues
ante todo el presidente entrante deberá administrar la
participación de México en el recién creado Tratado de Libre
Comercio con Estados Unidos y Canadá.
Además, tiene el reto de completar los cambios sociales que
Salinas de Gortari no hizo, sobre todo ahora que el PRI ha
perdido credibilidad, y que "el palo no está como para hacer
cucharas", según dicen popularmente los mexicanos cuando la
situación no es la mejor.
Apenas mes y medio después de haber escogido Salinas su sucesor,
hizo la aparición el Ejército Zapatista de Liberación Nacional,
hecho que sorprendió a más de uno.
Asesinato y crisis
Como sorprendió esta semana -porque ahora todo podía estar
previsto, menos esto- que el candidato del todopoderoso PRI fuera
asesinado. Aunque en 1928, también fue muerto a tiros -durante un
almuerzo- el entonces presidente electo Alvaro Obregón, el de
Colosio es el primer atentado de ese tipo en la historia de
México.
Colosio era un partidario decididamente convencido de la
democratización del sistema, que debería comenzar por la
actualización de las estructuras del PRI.
Además, su posición como secretario de Desarrollo Social lo
obligó a viajar constantemente por el país lo que le hizo ver la
miseria existente en muchas partes.
Ahora, ante todo, la violenta muerte de Colosio pone de
manifiesto la crisis que vive este país y la grave división que
existe dentro del grupo que detenta el poder y que se verá
obligado a escoger otro candidato.
Quizá nunca se sepa quiénes fueron los autores intelectuales de
la muerte de Colosio, pero una cosa es cierta: el sangriento
episodio demuestra que hay quienes están interesados en evitar
que México retome alguna vez el camino de la verdadera
Revolución. (3C)
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Publicado el 27/Marzo/1994 | 00:00