Quito. 08 mar 99. El asesinato del líder del MPD abre un
abanico de posibilidades tenebrosas que de no aclararse
dejarán al país en una encrucijada de violencia sin retorno

Miércoles 17 de febrero, 13H30. Por el ruido de los disparos,
un oficinista que trabajaba en la función judicial se acercó a
la ventana. Observó cómo un hombre joven, de cabello
ensortijado, vestido con un blue jeans y una chompa color
habano disparaba al pecho del diputado del MPD Jaime Hurtado
González, de 62 años. De inmediato, al trote, con el arma
plateada en la mano derecha, el hombre fue hasta la esquina de
las calles Hermanos Pazmiño y Luis Felipe Borja. En ese
momento, un amigo del oficinista estacionaba su vehículo y vio
al hombre que corría, hablando solo, con el arma. Alcanzó a
escucharle decir:¡Misión Cumplida! El hombre se subió a un
auto Suzuki blanco y se perdió por la calle.

En la escena del crimen, a los pocos minutos, solo quedaba la
sangre de las víctimas. Hurtado y su sobrino Wellington
Basilio Borja, esmeraldeño, soltero de 33 años habían sido
trasladados al Hospital Eugenio Espejo, donde se comprobó su
fallecimiento. El tercer acompañante, el diputado alterno y
guardaespaldas de Hurtado, Pablo Vicente Tapia Farinango,
quiteño, 35 años, casado, tres hijos, quedó muerto en el piso.


Todos los que vieron el crimen coinciden en la descripción
física del asesino y en el hecho de que huyó en un vehículo
Suzuki blanco, que de acuerdo a la información proporcionada
por un motociclista que lo persiguió, tenía las placas PJY064.
"Fue lo que nos salvó" dijo a Vistazo un oficial de policía
que formó parte del equipo de 50 investigadores de la Policía
Nacional que participó en la búsqueda de los asesinos, bajo la
dirección del jefe de la Policía Judicial Guillermo Salas.
Solo el GAO -Grupo de Apoyo Operativo- tenía 20 hombres. El
resto eran subequipos con tres elementos cada uno.

La Inteligencia de las Fuerzas Armadas atendió inicialmente el
llamado hecho por el presidente Mahuad a la gran cruzada para
investigar el crimen, pero luego se retiró, aparentemente
molesta por la decisión del gobierno de traer policías
colombianos. "Eso es menospreciar la capacidad de los
investigadores ecuatorianos", nos dijo una fuente de
inteligencia militar.

Los policías colombianos: un oficial y cuatro subalternos
llegaron el jueves a las 8H45 y tras desayunar con el
comandante de la Policía ecuatoriana Jorge Villarroel,
estudiaron el identikit del supuesto asesino. Pero los
policías nacionales tenían para entonces avanzada su
investigación. A las dos de la mañana del viernes, el último
cómplice ecuatoriano de la supuesta banda de los asesinos caía
muerto. Los tres sobrevivientes fueron presentados a la
prensa, el viernes a las seis de la tarde.

El crimen fue ejecutado por un sicario de nombre Victorino,
quien vino desde Colombia con otro acompañante, Gerardo
Martínez. Según el testimonio del contacto colombiano en
Ecuador, Washington Aguirre, el crimen fue ordenado por los
paramilitares colombianos, liderados por Carlos Castaño. La
causa, le habían dicho: Hurtado era el contacto de las FARC en
Ecuador y además el encargado de organizar la naciente
guerrilla en Ecuador. Para realizar el trabajo, contaron con
la asistencia de Michael Oña, chofer del diputado Lorenzo Saá,
quien proporcionó detalladamente los movimientos de la
víctima. Christian Ponce arrendó el departamento a los
colombianos y junto a Serguey Merino, apoyó la huida de ellos.
Oña, según la policía, murió al resistirse al arresto.

En su edición de febrero uno de 1999, la revista Semana narra:
"Cuando las Farc liberaron a los 60 soldados que se habían
retenido en la base militar de Las Delicias, la pregunta que
se hicieron los colombianos fue dónde habían escondido a los
oficiales durante casi un año. Parecía que la tierra los
hubiera tragado. Sin embargo, cuando los helicópteros salieron
unos con rumbo a las selvas del Chocó y otros a la frontera de
Nariño con el Ecuador, para recoger a los soldados, el
interrogante quedó prácticamente absuelto.

"En ese momento se conoció que la búsqueda del Ejército no
había dado ningún fruto por la sencilla razón de que buena
parte de sus compañeros de armas no estaban en Colombia sino
en territorio ecuatoriano... Hoy por hoy la frontera con
Ecuador se ha convertido en una bomba de tiempo en la que
confluyen muchos intereses. En esa zona sin ley y orden mandan
la parada los grupos subversivos y los traficantes de armas y
droga. Pero ahora ha comenzado a llegar un nuevo vecino que no
es visto con buenos ojos: los paramilitares.

"El arribo de los paras obedece en buena parte para frenar el
abastecimiento de armamento que va a dar a manos de los
guerrilleros que conforman el Bloque Sur de las Farc. Las
armas ingresan por Ipiales y continúan por un vasto corredor
que serpentea entre ríos y montañas para desembocar en el
departamento de Caquetá.

"Castaño y sus hombres han diseñado una estrategia de guerra
para cortar ese cordón umbilical de abastecimiento de la
subversión".

Cuando Lenín Hurtado Angulo, hijo de Jaime Hurtado González,
visitó hace 15 días el Juzgado Séptimo de Tránsito del Guayas
por asuntos profesionales, recibió el atento saludo de Delia
Pimentel Delgado y a la vez, una expresión que le causó
inquietud: "Dígale al doctor Hurtado, que gracias a él mi
hermano está muerto" le expresó Pimentel, refiriéndose a un
hecho de sangre ocurrido en la hacienda La Victoria, en
Palenque, Los Ríos.

La disputa por las tierras de este próspero sector agrícola se
remonta hace varios años atrás y el desenlace violento más
reciente ocurrió el 30 de enero pasado. Ese día,
enfrentamientos armados entre campesinos y miembros de la
familia Pimentel Delgado, dejaron como saldo dos muertos, uno
por cada bando. Los campesinos argumentan con documentos
proporcionados por el Instituto Nacional de Desarrollo
Agropecuario (INDA) que las tierras (unas 1.300 hectáreas
aproximadamente) les pertenecen. Por su parte, los hijos de
Humberto Pimentel Morlás, aseguran que la hacienda es una
herencia de su padre.

Los hechos recientes fueron dramáticos: "Un grupo de
aproximadamente 150 paramilitares y terroristas comenzaron a
disparar por más de tres horas, quemaron la casa y lanzaron
tres bombas lacrimógenas", relata Ismael Pimentel Delgado, en
su denuncia por la muerte de su hermano Roberto. Para Judith
Pimentel Delgado, los responsables de este ataque fueron
Vicente Vega Alvarado "y su grupo subversivo que lo lideran
miembros infiltrados del MPD", mencionando como instigadores a
los abogados Jaime Sánchez, Alcídes Sánchez Mora, Eller Veas
Alcívar, Augusto Ramírez, Edgar Pava y Milton Yulán. Para los
campesinos, las muertes fueron "consecuencia del
incumplimiento de lo resuelto por los jueces competentes, que
ordenan que la fuerza pública proteja a los campesinos en sus
propiedades. El coronel Felipe Moncayo, comandante provincial
de Policía de Los Ríos, lejos de cumplir estas disposiciones,
respalda los abusos que cometen Judith y Delia Pimentel
Delgado y mantiene un considerable número de policías en la
invasión que propiciaron desde hace dos años". Esta protección
policial, "nos la proporcionaba directamente el Ministerio de
Gobierno", relata Rogelio Pimentel Delgado, la que se
ejecutaba en la provincia por orden del gobernador Olegario
Orellana, quien a su vez fue acusado de narcotráfico por
elementos del MPD. El problema nunca lo manejó directamente
Jaime Hurtado, "pero Edgar Pava, miembro del partido, algunas
veces elaboró escritos en nuestra oficina", recuerda Lenín,
quien considera que "a mi padre lo hicieron responsable de la
muerte de uno de los Pimentel, simplemente porque era el líder
del MPD".

Los sicarios sabían los movimientos de Hurtado. Dispararon
primero a Tapia, su guardaespalda, quien era un buen tirador.

Carlos Castaño, el líder de las autodefensas es el resultado
de décadas de violencia política y delictiva. Según el
investigador de la Universidad Nacional de Colombia, Gonzalo
Sánchez Gómez, el paramilitarismo colombiano nació en 1965
gracias a un decreto dictado por el presidente Guillermo León
Valencia. Con el auge del narcotráfico y la guerrilla, las
autodefensas se fortalecieron. En 1980 las FARC secuestraron y
asesinaron al padre de Carlos Castaño, después, a nueve de sus
12 hermanos. En respuesta, este joven antioqueño, casi niño,
de 16 años, y su hermano Fidel, formaron en 1982 las
Autodefensas de Urabá.

Para los intelectuales colombianos, había una suerte de
matrimonio entre las Fuerzas Armadas y las autodefensas, que
se encargaban del trabajo sucio de los militares contra los
guerrilleros. En septiembre de 1997, Castaño le dijo al
periódico El Tiempo: "He dicho mil veces que existe una
simpatía entre el patrullero de las autodefensas y el oficial
o suboficial subalterno en el campo de batalla y eso nadie lo
podrá corregir". No obstante, en agosto de 1998 manifestó a la
revista Semana: "¡Castaño no ha sido idiota útil de ningún
soldado ni de ningún gobierno!".

En 1989, en vista de lo peligrosas que se habían tornado las
autodefensas, el presidente Virgilio Barco las declaró
ilegales. Pero, para entonces ya tenían dema- siado poder. En
1994 hicieron su primera cumbre nacional clandestina para
diseñar "estrategias de contención a la subversión". Muchos
grupos estuvieron presentes y designaron como su líder máximo
a Carlos Castaño. Él constituyó el 26 de junio de 1997
Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), organización nacional
con mandos similares a los de la guerrilla y con un medio de
comunicación escrito propio: "Colombia Libre".

En su etapa formativa, las autodefensas recibieron apoyo
financiero de las asociaciones de ganaderos afectados por el
secuestro, abigeato y extorsión. En un documento incautado
recientemente al contador de Castaño, también aparecen como
financistas prestantes empresarios.

La función de las AUC es proteger a sus financistas de los
ataques de la guerrilla, aplicando la ley del Talión: ojo por
ojo, diente por diente.

Es así como las AUC se han convertido en el grupo más violento
de Colombia. De las 55 ejecuciones colectivas (masacres)
realizadas por motivos políticos entre octubre de 1995 y
septiembre de 1996, por lo menos 32, equivalentes al 59.25%
fueron atribuidas a paramilitares, 13 a las guerrillas, de las
cuales 10 a las FARC.

Las mayores matanzas cometieron en Urabá y recién, hace dos
años, asesinaron a 30 personas en el Municipio de Mapiripán,
Meta, cerca a la frontera con Venezuela. También se los acusa
de crímenes y secuestros a los defensores de los derechos
humanos. Castaño con sus AUC habría cometido tantos delitos
que tiene alrededor de 300 órdenes de captura.

Su brutalidad le ha generado un gran rechazo popular. Sin
embargo, quieren cambiar su imagen argumentando que son la
única fuerza contrainsurgente efectiva, ante la incapacidad
operativa de las Fuerzas Armadas. En su órgano informativo
publicaron un instructivo sobre Derecho Internacional
Humanitario, aplicable al conflicto armado colombiano. Ofrecen
controlar la delincuencia y hacer una reforma agraria. También
han hecho frecuentes desmentidos sobre su vinculación con los
narcotraficantes. Castaño, en contraposición con un informe de
la DEA, sostiene: "El Departamento de Estado negó que hubiera
algo en mi contra por narcotráfico". Posiblemente para quedar
bien con los americanos, en los últimos tiempos habría
sustituido su política de protección a los narcotraficantes
por ahuyentamiento para que no instalen sus laboratorios.
Además, donde hay laboratorios hay guerrilleros cobrándoles el
"impuesto" para financiar sus gastos bélicos.

Las AUC empezaron controlando los territorios de Córdoba y
Antioquia pero desde 1998 están entrando en Meta, Guaviare,
Putumayo y Caquetá, para enfrentarles a las FARC porque, según
dijo Castaño: "Donde hay guerrilla, habrá autodefensas".

Para preparar a su gente tiene "escuelas de capacitación" por
las que según dijo en agosto de 1998, han pasado venezolanos
que están operando en esa frontera "y también hay 25
ecuatorianos en entrenamiento y un grupo de 50 más de ese país
que se integran ocasionalmente". De esa manera formó su fuerza
armada que tendría 5.000 hombres, 400 de ellos dedicados
exclusivamente al cuidado de su jefe Castaño que ahora tiene
33 años de edad y muchas haciendas algunas de las cuales,
creen los analistas, habrían sido formadas a través de
terceros que compran las tierras a los campesinos
aterrorizados, a precios irrisorios.

Observando la estructura y el pensamiento de las AUC, vemos
que por afinidad ideológica y financiamiento conviven con los
grupos ganaderos, empresarios, y quizás narcotraficantes, de
los que Carlos Castaño es el gran pistolero para defenderles
de la guerrilla. En la parte operativa tendría apoyo de un
sector militar. Por sus trabajos cobra para financiar los
gastos operativos de su organización. ¿Cobró por matar a
Hurtado? y si cobró, ¿a quién cobró?
¿Están los grupos colombianos que le financian, que le apoyan,
interesados en un crimen de esta magnitud en Ecuador? Si fuera
así, estaríamos hablando de una regionalización del problema
colombiano. Pero, los líderes de opinión de Colombia tienen
otra percepción: habría sido un trabajo por cuenta y riesgo
del mismo Castaño para presionar al gobierno de Pastrana a que
le incluya en el proceso de paz. Qué mejor para esta
propaganda que cometer un delito internacional que irradie su
imagen de líder en la lucha contra la guerrilla.

El MPD es el partido de izquierda más sólido, numeroso,
organizado y disciplinado pero en su interior hay tendencias
que no se apartan de su ideología. Los moderados, dentro de
los cuales habría estado Hurtado, son los ideólogos que viven
de la política. Los intermedios, son dogmáticos en su lucha
clasista. Los radicales, especialmente jóvenes, estarían por
la lucha armada. Por moderado que hubiese sido, Hurtado, como
líder de líderes, sabía lo que sucedía adentro y no es
descartable que hubiese tenido gestos de solidaridad con la
guerrilla colombiana. El seis de enero pasado fue a Colombia
para participar en la apertura de la negociación de paz entre
el gobierno colombiano y las FARC.

Mientras los demás invitados ecuatorianos se reunieron en
Bogotá y desde ahí viajaron en un avión militar colombiano,
Hurtado no lo hizo. En Bogotá se identificó como invitado de
las FARC, por lo que no fue transportado en el avión militar.
Tomó un avión comercial hasta el sur de Colombia y alquiló un
taxi que luego de ocho horas, lo dejó en el sitio de la
reunión, San Vicente del Caguán.

Por su condición de líder, hombre visible, posiblemente
algunos de esos actos de solidaridad con la guerrilla los
encargaba a sus hombres de confianza. Uno de ellos era Tapia,
su diputado alterno, también asesinado. Tapia, un profesor
normalista, fue activo en la FEUE en 1978. En 1980 se afilió
al proscrito Partido Comunista (PCMLE), al que también
pertenecía Hurtado. Trabajó en un hotel de Quito de donde fue
despedido por armar un sindicato, además habría sido fichado
en la Policía como "agitador". Y habría muchos "Tapias" en el
partido.

Eso hace presumir que si Castaño ordenó la muerte de Hurtado,
el ataque fue al partido, a su estructura, a su líder y una
advertencia a la izquierda ecuatoriana sobre los riesgos que
implica un supuesto apoyo a la guerrilla colombiana. Abonaría
a la tesis que apunta a la autoría de Castaño en este crimen,
lo que dice el activista ecuatoriano de derechos humanos
Alexis Ponce, quien ha sido informado de una reciente visita
clandestina de Castaño a nuestro país.

No obstante, hay dudas en torno a la versión oficial.
Demasiado fá-cil la pronta resolución del crimen. ¿Por qué
murió el testigo clave? ¿Por qué resultaron los supuestos
delincuentes nacionales tan inexpertos, frente al
profesionalismo de los sicarios colombianos? ¿Es posible que
otros -y no Castaño- hayan sido los contratistas de los
sicarios?

Como político fogoso, eterno defensor de trabajadores,
invasores de tierras, campesinos, obreros, etc. Hurtado debe
haber tenido un amplio abanico de enemigos. ¿Qué casos últimos
defendían? (ver recuadro) ¿A quién beneficiaba su crimen?

De lo que sí no existe duda es que por la perfecta ejecución
el crimen lo cometió un sicario. Tapia, según una fuente del
MPD "era un buen disparador, fuerte y tenía una preparación
física de primera". Esto lo conocían los asesinos, por ello le
dispararon primero. Muerto quien podía causar alguna
resistencia, al asesino le resultó fácil terminar con la vida
de Hurtado y su sobrino.

Los sicarios tienden a realizar sus disparos apuntando a la
cabeza y la mayoría de impactos en las tres víctimas fueron en
la cabeza y el cuello. La precisión en esos disparos solo
tiene un individuo cuyo oficio es matar por contrato. Y esa es
la única pieza clara en el rompecabezas que le toca descifrar
al Gobierno.

Tanto Juan José Pons como Vladimiro Álvarez me aseguraron que
el Gobierno hará todos los esfuerzos por descubrir la verdad",
dice Lenín Hurtado. Ahora, cuando se conoce la versión
preliminar de los móviles del crimen, esa confianza ha
disminuido. "A Vladimiro Álvarez le creí porque él fue mi
profesor en la universidad. Pero al escuchar sus
explicaciones, comienzo a dudar de lo que se está haciendo".

¿Cómo fue la relación de Jaime Hurtado con el MPD en los
últimos años?
Su relación con el MPD siempre fue la misma. Él fue un hombre
muy disciplinado en el partido y acataba las decisiones de la
directiva nacional. Cuando algunos simpatizantes le proponían
alguna candidatura, respondía: "Lo que diga el partido".

¿Existió alguna pugna el año pasado con su candidatura a
diputado nacional?
Lo que sucedió fue que él era precandidato presidencial y así
lo había aceptado. Pero la Asamblea Constituyente decidió
recortar el período de los diputados nacionales y en virtud de
esto, el partido decidió postularlo a la diputación nacional.
Si la Asamblea Constituyente no cancelaba a los diputados
nacionales, él se hubiera mantenido como candidato
presidencial. Por lo demás, sí han existido pugnas dentro del
partido, pero Jaime Hurtado fue más bien conciliador de dos
grupos que se formaron al interior del MPD.

¿De qué grupo formó parte Jaime Hurtado?

De ninguno, él siempre decía que todas las discusiones deben
quedar al interior del partido y luchó por presentar un frente
unido al exterior. Por esta razón varios compañeros y amigos
de mi padre salieron o fueron expulsados del MPD, por no
ceñirse a la política interna del partido.

¿Tuvo enemigos dentro del MPD?

Todos sus compañeros del partido eran sus amigos. Él tuvo una
posición radical en cuanto a su ideología, pero no era
sectario, pues no era de los que si alguien no pensaba como
él, lo declaraba su enemigo. Él respetaba como personas y
políticos a todos, como a Carlos Julio Arosemena o a Assad
Bucaram. De repente, varias personas no consentían que mi
padre tuviera amistades con políticos de otros partidos, pero
él nunca lo dejó de hacer.

¿Alguna vez pensó salir del MPD?

Nunca, él amaba este partido, era su vida, como el aire que
respiraba.

¿Cómo fue la relación de Hurtado con la Policía Nacional?

Buena, porque muchas veces defendió a los policías. Incluso él
fue patrocinador de un proyecto que equiparaba los sueldos de
los policías con los de los miembros de las Fuerzas Armadas.
La agresión que dicen que fue objeto el cinco de febrero
pasado, no fue contra él, pues lo único que hizo fue dialogar
para que la marcha continuase.

¿Portaba armas?

Tenía gente de seguridad que lo protegía, por la actividad
peligrosa en la que se desempeñaba. ¿Y así estuviera armado,
de qué serviría?

¿En los últimos días, recibió amenazas de alguna índole?

No, y ahora que lo pensamos bien, si las hubiera recibido no
nos lo habría dicho para no preocuparnos. Además, si estaba
amenazado, se habría cuidado mejor.

Por su trayectoria política, Hurtado sabía cuidarse...

Pero se confiaba demasiado. Pensaba que nadie sería capaz de
hacerle daño.

¿Cuál es el patrimonio que les deja de herencia?

Esta casa en Guayaquil, otra a medio construir en Playas y un
carro. Él nunca ahorró.

¿Jaime Hurtado llevaba adelante una investigación respecto de
la presencia de bandas paramilitares en el Ecuador?

Él había llamado al ministro de Defensa José Gallardo, para
que demuestre la vinculación del MPD con la guerrilla, según
un informe de Inteligencia Militar. Respecto a las bandas
paramilitares, él denunció a las bandas paramilitares de
Cotopaxi que habrían matado a Saúl Cañar.

¿Alguna vez fue detenido o atacado físicamente?

Algunas veces. Los peores recuerdos son de la época de la
dictadura, cuando los allanamientos a nuestra casa eran
frecuentes. Aún tengo presente una ocasión en que incluso
llegaron a apuntarme a la cabeza y me preguntaban dónde se
encontraba mi padre para detenerlo. En la época democrática,
la única ocasión en que fue golpeado ocurrió cuando era
intendente del Guayas Abdalá Bucaram. Esto sucedió porque
algunos manifestantes del partido fueron detenidos y cuando mi
padre exigió su libertad, recibió una paliza por los
guardaespaldas del Intendente.

¿Qué contacto existía entre Hurtado y los movimientos PCMLE,
FRIU y otros semejantes al interior de la Universidad Estatal?


Últimamente ninguno, porque estos movimientos se manejan
solos.

¿Qué piensa de la versión dada por el Gobierno sobre la muerte
de su padre?

Están manchando su nombre y eso que el día de su muerte el
propio presidente Jamil Mahuad sacaba a relucir sus virtudes.
Lo importante es que el pueblo sabe que todo eso es falso.

¿Qué pueden hacer ustedes para llegar a descubrir la verdad?

Vamos a reclamar porque muchas cosas son absurdas: dicen que
son sicarios pero actúan como novatos, compran un carro para
matar a alguien y recogen ese carro después de haber asesinado
a su víctima, dan un número telefónico a quien les vendió el
carro, ejecutan a un empleado del Congreso Nacional...
exigimos seriedad.

¿Y si el Gobierno cierra el caso?

Acudiremos ante organismos internacionales para que ellos
continúen las investigaciones.

Como político fogoso y defensor de obreros, campesinos, Jaime
Hurtado cosechó demasiados enemigos. (Texto tomado de La
Revista Vistazo)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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