Guayaquil. 25 mar 99. Cinco centros de información del Sinab
están por cerrar sus puertas. Siete contratos de trabajadores
no fueron renovados por falta de presupuesto

Cinco centros de información del Sistema Nacional de
Bibliotecas del Guayas, Sinab, están en peligro de cerrar sus
puertas. La falta de presupuesto para cancelar a siete
educadores que laboran en los centros de información y el
silencio por parte del Ministerio de Educación de no dar luces
al problema han provocado que estas entidades se den plazo
hasta finales de marzo para soportar esta situación. Según el
Sinab, sólo necesitan siete millones de sucres mensuales para
pagar los salarios de los profesionales.

Debido a esta escasez de dinero por parte del Programa
Nacional de Educación Preescolar, Pronepe, que pertenece al
Ministerio de esta rama, alrededor de 20 mil estudiantes que
acuden anualmente a estos lugares se verían perjudicados. Otro
de los problemas que se produciría es no saber dónde ubicar
los 15.000 títulos de libros que poseen las bibliotecas.

La mayor parte de los profesionales que laboran en éstas
entidades fueron contratados hace más de siete años. Su
separación del Sinab fue en el mes de enero, cuando les
comunicaron que sus contratos no serían renovados para 1999.

El Pronepe explica que por disposición del Ministerio de
Educación, en la administración de Vladimiro Alvarez se
dispuso una reducción del personal. Sin embargo, Marcelo
Revelo, analista financiero de esta entidad, dijo a EXPRESO
que desconoce si las bibliotecas dejarán de funcionar, pues la
directora ejecutiva se encontraba de comisión fuera de Quito y
es la única persona que puede dar información.

Los perjudicados

Una de las profesionales perjudicadas es Mónica Calderón,
quien lleva 7 años laborando en la biblioteca Batallón del
Suburbio, ubicada en la 40 y la E.

Mónica Calderón señala que en diciembre le comunicaron que su
contrato estaba renovado, pero en enero le dieron la mala
noticia. Las frases "salieron del presupuesto, ya no tienen
contrato", marcaron por segundos la vida de Mónica y los otros
seis trabajadores.

A partir de allí, el Sinab ha enviado informes al Ministerio
de Educación, con el fin de obtener una respuesta positiva,
pero fue inútil. "Lo único que hemos recibido es silencio",
indica la directora del Sinab, Mariana Roldós. La autoridad
considera que en la decisión de disolver los contratos, no
existió un criterio de selección para realizar la separación
de los siete empleados.

"Como especialista en lectura, el silencio dice mucho.
Entonces esta respuesta quiere decir cierren, pero sin tomar
la decisión es grave. Es bastante doloroso ver la indiferencia
del Ministerio", agrega Mariana Roldós.

El dinero que el Programa Nacional de Educación, Pronepe,
necesita para pagar a sus empleados y, a su vez, para mantener
abierta las bibliotecas es de apenas siete millones de sucres
mensuales, que no forman parte del presupuesto de los 60
millones de sucres anuales que el Ministerio de Educación
proporciona a el Sinab, el cual es utilizado para su
operatividad, pues los libros son obtenidos por convenios con
organizaciones internacionales.

Concurso de merecimiento

Al ser interrogado sobre el problema, el director de
Educación, Luis Villacís, ignoró el asunto y dijo que ni el
Sinab ni el Ministerio de Educación le han enviado algún
documento que informe sobre el problema y dé soluciones al
respecto.

Sin embargo, dio a conocer que, probablemente, para este
sábado se llamará a un concurso de merecimiento, a través de
los medios de comunicación escrita, con el fin de contratar a
dos profesores para que trabajen en el Sistema de Bibliotecas
de la provincia del Guayas.
Los profesores de los centros de información comunitarios en
peligro intentan buscar formas para obtener ingresos.

Algunos de ellos han optado por crear jardines de infantes
dentro de las bibliotecas.

Tal es el caso del edificio llamado Batallón del Suburbio,
que, desde hace algunas semanas, en la parte exterior exhibe
un letrero donde informa que las matrículas están abiertas en
un jardín que posiblemente se creará: Color y Trazos.

En otros, en cambio, se ofrecen talleres de adaptación para
manualidades y, a la vez, se enseñan sobre los derechos de los
niños.

Los docentes de estos locales informan que antes estos cursos
eran gratis, pero en vista de la situación crítica que
atraviesan, no les queda más que cobrar una mínima cantidad de
15.000 sucres.

Un pueblo culto, es un pueblo trabajador

Para el escritor ecuatoriano, Miguel Donoso, el posible
peligro de cierre de las cinco bibliotecas del Sinab es algo
desastroso. Es una gota más a todo los problemas que vive
actualmente nuestro país.

"Los libros están tan caros que las bibliotecas complementan
algo imposible de comprar. Además, en Guayaquil existen pocos
lugares culturales de este tipo y es conveniente abrir más de
ellas. Un pueblo culto es un pueblo expedito para trabajar",
señaló el escritor Miguel Donoso.

El director del Archivo Histórico del Banco Central del
Ecuador, Antonio Gómez Iturralde, manifestó que el cierre de
una biblioteca en una ciudad es un crimen absoluto. "Es
atentar contra el futuro de la juventud".

Si esto ocurre, recomendó Gómez Iturralde, se debería crear un
convenio entre la Municipalidad y el Ministerio de Educación
para que la biblioteca del Cabildo porteño absorba los libros
del Sinab y de esta manera se continúe educando a los
estudiantes.

La forma de mantener el uso de estos libros, dijo Gómez
Iturralde, podría ser por medio de un cobro ínfimo a los
usuarios que permita el mantenimiento de los ejemplares.

Además sugirió que algunos libros podrían formar parte del
Archivo Histórico, siempre y cuando sean de la líneas
utilizado en esta entidad.

Willington Paredes, historiador de Guayaquil, opinó que ante
este problema, es necesario crear mecanismos de autogestión
para intentar que se mantengan abiertas las bibliotecas.

"Es importante que las fuerzas sociales asuman esfuerzos
autogestionarios y busquen apoyo de las empresas privadas para
ayudar a estas entidades comunitarias", dijo el profesional.

Una de las actividades posibles de realizar, acotó el
historiador, es capacitar a los estudiantes de los colegios,
con el fin de que asuman responsabilidades y así, por turnos,
atiendan los centros de información. "Esto forma parte de la
autogestión. Hay que defender la supervivencia de las
bibliotecas, pues es muy importante poner el libro en el lugar
donde se lo necesita", recalcó el historiador Paredes.

los niños levantan su voz de protesta

Los recuerdos de las actividades que los pequeños han
aprendido a realizar desde que se crearon las bibliotecas del
Sinab, considerado por ellos como su segundo hogar, jamás
serán borrados de sus memorias.

Debido a esto, los niños, la mayoría menores de 13 años,
también han levantado su voz de protesta, con el fin de que
sean escuchados por las autoridades educativas y así evitar
que estos centros de información cierren sus puertas.

Gabriel Delgado, de 10 años, expresa que una de las
actividades que aprendió a hacer en la biblioteca del Batallón
del Suburbio es a pintar. Con entusiasmo recuerda cómo sus
profesoras le enseñaban. Gabriel sueña con ser un pintor
conocido. El estudia en la escuela República de Venezuela,
pero en este sitio aprendió a pintar. "Me daría mucha pena si
cierran la biblioteca. Aquí yo me he educado por mucho
tiempo".

Al igual que Gabriel, Jenny Cardoso, de 13 años, aprendió a
dibujar en este centro de información. "Es interesante
ingresar aquí y aprender cosas nuevas".

Para la pequeña Joselyn Andrade, quien vive en frente de la
biblioteca Batallón del Suburbio, acudir a este lugar cada
sábado es su principal hobbie.

"Para mí es muy entretenido la biblioteca. No solo he
aprendido a pintar, sino a leer bien y a querer más a los
libros que son el mejor amigo del hombre. Es una bonita forma
de entretenerse y adquirir nuevos conocimientos", expresa
Joselyn.

Los primos Ortega son otros asiduos visitantes de este centro
de información.

Johanna Ortega agrega que, desde hace un año, asiste a este
local y lo que más le ha gustado son las manualidades.

"Sé hacer muñecos. Por supuesto con la ayuda de mi mamá", dice
Johanna.
Su primo, Héctor Ortega, acota que hay que hacer todo lo
posible para conservar estas entidades que son de uso de la
comunidad. (Texto tomado de El Expreso)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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