Guayaquil. 30 mar 99. Combatido por unos y admirado por otros,
el personaje quiteño es la gran figura ecuatoriana del siglo
XX, no solo por su quehacer político de muchos años sino por
sus virtudes intelectuales y cívicas puestas al servicio de
sus compatriotas.

Se cumplen hoy dos décadas del fallecimiento de aquel hombre
que influyó directa o indirectamente en la vida política del
Ecuador republicano por cerca de 45 años, convirtiéndose así
en un caso excepcional que todavía llama a discusiones entre
sociólogos, historiadores y demás tratadistas afines.

Aquella figura de indiscutible relevancia en las páginas de
nuestra historia, el Dr. José María Velasco Ibarra nacido el
19 de marzo de 1893, llegó a la presidencia de la República en
cinco ocasiones, gobernó 12 años, 10 meses y 3 días aunque
constitucionalmente lo hizo apenas 9 años, 9 meses y 17 días,
pues el resto del tiempo actuó en función de dictador. Solo un
mandato presidencial logró concluir, esto es 1952-1956.

Sin embargo, con aciertos y errores en su dilatada carrera,
las realizaciones de gobernantes no se hicieron esperar y de
allí entonces que se diga: "Cada cantón de la República le es
deudor de un centro educativo o de un puente".

El hombre

Los padres del recordado político fueron el ingeniero
Alejandrino Velasco Sardá y Delia Ibarra Soberón, quienes
procrearon numerosa familia.

La educación elemental se la impartieron en el hogar; los
estudios secundarios en el Seminario Menor de San Luis y
colegio San Gabriel; en el Mejía rindió su examen
reglamentario de bachiller. Se doctoró con honores en
jurisprudencia en la Universidad Central, con la tesis El
Sindicalismo.

Desempeñó varios cargos públicos en su urbe natal; además
inició su labor periodística como colaborador del Diario El
Comercio, en el que mantenía la columna Acotaciones firmada
por Labriolle.

Viajó por países americanos y europeos; en el Viejo Continente
se especializó en Derecho Internacional en la Universidad de
la Sorbona (París, Francia). Fue diputado y presidió la
respectiva Cámara; perteneció a la Academia Ecuatoriana de la
Lengua y brindó conferencias en centros culturales y recintos
universitarios de diferentes países.

Estuvo casado dos veces; al divorciarse de su primera esposa,
contrajo matrimonio con la compañera de toda su vida, que
junto a él saboreó triunfos e infortunios: doña Corina Parral
Terán de Velasco.

La muerte

Después del derrocamiento que sufrió en febrero de 1972,
mientras ejercía los últimos meses de su quinto mandato
presidencial, el doctor Velasco retornó de nuevo a Buenos
Aires, Argentina, ciudad que siempre lo recibió con afecto
mientras él cumplía sus voluntarios u obligados destierros.

Con su esposa vivía modestamente en un departamento de las
calles Santa Fe y Bulnes en la capital argentina. El 8 de
febrero murió su fiel compañera en un accidente de tránsito
ocurrido en la misma metrópoli.

Pocos días después del doloroso hecho el Dr. Velasco llegó a
Quito trayendo los restos de su idolatrada esposa. Lleno de
pena expresó a uno de sus entrevistadores: ¡He venido a
meditar y morir!, frase que resultó por demás sentenciosa.

Así, el 30 de marzo de 1979, antes del mediodía, en una de las
piezas de la clínica Pasteur de la Capital ecuatoriana expiró
tranquilamente el estadista y ex presidente, mientras su
confesor y amigo, padre Luis Tipán Rojas, lo asistía
cristianamente. Murió el Dr. Velasco once días después de
haber cumplido 86 años.

Una acongojada multitud acompañó a su líder hasta el
cementerio de San Diego para tributarle el postrer adiós. Y
pese a que con suma anticipación había solicitado que no se le
hagan honores militares, la guardia presidencial que siempre
le manifestó respeto y afecto, se los tributó en medio de un
instante de recogimiento y solemnidad.

Homenaje nacional

En recuerdo del tribuno, humanista, maestro universitario,
escritor, periodista, esteta, orador, jurisconsulto, político
y patriota existen poblaciones, calles, avenidas, bustos,
monumentos y centros educativos a nivel nacional. En ciudades
del exterior como Buenos Aires, también se le ha erigido un
busto que perenniza su memoria.

El nombre de Velasco Ibarra consta en diccionarios biográficos
y políticos, de historia y literatura, etcétera, que se editan
en el Ecuador y el exterior a despecho de quienes aún lo
llaman ambicioso, incoherente, demagogo y caótico... y para
satisfacción de sus numerosos admiradores que siempre lo
califican de asceta, bondadoso, virtuoso, visionario y
transformador del país.

El fenómeno velasquista

En un detallado estudio sobre las raíces sociales del
velasquismo el ex presidente de la República, Dr. Osvaldo
Hurtado Larrea, consigna: "Si bien Velasco no llegó a resumir
sistemáticamente su pensamiento en un cuerpo doctrinario
orgánico, del laberinto ideológico que constituye la doctrina
velasquista es posible extraer las cuatro siguientes ideas:
defensa de las libertades religiosa y de sufragio, pasión por
el progreso, sentido nacional e interés por la participación
popular".

Asimismo agrega: "En su atropellado afán de progreso y de
atención urgente de los requerimientos populares, poco
importaron los costos de los contratos, la calidad de las
obras y la honestidad de las negociaciones. Si el pueblo sabía
cuáles eran sus necesidades, la obligación del gobierno era
descubrirlas y atenderlas de cualquier manera".

Igualmente señala en su amplio estudio "Otra característica
del velasquismo fue el contenido nacional e independiente de
su política exterior. Velasco Ibarra siempre defendió la
libertad del país en sus relaciones internacionales".

Legado bibliográfico

La intensa actividad política en la que estuvo involucrado el
Dr. José María Velasco Ibarra, no se interpuso en su tarea de
periodista y escritor. Lo prueba la lista de los muchos
libros, ensayos y tratados de su autoría:

- El Sindicalismo
- Estudios Varios
- Meditaciones y Luchas
- Conciencia o Barbarie
- Rodó y el deber del escritor
- Experiencias jurídicas de América
- Expresión Política Hispanoamericana
- Un momento de transición política
- Derecho Político
- Democracia Etica y Democracia Materialista
- Tragedia Humana y Cristianismo
- Caos Político en el Mundo Contemporáneo
- Cuestiones Americanas
- Derecho Internacional del Futuro
- Lecciones de Derecho Político
- Aspecto del Derecho Constitucional
- Servidumbre y Liberación.

Retratos

"Demagogo vigoroso, al tiempo que tribuno elocuente y fácil y
erudito charlista. Velasco es orador hasta en el ensayo y,
curiosamente, pasajes de su oratoria de barricada y lugares al
parecer muy graves y penetrantes de sus ensayos filosóficos y
políticos están en buena vecindad. Velasco Ibarra ha impuesto
su estilo oratorio a todos los políticos que han venido detrás
de él, y se ha dado el lujo de llegar, por el solo poder de su
oratoria, cinco veces a la presidencia de la República, caso
único en la historia del mundo".

Hernán Rodríguez Castello,
Escritor y crítico literario ecuatoriano.

"Alto y delgado. Blanco, pelo y bigote canos. Sus gestos
violentos y teatrales pero no estudiados sino naturales. Viril
y elegante, siempre tuvo fama de ello. Parco para el beber y
el comer. Buen lector, expositor y orador de salón y
barricada. Su talento clarísimo, su erudición europea, tuvo
don de gente y de mando, caballerosidad sin límites, honradez
a toda prueba".

Rodolfo Pérez Pimentel,
Cronista Vitalicio de Guayaquil.

Sus frases célebres

De entre las incontables frases que también le dieron fama,
están: "Me precipité sobre las bayonetas",en alusión al
derrocamiento que sufrió en su primer mandato presidencial por
el Ejército.

"Dadme un balcón en cada pueblo y yo seré Presidente", cuando
sus allegados políticos le pedían volver al país y le daban a
conocer la falta de dinero para la campaña.

"Vengo a meditar y morir", en instantes de su arribo a Quito
acompañando los restos mortales de su esposa Corina Parral de
Velasco, quien murió en un accidente de tránsito en Buenos
Aires.

"Solo los gobiernos desvinculados de las masas populares,
temen el oleaje de las muchedumbres".

"El Ecuador no muere y un día u otro impondrá tres principios:
el de la soberanía popular, el de la honradez administrativa y
el del Gobierno como servicio".

De su acción política

"Fue el personaje del siglo XX de más curiosa y polémica
trascendencia, el intérprete de las aspiraciones más profundas
de las masas populares".

Alfredo Pareja Diezcanseco,
Escritor e historiador guayaquileño

"Fanático de la acción, incapaz de estarse quieto en lo
material ni en lo ideológico. Acaso solamente tres constantes
se le pueden advertir hasta ahora: su amor irrefrenable al
poder, su insobornable honradez en materia de enriquecimiento
personal y su implacable antiimperialismo que acaso es más
bien antiyanquismo: ama lo europeo, principalmente lo francés
y, por lo mismo, no tolera que los anglosajones nos dominen y
nos traten despectivamente como a parientes pobres".

Benjamín Carrión Mora,
Presidente fundador de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.

"Formidable y temible demagogo se creyó el Salvador de la
Patria y se le llegó a llamar El Profeta. José María Velasco
Ibarra será un nombre que los historiadores del mañana
encontrarán con frecuencia cuando estudien el período
comprendido entre 1933-1971. Es decir, a lo largo de casi 40
años".

Gabriel Cevallos García,
Historiador, ex rector de la Universidad de Cuenca
(Texto tomado de El Universo)
EXPLORED
en Ciudad Guayaquil

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