CREATIVIDAD EN EL SISTEMA CAMBIARIO Por Alfredo Arízaga (*)

Quito. 08.09.92. El nuevo sistema cambiario, puesto en
vigencia por las autoridades económicas, revela una gran dosis
de creatividad para conseguir simultáneamente dos objetivos
fundamentales: dar flexibilidad al tipo de cambio, de forma
que varíe con las condiciones generales de la economía; y
fijar una banda dentro de la cual tanto importadores como
exportadores puedan realizar sus proyecciones. Si el público
tiene confianza en este sistema cambiario, las presiones
inflacionarias generadas desde esta fuente deberían reducirse
hacia adelante y las exportaciones no se verían afectadas.

El sistema cambiario

En efecto, según la nueva regla cambiaria, los exportadores
continúan obligados a vender sus divisas al Banco Central y
reciben 1.700 sucres por cada dólar que entreguen. Ello ya
constituye una devaluación importante y compensa por el atraso
que había sufrido la devaluación durante los últimos meses del
anterior gobierno. Pero adicionalmente, los exportadores
también recibirán un bono en dólares, a 180 días, equivalente
a 300 sucres por cada dólar.

Al requerir capital de trabajo, este bono será vendido por los
exportadores a un precio que refleje, en inicio, el costo del
crédito para financiar ese capital de trabajo. Por lo tanto,
el bono podría tener un descuento cercano al 30%, lo que daría
como resultado un tipo de cambio de 1.900 sucres para los
exportadores. Con este precio del dólar, se produciría un
adelanto cambiario; esto es, se estaría más que compensando a
los exportadores por el diferencial existente entre la
inflación interna e internacional. Sin embargo, ello es
indispensable para generar la credibilidad que este sistema
cambiario requiere.

La otra cara de la medalla son los importadores, para quienes
se fijó un tipo de cambio de 2.000 sucres. No obstante, ellos
están autorizados a pagar sus importaciones con los bonos
vendidos por los exportadores. De esta forma, podrían
beneficiarse del descuento anotado, con lo que el tipo de
cambio de importación se situaría, de inicio, en alrededor de
1.900 sucres. Pero el tipo de cambio de la calle se encuentra
por debajo de este nivel; y es posible que se mantenga bajo
por varias semanas debido a la cantidad de dólares que se
encuentra en manos del público, a la espera de realizar un
gran negocio financiero cuando el tipo de cambio se eleve. Por
este motivo, es posible que los importadores no acudan por
varias semanas al Banco Central para adquirir sus dólares, lo
que permitiría al país acumular nuevamente un buen nivel de
Reserva Monetaria Internacional.

Hacia adelante, conforme se agoten los ahorros en dólares del
público y el tipo de cambio del mercado libre se eleve, el
descuento de los bono dólares se reducirá, hasta llegar a
niveles compatibles con la tasa de interés en dólares, esto es
alrededor del 6% en la actualidad. De esta manera, un tipo de
cambio supuestamente fijo se convierte en un tipo de cambio
creciente, que incentiva las exportaciones y frena las
importaciones.

El papel de los bonos dólares

Los bonos que recibirán los exportadores tienen varias
funciones que cumplir en el nuevo esquema cambiario. En primer
lugar, facilitarán la acumulación de Reserva Monetaria
Internacional en el Banco Central, pues constituye un
instrumento de deuda pública muy atractivo para quienes
mantienen depósitos en moneda extranjera, tanto por su
rendimiento, que será superior a la tasa de interés que este
tipo de depósitos generan en la actualidad, como por su
seguridad.

Adicionalmente, los bonos disminuyen la presión que representa
para el programa monetario del Banco Central la acumulación de
reservas internacionales. De esta manera, se compatibiliza
este objetivo con la mantención de una política monetaria
restrictiva como la que ha anunciado el gobierno en su afán
por reducir la inflación.

Por último, el bono da cabida a un sistema de seguros contra
devaluación, que podría ser utilizado por los importadores y
por quienes mantengan obligaciones en moneda extranjera, para
garantizarse un tipo de cambio al momento de cancelar sus
pagos. De esta manera, se desarrollaría en el país un
instrumento financiero que resulta indispensable cuando se
eliminan las barreras al comercio internacional y se abre la
economía hacia el resto del mundo.

El mercado libre

La gran incógnita que permanece latente es el comportamiento
que tendrá el mercado libre de cambios a lo largo del tiempo.
Pues ello depende en gran medida de la credibilidad que llegue
a tener el nuevo sistema cambiario.

Sin embargo, la mezcla de una política monetaria fuertemente
contractiva, como la que han anunciado las autoridades, con el
exceso de importaciones que se vivió durante las últimas
semanas, hace prever que por el lado de la demanda no
existirán grandes presiones para que el dólar se eleve.

Por el lado de la oferta, podría esperarse que la gran
cantidad de dólares acumulados en manos del público con
motivos especulativos, alimenten el mercado libre de cambios
una vez que las expectativas se calmen. Esta tendencia estaría
reforzada por los niveles que alcancen las tasas de interés en
sucres, como consecuencia de la política monetaria
restrictiva. No obstante, en este sentido representa un
peligro la eliminación del tope máximo al margen de
intermediación de los bancos, porque podría permitir una
elevación de las tasas activas, sin que crezca el rendimiento
para los ahorristas en moneda nacional.

De cualquier manera, el sistema escogido por las autoridades
parece tener características que auguran un adecuado
funcionamiento y coherencia con las metas macroeconómicas que
se han aununciado. El no haber escogido un sistema de
flotación del tipo de cambio, sin haber logrado equilibrar
previamente el sector fiscal, revela una inclinación
pragmática de las autoridades que debe subrayarse. 2A

* Analista económico
EXPLORED
en Ciudad N/D

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