Guayaquil. 05 mar 99. Con temor a las circunstancias
cambiantes en materia económica que vive el paÃs, las
asociaciones de comerciantes minoristas, los grupos de
importadores y la clase informal de vendedores en Guayaquil
han tomado precauciones para evitar hechos de violencia como
el intento de saqueo ocurrido el miércoles 3 de marzo en el
sector de las bahÃas.
Debido a este suceso, algunos importadores prefirieron no
abrir sus puertas por el dÃa de ayer. Unos esperaban conocer
la situación real del dólar durante las primeras horas de la
mañana y otros prevenÃan cualquier brote de violencia o
desmanes resguardando sus puestos o locales con guardianÃa
privada.
Ante esta situación, los vendedores informales aseguraron que
"si se presentan saqueos, tendrán que protegerse por cuenta
propia, incluso arriesgando la vida".
Sin embargo, los miembros de la Federación de las Asociaciones
de Comerciantes Minoristas de las BahÃas (Fedacomib),
afirmaron que esperan que el paÃs recobre la estabilidad
económica para que las clases más pobres no caigan en la
depresión e intenten apropiarse de los bienes ajenos de una
forma no civilizada.
De igual forma, piensa un grupo de importadores del casco
comercial, quienes afirman que perdieron un 58% de sus
ganancias el miércoles último por los rumores de polÃticos y
de saqueos, "principalmente en el sector de la calle Villamil
y en la avenida Olmedo, donde el pánico se apoderó de muchos
vendedores que corrÃan con sus productos para evitar que se
los roben", comentó Israel Claudet, propietario de un almacén
de radios y televisores.
Vigilancia total
Ante la posible circunstancia de que se presenten saqueos, el
intendente de la provincia del Guayas, Juan Manuel Bermúdez,
informó que los mercados, bahÃas, la avenida Nueve de Octubre
y todo el perÃmetro del casco comercial está totalmente
vigilado por personal motorizado y a pie de las fuerzas del
orden.
"El miércoles detuvimos a un miembro de un grupo activista
denominado Juventud Revolucionaria. El joven Jimmy Arroyo
atentó contra la seguridad de la comunidad gritando consignas
de saqueos e intranquilizando a la población", aclaró
Bermúdez.
"Por orden del gobernador Guillermo Lasso, Guayaquil estará
protegida de actos vandálicos de cualquier agrupación que
atente contra el orden público", agregó.
Mientras tanto, en las calles tres camiones y dos camionetas
de la fuerza naval vigilaban constantemente en los sectores
que comprende la bahÃa. Dos patrulleros de la PolicÃa Nacional
y efectivos de la Metropolitana respaldaban a los marinos en
el sector de la Huayna Capac.
"Contamos con más de 100 efectivos para controlar cualquier
situación de violencia que se presente", expresó un oficial
del grupo de fuerza terrestre #2.
De igual forma, más de 50 guardias privados de las distintas
asociaciones de las bahÃas recorrÃan los callejones y locales
a lo largo y ancho de la calles Villamil, Colón, avenida
Olmedo y malecón Simón BolÃvar.
Y aunque el intendente aseguró que durante el saqueo no hubo
afectados, los comerciantes se sintieron preocupados porque
constantemente escuchan rumores de que bandas de la isla
Trinitaria y de Las Malvinas, o de las calles Guaranda y
Capitán Nájera, querÃan apropiarse de los productos que ellos
expenden, si la crisis económica que vive el paÃs se
incrementa.
Cierto o incierto, hay comerciantes de la calle Villamil,
entre General Franco y Reyna, que empiezan a comprar
cartucheras serie 16 y revólveres calibre 38 para defender sus
bienes a cualquier costo.
"Personalmente tengo una 16 y una 38 para evitar que nos
roben. Si alguien intenta saquearnos, les daremos bala",
expresó Edgar Recalde, expendedor de electrodomésticos de la
bahÃa.
Para los vendedores del casco comercial, los sectores
vulnerables a los saqueos son Huayna Capac, entre las calles
Eloy Alfaro, Ayacucho, Chile y avenida Olmedo; mercado
Central, entre las calles Lorenzo de Garaicoa, Diez de Agosto,
Clemente Ballén y Seis de Marzo; el boulevar Nueve de Octubre,
desde Pichincha hasta Tungurahua. En menor grado están los
locales comerciales, importadoras, centros de abastos y
bodegas de vÃveres del casco comercial y de las zonas
residenciales de la urbe, situadas cerca de las áreas
consideradas "cinturones de miseria" de Guayaquil.
Cierran los comercios
Para precautelar los bienes de cualquier atentado
delincuencial, algunos comerciantes han cerrado sus negocios;
unos temporalmente y otros de forma indefinida, porque
consideran que sus inversiones se están resquebrajando debido
al descontrol que tiene el Estado para manejar las operaciones
de la divisa norteamericana.
"Qué voy a hacer si el dólar se dispara un dÃa a 18 mil sucres
y un poco de gente se nos quiere llevar los productos que
tanto esfuerzo nos ha costado a los comerciantes minoristas",
indicó la vendedora Eyen Rivera.
"Tengo una familia que mantener, pero veo lejos que el paÃs
retome la estabilidad económica. Ayer pagué 60 mil sucres por
trasladar mi mercaderÃa desde la BahÃa hasta La Florida Norte.
No gané ni $10.000 en el dÃa y mi familia no comió", añadió.
El importador Miguel León afirmó que la situación para los
importadores también es difÃcil porque el alza del dólar en un
dÃa puso al descubierto que la carestÃa de la divisa
norteamericana, en relación al sucre, puede provocar una
debacle social de grandes proporciones.
"Considero que el presidente debe rectificar, al igual que la
ministra de Finanzas, para evitar que nuestra moneda se
desvalorice más y que la adquisición de productos para las
clases más pobres se vuelva inalcanzable. Incluso yo me he
salido del presupuesto con este manejo financiero que estoy a
punto de cerrar mi negocio", señaló.
se aprovecha cualquier circunstancia
En los últimos dos años, el paÃs y principalmente Guayaquil,
han sido testigos de varios hechos de violencia como medida de
protesta en contra del régimen. Una de las manifestaciones son
los saqueos a puestos de ventas y almacenes en el casco
comercial.
El 5 y 6 de febrero de 1997, perÃodo en que ocurrió el
"bucaramato", decenas de personas acudieron al sector de las
bahÃas y sus alrededores, al igual que a la avenida Nueve de
Octubre, a robar productos de primera necesidad, o
electrodomésticos, en forma violenta. Los daños y perjuicios
fueron millonarios y ni la acción de las fuerzas del orden
evitó que los saqueadores hicieran de las suyas.
De igual forma aconteció el 1 de octubre de 1998, cuando un
grupo de personas infiltradas saquearon diferentes locales en
el sector de la bahÃa y en el mercado de Pedro Pablo Gómez. En
esa ocasión, los comerciantes minoristas y vendedores de
vÃveres denunciaron grandes pérdidas por los robos de
mercaderÃas y productos.
"Hubo muchos delincuentes que se infiltraron y procedieron a
robarnos todo lo que encontraban a su paso. Nosotros tuvimos
que esconder lo que más podÃamos", recuerda Marcos Reyes,
vendedor de pantalones en el sector de la calle Manabà y
Chile.
La Fedacomib está en alerta
Punto de Vista
Daniel Córdova,
presidente de comerciantes de las bahÃas
"Para cualquier circunstancia adversa, el gremio que presido
está dispuesto a mantener la calma. Hemos dialogado con las
Fuerzas Armadas, PolicÃa Nacional y Metropolitana y ellos nos
han manifestado su respaldo para cualquier Ãndice de saqueos
que atenten contra nuestros puestos de venta.
Por tal motivo, nosotros no tenemos por qué armarnos mientras
las Fuerzas del orden nos protejan. Cuando no ocurra, los
4.200 miembros de la Fedacomib tendremos que enfrentar a la
delincuencia con nuestras propias manos; no con armas porque
la ciudad se volverÃa una zona de guerra y creo que nadie
quiere llegar a tal situación.
Actualmente tenemos 50 guardias de seguridad durante la noche;
ellos están para cuidar la mercaderÃa mientras los
comerciantes retornamos a nuestros hogares. No creemos
necesario redoblar al personal de guardia porque no hemos
llegado a lÃmites incontrolables.
Pero si la crisis continúa, no habrá ser humano que no salga a
las calles a buscar productos para satisfacer sus
necesidades", analizó el dirigente. (Texto tomado de El
Expreso)