Quito. 08 sep 2001. Los "bautizos" son prácticas que se cumplen en diversos ámbitos, desde el colegio hasta los clubes sociales

A las 11:30 del 23 de agosto, los médicos legistas Rigoberto Sotomayor y
Marco Jaramillo realizaron el reconocimiento del cadáver del subteniente
Julio Rubén Robles Eras: "De aproximadamente 22 años (tenía 23, en
realidad), estatura aproximada 1,70 metros, piel trigueña, vestía únicamente ropa interior de color blanca", según reza el informe.

En la cabeza del subteniente se observaba, según el mismo informe, un
círculo de coloración violácea de seis milímetros de diámetro. La comisura izquierda del labio presentaba un matiz negruzco, y una laceración se observaba en el mentón, en ese mismo lado. "No se percibe olor de alcohol en la cavidad bucal", insisten los galenos.

El cuello anterior y exterior del subteniente presentaba una lividez
cadavérica. "Al explorar el cuello se nota movilidad marcada en la
extensión, flexión y lateralidad, lo cual contrasta con la rigidez del resto del cuerpo", sostienen los médicos.

En un video de la autopsia, "se aprecia la manipulación del hermano del
subteniente; él (Luis Vega) entra como observador (...) Le mueve el cuello fuertemente. No se puede decir que se desnucó, a lo mejor eso pasó aquí", dijo en una entrevista concedida a varios medios de comunicación (excepto a HOY) el comandante de la Fuerza Terrestre, Northon Narváez.

En el tórax, los galenos encontraron una zona equimótica (el Diccionario de la Real Academia define la equimosis como la mancha amarillenta y negruzca producto de golpes u otras causas) de 15 centímetros de diámetro, escoriaciones en el brazo derecho y cuatro zonas equimóticas en el brazo izquierdo.

En la piel de los dedos y en el brazo izquierdo del cadáver, los galenos
hallaron coloraciones negruzcas similares a las encontradas en la boca.

En la rodilla izquierda se apreciaba otra escoriación de cuatro centímetros de diámetro, al igual que en la derecha. Los galenos notaron la presencia de "escoriaciones en el dorso del dedo gordo del pie izquierdo y en el dorso del segundo y el tercero de los dedos del pie derecho".

Cuando Rigoberto Sotomayor y Marco Jaramillo colocaron el cadáver en
posición fetal, observaron cómo salían de su boca secreciones de color
rojizo con restos de alimentos. En la región genital, en la cara inferior
del escroto, encontraron otra mancha negruzca de cinco centímetros de
diámetro. Los familiares del subteniente denunciaron que había muerto en un extraño ritual de "bautizo", práctica acostumbrada en los recintos
militares.

El caso es investigado en el Juzgado de la Tercera Zona Militar de Cuenca y el comandante de la Fuerza Terrestre ha dicho que respetarán las decisiones del juez militar; el fiscal que inicio la instrucción previa, Milton Ayala Bermeo, dijo que, por tratarse de un delito común y por el rango de los presuntos responsables, estos carecen de fuero especial.

Los "bautizos", son rituales que no pueden dejar de realizarse, pero sin
caer en excesos, según dijo el almirante Fernando Donoso, comandante general de la Marina. Estos ritos, sin embargo, no son propios de los recintos militares, tampoco los abusos que se cometen, según dijo Alberto Molina, oficial del Ejército en retiro.

BLANCO y NEGRO muestra que es así, aunque los "bautizos" son más violentos en unos sitios que en otros, según los testimonios que se han recogido para evidenciar los niveles de violencia a los que se puede llegar en los rituales que diversos organismos de derechos humanos reclaman erradicar, sobre todo en las Fuerzas Armadas. (JT)

Fiscal: "Se trata de un asesinato"

Ayala dice que los autores del supuesto crimen deben ser procesados por la justicia civil

El fiscal Distrital de Loja, con sede en Macará, Milton Ayala Bermeo, inició la instrucción previa y solicitó al juez ordenar la prisión de los presuntos responsables: Jorge Segovia, Luis Alfredo Parreño Pincay, Estuardo Condo Gómez, John López Ulvio, Estuardo Condo Gómez, Angel Cherry Jaramillo Gutiérrez, Tomas Hidelfonso Peñafiel Véliz y Segundo Montes Zumba, quienes se encuentran detenidos en Cuenca, según ha dicho el comandante del Ejército, Northon Narváez.

La instrucción fiscal se inició con fundamento en el parte médico legal y
luego de haber solicitado varias diligencias, entre las que se cuenta el
primer pedido de detención de los subtenientes Wilson Araque, Paúl Cañizares y Fernando Robalino, para recoger sus testimonios. La siguiente diligencia fue el reconocimiento del sitio donde se suscitaron los hechos

El fiscal insistió que, incumpliendo la orden de detención, los presuntos
responsables han sido trasladados fuera del recinto militar, "a pesar de
que, por tratarse de un delito común y, por su rango, no se sujetan al fuero especial".

"Por las versiones recibidas se determinó que se trata de un asesinato; por lo tanto, se dio inicio a la instrucción fiscal", dice un comunicado del Ministerio Público. (JT)

El necesario edicto del rey Neptuno

En la página web de las FFAA se informa sobre los distintos modos de dar la bienvenida a los reclutas.

"El bautizo naval es una tradición que se remonta mucho tiempo atrás; se
realiza cada año a los guardiamarinas que han pasado su primer año a bordo de la Escuela, quienes una semana antes de la llegada de los nuevos
aspirantes (reclutas) y después de superar algunas pruebas impuestas por el rey Neptuno para demostrar el temperamento, carácter y formación de sus nuevos súbditos, tienen el privilegio de ingresar al reino de los
guardiamarinas antiguos y hacerse acreedores a los derechos que les
corresponden", dice en el texto sobre la Armada.

Neptuno es elegido entre el personal de tropa: el más fuerte y agresivo.

El "bautizo" se cumple cuando los nuevos cadetes cruzan en la embarcación la línea equinoccial, según fuentes consultadas por BLANCO y NEGRO.

"Bajo la tutela de Neptuno y su corte, cada bautizado, en compañía de su
respectivo padrino, va superando una a una las pruebas establecidas hasta
llegar a la búsqueda y encuentro del edicto real".

Una de las pruebas es que los aspirantes a oficiales pasen por debajo de una red y reciban golpes de quienes serán sus subalternos. (JT)

La entrada por el Portón de Marte

La tradición que destaca el Ejército en la vida militar es el paso del
cadete por un arco de cipreses

La única referencia que existe sobre los "bautizos" en la Fuerza Terrestre, en la página web de las Fuerzas Armadas, es la ceremonia Militar que realizan los aspirantes a oficiales del Ejército, al ingresar por el "Portón de Marte" (un arco flanqueado por cipreses), a la Escuela Militar Eloy Alfaro.

"Difícil resulta poder expresar ese momento supremo (...) Sentimientos de
tristeza y alegría", dice.

Y sigue con una alta dosis de lirismo: "El momento sublime comenzó.

Nuestros nombres fueron pronunciados y uno por uno nos encaminamos a ese gran Portón, en el cual se leían palabras que, aunque simples, llevaban consigo un gran significado: "Solo venciéndote vencerás". Esta frase se grabó perpetuamente en nuestras mentes. Sus grandes puertas se abrieron, un corredor adelante, y a sus costados, vestidos con uniformes de gran parada, nos recibieron los cadetes antiguos".

Más adelante: "En el umbral del Portón, nos saludaron altos oficiales de la Escuela (...) Ingresamos con la ilusión de ver nuestros sueños cumplidos (...) Por eso el Portón de Marte significa el comienzo de una nueva carrera; es el encaminarse al servicio de la Patria. Por el pasarán únicamente (...) aquellos que están dispuestos a dejarlo todo, incluso su vida misma, en defensa de la heredad territorial". Por ese Portón pasó el subteniente Julio Rubén Robles Eras, con esas ilusiones. (JT)

El baño de aceite a los nuevos pilotos

Luego del primer vuelo sin la supervisión del instructor, el novato debe cargar una cruz hasta una pileta

En la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) es tradicional el "bautizo" con aceite quemado y aserrín, según algunos ex oficiales consultados por BLANCO y NEGRO. Los rituales acostumbrados en esta rama para dar la bienvenida a los aspirantes a oficiales es la referencia más escueta que existe en la página web de las Fuerzas Armadas.

"Esta actividad se efectúa, una vez que cadete de la Escuela Superior
Militar de Aviación, luego de una exigente preparación académica y de vuelo, es calificado por el piloto "chequeador", dice en la pagina web.

El piloto instructor termina su trabajo luego de tomar una prueba de vuelo al aspirante y lo deja desarrollar todo lo que ha aprendido solo.

El aspirante, sigue el texto de la página web de las Fuerzas Armadas, tiene "el privilegio de controlar la aeronave solo; luego de su vuelo es recibido por sus instructores y compañeros de promoción para bautizarlo", según se informa. El cadete recibe una cruz que debe cargar "desde el avión hasta la pileta, en donde es bañado con aceite de motor de aviación (quemado) en señal de bienvenida como nuevo piloto de la Fuerza Aérea Ecuatoriana". (JT)

Lo visto en los cuarteles

Tres ejemplos de cómo los antiguos tratan a los nuevos, y de cómo estos
deberán tratar a los primeros

Una persona que ha vivido cerca de los cuarteles militares durante varios
años narra algunas de las cosas que ha visto. "Un día, en la Base de Salinas de la FAE, hace 20 años, llegó el avión que solía llevar víveres a los reclutas. Cuando todos retiraron las cosas, notaron que sobraba un quintal de papas que nadie sabía para quién era. A un oficial se le ocurrió que los cadetes se comieran las papas crudas".

Sobre el bautizo en la Armada: "El capitán del buque cede el mando a uno de los tripulantes cuando la embarcación cruza la línea equinoccial con los nuevos cadetes. El nuevo capitán es nombrado rey Neptuno. Generalmente, es el más grande y el más agresivo. Entonces comienza la ceremonia. En la cubierta del buque tienden una red fuerte, de forma que apenas puedan pasar los cadetes por debajo. Ellos tienen que avanzar hacia adelante; mientras se arrastran, la tripulación los "bautiza" con correas, palos y cabos gruesos: un golpe con un cabo muele por dentro. Esa es la gran oportunidad de los tripulantes de cobrarse por anticipado lo que les podrían hacer luego los futuros oficiales. En la meta los esperan otros marinos con dos mangueras que botan chorros de agua a gran potencia, para impedirles avanzar. Al final les hacen tomar un brebaje y son "bautizados" con el nombre de un pez, luego de lo cual reciben un certificado firmado por el rey Neptuno, para que, cuando esos oficiales crucen otra vez la línea equinoccial puedan utilizarlo de salvoconducto".

Sigue con la Armada, en donde fue testigo de otro hecho: "En la Escuela
Naval se sientan en la mesa un guardiamarina de primer año, que es el
recluta, uno de segundo año, al que le dicen clínico (los clínicos, en Roma, eran quienes castigaban a los gladiadores), y otros de tercero y cuarto año.

El clínico preguntó al recluta: ¿Te gustan los tallarines? Respondió que sí, con el tenedor sacó virutas de la cáscara de un banano que debió comer".

En el Ejército: "Cuando se prepara un partido de fútbol entre antiguos y reclutas, los primeros alistan a los reclutas, porque no quieren perder,
para lo cual les hacen la prueba hidráulica: deben tomar tres litros de
agua, lo que les causa una sobrehidratación y, claro, no pueden jugar porque se están orinando a cada rato en los pantalones". (JT)

Una caminata que termina en el aserrín

Cuando Fernando Tapia llegó a la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) lo primero que vio fue cómo unos paramédicos sacaban en camilla a reclutas heridos.

Otro que salía corriendo, huyendo de un militar que con fusil en mano lo
perseguía. Vio cómo le disparaba y cómo el recluta quedaba tendido en el
piso. "Al pasar la época de reclutamiento, cuando uno asciende a cadete de primer año, es bautizado. Muchas veces el bautizo ha sido un poco duro, pero dentro de las normas y procedimientos controlados", sostiene.

Fernando Tapia recuerda claramente su bautizo. A las 06:00 se despertó
agitado. Las trompetas apuraban más que de costumbre a los 70 cadetes que
cumplieron su primera meta. Después de desayunar, regresaron a vestirse con unos pañales, y semidesnudos y descalzos salieron a recorrer las pistas de pentatlón, haciendo flexiones, caminando en cuclillas. Debía pasar varias
etapas, como que rompan un huevo crudo en la cabeza, comer cebollas e
ingerir cáscaras de papaya. En la pista de pentatlon estaban preparados
sitios llenos de aceite quemado, por los que debían pasar arrastrándose.
Antes de finalizar les bañan otra vez en aceite y les lanzan en una poza
llena de aserrín.

El "bautizo" concluía. "Significaba que habíamos llegado a una meta y
pasábamos a otra etapa, a una en la cual se requiere cumplir otro objetivo", dice, e insiste en que nunca se produjeron excesos. (JT)

-Cuando Arteaga pasó el rito

Vicente Tello, miembro de la Unión de Periodistas del Azuay (UPA), no olvida el día en que "bautizó" a Rosalía Arteaga, ex vicepresidenta del Ecuador.

Tello era el "cura" del gremio. Para esa ocasión, preparó un brebaje con un poco de ajo molido, lo mezcló con unas cuantas gotas de Zhumir y alguna otra pócima. "Doña Rosalía tomó, pero casi vomita", recuerda el cronista gráfico, quien cogió un "jabón negro" comprado en el mercado y le lavó la cabeza. "La señora se puso muy seria, como que no le gustó", dice, tras indicar que el "bautizo" se realizaba como un acto de bienvenida, sin mala intención.

"Es más, luego de esta ceremonia venía el festejo, y todo terminaba en una agradable amistad y unión", sostiene. (RMT)

-El Benigno Malo y su tradición

El "bautizo" en el centenario colegio cuencano Benigno Malo forma parte de las tradiciones y festejos de este establecimiento. Tyrone Jaramillo, ex alumno y actual profesor del colegio, dice que el "bautizo" a los "chúcaros" (alumnos que acabn de ingresar a primer curso) es una forma de
hermanamiento.

Los bautizados son colocados al borde de una piscina de agua fría, en
pantalón de baño; el "obispo", que es un alumno, conjuntamente con el
"monaguillo", les hace beber un brebaje, una mezcla de sal, azúcar, cola,
jugo de cebolla y jugo de ajo, y luego el estudiante es lanzado a la
piscina. Después se le pinta el cuerpo: mitad blanco y mitad negro, los
colores que identifican al establecimiento ediucativo. (RMT)

HISTORIAS

-El baño de aceite del piloto comercial

Esteban Salto fue bautizado una sola vez en su vida. Cuando se graduó como piloto comercial de Icaro, el 14 de julio de 1992. La fecha la recuerda claramente. "El bautizo tradicional en aviación es el baño en aceite quemado", recuerda.

Primero realizó la evaluación con el instructor, quien debía determinar si estaba en capacidad sicológica y si tenía las habilidades para volar sin la vigilancia del instructor. "El hecho de estar en la aeronave sin el instructor fue una sensación indescriptible -recuerda-. Cuando aterricé, pasé a la plataforma y el instructor me esperaba con un balde lleno de aceite quemado". El baño de aceite, en una poza, se efectúa con el aceite que se ha quemado desde la primera hora de vuelo.

-Una toalla sanitaria que deben morder

En Otavalo, en el salón de actos del hotel en el que se hospedaron quienes estuvieron en la última Vuelta Ciclística a la República, se produjo el "bautizo" de quienes participaban por primera vez en la vuelta: policías, fotógrafos y reporteros.

"A las 20:30, los 12 novatos fuimos llamados por los dirigentes de la
Concentración Deportiva de Pichincha al salón de actos", recuerda Eduardo
Tapia. Cuando pasó al frente le hicieron morder una toalla sanitaria pintada de rojo; luego se hincó, y en ese momento le rompieron un huevo crudo en la cabeza y lo bañaron con un trapeador. Después le quitaron la toalla de la boca y tuvo que tomar un brebaje, con un taco de whisky para evitar el vómito.

-La bienvenida sin nada nutritivo

Patricio Estrada es parte de la comunidad Zamorano, la tradicional Escuela de Agronomía que está en Honduras. Llegó a ese lugar en 1991.

"La primera semana que uno está dentro, no se tiene idea de nada, porque uno es recluta-recluta", dice.

Lo que se llama "bautizo" en el Zamorano se produce casi al finalizar el
año, cuando los novatos reciben una invitación de la comunidad ecuatoriana que está en los cursos superiores, y hasta de los profesores, para la fiesta de bienvenida.

Lo más llamativo es que comen solo comida chatarra. "En ese momento,
dejamos de ser reclutas, dejamos de ser perros, lo que se dice, y entramos a ser reclutones. Yo dejé de ser perro recluta y soy reclutón. Es algo muy bonito", dice.

-Y qué es eso de la "porla" en la aviación

"El "bautizo" comenzaba en el avión y, terminado el vuelo, a los auxiliares nuevos se les explicaba que para ingresar a Estados Unidos debían llevar una muestra de orina para entregarla en Migración. Era de ver las caras de los funcionarios cuando les daban la muestra que llevaban en un vaso plástico", dice Ana Lucia Sosa, que fue azafata de Ecuatoriana.

"En el hotel se reunían la tripulación, y bien provistos de tragos comenzaba el "bautizo". Al "bautizado" se le pedía que hiciera la "porla". Había gente muy tímida que se negaba, porque presumía eso era muy privado; otros, que se desinhibían con el alcohol, empezaban a desabrocharse la camisa y quitarse el cinturón, hasta que alguien paraba el show y le indicaba al bautizado que la "porla" era simplemente hincarse y decir: "Por la señal de la Santa Cruz".

El deseo de pertenecer al grupo

Los "bautizos" tienen su explicación científica en la sicología de la
pertenencia

El sicólogo Ezequiel Toledo, de la Fundación de Asesoría en Derechos Humanos (Inredh), experto en temas de violencia, dice que los bautizos deben entenderse desde la sicología de la pertenencia, "una rama muy curiosa, porque revela la necesidad de la gente de estar asociada".

Luis Angel Saavedra sintió la necesidad de pertenecer a un grupo cuando
regresó a Cayambe en 1980, luego de estudiar en un internado de Quito.

"En Cayambe se habían conformado grupos, que oscilaban entre ser pandillas y ser grupos juveniles. En 1980, se llegó a organizar un campeonato de fútbol interpandillas, auspiciado por la Liga Cantonal. Era necesario estar integrado en uno esos grupos", recuerda. Se integró a uno llamado Los Flyppers, a quienes les gustaba las motos, correr y embriagarse.

Las personas, sencillamente, se acogen a determinadas normas sociales, dice Toledo, por un problema de pertenencia. "Por ejemplo, el subteniente Julio Rubén Robles Eras conocía las costumbres y las prácticas de un determinado grupo, y aunque no estaba de acuerdo con esas prácticas ni las aceptaba, por lo que ha declarado su madre (María Augustina Eras), él tenía que sentir la pertenencia, y eso le obligaba a acoger las normas. Las aceptó, como las hubiera aceptado cualquiera", insiste.

Luis Angel Saavedra fue "bautizado" en la pandilla a la que se integró, en un pueblo ubicado al norte de Cayambe. Siete de sus amigos se le abalanzaron y le quitaron la ropa, que la fueron a dejar en los árboles y plantas del parque. Se quedó desnudo en medio del salón, ante la risotada general de todos los presentes. Tuvo que caminar hasta el parque, desnudo, para recoger su ropa y vestirse.

El sicólogo dice que "el bautizado acepta el "bautizo", aunque le moleste, porque sabe que después ya no formará parte del grupo de los bautizados sino de los que bautizarán". Insiste en que existen normas contraproducentes en esas prácticas, que la gente acepta por la falta de un pensamiento crítico.

"Al principio me sentí sorprendido, aunque después tenía la seguridad de ser parte del grupo", recalca Saavedra. (JT)

-La tergiversación del significado original

"El "bautizo" es una práctica salvaje, aberrante, que no prueba sino la
cobardía del ser humano. El soldado más inocente entiende que eso no se debe hacer, y si lo hacen es porque hay jefes que lo manda", dice el religioso Aristelio Monroy, de la Sociedad de San Pablo, de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. "Lo que nosotros consideramos el bautismo cristiano tiene su origen en el Nuevo Testamento", dice.

¿Qué significado tiene el bautismo? "Dios presenta a su hijo ante el mundo, diciendo tú eres mi hijo amado, tú eres mi elegido y lo presenta como el Mesías y como su enviado. Jesús después predica su Evangelio, sube al cielo, y la Iglesia toma de ahí la costumbre de bautizar a sus fieles".

¿Cómo entender la tergiversación de su significado? "Los militares lo hacen para expresar que la persona inicia una carrera militar, pero es una pésima comprensión del sacramento del bautismo. Es una práctica tan aberrante, tan humillante y tan grosera", responde.

¿Cómo se puede controlar o normar esta práctica? "Los militares son
conocidos como hombres de disciplina que fortalecen el carácter de la
persona, que le ayudan a tomar conciencia de la dignidad de su cuerpo, por lo que debería existir una prohibición absoluta. Y si es cierto que son tan hombres, que obedezcan y nunca más se permita cosas de ese estilo", sostiene.

El religioso no cree que debe ser el presidente de la República quien ponga fin a las prácticas. "Pregunto a los militares si es necesario que un mandatario les prohíba hacer actos tan salvajes, por qué no son capaces de entender que son salvajismos que no le hacen bien nadie en este mundo", sigue.

"Los militares deberían preguntarse por qué nosotros los vemos tan
inhumanos", dice, e inisiste en que, cuando aparecen casos como el del
subteniente Julio Robles Eras, piensa que la vida militar necesita ponerse al día con la civilización. (CA)

ANALISIS

En el nombre de...

La muerte del subteniente Julio Rubén Robles Eras, en una unidad militar, en Macará, a los pocos días de haberse graduado en la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro, ha sacado a la luz pública la práctica de un ritual que se relacionaría más con la conducta colectiva, que con una tradición
institucional.

Las ceremonias que describe BLANCO y NEGRO en diversas organizaciones
podrían evaluarse, asimismo, como actos de consagración a la institución,
con un hilo conductor: el convencer a la persona de su verdadera dimensión, ubicándola en la condición de recién llegada; un subordinado que deberá obedecer el orden establecido.

Pero la práctica, que no solo se reproduce en las sociedades occidentales, sino en otras culturas, parece haber llegado a extremos en los que la crueldad de quien oficia de sacerdote, hace del "bautizo" un ejercicio de poder cruento.

¿Cómo entender que a quien se consagra como nuevo miembro de una
organización o cofradía se lo debe someter a la indignidad de beber pócimas, o, peor, de sufrir castigos físicos que rayan en la tortura
institucionalizada? Desde la visión de los religiosos se habla de prácticas salvajes, que probarían "la cobardía del ser humano", que confunden la génesis del sacramento. No obstante, desde el ángulo de la sicología se lo relaciona con el sentido de la asociación, ya que el ser humano necesita vivir en comunidad. De allí que, aunque sepan de la existencia de esos rituales, las personas deciden integrarse a esas organizaciones, en una acción que, desde esta óptica, resultaría inexplicable.

Pero también se podría decir que el "bautizo" está vinculado al afán de
ascender, de posicionarse de mejor forma en un sociedad que impone esa
condición, y que muchos se atreven a buscarla sin importar que en la
búsqueda, incluso, puedan ser agredidos o hasta inmolados.

Así habría que entender el hecho de que se acepten actos semejantes en
algunas instituciones. Así se podría intentar interpretar el pensamiento de aquellos que esperan que la recompensa los transforme en el bautizador. O sea, en el que tiene el control, el poder anhelado y perseguido, sin importar los cómo ni los por qué.

Pero en el caso del subteniente Julio Rubén Robles Eras, hecho doloroso que llevó a que BLANCO y NEGRO investigase estas prácticas en otras
instituciones civiles y miltares, no solo habría que esperar que la
institución militar revisara la conducta institucional, sino que se
castigara la muerte del oficial, para que existiera un precedente que
impidiera los excesos. (TFF)

Las preguntas que no pudo hacer BLANCO y NEGRO

Diversos organismos de DDHH sacaron a la luz pública varios casos de
maltratos ocurridos, en años anteriores, en los destacamentos

El jueves anterior, varios medios de comunicación publicaron amplias
declaraciones del comandante de la Fuerza Terrestre, Northon Narváez, sobre la reglamentación que existe sobre el tema de los "babutizos" y sobre los primeros resultados de las investigaciones en el caso del subteniente Julio Rubén Robles Eras. HOY intentó obtener una entrevista sobre el mismo tema, con la misma autoridad, varios días atrás, pero no obtuvo respuesta. El encargado de Relaciones Públicas del Ministerio de Defensa citó a BLANCO y NEGRO a las 09:00 de ayer en esa institución para ayudarnos a obtener una respuesta institucional, pero tampoco fue posible, porque no llegó.

Mientras tanto, los organismos de Derechos Humanos continúan haciendo
públicas las denuncias sobre supuestos maltratos a los que habrían sido
sometidos quienes pasaron por los cuarteles. "El execrable crimen del
subteniente (Julio Rubén) Robles exige una ejemplar sanción para los
responsables, pero también plantea que es imprescindible avanzar en el
respeto a los derechos humanos desterrando algunas prácticas como las
torturas y maltratos físicos", aseguró la directora de la Comisión Ecuménica de Derechos Humanos (Cedhu), Elsie Monge.

La Cedhu tiene documentados varios casos de maltratos en los cuarteles
militares, como el de Geovanny Gaona Armijos, que habría fallecido mientras cumplía el servicio militar obligatorio, en abril de 1992, en la Compañía de Infantería Nº 7 Zumba, en Zamora Chinchipe. En el mismo Batallón de Infantería BI-21 de Macará (en el que habría ocurrido el "bautizo" que terminó en la muerte del subteniente Robles), a fines de 1988, el conscripto Alejandro Navarrete habría sido "golpeado en la espalda con la culata del fusil, arrastrado, pateado en la cara y en los genitales", según la Cedhu.

Billy Navarrete, del Comité Permanente de Derechos Humanos, también aseguró tener documentados varios casos en los que miembros de las Fuerzas Armadas han sido sometidos a torturas como parte de ritos institucionalizados: "bautizos" o graduaciones, ejercicios militares y el llamado "campo de prisioneros". (JT)

El entierro de los carros robados

Tres supuestos miembros de una organizada banda fueron detenidos por la
Policía, hace pocos días

El taxista Lucas Olivo Arellano, conductor del vehículo San Remo, con placas GAS-843, circulaba por el centro de Guayaquil a la 01:00 de la madrugada del domingo 19 de agosto anterior. Al curvar en la esquina de la avenida Quito y la calle Luque, tres sujetos lo detuvieron y le preguntaron si les podía hacer una carrera hacia la ciudadela Chemisee, al norte de la ciudad. La respuesta fue inmediata: "Sí, pero les costará $2".

El chofer dudó un momento, después de observar el movimiento de labios de
los pasajeros que estaban sentados en la parte trasera. "Es que ellos se
hacían varias señas", afirma.

"Detente imbécil, entréganos las llaves del carro, si no te matamos",
gritaron de pronto, mientras uno de ellos le colocaba un cuchillo en la
garganta.

"¿Qué me van hacer, a dónde me van a llevar?", preguntó Arellano.

En ese momento, los tres sujetos le golpearon salvajemente en el cuerpo le hicieron un corte en el mentón. Otro se sentó en su cabeza, tratando de asfixiarle. El tercero le ató las manos y los pies con una soga gruesa, para después torturarlo con el arma blanca que estaba oxidada.

Los ladrones lo llevaron hacia el sector conocido como El Fortín, que se
encuentra cerca de la estación de la línea de buses Nº 8, ubicada en la
cooperativa Nueva Prosperina, que colinda con el botadero Las Iguanas.

Allí, totalmente inmovilizado, lo abandonaron. "Me salvé de que me asesinaran. Fue un milagro", relata ahora.

Después de dos semanas, seis taxistas, amigos de Luis Parrales Poveda
(dueño del auto San Remo, modelo 95) lograron rastrear el lugar donde se
encontraba abandonado el carro.

El anterior 3 de agosto, en horas de la mañana, el agente de la Brigada de Automotores, Cléver Nudzia, y dos policías fueron designados para ingresar al sitio.

"En los patios de la villa B-2, solar 29, de Nueva Prosperina, encontramos el auto desbaratado en 14 piezas. Puertas, accesorios y chasis yacían enterrados, a dos metros de profundidad", dijeron Washington Córdova y Santos Ferrer Triviño, los testigos que observaron un sinnúmero de accesorios de otros automotores, presuntamente robados y despedazados con sierras eléctricas y con soldadura autógena.

Los agentes detuvieron para investigaciones a los tres presuntos ladrones: los hermanos Angel (20) y WilmerArias Sánchez (26), y Jorge Villegas Salazar.

No obstante, el abogado del perjudicado, Javier Prieto, dijo que llegarán
hasta las últimas instancias porque se debe conocer si los detenidos
pertenecen a una organizada banda dedicada al robo de carro,s con un modus operandi inédito en el país. (CHM)

Las cifras aumentan en Guayas

La nueva modalidad de desmantelar vehículos, luego ocultarlos bajo tierra, ha sorprendido a la Policía Técnica Judicial del Guayas.

Dos individuos que laboraban como auxiliares de un taller mécanico fueron
detenidos por los uniformados. Presuntamente, serían cómplices de los tres sujetos apresados, el lunes anterior.

En lo que va del 2001, las estadísticas de carros recuperados, que fueron
reportados como robados en Guayaquil, llegan a 123. La cifra del año
anterior fue de 154. Mientras que de enero a mayo se han denunciado el robo de 1 006 carros.

Los miembros de las brigadas de Automotores de la PTJ del Guayas afirman que los ladrones acostumbran abandonar los autos robados en distintos sectores suburbanos de Guayaquil, como Bastión Popular, Perimetral y Prosperina.

Una vez terminadas las investigaciones finales, el jefe de la Policía del Guayas, Jorge Jiménez, dijo que dará a conocer detalles del informe. (CHM)(Texto tomado de la Revista Blanco y Negro)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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