Quito. 22 sep 2001. La caÃda de los Ãndices en EEUU no solo afectó esos mercados, sino que arrastró a los europeos y latinoamericanos
La pérdida del 46,43% en el valor de las acciones de American Airlines fue el indicador más evidente de la reapertura de la Bolsa de Valores de Nueva York, después de cuatro dÃas en que estuvo cerrada.
Con el estupor del primer dÃa y luego de una larga caminata, los 3 000
operadores llegaron para enfrentar un largo dÃa de muchas tensiones.
Ese dÃa, el Ãndice Dow Jones, que promedia los rendimientos de 70 empresas industriales- comenzó una rápida caÃda hasta un récord de 7,13%, que lo ubicó en 8 920,70 unidades.
En cambio, el Nasdaq, que evidencia el comportamiento de 30 empresas
tecnológicas, habÃa perdido 77,39 puntos (4,56%) a 1 617,98 puntos.
Asà mismo, el Ãndice Standard and Poor"s 500, que refleja la tendencia
general de los mercados bursátiles estadounidenses, habÃa retrocedido 3,91% hasta ubicarse en 1 049,80 puntos.
Ante este escenario, el Gobierno apeló a dos fórmulas para amortiguar la caÃda. Por un lado, una hora antes de abrir el mercado, la Reserva Federal (FED) anunció la reducción de la tasa de interés en 0,5%, ubicándose en 3%.
Esto, con el fin de sostener las inversiones en el paÃs, sobre todo de
aquellos capitales foráneos que fácilmente limitan las transacciones cuando se acerca una crisis. El otro punto fue pedir a los capitalistas "jugar en el mercado", de tal forma que no haya grandes pérdidas, sobre todo en el sector industrial, susceptible ante la posibilidad de un retroceso en el consumo de los estadounidenses.
Los pedidos surtieron efecto y según los analistas, como Ralph Acampora, de Prudential Securities, la situación es diferente al crack más reciente, en octubre de 1987, que habÃa visto al Dow Jones perder más de 22%. El mercado no estaba abierto el dÃa de los atentados y esto no permitió a los inversores tirar la toalla. La FED intervino antes que entráramos en pánico" , afirmó.
Pero el fuerte descenso de los Ãndices estrella de la Bolsa neoyorquina se expandieron hasta Europa, donde, sin duda, se encuentran sus socios más susceptibles. A mediados de semana, los retrocesos de las bolsas de ParÃs, Londres, Milán y Bruselas se agudizaban con nefastas consecuencias para los sectores turÃstico y aéreo.
Y es que los problemas financieros de las aerolÃneas causaron el recorte de frecuencias aéreas a Europa, lo que afectó las finanzas de estas empresas.
Mientras tanto, en Estados Unidos, los representantes de American Airlines, United Airlines, Delta, North West, Continental y US Airways acudieron al Congreso estadounidense para pedir un paquete de ayuda. La solicitud fue acatada: el Gobierno autorizó la entrega de $15 000 millones para palear los huecos financieros.
Como en cualquier situación, la reapertura de la bolsa de EEUU, benefició a algunos sectores. La compra de acciones de empresas fabricantes de equipos bélicos y de compañÃas de sistemas de seguridad se tornó atractiva. La razón: el temor de un posible nuevo ataque y de una guerra puso en alerta a los inversionistas, que vieron en esta situación la oportunidad de lograr jugosas ganancias. No faltaron aquellas empresas, como Cisco y General Electric, que recompraron sus propias acciones, en parte para evitar una pérdida de valor y con objeto de realizar futuras negociaciones, que sin duda se harán a mayores precios. (YB)
Un dÃa agitado
Los mercados bursátiles de EEUU vivieron ayer una mañana muy agitada, con pérdidas de 2,06% en el Ãndice Dow Jones, que se ubicaba en 8 203,98 puntos mientras que la bolsa electrónica Nasdaq habÃa retrocedido 3,25%.
Los analistas aseguraron que la inestabilidad se debÃa a la incertidumbre sobre la amplitud y la duración de las represalias militares.
Entre tanto, mercados como Argentina se vieron menos perjudicados, pues el temor de un ataque limita el flujo de salida de capitales hacia otros paÃses del mundo. También Venezuela y Ecuador se beneficiarán de un mejor precio del petróleo, como consecuencia de una posible guerra. (AFP-YB)(Diario Hoy)