Quito. 17 sep 2001. Algo positivo del presupuesto es que el Gobierno ya no depende totalmente de los ingresos petroleros.
Como sucede en el sector privado para efectos de proyectar los ingresos y egresos de caja futuros, el Gobierno elabora su pro forma presupuestaria basado en ciertos supuestos macroeconómicos.
Con un Producto Interno Bruto (PIB) nominal de $ 19.702 millones, el PIB per cápita anual alcanzará a $ 1.500 para el 2002.
Si bien cada ecuatoriano ganará en promedio el 11% más que el presente año ($ 1.353), comparativamente, percibirá una remuneración inferior a la de otras economÃas similares.
Afortunadamente, dos de los obstáculos que limitan elevar la riqueza nacional se desbloquearán el próximo año. La tasa básica promedio del Banco Central (10%) y la inflación a fin de año (9%) bajarán fuertemente con lo que los asalariados ya no sentirán que sus sueldos pierden constantemente poder de compra.
Resulta positivo cómo cada vez el Gobierno depende menos de la volatilidad del petróleo y concentra su acción en fortalecer los recursos tributarios. A diferencia de lo que sucedÃa en 1990 en que el 51% de ingresos del presupuesto provenÃan del oro negro, del total de ingresos del presupuesto del 2002 ($ 5.628 millones) únicamente el 29% proviene de este recurso.
El IVA es la segunda fuente de ingresos más importante. El impuesto representará el 26% de ingresos en el 2002 mientras que en 1990 equivalÃa al 17% de ingresos del total.
Más de las tres cuartas partes de los presupuestos de los últimos años se destinaron a gasto corriente y el restante 25% a inversión. ¿Cuál será la situación en el próximo año?
El Gobierno ha previsto gastar $ 4.773,6 millones en el 2002, un aumento nominal del 18,7% frente al presupuesto del 2001 y superior en 6,2% a la inflación esperada en el 2002. El 68% de los gastos será corriente y el 32% de capital.
Si bien se evidencia un aumento del gasto de personal en 44% frente al presupuesto codificado del 2001, el 74,5% es para cuatro sectores prioritarios: educación, defensa, asuntos internos y salud.
Sin embargo, al dividir los recursos destinados a gasto de personal de cada ministerio frente al número de servidores públicos que tiene cada entidad, se aprecian disparidades impresionantes. Por ejemplo, el gasto por empleado/mes alcanza a $ 3.124 en el sector asuntos externos (embajadas) en contraste con el sector de Trabajo ($ 266) o educación
($ 292).
Es necesario equilibrar los salarios en el sector público interno porque un maestro o los médicos no pueden percibir remuneraciones muy inferiores a las que perciben los servidores del Banco Central y otros.
Gasto social y la deuda
Poco a poco los gobiernos fueron descuidando las áreas sociales y dando mayor importancia a la deuda pública. Es asà que entre 1993 y el 2000 la participación de la deuda pública en el total del gasto del gobierno central subió del 32 al 54%, mientras que los recursos destinados a gasto social se redujeron del 28 al 17%.
Sin embargo, resulta satisfactorio ver qué pasa para el 2002, el porcentaje destinado al frente social sube al 23%, mientras que el gasto para el servicio de la deuda se reduce al 33%.
Al sumarse todos los gastos realizados en cada provincia (los nacionales se prorratean para el número de habitantes en cada lugar) y contrastarlos con el porcentaje de pobres que existe en cada una, se aprecia que hay equidad distributiva del gasto del gobierno.
Es asà que con una concentración del 49% de los pobres del paÃs, la Costa recibirá la mayor parte de los recursos (51% del total). En la Sierra se desembolsará el 44% del total del gasto, porcentaje muy cercano a la cantidad de pobres que acapara la región (46%) y hacia la Amazonia se dirigirá el 5% de los recursos. En esta zona se encuentra el 5% restante de la población pobre del paÃs.
Pese a que se advierte una mayor flexibilidad del gasto y mayor orden en las finanzas públicas, es fundamental la aprobación de la reforma fiscal que permita eliminar los ingresos preasignados, arreglar la parte financiera de la seguridad social y combatir la corrupción. (Texto tomado de El Universo)
Como sucede en el sector privado para efectos de proyectar los ingresos y egresos de caja futuros, el Gobierno elabora su pro forma presupuestaria basado en ciertos supuestos macroeconómicos.
Con un Producto Interno Bruto (PIB) nominal de $ 19.702 millones, el PIB per cápita anual alcanzará a $ 1.500 para el 2002.
Si bien cada ecuatoriano ganará en promedio el 11% más que el presente año ($ 1.353), comparativamente, percibirá una remuneración inferior a la de otras economÃas similares.
Afortunadamente, dos de los obstáculos que limitan elevar la riqueza nacional se desbloquearán el próximo año. La tasa básica promedio del Banco Central (10%) y la inflación a fin de año (9%) bajarán fuertemente con lo que los asalariados ya no sentirán que sus sueldos pierden constantemente poder de compra.
Resulta positivo cómo cada vez el Gobierno depende menos de la volatilidad del petróleo y concentra su acción en fortalecer los recursos tributarios. A diferencia de lo que sucedÃa en 1990 en que el 51% de ingresos del presupuesto provenÃan del oro negro, del total de ingresos del presupuesto del 2002 ($ 5.628 millones) únicamente el 29% proviene de este recurso.
El IVA es la segunda fuente de ingresos más importante. El impuesto representará el 26% de ingresos en el 2002 mientras que en 1990 equivalÃa al 17% de ingresos del total.
Más de las tres cuartas partes de los presupuestos de los últimos años se destinaron a gasto corriente y el restante 25% a inversión. ¿Cuál será la situación en el próximo año?
El Gobierno ha previsto gastar $ 4.773,6 millones en el 2002, un aumento nominal del 18,7% frente al presupuesto del 2001 y superior en 6,2% a la inflación esperada en el 2002. El 68% de los gastos será corriente y el 32% de capital.
Si bien se evidencia un aumento del gasto de personal en 44% frente al presupuesto codificado del 2001, el 74,5% es para cuatro sectores prioritarios: educación, defensa, asuntos internos y salud.
Sin embargo, al dividir los recursos destinados a gasto de personal de cada ministerio frente al número de servidores públicos que tiene cada entidad, se aprecian disparidades impresionantes. Por ejemplo, el gasto por empleado/mes alcanza a $ 3.124 en el sector asuntos externos (embajadas) en contraste con el sector de Trabajo ($ 266) o educación
($ 292).
Es necesario equilibrar los salarios en el sector público interno porque un maestro o los médicos no pueden percibir remuneraciones muy inferiores a las que perciben los servidores del Banco Central y otros.
Gasto social y la deuda
Poco a poco los gobiernos fueron descuidando las áreas sociales y dando mayor importancia a la deuda pública. Es asà que entre 1993 y el 2000 la participación de la deuda pública en el total del gasto del gobierno central subió del 32 al 54%, mientras que los recursos destinados a gasto social se redujeron del 28 al 17%.
Sin embargo, resulta satisfactorio ver qué pasa para el 2002, el porcentaje destinado al frente social sube al 23%, mientras que el gasto para el servicio de la deuda se reduce al 33%.
Al sumarse todos los gastos realizados en cada provincia (los nacionales se prorratean para el número de habitantes en cada lugar) y contrastarlos con el porcentaje de pobres que existe en cada una, se aprecia que hay equidad distributiva del gasto del gobierno.
Es asà que con una concentración del 49% de los pobres del paÃs, la Costa recibirá la mayor parte de los recursos (51% del total). En la Sierra se desembolsará el 44% del total del gasto, porcentaje muy cercano a la cantidad de pobres que acapara la región (46%) y hacia la Amazonia se dirigirá el 5% de los recursos. En esta zona se encuentra el 5% restante de la población pobre del paÃs.
Pese a que se advierte una mayor flexibilidad del gasto y mayor orden en las finanzas públicas, es fundamental la aprobación de la reforma fiscal que permita eliminar los ingresos preasignados, arreglar la parte financiera de la seguridad social y combatir la corrupción. (Texto tomado de El Universo)
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