Bahía de Caraquez. 19 ene 2001. "Bahía de Caráquez es una de las ciudades
que más ha sufrido los desastres naturales y el abandono de los Gobiernos
de turno", dice su alcalde, Leonardo Viteri. No obstante, recalca que el
resurgimiento de la urbe es el resultado de la iniciativa y perseverancia
de sus habitantes.

Ahora, el Municipio tiene cinco temas prioritarios: el agua potable, el
alcantarillado, la vialidad, el aeropuerto y el puente para el enlace con
San Vicente. Para estas obras,Viteri está aplicando estrategias de
negociación, con entidades nacionales e internacionales, y de apertura a
la inversión privada en turismo y comercio.

En Bahía, las consecuencias y los lamentos por los daños ocurridos luego
del fenómeno El Niño y el sismo del 4 de agosto de 1999, quedaron atrás.
En poco tiempo, sus habitantes se dedicaron a recuperar el urbanismo de
la ciudad y los resultados están a la vista. Y ese esfuerzo está
sustentado en un capital que poco a poco sus habitantes han recuperado y
fortalecido: la autoestima y el espíritu de lucha.

Bahía de Caráquez no retrocede frente a los embates de la naturaleza. En
su historia, se registran varios hechos y fenómenos naturales que la han
dejado destruida, pero que poco a poco se ha levantado y recuperado, dijo
el alcalde Leonardo Viteri Velasco.

Para completar "ese mucho" que falta para recuperar económica y
urbanísticamente a Bahía, Viteri tiene varios planes de trabajo que los
ha determinado con el apoyo de la ciudadanía que cree en sus gestiones.

"He planificado varias obras fundamentales, entre ellas elaborar un plan
de contingencia, a fin de mitigar la vulnerabilidad de la parroquia
urbana Leonidas Plaza, ante un probable fenómeno El Niño y un futuro
sismo de gran magnitud. Bahía está considerada como una ciudad de alto
riesgo sísmico y, para enfrentar esta realidad, debemos preparar a los
habitantes", declaró Viteri.

Asimismo, nos hemos comprometido en terminar los proyectos de agua
potable (el 60% está concluido) y alcantarillado (funciona el 50%), y una
vía paralela a la marginal de la Costa que comunique a las poblaciones de
Jama, Pedernales, San Vicente y Bahía con Manta, en 70 kilómetros.
Además, están pendientes la construcción del puente que enlace a la
ciudad con San Vicente y el puerto de Punta Bellaca, y hacer operativo el
aeropuerto Los Perales, para que reciba vuelos nacionales, de carácter,
principalmente, turístico.

El financiamiento de estos programas proviene de varias fuentes: del
régimen actual, de los Gobiernos amigos y de alianzas estratégicas con
instituciones de financiamiento como el Banco del Estado, Corpecuador,
FISE y diversos Ministerios.

El alcalde Viteri considera que con estas obras Bahía de Caráquez puede
llegar a tener un potencial económico similar al desarrollado por el
puerto de Manta.

Quienes viven en la ciudad que no tiene copia saben que las playas y las
islas que la rodean están entre los principales atractivos turísticos, y
son las principales fuentes de ingreso de sus 32 mil habitantes. "Y eso
hay que cuidarlo", aseveró Viteri. Varias agencias y empresarios de
turismo tiene planificado una serie de proyectos, que serán un
complemento de las iniciativas municipales.

El Municipio ahora está gestionando nuevos recursos para empezar las
obras que demanda la población y que fueron proyectadas al inicio de la
administración, a fin de que los inversionistas tengan a Bahía entre sus
preferencias.

El municipio

- El presupuesto es de cerca de $ 1,2 millones. El 80% se destina al pago
de gastos corrientes.

- Se realiza una auditoría para conocer cuántos empleados municipales
existen. Luego se reducirá el personal.

- Hay la urgencia de modernizar el sistema de cobro de catastros, para
financiar varias obras planificadas.

- La mayoría de propietarios de bienes raíces, en Bahía, son quiteños.

- El alcalde Viteri reconoció el empuje de inversionitas del país,
especialmente de la Sierra.

Nadie nos derrota

Bahía de Caráquez fue puerto mayor en la República y en la Colonia. Su
desarrollo agrícola, comercial, industrial y pesquero le permitieron ser
la sucursal de casas comerciales extranjeras. Pero una recesión obligó a
sus habitantes a emigrar.

A partir de 1970, empezó el boom del camarón, lo que incentivó la
economía de los habitantes de Bahía. En 1996 recibe el apoyo del Gobierno
de Sixto Durán. Sin embargo, "Sixto hizo obras que él quería, no las que
Bahía requería", dijo Viteri. Luego de ello, la mala suerte llegó: la
mancha banca, que exterminó las camaroneras y empacadoras (que empleaban
al 70% de la población); las epidemias, como el paludismo; el fenómeno El
Niño, que además de decenas de muertos, destruyó las vías y servicios
básicos; y el sismo del 4 de agosto de 1998, que destruyó el 70% de la
infraestructura de la ciudad.

Sin embargo, Viteri dice que "a los bahienses nadie ni nada nos derrota".
Luego de los desastres, de su propio dinero, levantaron nuevamente la
ciudad. Del Gobierno, poco recibieron.

Hoy se observa a Bahía con buenas proyecciones comerciales y llena de
turistas, especialmente los fines de semana y en época de feriados.

Los deslaves afectan a represas manabitas

Corpecuador apura la reparación de las presas Poza Honda y La Esperanza,
que tienen daños en alerones de los vertederos, galerías de drenaje,
laderas, muros laterales, compuertas y rodaduras, como consecuencia de
los deslizamientos de tierra, ocasionados por el fenómeno El Niño,
ocurrido en marzo de 1998, y por los sismos de agosto de 1999.

Las dos presas son administradas por el Centro de Rehabilitación de
Manabí (CRM), y están localizadas en Santa Ana y Bolívar. La reparación
de los daños es urgente, por la llegada del invierno. El plazo de
ejecución es de 60 días.

Para los trabajos, Corpecuador decidió prescindir del CRM y contratar a
una empresa que se encargue de la reparación de los daños, a un costo de
$2,5 millones ($800 mil para Poza Honda, $1 400 000 para La Esperanza y
$300 mil para los estudios), financiados por el Banco Mundial (BM).

Los estudios, elaborados por las compañías Acolit y Sinecuanón,
determinaron que no hay afectaciones directas ni riesgos en las presas,
dijo Rodolfo Menéndez, director del CRM.

Sin embargo, en el caso de Poza Honda, hay el temor de que el daño
aumente y colapse la infraestructura, que contiene 70 millones de metros
cúbicos de agua, proveniente de los ríos Puca, Mineral y Pata de Pájaro.

La presa La Esperanza alberga 600 millones de metros cúbicos de agua de
los ríos Carrizal y Chone y suministra agua para riego, consumo humano e
industrial. Fue inaugurada en 1997 por Sixto Durán.

Poza Honda suministra agua a las plantas de potabilización de los
cantones Portoviejo, Manta, Santa Ana y Rocafuerte y de las parroquias
Honorato Vásquez, Ayacucho, Colón, Los Angeles, Picoazá, Mejía, Sosote,
Río Chico, Charapotó y Crucita. Además, brinda agua para el riego de ocho
mil hectáreas en el valle de Portoviejo. Uno de los factores no
considerados en los estudios es la contaminación del vaso de la presa,
debido al derrame de químicos, desechos de árboles y basura. La presa
está ubicada a 50 km de Portoviejo, en la vía a Santa Ana. Fue terminada
en 1971 y tiene una vida útil de cien años. (AM) (Diario Hoy)
EXPLORED
en Ciudad Bahía de Caraquez

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