Quito. 11.11.91. Ernesto Salazar, director del Departamento de
Antropología del Banco Central del Ecuador, es más tajante al
estimar que la colección de Antonio Carrillo no tiene valor
arqueológico. Cuencano de 45 años, Salazar es profesor de
arqueología en Antropología de la Universidad Católica y ha
realizado estudios en Francia y EEUU.

A título personal, sostiene que la colección es "obviamenbte
falsa". Cualquier persona -dice- con mediano conocimiento de
arqueología ecuatoriana se da cuenta de que la colección está
hecha básicamente con piezas falsas. Hace pocos días, Antonio
Carrillo Bucheli alcanzó públicamente a los "pontífices" de la arqueología
para que se pronuncien sobre su profusa colección cerámica y lítica
e insistió en la necesidad de que se realice un congreso en
donde se discutan sus teorías sobre la antigüedad de las
culturas precolombinas en el actual territorio ecuatoriano.

La respuesta no se ha hecho esperar. Son funcionarios del
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural y el antropólogo
Ernesto Salazar quienes ponen en duda el valor de la colección
de Carrillo. La historia más reciente de la colección
mencionada se remonta a 1985, cuando Antonio Carrillo, médico
y político, reconocido coleccionista filatélico y numismático,
escribió ocho artículos en un matutino quiteño para sustentar
su teoría de una antigüedad de la cultura Valdivia mucho mayor
que la aceptada oficialmente.

Fueron esos artículos los que despertaron el interés del
entonces presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana,
quien a la vez se dirigió al presidente León Febres Cordero
para solicitarle la compra de la colección, de modo que fuera
la CCE la depositaria que entonces contaba con algo más de
3.200 piezas. Se conformó entonces una comisión interinstitucional que dio
un informe negativo sobre la colección, argumentando que se trataba de
piezas falsas en su mayoría. Carrillo no aceptó el mencionado informe, por
considerarlo superficial y producto de una inspección demasiado rápida. Y
más tarde, en 1988, insistió ante el Ministerio de Educación por la
aprobación de los estatutos de una fundación que posibilitara la
exhibición de las cerca de 6.200 piezas con que contaba en esa época.

Hasta la fecha, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
en una carta, el ministro Alfredo Vera le respondió a Antonio
Carrillo que había solicitado al Instituto Nacional de
Patrimonio Cultural que hiciera el inventario y la valoración
de esa colección. Pero Patrimonio dice que nunca recibió tal
pedido, como tampoco lo ha recibido del propio Carrillo,
quien, según ellos, debe hacer la solicitud directamente.

Pero a la vez sugería que la colección sea sometida al
criterio técnico de otras instituciones relacionadas con la
arqueología, así mismo la necesidad de que algunas piezas
escogidas, entre las diagnosticadas como copias, sean
sometidas a análisis de termoluminiscencia y/o xeroradiografía
en laboratorios especializados. Mientras tanto, varias
publicaciones -no solo nacionales- han recogido las ideas de
Carrillo y han promocionado su colección. Ahora está en
preparación un libro en alemán y una parte de las actuales
casi 8.000 piezas fueron exhibidas recientemente a propósito
de un congreso médico.

En una entrevista con este diario, Carrillo insistió, hace
pocos días, en la necesidad de que técnicos calificados le
digan "cuáles son las buenas y cuáles son las malas".

VERSIONES EN CONTRA

Tanto la actual jefe del Departamento de Arqueología e
Historia del INPC, Mónica Bolaños, como el jefe de inventarios
de la misma institución, David Calvache, se remiten al informe
interinstitucional de 1986 y dicen que Carrillo debía haber
enviado una carta diciendo que está en desacuerdo con el
mencionado informe, pidiendo una nueva inspección e informando
sobre el aumento de piezas.

"Las piezas de esa colección no están de acuerdo con las
teorías científicas de la arqueología ecuatoriana", dice
Calvache, quien admite sin embargo la posibilidad de que
parcialmente se trate de una buena colección. Mónica Bolaños,
especializada en la hasta hace poco URSS, aclara que
Patrimonio no está en contra de las investigaciones
arqueológicas que evidencien el desarrollo de las culturas
precolombinas y que consideran que sería muy bueno que "cambie
la faz de la arqueología", como propone Carrillo. Además,
considera que la arqueología evoluciona cada vez que se hacen
trabajos arqueológicos serios.

Ha publicado varios libros, con las siguientes consideraciones:

- Los motivos de las piezas de la colección nunca han
aparecido en la cerámica precolombina del Ecuador.

- El tamaño de las piezas (el núcleo de la colección de
Carrillo está conformado por cerámicas grandes).

- Estilísticamente, tecnológicamente, no parecen pertenecer a
ninguna cultura precolombina.
EXPLORED
en Ciudad N/D

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