Quito. 17 may 97. (Editorial) SÃ. Fabián Alarcón juega en
solitario.
Apenas, mesándose la barba hasta sacarle punta, César Verduga le
acompaña en la última semana previa a la consulta. Se lanzó en
solitario y allà lo dejaron.
Ninguno de los partidos que le apoyó para cumplir su sueño
presidencial, está a su costado. En el mejor de los casos, alguna
declaración suelta, aislada, de un dirigente. Los
socialcristianos que, al parecer echaron abajo la idea de una
prolongación del mandato interino hasta el año 2000, no se han
pronunciado, por más allá de alguna declaración oficial de Heinz
Moeller.
La Democracia Popular, que también sumó sus votos para la
elección de Alarcón, no dice nada, como si no le interesara la
ratificación popular del mandato. Unicamente Oswaldo Hurtado,
solitario también, se proclama partidario del NO en la segunda
pregunta, tal vez aferrado a su derrotada tesis de los primeros
dÃas de febrero, cuando pidió, junto a Sixto Durán, un cuarto que
definiera la disputa presidencial entre Alarcón, Arteaga y
Bucaram. Y ese aparente cuarto, parece el único empeñado en hacer
campaña por la consulta. Es Carlos Solórzano.
La Izquierda Democrática ha dado también un débil apoyo. Y los
Pachakutik junto con los movimientos sociales parecerÃan expresar
con el NO, dos desacuerdos: por una parte, el incumplimiento de
aquel compromiso que permitió el ascenso de Alarcón y en el que,
si les creemos a las palabras, estábamos a punto de transformar
este paÃs centralista y excluyente en una república
plurinacional, a más de otras ofertas. Y por otra parte, el
desafÃo a los movimientos sociales que significa el modo como se
plantea en la consulta el tema de la convocatoria a la Asamblea
Constituyente; pedirle a un paÃs que apenas comienza a reconocer
a los protagonistas de la sociedad civil, que decida si quiere
o no elegirlos para la Asamblea, aparece, para tales movimientos,
como una auténtica provocación o un acto de desconfianza en su
existencia y legitimidad.
¿Se arrepintieron todos de haberlo elegido? ¿Será posible que
levante emociones a su favor, si quienes lo nombraron no
demuestran el menor fervor? ¿No es acaso, la segunda pregunta,
una ratificación de lo actuado por ellos, por los partidos
polÃticos en el Congreso? Si en la segunda pregunta pierde el SI,
aquello podrÃa interpretarse, no solo como la derrota personal
de Alarcón, sino del Congreso que lo eligió al arrogarse una
representación que no la tendrÃa.
Fabián Alarcón tendió el mantel para jugar en solitario y asà se
quedó, solo frente al manojo de cartas. Quiso con la consulta
buscar una legitimidad que le diferenciara de sus progenitores
del 10 de febrero y ahora está recorriendo el paÃs, no sin
angustia frente a los datos de las encuestas, en una apurada
campaña, tÃmida al momento de emprenderla en televisión, radio
o prensa. Quiere y no quiere jugarse a fondo por la segunda
pregunta y, en esas dudas, pasan los dÃas.
El fin de la caridad
¿Estaremos llegando a la muerte de los servicios de salud
pública?
Fueron desde principio de siglo un acto de caridad. Con la
desparición de la Beneficencia, debieron haberse convertido en
instrumentos de unas polÃtica de salud. Pero se quedaron como
actos de bondad. Y con el ajuste y la modernización, desapareció
el espacio para la caridad pública. De modo que, no es difÃcil
vaticinar su final.
Los hospitales llevan parados un mes y ya nadie dialoga con nadie
para encontrar una solución. Los enfermos han dejado de golpear
sus puertas y vaya uno a saber dónde van a curarse o a morir.
Fabián Alarcón está ocupado en la campaña por la consulta y ha
suspendido los diálogos. Ya no hay titulares de primera plana
sobre el tema.
Es la lenta agonÃa a la que condena el liberalismo a las
polÃticas sociales. Si no es posible privatizar esos fantasmas
- algunas maravillosas piezas arquitectónicas- hay que procurar
olvidarlos. Tal vez alguien las convierta en museos
A Marco Hinojosa se le acaban los plazos
Siete, tres, dos, siete... y dos dÃgitos más. Responde una
grabadora. El prefecto de Los RÃos Oscar Llerena le saluda y le
informa que está con una licencia de treinta dÃas y que deje su
nombre o teléfono para devolverle la llamada.Oscar Llerena
responde desde la clandestinidad. Y desde la clandestinidad
organiza su defensa. Y en la clandestinidad se mueve como pez en
el agua.
Entretanto, al general Marco Hinojosa se le acaba el plazo que
le diera el ministro de Gobierno, Cesar Verduga, para encontrar
a los prófugos acusados de delitos de corrupción. Es difÃcil
saber si le salvó la ausencia de reemplazo o alguna debilidad de
última hora del ministro de Gobierno. El hecho es que, de la
crisis de la policÃa no se ha vuelto a hablar. Y los fugitivos
siguen escapando del paÃs o respondiendo los teléfonos desde la
clandestinidad.
Solo existen dos detenidos por propia voluntad, compartiendo el
piso de un cómodo chalet que se parece más a un arraigo
domiciliario que a una prisión" Diego Paredes y Leonidas Plaza.
¿Se producirá una nueva crisis? ¿O esperará el régimen que la
gente se acostumbre a escuchar o leer mensajes desde la
clandestinidad o desde el exilio y no le exige nada más a una
PolicÃa que no consigue salir del atolladero?
No solo que el fracaso de las capturas es un gesto de
indiferencia frente a la sociedad. Sino que, llevar al único
diputado preso a una prisión de privilegio, es decirle a esa
sociedad que a la institución le tienen sin cuidado las crÃticas
¿Quién mismo es el Fiscal?
En medio del fervor moralizador, está el Fiscal, Francisco
Cucalón, pendiendo de unas cuantas interrogantes.
Nombrado para acompañar el interinato, por lo menos cuatro
sombras vuelven viscosa su figura.
Apenas una de esas sombras ha intentado despejar: su intervención
en el Operativo "Victoria", cuando, en calidad de juez, absolvió
a presuntos narcotraficantes.
Una explicación que, sin embargo, no despeja un problema: las
consecuencias que tendrá para el paÃs en su relación con Estados
Unidos, la presencia de Cucalón en la FiscalÃa.
Después está la denuncia de los funcionarios que afirman que el
Fiscal está empleando a correligionarios evangelistas. Cucalón
responde que la fé evangelista es parte del currÃculo... Hay un
ciudadano colombiano, empresario de las mochilas de Sandra
Correa, que lo acusa de extorsión.
Silencio en Cucalón. Por último, habrÃa solicitado al CONSEP la
casa del narco Reyes para la FiscalÃa, de modo de mentar la soga
desde la casa misma del ahorcado. Curioso funcionario, este
Fiscal. (DIARIO HOY) (P. 3-A)
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Publicado el 17/Mayo/1997 | 00:00