Quito. 8 enen 2001. La entidad ha sido incapaz de responder a la
cobertura de la garantÃa de depósitos con sus propios recursos. El costo
fiscal es elevado.
El balance de la gestión cumplida por la Agencia de GarantÃa de Depósitos
(AGD), a dos años de su creación, es negativo, pues no ha cumplido con
sus principales objetivos: proteger al depositante de la banca cerrada,
al menor costo posible para el Estado; y maximizar la recuperación de los
activos de las entidades bajo su administración.
Asà se desprende de un análisis del informe confidencial de la consultora
internacional McKinsey &Company (M&C), con experiencia en el
asesoramiento de alta dirección y en el manejo de crisis financieras en
varios paÃses.
M&C fue contratada a inicios de 1999 para hacer un diagnóstico de la
banca ecuatoriana y para elaborar un plan de trabajo que debÃa ser
implementado por la la AGD. El documento "Apoyando a la AGD a Enfrentar
la Crisis Financiera", fue presentado el 15 de abril de ese año, dos
meses después de que el Gobierno decretara el feriado bancario y el
congelamiento de fondos.
En dos meses, un equipo de expertos de la consultora, determinó el
dimesionamiento de la crisis; los factores que deterioraron la confianza
en la banca, el costo del colapso financiero, incluyendo la recuperación
de activos; y los retos que debÃa cumplir la AGD para justificar su razón
de ser.
Poco se ha cumplido de dichas sugerencias. HOY analiza, desde este dÃa,
en varias entregas, los cuatro capÃtulos del informe. Ramiro Crespo,
analista financiero y presidente de Analytica Securities, señala que la
cobertura del seguro de depósitos con recursos propios es una tarea
incumplida hasta el momento por la AGD, pues todo el pago ha sido
financiado con recursos del Presupuesto del Estado.
La consultora, en su estudio, corrobora este criterio y señala que la
crisis sistémica en la que estuvo sumida la banca ecuatoriana puso en
riesgo entre el 60% y 80% de los activos financieros del paÃs.
Luego el Ejecutivo propone al Congreso y este aprueba, en diciembre de
1998, la Ley de Reordenamiento Económico que creó la AGD, mediante la
cual el Estado asumió la responsabilidad de un seguro de depósitos
ilimitado, lo cual acrecentó el costo fiscal del salvataje bancario.
AGD con 25,4% de los activos del sistema
En abril del año pasado, M&C, estableció que la AGD controlaba un total
de $1 765 millones en activos, equivalentes al 15% del sistema. Si a ello
se agrega lo correspondiente al Banco Continental, entonces controlado
por el Banco Central, el rubro sube al17,2% del total de activos.
Luego, con la caÃda del Banco del Progreso, la AGD recibió otros $1 243
millones en activos, con lo que el total de bienes bajo su poder se eleva
a $24,2%, y a 25,4% incluido el Continental.
La investigación de la McKinsey se efectuó casi al mismo tiempo que las
auditorÃas internacionales aplicadas a la banca local. Entonces la firma
ya habÃa advertido a las autoridades sobre la vulnerabilidad del sistema
y los problemas de iliquidez ocasionados por la desconfianza, evidenciada
en retiros masivos de depósitos.
Para entonces la M&C también calculó que el costo neto de la crisis
bancaria oscilarÃa entre $3 mil millones y $5 mil millones, cifras que
representan entre un 15% y un 25% del Producto Interno Bruto (PIB) y que
no considera el efecto que dicha crisis tendrá en el sector real de la
economÃa, factor que incrementarÃa el costo considerablemente. Asà consta
en el documento confidencial. (MEV)
Proteger a depositantes y con el menor uso de fondos públicos
Luego de efectuar el diagnósito sobre la situación del sistema financiero
ecuatoriano, McKinsey & Company (M&C), recomendó a la AGD emprender un
eficiente manejo de la crisis para cumplir dos retos fundamentales:
recobrar la confianza de inversionistas y depositantes y maximizar la
recuperación de activos de los bancos que pasaron bajo su mando, tomando
en cuenta que la gran recesión dificultarÃa su venta.
Pero la tarea, desde la perspectiva de M&C, no era imposible, pues antes
habÃa asesorado a los gobiernos de Corea, Indonesia y Jamaica, en
situaciones comparables a las de Ecuador. Compartió con la AGD, tres
grandes lecciones orientadas a dos grandes objetivos: proteger a los
depositantes, pero minimizando el uso de fondos públicos.
M&C examinó cómo la estructura del sistema financiero contribuyó a la
crisis; el sector estaba conformado por más de 40 bancos y un alto número
de otros intermediarios financieros, la mayorÃa de los cuales no tienen
la escala suficiente para ser rentables a largo plazo.
Este es, desde la perspectiva de la consultora, un factor clave para
evitar nuevas crisis financieras, lo que exigÃa un cambio estructural.
Para lograrlo, M&C plantea responder las siguientes interrogantes: ¿Qué
visión se propone para la estructura del sector?, ¿Cuántos competidores
debe haber?,
¿De qué tipo?, ¿Con qué capacidades operativas?
¿Alrededor de qué bancos se debe formar esta nueva estructura del
sector?,
¿Cuál es la metodologÃa que se debe utilizar para identificarlos?, ¿Qué
bancos quedarÃan como bancos "columna vertebral"?
¿Qué papel se propone para la banca extranjera a largo plazo?, ¿cómo se
propone incorporar al capital extranjero? ¿Cuándo?, ¿Cómo se incorporarán
sus destrezas técnicas y financieras? (MEV)
RECOMENDACIONES
- A partir de su experiencia en el manejo de crisis financieras similares
a la ecuatoriana, McKinsey recomendó a la AGD aplicar acciones que le
permitan construir una organización capaz de desarrollar habilidades y
estrategias para enfrentar la crisis; establecer procedimientos de
intervención y rehabilitación que le permitan salvaguardar el deterioro
adicional de los activos de cada institución bajo su control; e iniciar
el proceso de recuperación de cartera vencida y de administración y venta
de bienes.
- La consultora señala que el problema bancario fue ocasionado por
factores internos: la guerra con el Perú, El Niño, la caÃda del precio
del petróleo, la inestabilidad polÃtica arrastrada desde 1996, los
déficit fiscales, la devaluación del sucre y el ICC. (MEV) (Diario Hoy)