Quito. 24 oct 2000. Ayer, desde muy temprano hubo mucho movimiento en el
Municipio de Quito. La posibilidad de que la firma del Decreto Ejecutivo
por parte del presidente de la República, Gustavo Noboa Bejarano, en el
que delega a este organismo seccional la construcción del nuevo
aeropuerto internacional de Quito, prevista para las 17:00, corría el
riesgo de no darse.

Ello no solo mantenía inquietos a los periodistas sino también a los
concejales y demás autoridades relacionadas con el tema. Las reuniones
para analizar este tema empezaron muy temprano. Primero, en su despacho,
el alcalde Paco Moncayo dialogó con sus asesores y directores. Muy
temprano pidió a la Dirección de Planificación que le entregaran los
planos de la terminal aérea, pero no de la nueva, sino del actual
Aeropuerto Mariscal Sucre.

Lo que ocurrirá con los terrenos ubicados en el norte de Quito, una vez
que opere el nuevo aeropuerto, era uno de los dos puntos en los que no
había acuerdo con el Ejecutivo. El otro se relacionaba con la
construcción, dentro de las 1 500 hectáreas de Puembo, de la zona franca.

A eso de las 10:00, todavía quedaba la duda de que se dé o no la firma.
Pero 15 minutos después llegó al despacho del Alcalde, el secretario
general de la Administración, Marcelo Santos, quien conversó con Moncayo
durante 30 minutos, aproximadamente.

Durante la mañana, Santos, mantuvo una reunión con los funcionarios de
Asesoría Jurídica de la Presidencia de la República. Cerca de las 10:00,
con una carpeta amarilla en la mano y en companía de un abogado salió del
Carondelet y cruzó la Plaza Grande en dirección al Palacio Municipal.

Esto no era más la continuación de conversaciones que comenzaron el fin
de semana: el domingo no se alcanzó ningún acuerdo entre el Gobierno y el
Municipio, por lo que funcionarios del Cabildo las calificaron como poco
fructíferas. Algo similar pudo pasar ayer, pero para no dejar el tema
suelto se planteó la necesidad de mantener el diálogo para buscar una
solución antes de la firma del documento.

Mientras esto ocurría, la Plaza Grande se alistaba para el evento. Los
obreros del Municipio colocaban una bandera de Quito inmensa en el balcón
del Palacio Municipal y en los faroles verdes de este espacio del Centro
Histórico. Otra, de las mismas características, se extendía en la calle
Chile para colocarla en una buena parte de la fachada del Palacio
Arzobispal. También varios centros educativos municipales y fiscales se
preparaban "para la fiesta".

Pero antes de todos estos actos, la atención estaba en el Cabildo. A las
11:30, Moncayo convocó a todos los concejales al Salón Café para
informarles del resultado de las negociaciones. La reunión fue reservada:
pero entre los vidrios se pudo observar cómo los ediles escuchaban al
alcalde Moncayo y, posteriormente, cada uno expresaba su opinión al
respecto.

Su secretaria estuvo siempre pendiente de la hora porque cuando faltaban
cinco minutos para las 12:00, tenía que anunciarle al Alcalde que era
hora de dirigirse hacia la Casa de los Alcaldes, para asistir a un
almuerzo de mucha trascendencia.

Durante el trayecto, Paco Moncayo anunció que la firma era un hecho y que
por parte del Gobierno había la disposición de solucionar el futuro uso
de los terrenos del actual aeropuerto. En este tema las conversaciones se
realizarán con la Dirección de Aviación Civil (DAC) y de la Fuerza Aérea
Ecuatoriana (FAE). Pero aclaró, que "se mantendrán las conversaciones
como parte del proceso de adjudicación y que es un proceso que recién
comienza".

César Naranjo, director de la DAC, sobre este punto dijo que el destino
que tenga esos terrenos deben seguir un proceso normal, una vez que esté
en funcionamiento el nuevo aeropuerto. Pero eso tiene que ser parte de
una política de Gobierno. "Nosotros tenemos un área que es de la Fuerza
Aérea Ecuatoriana (ver infografía) y eso no es susceptible de negociación
o cambio. Hay otra extensión que pertenece a la Dirección de Aviación
Civil que puede entregarse al Municipio".

El otro punto que debe definirse es la construcción de la zona franca
dentro de las 1 500 hectáreas que tendrá la zona del nuevo aeropuerto en
Tababela.

A la entrada la Casa de los Alcaldes, ahora su residencia, lo rodearon
muchos periodistas, camarógrafos y fotógrafos, donde afirmó que el
convenio se firmaba. El almuerzo estaba previsto para las 13:00, con la
asistencia de 20 personas. Los invitados de honor: el presidente de la
República, Gustavo Noboa; el secretario de la Administración, Marcelo
Santos; el Ministro de Gobierno, Juan Manrique, los 15 concejales del
Distrito Metropolitano, algunos directores y gerentes muncipales.

Uno a uno fueron llegando. Para cruzar el cerco hecho con una cinta azul,
debieron agacharse casi hasta el suelo. El Alcalde los recibía en la
puerta, esperaba también al Presidente. La escolta militar llegó e
hicieron el ritual acostumbrado: "atención firmes" y pronto abrieron un
camino por donde ingresaría Noboa.

Los curiosos dieron un paso atrás y tres personajes vestidos de negro y
bien armados se colocaron en las esquinas. El tráfico también se detuvo
por unos instantes. Cerca de la 13:00 llegó Gustavo Noboa con su comitiva
y saludó con un abrazo con el Alcalde. El acto terminó cerca de las
15:00.

El Director de la DAC ya se reunió con el Alcalde de Guayaquil y, al
parecer, hay predisposición para no afectar las rentas con las que se
mantienen al resto de aeropuertos. Mientras las cámaras de la producción
de Guayaquil piden al Presidente de la República que vete el proyecto de
ley que aprobó el Congreso la semana pasada.

DAC: el control seguirá en su poder

El tema de los aeropuertos enfrenta al Gobierno y a la Fuerza Aérea
Ecuatoriana. De por medio está la Dirección de Aviación Civil (DAC) y el
manejo de uno de los sectores estratégicos de la economía: la
aeronavegación.

Son tres temas los que más discusión provocan: manejo de las pistas y
aeropuertos que no generan rentas, política de cielos abiertos y
concesión de los aeropuertos de Quito y Guayaquil a cargo de los
municipios respectivos.

Antes de que la Ley Trole II entre al análisis, según un documento al que
tuvo acceso este Diario, la DAC envió una carta al Presidente de la
República en LA que señala que la facultad de construir, administrar y
mantener los aeropuertos por los municipios "puede convertirse en una
situación de carácter político, cuando en la práctica existe un organismo
técnico". Abiertamente allí se decía que la DAC "es la que debe asumir
esta obligación, pues en la actualidad tiene todo listo en los aspectos
legal y técnico, particularmente en la construcción de los
aeropuertos...".

El Presidente de la República no tomó en cuenta éste y otras sugerencias
y la Ley que se envió al Congreso cambió la conformación del Consejo de
Aviación Civil, organismo que, según la Trole II, ya no tendrá al frente
al Ministro de Defensa, sino a una persona que el Presidente considere
idónea.

Este asunto, en particular, es de preocupación entre los militares. Pues
ellos creen que el rector de la política aeronáutica tiene que ser un
ente técnico. El temor de que en el Consejo se enquisten políticos o
personas con poderosos intereses, en su momento, ya le expresaron al
Presidente de la República.

Sin embargo, la Ley Trole III que acaba de ser aprobada por el Congreso
vuelve a dejar al Consejo tal como está y señala que, el Ministro de
Defensa lo presidirá y tendrá voto dirimente. Está por verse si el
Ejecutivo está de acuerdo con el cambio de ley. Pero el sector
empresarial de Guayaquil ayer pidió al Ejecutivo que no dé paso a las
reformas que hizo el Congreso en cuanto a la Ley de Aviación Civil y que
se mantenga lo señalado por la Trole II.

César Naranjo, director de la DAC, recordó ayer que los militares siempre
respaldaron la idea de construir los nuevos aeropuertos. Como Ecuador no
poseía el fondo económico era adecuado que vaya a concesión, el Gobierno
encuentra que esto se puede hacer a través de los municipios y lo que
nosotros queremos es que se camine respetando ciertos asuntos de la DAC,
pues ésta percibe ingresos que le permiten hacer mantenimiento y control
de 200 pistas y 30 aeropuertos. Nosotros tenemos que velar por el
mantenimiento y la seguridad del espacio aéreo.

Aunque el capítulo de las rentas que percibía la DAC y que en su gran
parte se distribuían entre el resto de aeropuertos no fue topado en
ninguna de las leyes, Naranjo ya tuvo un acercamiento con el alcalde de
Guayaquil, Jaime Nebot, donde la primera autoridad del Puerto, le aseguró
que se hará un procedimiento de concesión que permita que los ingresos de
la DAC no se pierdan.

"Si la concesión se hace de manera que la DAC no pierda la posibilidad de
hacer su trabajo no hay problema, estamos dispuestos a entrar en
conversaciones para definir qué es concesionable y qué debería quedar en
manos de aviación civil", dijo Naranjo.

Aquí también hay un tema de carácter laboral. Rafael Román, presidente de
la Asociación de Empleados de la DAC, insisten en la protección del resto
de aeropuertos no rentables, pues si no hay recursos corren el riesgo de
paralizarse. Tampoco les gusta la idea de pasar a formar parte de la
plantilla de empleados de la Presidencia de la República, sino más bien
convertirse en un organismo autónomo, que les permita continuar
manejándose con la actual disciplina. "Nosotros queremos que se siga
manejando técnicamente, no queremos ser burocráticos", dijo.

LOS CIELOS ABIERTOS

Ecuador mantiene un convenio de cielos abiertos con los países del área
andina. La DAC sobre este tema no está cerrada, pero su recomendación
reiterativa es que se tenga mucho cuidado con los convenios bilaterales,
porque no se pueden abrir indiscriminadamente, ya que eso perjudica al
país y a la aviación nacional. Para el Conam es ilusorio hablar de nuevos
aeropuertos sin cielos abiertos, desde la óptica de la DAC "no existe
ningún país que tenga cielos abiertos totalmente, sino que me digan
dónde", dijo Naranjo.

CONTROL Y SEGURIDAD

Existe un área técnica y operativa indelegable. Este capítulo jamás
estuvo en discusión. La DAC seguirá con el manejo de las pistas de
aproximación, el sistema de radares, de navegación, control de rutas...,
esto es parte de la seguridad del espacio aéreo. Según Naranjo, esto no
tiene nada que ver con que se concesione o no un aeropuerto. A cargo del
concesionario, en este caso del Municipio, queda la pista, las playas de
estacionamiento, los duty free (almacenes), salas de espera... sin que
eso choque con la DAC.

LOS RECURSOS

Entre los dos aeropuertos, el de Quito y Guayaquil, generan rentas
anuales de algo más de siete millones de dólares: cinco millones el
primero y un poco más de dos el segundo. Para Rafael Román, representante
de la Asociación de Empleados de la DAC, es preocupante que la ley no
incluya la rentabilidad que mantendrá la DAC para mantener las 200 pistas
y 30 aeropuertos que existen en el país. Estos ingresos provienen del
cobro del impuesto de salida: cinco dólares quedan en la DAC y 20 van a
Finanzas. (Texto tomado de El Comercio)
EXPLORED
en Ciudad Quito

Otras Noticias del día 24/Octubre/2000

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el