Quito. 25 ago 97. El 14.4 por ciento corresponde a la variedad
más agresiva. El SNEM tiene un presupuesto anual de 2.400
millones de sucres y resulta insuficiente.

La malaria en el país está aumentando y si no se toman medidas
adecuadas en forma oportuna, corre el riesgo de escaparse de
las manos a los encargados de su control. En 1991 y 1994 esto
ya ocurrió. La incidencia creció en forma alarmante,
especialmente en la variedad falciparum que es la más agresiva
y hasta mortal.

Los ecuatorianos de las zonas tropicales conviven con este mal
que se produce por un organismo llamado plasmodium que se
presenta en dos variedades: vivax, la benigna; y, falciparum,
la mortal. El mosquito transmisor es de la especie anófeles.

En lo que va del año, los casos han aumentado en relación al
mismo período del año pasado. De 75.156 muestras analizadas en
1996, las positivas fueron 5.487; mientras que de 59.242 en
1997, 5.982 fueron positivas, y el 14,4 por ciento del tipo
falciparum. Las muestras se toman a las personas que presentan
cualquier tipo de fiebre.

La provincia más afectada es Esmeraldas que tiene el 37 por
ciento de la positividad general y el 39,2 por ciento de
falciparum.

Según el director técnico del Servicio Nacional de
Erradicación de Malaria (SNEM), Hugo Jurado, esto no significa
que la situación se ha puesto inmanejable, pues el país ya
pasó por fuertes brotes en los últimos años y logró reducir la
incidencia.

En 1993, por ejemplo, de 46.859 casos, 21.648 fueron
infecciones con falciparum. Manabí y Esmeraldas fueron las más
afectadas. En ese año, se produjeron brotes en las ciudades de
mayor importancia. 23 personas fallecieron en Guayaquil.

Entonces, la casuística del tipo más grave de paludismo, al
momento, está lejos de esas cifras dramáticas y también del
año 1984 en el cual el SNEM reportó 78.599 casos en total, la
máxima registrada en la historia de la endemia en el Ecuador.

Sin embargo, hay el riesgo de que se agrave mucho más que en
1993 y se produzcan brotes epidémicos si no se toman las
medidas adecuadas oportunamente. Las inundaciones que se prevé
que producirá el fenómeno de El Niño aumentan el riesgo.

El SNEM aplica la "Nueva Estrategia de lucha contra la
Malaria", diseñada por la OMS, que consiste en el diagnóstico
oportuno y tratamiento temprano, el rociamiento selectivo de
las áreas de transmisión y la evaluación permanente de la
presencia de la infección. Pero estas acciones se han
restringido desde el segundo semestre del 96 por falta de
personal y un presupuesto restringido para gastos
operacionales.

El rociado intradomiciliario con insecticidas en las áreas
donde están presentes los factores de riesgo es una medida que
está prevista pero ya lleva un retraso. La distribución de
insumos y medicamentos para diagnóstico y tratamiento a las
unidades de salud comenzó pero no detienen la transmisión.

Los trabajadores del SNEM también tienen sus temores. Según
Elvis Robayo, presidente del sindicato, las autoridades
solicitaron un incremento del presupuesto anual de 2.400
millones de sucres a 5.600 millones.

"La fumigación de ultra bajo volumen no se ha hecho por falta
de vehículos pues los que usamos ya tienen 15 años de uso y,
cuando salimos, se paran y tenemos que remolcarnos unos a
otros". 30 camionetas, 100 microscopios, 100 bombas de
fumigación, equipo de microelisa, también están en la lista de
lo solicitado al Gobierno.

Si estos pedidos, sumados a otros 540 millones que el SNEM
solicitó para afrontar el fenómeno de El Niño no son atendidos
se agravarán los problemas, afirma Robayo.

Los casos de paludismo siguen subiendo en la selva

En lo que va de este año se registran oficialmente 362
pacientes determinados en el Departamento de Laboratorio del
Hospital Estatal de Puyo. La oficina de Malaria, dice que
afecta a más de 300 comunidades dispersas en el interior
selvático, ese número "debe ser mayor", según el director de
Salud, José Murillo.

En la oficina de estadísticas de la Dirección se demuestra que
de los casos de paludismo, este año, duplican a los que se
establecieron en 1996 y que fueron 170.

"Es un brote endémico que se desata luego de ciertos períodos
y puede ser originado por falta de control permanente de los
potenciales focos de contaminación", advierte el funcionario.

Los casos determinados en el laboratorio corresponden al
paludismo tipo vivax en un número de 357 personas y cinco son
del falciparum" que es más grave y que, incluso, llega a ser
letal". Sin embargo, por paludismo, "no se han producido
muertes".

Las medidas de control tomadas por el Servicio de Erradicación
de Malaria, Zona II, con sede en Puyo, y con jurisdicción en
Pastaza y Morona Santiago, son dos: la fumigación o rociado de
los focos de contaminación y en el interior de las viviendas.

"En una primera etapa se cubrió 48 de las 72 comunidades
programadas y que mayor número de casos de paludismo tienen",
señaló el jefe de malaria local, Edison Chávez; y la entrega
de 3.600 toldos a las organizaciones indígenas para que
repartan a las comunidades emergentes. El trabajo de
fumigación se hizo con una brigada de 18 personas que fueron
contratadas temporalmente. "La zona que dio cobertura en años
anteriores, por la desburocratización del sector público, hoy
está reducida a tres funcionarios". Redacción Puyo

Una diferencia

La gravedad depende de la especie del parásito plasmodium, de
su número y del estado nutricional y defensivo del enfermo.
Los síntomas que presenta son escalofrío, fiebre y sudoración
por lo que puede confundirse con cualquier enfermedad febril.
La diferencia entre las especies vivax y falciparum del
parásito están en toda la enfermedad: con falciparum, el
período de incubación (de 10 a 14 días) se reduce, y la
frecuencia de las fiebres aumenta. Además puede producir
anemia, bloqueo capilar, problemas de coagulación y
hemorragias y muerte. La vivax puede curarse por sí sola. Las
pruebas de diagnóstico se hacen en los centros de salud que
cuentan con laboratorio del SNEM, hay 65 en el país. Donde no
los hay, el personal de salud debe hacer diagnóstico clínico y
aplicar tratamiento rápido a los sospechosos.

En la Amazonia

1984, el peor * En el país, las áreas maláricas o potenciales
afectan a una población de 6 millones de personas en las zonas
rurales. En 1980 se registraban apenas 8.207 casos en el país.


El impacto socioeconómico * Es la baja de la productividad en
el trabajo y en el estudio pues la fiebre consume las energías
y pone en riesgo la subsistencia de familias enteras. Debido a
tratamientos incompletos o a resistencia del parásito a
medicamentos. El parásito puede esconderse en el organismo y
provocar indefinido número de recaídas.

Las mayores víctimas * El estudio "Malaria en la Amazonia
Ecuatoriana" 1994, determinó que los habitantes de aquí tienen
el más alto índice anual del país. Los indígenas son los más
afectados, seguidos de los colonos. Los niños entre los
indígenas y los adultos entre los colonos. (Texto Tomado del
periódico El Comercio)
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