Quito. 15 feb 99. Las mejores perspectivas se dan a la luz de la
firma de la paz con Perú y de las reformas estructurales que el
gobierno sea capaz de ejecutar.

La advertencia del Presidente Jamil Mahuad el pasado 19 de enero
no podía ser más precisa: Si Ecuador no adopta los correctivos
necesarios, entrará en un proceso hiperinflacionario, con
inflaciones de al menos 150%.

La economía de este pequeño país andino, de doce millones de
habitantes, atraviesa por la más grave crisis de los últimos
setenta años: en 1998 registró la inflación más alta de
Latinoamérica, 43.4%, el crecimiento más bajo del continente,
0.8%, y un abultado déficit fiscal del 5.9% del PIB, unos 1.187
millones de dólares.

De hecho 1999 empezó con muy malos augurios: en las primeras
semanas de enero hubo un importante ataque contra el sucre y
fuertes presiones para que el gobierno devaluara la moneda, que
tuvieron que ser frenadas por el Banco Central a través de la
venta de dólares extraídos de la Reserva Monetaria, el incremento
de la tasa de interés interbancaria en sucres, que llegó a subir
a niveles de hasta 180% y el incremento del encaje bancario en
sucres, del 12% al 16%.

La defensa del sucre por parte del Banco Central costó al país
alrededor de ciento cincuenta millones de dólares en reservas
sólo en los dos días de mayor presión.

El incremento del encaje bancario permitió reiterar cerca de
setecientos millones de sucres de circulación, lo cual encareció
y dificultó aún más el ya escaso crédito existente.

De acuerdo con un estudio de Banco Aserval, "dada la severidad
de la crisis regional, la posibilidad de una devaluación o ajuste
en el esquema de bandas cambiarias se ha incrementado mucho y es
muy factible que tenga lugar en las próximas semanas".

El barco llamado Ecuador, desde hace muchísimos años, se topó con
un inmenso témpano de hielo, el déficit fiscal, que le abrió un
boquete inmenso; la inflación; la gente que está en el barco
empieza a ahogarse y se desespera; se hunde; no tiene para
respirar; no tiene para comer y tiene una angustia que todos las
podemos comprender porque la vemos todos los días, dijo Mahuad
el 19 de enero en su informe ante el Congreso Nacional, al
advertir a los diputados que "el barco puede hundirse si no
hacemos lo que tenemos que hacer".

Atrás de la advertencia del Presidente Mahuad de que tendrá que
tomar medidas "duras, dolorosas, necesarias" está el anuncio de
que 1999 será un año muy duro, pues el país tiene tres grandes
problemas por resolver: el desequilibrio externo, expresado en
un déficit de cuenta corriente de alrededor del 10% del PIB en
1998, unos dos mil millones de dólares; las escasas posibilidades
de reducir el déficit fiscal, y finalmente la necesaria
reestructura y saneamiento que continuará en el sector
financiero.

Fidel Jaramillo, Ministro de Finanzas, al entregar la proforma
presupuestaria en el Congreso, el 25 de enero, dio a conocer las
medidas del gobierno para 1999 en materia económica, contenidas
en la denominada "Agenda Económica para el Siglo XXI":
crecimiento del PIB de entre 1.5% y 2%, inflación a fin de año
de entre 24% y 29%, tasas de interés básica de entre el 37% y
40%, déficit fiscal del 2.5% del PIB, déficit en cuenta corriente
del 6.1% del PIB.

"El barco puede hundirse si no hacemos lo que tenemos que hacer",
dijo el presidente Mahuad en su informe ante el Congreso
Nacional. El ministro de Finanzas, Fidel Jaramillo entregó la
proforma presupuestaria en las que se dio a conocer las medidas
económicas del gobierno.

Mauricio Pozo, vicepresidente ejecutivo de Produbanco, destaca
que las metas oficiales resultan demasiado optimistas. "Para
disminuir el déficit en cuenta corriente al 6.1% del PIB, por
ejemplo, se requerirá financiamiento externo, difícil de
conseguir por las dificultades en el entorno internacional, luego
de la crisis de Brasil".

Para Pozo, bajar el déficit también será muy difícil por las
negociaciones políticas que se requerirán para aprobar proyectos
tales como el impuesto al patrimonio de las empresas, al consumo
de combustibles y al rodaje de automóviles.

De hecho, la situación tiende a complicarse si se considera que
cerca del 90% del presupuesto es inflexible pues tiene gastos
atados, que las ventas externas de petróleo no generarán mayores
ingresos (el precio promedio estimado del barril de petróleo es
de siete dólares), y que el proceso de saneamiento y reestructura
del sistema financiero demandará recursos por alrededor de mil
millones de dólares.

Ecuador, además, requiere con urgencia llegar a un acuerdo con
el Fondo Monetario Internacional, FMI, que le permita mejorar su
imagen a nivel internacional, conseguir financiamiento externo
y renegociar su deuda con el Club de París, a quien no se le paga
desde 1996. De una deuda total de alrededor de mil trescientos
millones de dólares, el país adeuda cerca de cuatrocientos
millones entre capital e intereses (unos ciento ochenta millones
de dólares de intereses y el resto de capital).

Con los gobiernos agrupados en el Club de París, Ecuador mantiene
importantes relaciones, España, por ejemplo, financia el
trolebús.

Dada la crisis económica y la poco viabilidad política de varias
propuestas oficiales, un acuerdo con el FMI no se podrá lograr,
por lo menos, hasta el segundo semestre del año, por lo cual la
reunión mantenida en Washington con representantes de este
organismo no pasó de ser una reunión de rutina, en la que se
expusieron las metas y las buenas intenciones de Gobierno.

Asumiendo que todo vaya bien, el acuerdo que se lograría con el
FMI sería de revisión trimestral de metas, en las que se analicen
los objetivos de emisión monetaria, tipo de cambio, tasa de
interés, entre otros factores.

Pozo cree que con el FMI lo que el país logrará firmar es un
acuerdo de facilidad extendida de unos tres años, sujeto a
obtener resultados concretos.

Guillermo Landázuri, diputado de la Izquierda Democrática,
considera que "el Gobierno debe hacer un mayor esfuerzo para
reducir el peso de la deuda, a través de una sólida reingeniería
financiera para recomprar bonos con un descuento significativo,
para lo cual se podría utilizar parte de la Reserva Monetaria".

En el ámbito de las medidas, para enfrentar la crisis, lograr
consensos se torna complicado.

Joyce de Ginatta, presidenta de la Cámara de la Pequeña Industria
del Guayas, sostiene que sería negativo aplicar el impuesto al
patrimonio de las empresas, cuando un 80% del sector tiene
gravísimos problemas y no se han determinado los tiempos para
salir de la crisis.


"Sería negativo aplicar el impuesto al patrimonio de las
empresas, cuando un 80% del sector tiene gravísimos problemas y
no se han determinado los tiempos para salir de la crisis",
sostiene Joyce Ginatta. "Luego de la crisis de Brasil será
difícil conseguir financiemiento externo", manifiesta el
vicepresidente ejecutivo de Produbanco.

Patricio Izurieta Mora-Bowen, presidente de las Cámaras de
Comercio Binacionales, coinciden con Ginatta en la crisis por la
que atraviesan las empresas y propone, a cambio del impuesto al
patrimonio gravar al capital en giro. "Para quienes estamos en
el campo internacional, la seguridad jurídica es el tema de
fondo", dice.

Lándazuri no concuerda con esos criterios : "la eliminación del
Impuesto a la Renta es un gran subsidio para ciertos sectores,
sobre todo de la economía moderna", dice.

Fausto Dután, presidente del Frente Unitario de Trabajadores,
FUT, mantiene la posición dura que caracteriza a esta
organización gremial: Mahuad insiste en un modelo cansado que no
dio éxito. Las políticas económicas de Mahuad son las que siempre
han causado la crisis. Meter a todos en el mismo barco es un
modelo raro; la sociedad no es uniforme; con las medidas hay
sectores muy golpeados y otros favorecidos.

En contraposición, al menos para la aprobación de los impuestos,
el gobierno obtendrá la votación de la Izquierda Democrática, que
junto con la DP y otros partidos sumarían mayoría holgadamente
en el Congreso.

Desde el punto de vista económico, parecería que 1999 se
caracterizará por negros nubarrones, pero no todo será negativo
para el país, si el gobierno ejecuta su plan con transparencia
y absoluto liderazgo podrá sentar las bases para comenzar la
reactivación en el año 2000.

La solución al problema territorial con Perú, sin duda, liberará
importantes recursos y se abrirán importantes oportunidades para
incrementar el intercambio comercial entre los dos países, sobre
todo en cuanto a la agricultura de exportación, dice Patricio
Aguilar Veintimilla, ex presidente de la Asociación de Cámaras
de la Producción de la Sierra y Amazonía.

"Los cuarenta millones de dólares de exportaciones agropecuarias
a Perú podrían duplicarse y hasta triplicarse. El mercado es la
oportunidad comercial más inmediata de Ecuador; además el acuerdo
con Perú fortalecerá las negociaciones a nivel del Mercosur y el
Alca", sostiene Aguilar.

Además, Ecuador podría ganar importantes espacios en materia de
reformas estructurales y modernización del Estado, reformas
estructurales, sobre todo en el ámbito hidrocarburífero y de
telecomunicaciones, en el sector eléctrico, en la modernización
y/o concesiones de servicios públicos, aunque el desenvolvimiento
del entorno internacional será gravitante para las posibilidades
de atraer inversión extranjera para diversos proyectos.

En definitiva, dada la actual coyuntura, 1999 será un año clave
para la economía nacional, del manejo económico que haga el
Gobierno, en los consensos que se logren y de la decisión de
todos los ecuatorianos de aportar positivamente puede que Ecuador
logre entrar en la senda del desarrollo. (Texto tomado de La
Revista Cosas)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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