Quito. 10 dic 97. Un desplazamiento inusitado del lechuguín
por los ríos y embalses del Litoral está causando estragos a
nivel social y económico, porque las grandes islas que se
forman con la maleza obstruye la navegación, ocasiona daños en
las turbinas de las presas y puentes donde se acumula y
perjudica el hábitat de peces y otras especies.

El lechuguín (Eichornia crassipes), es conocido también con el
nombre de lirio acuático o jacinto de agua. Es una planta
acuática de flotación libre, su altura puede sobrepasar los 50
cm y habita en ríos, estanques, lagunas y presas, pues no
resiste el medio salino.

Está presente en los embalses de Paute (Azuay) que es una
presa muy alta, Daule-Peripa (Guayas), Poza Honda y La
Esperanza (Manabí) y en las cabeceras de ríos en todo el país.

En La Esperanza los lechuguines han cubierto alrededor de 3
kilómetros cuadrados del embalse, causando un problema social
para los habitantes de la zona montañosa que pagan sobreprecio
por la transportación fluvial.

También se han acumulado en el puente Velasco Ibarra, en la
vía Chone-Bahía de Caráquez que presiona contra sus estribos
junto a la palizada, además de ocasionar daños en la vía.

El puente sobre el río Los Tintos, en la parroquia Juan
Bautista Aguirre (Guayas), permanentemente está amenazado por
la acumulación de jacintos. En el cantón Salitre, un centenar
de hombres trabaja en el desalojo de la maleza acumulada en el
recinto Los Sauces, puente Los Candilejos y puente La Fortuna
(vía Salitre-Vernaza), donde se han formado islas de 2 m de
espesor por 40 m de ancho y 60 m de longitud.

Cuesta entre 6 y 8 millones de sucres diarios el desalojo de
este material. Solo en el puente La Fortuna la Municipalidad
de Salitre paga 25.000 sucres diarios a cada uno de los 80
obreros; el contrato de una retroexcavadora cuesta 250.000 por
hora (10 horas al día), al igual que el alquiler de una grúa u
otra maquinaria.

Carlos Gómez, agricultor de la cooperativa 9 de Octubre y
trabajador contratado, señala que la maleza arrastra consigo
palizada que presiona contra el puente y amenaza con tumbarlo.

Agregó que la inundación perjudicó a todos los campesinos de
la zona: "Las gallinas se ahogaron y a otros animales les cayó
peste por la cantidad de agua; el arroz lo sacamos en canoa
con el agua que nos da al pecho; ese monte se nos embanca en
el río Vinces y está ahogando el arroz y las casas".

"También nosotros corremos riesgos al cortar los montes porque
hay culebras, nos cae hongos o nos enfermamos por estar tanto
tiempo en el agua. Hace poco capturamos una coral de vara y
media que la llevamos hasta el Municipio", acotó Gómez.

El Ing. Oswaldo Rivera, Director de Obras Públicas
Municipales, explicó que la Municipalidad recibió hace dos
meses 400 millones de sucres por parte de la Gobernación: "00
millones fueron invertidos en caminos vecinales
Salitre-Briceño que sirve de comunicación a esa población,
porque el estero estaba taponado y no tenían por dónde navegar
y debían transportarse por vía terrestre; los otros 200 se
usaron en la construcción de muro de hormigón en la parroquia
Junquillal. Para el mantenimiento de estos puentes la alcaldía
hizo un préstamo pero no sé por cuánto ni en dónde",
especificó Rivera.

Asimismo, Rivera recomendó construir un muro de contención
alrededor de la ciudad, que vaya desde la orilla del río
Vinces a la orilla del Salitre para evitar futuras
inundaciones por la creciente de los ríos.

En Daule-Peripa

En el embalse Daule-Peripa este vegetal presenta un efecto
beneficioso en las márgenes, porque prestan protección contra
el oleaje; en ese sector circulan botes a motor que producen
oleajes que son dañinos en las orillas del reservorio, porque
ocasiona erosión y por ende posibles deslizamientos y
disminución de la capacidad del reservorio.

En dicho embalse se encuentran cinco especies de maleza (lirio
de agua que es predominante, lechuga de agua, salvinia,
sombrerito de agua y hoja de buitre); no obstante su
eliminación por completo no es conveniente porque forma parte
de un equilibrio natural, de ahí que su destrucción provocaría
la aparición de otra maleza más resistente de combatir.

Según el Ing. Rafael del Río, Director del sistema de
Daule-Peripa, existe un Plan de Manejo Ambiental de la presa y
uno de sus capítulos es control de maleza acuática. El
Gobierno asigna una partida presupuestaria para este control
pero siempre es menor a lo que realmente se requiere.

"Nosotros sabemos cuánto necesitamos pero nunca cuánto nos
asignará realmente el Gobierno; hay un rubro que no es fijo y
está dado según un reporte que emitimos desde el mes de
agosto, luego ese documento va al Conade, luego a Finanzas y
finalmente al Congreso Nacional donde recibe su última
reducción. No es raro que se pida 200 millones de sucres para
un control de maleza y se reciba solo 20 millones con lo que
podemos fumigar 10 zonas una sola vez", dijo Del Río.

Recalcó que existe una metodología técnica y un momento en que
se puede atacar químicamente a la planta. "Si aplicamos
equivocadamente el químico no afectará a la planta; por
ejemplo, necesitamos no menos de tres horas secas para que
absorba el químico; si se aplica y cae un aguacero se perdería
tiempo y dinero".

Sistemas para controlar la expansión

Hay cuatro sistemas de control para este tipo de maleza,
utilizados en el mundo: químico, biológico, hidráulico y
mecánico.

Dentro del control químico se utilizan tres herbicidas
reconocidos internacionalmente: 24D Amina, Glifosato y Diquat.
El 24D Amina se usa en Estados Unidos y en nuestro país con
muchas restricciones, sobre todo cuando se trata de ambalses
de propósitos múltiples como es el caso de la Daule-Peripa.

En Daule-Peripa se usa 24D en una proporción de 5 litros por
hectárea y solamente bajo las condiciones y en sectores en los
cuales no haya ningún espejo de agua, es decir que toda la
superficie esté cubierta de maleza.

Dentro del control mecánico se incluye el control manual, el
cual tiene una gran desventaja: es muy cara y el rendimiento
es bajo porque la planta es 96% agua y toda máquina que la
saca está trabajando con agua.

Un equipo de trabajo mecánico se justifica siempre y cuando
haya un límite de infectación de mil hectáreas y su extracción
es imanejable. Un equipo de trituración (la máquina hace
pedazos de 10 a 15 cm) puede costar 200 mil dólares y se
requieren no menos de 10 trituradoras en represas grandes,
sumado los gastos por mantenimiento.

El control biológico se realiza mediante el uso de enemigos
naturales del lirio acuático, entre ellos algunos insectos
como el saltamonte, hongo, algunos peces y el manatí, mamífero
que se alimenta exclusivamente del jacinto.

Control hidráulico es una alternativa para ciertas represas
que estando infestadas pueden verter.

Características y desventajas del jacinto

El ciclo de vida del lirio acuático es crecer en las cabeceras
de los ríos, movilizarse durante las crecientes y llegar hasta
el mar donde muere; este proceso dura entre 65 a 70 días, lo
que contribuye a su rápida proliferación.

Su reproducción es asexuada y sexual y según un estudio
científico dos plantas madres producen 300 plantas hijas en 23
días y 1.200 en 4 meses.

Sus flores son atractivas, grandes y de color violeta claro,
agrupadas en espigas que se marchitan en 24 horas.

El lirio acuático es un excelente retenedor de sedimento, esto
significa que ayuda a transportar sedimentos de los ríos desde
las partes altas a las bajas manteniendo la calidad del agua
para riego.

Sirven como hábitat de especies silvestres como las aves
gallareta y marías y sirven como zona de protección para el
desove de los peces.

Asimismo, el jacinto actúa como purificador del aire y el agua
al absorber metales pesados como el plomo, mercurio y cadmio.

Entre las desventajas de esta planta acuática consta su
capacidad de reproducción, puesto que su abundancia aumenta la
evaporación del agua, ya que absorbe mucho líquido (96% de la
planta es líquido).

Además, su expansión tapona los ríos y embalses, también
cierra las vías de navegación creando un problema social en
las poblaciones montañosas y ribereñas que utilizan el medio
fluvial para la transportación.

La descomposición de la hoja expide malos olores por su alta
producción de sulfuro de hidrógeno.

Obtención de abono y biogas

A partir de la descomposición del lechuguín, se obtiene un gas
biológico que se puede usar para el encendido de cocinas; en
el hotel Andaluz, ubicado cerca del Parque Nacional Machalilla
(Manabí), así como en áreas rurales, utilizan el biogas
elaborado con el guano del ganado y heces humanas.

El Proceso de obtención de biogas en base del lechuguín es
económico pero demora más tiempo; además, 1 kg de lirios
acuáticos (peso seco) equivale de 350 a 411 litros de biogas
con el 60% de metales pesados, puesto que la planta los
absorbe en su estado normal.

El lechuguín también se puede usar en la producción de humus
(abono) para la agricultura y mejorar los suelos; y como
alimento para el ganado bovino y porcino, que lo consumen en
condiciones extremas. En nuestro medio no se aplica esta
alternativa porque durante el invierno (época del lechuguín)
el ganado es trasladado a lugares altos para que no se
enfermen debido a las inundaciones.

El lechuguín también se puede usar en lagunas de oxidación,
debidamente cercadas con tubos PVC para que no se expanda.

En acuicultura, esta planta se utiliza en el cultivo de
langosta australiana, cuyas piscinas se mantienen puras con
alrededor de 7 metros cuadrados de lechuguín cercado; el
animal tiende a crecer más con este método.

"En México esta maleza se usa para elaborar tableros
aglomerados y en Cuba para hacer colchones, pero el costo es
muy alto porque para obtener una tonelada de materia seca hay
que trabajar con 96 toneladas de maleza", dijo el Ing. Rafael
del Río. (Texto tomado de El Universo)
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