Quito. 27 dic 97. Los municipios de Quito, Guayaquil y Cuenca
deberán tomar algunas decisiones respecto de un tema que ya
huele mal.

El alcalde Jamil Mahuad tiene en sus manos el destino de la
basura que hasta hoy se depositaba en el botadero de Zámbiza y
que, el próximo año, cerrará sus puertas. Ante la oposición de
los moradores de San Antonio de Pichincha, se estudia otras
alternativas, entre ellas algún sector próximo a Calderón.

Por su parte, el alcalde de Cuenca, Fernando Cordero, acaba de
recibir una contribución de 60 mil dólares a fin de iniciar el
estudio técnico para la creación de un nuevo botadero. Un
estudio anterior quedó en nada.

Al alcalde de Guayaquil, León Febres Cordero, no le gusta que
le hablen de basura, un problema que se creía que había sido
resuelto. Asegura que la empresa que maneja los desechos ha
sido multada.

BASURA AGOBIA A TRES ALCALDES

Zámbiza ha visto tantas historias. Luis vio desaparecer entre
los escombros a cuatro compañeros. Sale temprano de
Chillogallo para llegar al botadero, como otros 249 minadores,
a las 07h30. Todos alistan sus costales y sus fundas.

A las 10h00 comienzan a llegar los carros recolectores. Buscan
rápidamente, antes de que un volquete tape con arena la
basura.

"La mejor basura es la que llega del norte de Quito" . En la
que pocos se arriesgan a rebuscar es en la de los mercados y
de los hospitales. "La amontonan con el resto", dice, mientras
lo observa su esposa, sentada sobre un montón de desechos.

Se acomoda la gorra. Las medias recogen las bastas de su
pantalón. Acomoda la chompa en sus brazos; "la rutina nunca
cambia".

Con la chompa bajo el brazo, Luis, quien trabaja como minador
de basura más de 20 años, regresa a su trabajo. Sabe que el
relleno de Zámbiza está a punto de cerrarse, que el nuevo
botadero estaría ubicado en Calderón y que a ese sitio no
podrá ingresar. "Ya están poniendo mallas para impedir nuestra
presencia".

Zámbiza tiene los días contados. La posibilidad de crear un
botadero en Calderón se habría barajado luego de que los
moradores de San Antonio de Pichincha elevaran su protesta por
el proyecto de trasladarlo a El Cabuyal. Empero, nada está
dicho; las autoridades prefieren callar para "evitar un
conflicto anticipado".

Es que el botadero que se estableció al oeste del barranco, en
Zámbiza, cumple su ciclo y se cerrará en julio del próximo
año. Hasta 1990 solo se utilizó la parte más cercana a Quito.
Después se construyó en el sur de la ciudad una Estación de
Transferencia para llevar 420 toneladas de basura en seis
tracto camiones. Ahora, con basura y arena, los trabajadores
municipales terminan de rellenar el barranco. Y Luis sabe que
en julio próximo se quedará sin trabajo, pero piensa mudarse
al nuevo botadero como se mudó cuando se cerró el del sur de
Quito.

Roque Sevilla, asesor honorífico sobre medio ambiente del
alcalde de Quito, Jamil Mahuad, solo asegura que se estudian
varias posibilidades. Y Julio Alvarez, gerente de EMASEO,
baraja tres alternativas.

Pero mientras Alvarez no descarta que entre esas posibilidades
siga en mente El Cabuyal, a pesar del rechazo de los
pobladores de San Antonio de Pichincha, Sevilla piensa que el
lugar está demasiado lejos.

En todo caso, asegura que no pueden ubicar un botadero que se
aleje del perímetro urbano y que la reserva sobre las posibles
alternativas es lógica porque "todos quieren que se detenga a
los criminales y se recoja la basura, pero nadie desea que en
su barrio esté la cárcel ni el botadero".

Entre tanto, el Municipio piensa montar una empresa de
generación eléctrica para aprovechar el gas que emana el
relleno. El ambicioso plan avanza, advierten las autoridades.

Sin embargo, el tema del manejo de la basura que genera la
ciudad se maneja con reserva. El nuevo lugar, en donde se
instalará el nuevo botadero, al menos "hasta que las
negociaciones terminen", es un gran enigma.

BORRA Y VA DE NUEVO US$ 60.000 PARA EL ESTUDIO DEL NUEVO
BOTADERO

En estos días, la Municipalidad de Cuenca ha recibido de los
Países Bajos 60 mil dólares para financiar los estudios de
localización del nuevo relleno sanitario de la ciudad. Esto
significa que ha decidido comenzar en cero un proceso que le
ha dado dolores de cabeza desde 1992, cuando contrató una
consultoría privada que decidió que el lugar ideal para
depositar la basura era Ictocruz, cerca de Turi. El proyecto
se topó con dos dificultades: primero, la resistencia férrea
de la comunidad y, segundo, que el precio del predio era
impagable.

Ahora, la estrategia de selección será diferente, según el
jefe del Departamento de Saneamiento Ambiental, César Arévalo,
que ha estado en la lucha desde el comienzo. "Se conformará
una comisión que siente las bases para los estudios. No será
una consultora única, como la anterior, que jamás coordinó con
la comunidad", declaró. La comisión estará conformada por
representantes de las Universidades, de la ciudadanía, de
fundaciones ambientales y los medios de comunicación. "Será un
equipo que vea lo más conveniente para todos", confía Arévalo.
Pero, prefiere no mencionar los sitios que están en la mira.

Técnicos especializados harán los estudios de ingeniería,
geología, hidrología, mecánica de suelos, impactos ambientales
y socioeconómicos y los cálculos financieros. Actualmente, a
Cuenca le cuesta la recolección y disposición de la basura 26
dólares por tonelada y produce 200 toneladas de desechos al
día. En las planillas de luz se cobra un diez por ciento para
la recolección de basura, pero este dinero cubre sólo la
mitad.

REDUCIR Y RECICLAR

Una empresa denominada "Ecorecursos" ha propuesto al Municipio
de Cuenca instalar en esta ciudad una planta para convertir
parte de la basura en electricidad y reciclar lo que sea
reutilizable. Este proceso reduciría el volumen de basura a un
diez por ciento, o sea a 20 toneladas diarias y prolongaría el
plazo que queda en El Valle, que estará copado en cuatro años.
De todas formas, el terreno municipal se llenó y ahora se
deposita en un predio particular. En caso de que
"Ecorecursos" funcione, el Municipio seguiría encargado de la
recolección.

Arévalo aclaró que no hay un documento técnico que se pueda
evaluar". Pero, siguiendo el lema ecológico de "reducir,
reciclar, reutilizar", el terreno deberá tener el área
suficiente para instalar el sistema de tratamiento,
anuncióArévalo.

UN TEMA QUE DISGUSTA AL CABILDO

El aseo de las calles Guayaquil siempre ha sido polémico. Hace
17 años, era manejado por uno de los sindicatos más fuertes
del país, que se dio el lujo, en ese entonces, de tirar la
basura al pie del Cabildo, en un alarde de prepotencia, para
obligar al alcalde, Bolívar Cali, a cumplir uno de los tantos
requerimientos salariales.

Eran los tiempos en que la basura, las epidemias y la
insalubridad "inundaba" la ciudad, y al Cabildo le importaba
poco el problema.

Entonces, los trabajadores de aseo de calles se quejaban de la
vetustez de los recolectores de basura. Cuando León Febres
Cordero asumió la alcaldía, declaró cesante a los trabajadores
del Departamento Municipal de Aseo de Calles, (unos 1.800) en
una decisión polémica, puesto que los despedidos no recibieron
su liquidación.

En noviembre de 1992, Febres Cordero firmó un convenio con el
consorcio binacional Vachagnon por el que le entregó la
recolección de la basura, durante siete años. Se construyó el
botadero de basura de Las Iguanas y el pueblo guayaquileño
empezó a pagar la tasa de recolección de basura, en promedio
al consumo de la energía eléctrica. Al inicio todo se cumplía.
Pero, desde hace un año, los problemas aparecieron. Los
guayaquileños han empezado a reclamar por el deficiente
servicio que presta Vachagnon. Las autoridades municipales,
reconocen la existencia de problemas por parte de este
consorcio para cumplir con su cometido, pero también le
reconocen fallas, las que han sido devengadas con el pago de
multas millonaria.

TEMA DELICADO

Al alcalde de Guayaquil no le gusta cuando los periodistas, en
su tradicional rueda de prensa de los jueves, le tocan el tema
de la recolección de basura. Dice que las fallas son de los
habitantes de Guayaquil, que no cooperamos en el aseo. Y
atribuye la falta de recolección al mal estado de las calles.
Admitió que la Vachagnon ha fallado, pero asegura que el
Cabildo ha impuesto varias multas. "En noviembre, las
sanciones fueron de 50 millones de sucres".

Anunció que la empresa Vachagnon ha importado ocho
recolectores de basura y tres camiones más para mejorar el
servicio.

De paso, dijo que la colectividad debe tener en claro dos
aspectos muy importantes: Primero, no debe creer que con pasar
tres o cuatro veces el recolector, se van a remediar los
problemas. Segundo, que no habrá una ciudad limpia si la
ciudadanía sigue haciendo "lo que le da su regalada gana".

Dijo que ciertos guayaquileños sacan la basura a horas que le
da la gana, en todos los barrios y que nadie quiere sujetarse
a ningún horario.

Pero, pese a la posición del alcalde, lo cierto es que la
recolección falla. Katherine Pico, una empleada doméstica de
una vivienda de la ciudadela Sauces 4, narró que antes el
recolector pasaba tres veces por semana, ahora apenas una. "Y
es por eso que aparecen enormes cerros de basura, que llega
acompañada de moscas, ratas e insalubridad", nos dijo. (DIARIO
HOY) (P.6-A)
EXPLORED
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