Quito. 11 jul 2000. Los Quijotes de la Banca Los clientes y
accionistas de los bancos cerrados protagonizan un vía crucis por
recuperar sus inversiones. Las protestas y recursos legales
persisten, a pesar del hermetismo de las autoridades económicas
Por Gisella Ronquillo y Fausto Yépez .
Como quijotes contra molinos de viento, los clientes y accionistas
de los bancos quebrados protagonizan una batalla frontal contra
las autoridades económicas y la Agencia de Garantía de Depósitos
(AGD) para recuperar sus inversiones.
Un millón de familias resultó afectada por la crisis bancaria.
Según la Carta de Intención suscrita con el Fondo Monetario
Internacional (FMI), el 65% de la banca le pertenece al Estado y
se estima que el costo del salvataje ascenderá hasta finales de
año a 2.700 millones de dólares.
"Preso por nada"
El cinco de junio pasado, el juez Octavo de lo Penal, Víctor Wong,
concedió un recurso de Amparo Constitucional a favor de Luz de
Buenaño, depositante del Banco del Progreso y ordenó la entrega
inmediata de su dinero congelado. Con aquel antecedente, el Frente
Nacional de los Clientes perjudicados por el Banco del Progreso,
pretende iniciar una campaña nacional e interpondrá masivamente
recursos legales para recuperar su dinero.
El Frente de Perjudicados se conformó el pasado 25 de abril, con
representantes de Quito, Milagro, Cuenca, Guayaquil y Azogues;
pero cada organización es independiente. El comité de Guayaquil
posee, actualmente, 1.000 personas. Su reclamo está dirigido hacia
la AGD
Contrario a los cálculos de la administración temporal -la cual le
prohibió el ingreso al edificio matriz-, el dirigente dice que aún
falta por cubrir las acreencias de 250 mil clientes u 800 millones
de dólares.
La bronca en Quito
Cuando estalló el problema del Banco del Progreso una masa de
clientes colmaba las afueras de la sucursal de Quito.
Inmediatamente los perjudicados decidieron conformar la directiva
para negociar cualquier tipo de solución al problema. Entonces se
nombró como presidente del comité de perjudicados a Jorge Baca, el
más voluntarioso de todos, quien más tarde fue descubierto por el
resto de acreedores pues "resultó ser enviado de Aspiazu" dijeron
los indignados acreedores ya que Baca ni siquiera tenía dinero
dentro del Banco.
Luego, de entre la multitud enardecida surgía una voz siempre
conciliadora aportando con ideas que lleven a un arreglo. Se
trataba del coronel (r) Galo Monteverde Castro quien a partir de
la salida de Baca ha liderado la lucha en favor de los
perjudicados por la quiebra del Banco en Quito.
Incluso dice que las asperezas que nacieron de una pelea con los
acreedores de Guayaquil cuando en Quito se presentó un "show" de
ridiculización al banquero Aspiazu han sido superadas sin
problema.
Préstamos detonó la crisis
Chamba es el principal representante de los perjudicados del Banco
de Préstamos, el primero en caer y según dice, "El detonante de
toda la crisis puesto que atrás de este banco cayó el resto".
Sin embargo, cosas del destino, Chamba que llegó a las puertas del
Banco de Préstamos para reclamar unos 29 millones de sucres que se
le quedaron, es ahora una de las figuras visibles de la lucha a
favor de los perjudicados por la banca. Todo comenzó, el 25 de
agosto de 1998, cuando Fernando Chamba, en medio del tumulto de
afectados, propuso que Alejandro Peñafiel, representante del grupo
propietario del Banco debía ser apresado por sus actos. Esto bastó
para que la gente le dé su confianza y negocie con las
autoridades.
Los recién nacidos
La convocatoria por prensa a la última Junta General de
Accionistas que efectuó el Banco del Pacífico -el 27 de octubre de
1999- planteó solo dos objetivos de la cita: "Dejar sin efecto la
fusión por absorción con el Banco Popular" y "conocer y resolver
sobre el aumento de capital, autorizado, suscrito y pagado".
Ya en la cita, los accionistas minoritarios se encontraron con una
sorpresa: el Filanbanco figuraba como el mayor accionista del
Banco, como tenedor del 89% de las acciones. En adelante, la
sesión provocó otra sucesión de sorpresas: descubrieron que, a sus
espaldas, los accionistas mayoritarios negociaron y vendieron sus
papeles al Filanbanco, recibieron la noticia de su fusión con el
Banco Continental y, por último, perdieron su patrimonio y el
valor de sus acciones.
Nueve meses después de la junta, los pequeños accionistas
decidieron agruparse para "conocer la verdad". Enrique Cárdenas,
presidente del recientemente conformado comité, justifica el
atraso en el desconcierto y temor que les provocó el resultado de
la junta: "Nadie quería unirse por temor a represalias".
Pese a que el Banco del Pacífico constituyó un fideicomiso de 120
millones en cartera para pagar la pérdida de los accionistas,
estos insisten en descubrir los motivos que tuvieron las
autoridades de control para ordenar la fusión con el Continental.
Situación incierta
José García Vera, presidente del Comité Nacional de Accionistas
del Banco La Previsora, tuvo sospechas respecto a la crítica
situación de la entidad cuando quiso entregarle a una de sus
hijas, como obsequio de bodas, papeles del Banco a su nombre. "Me
dijeron que no podía hacerlo y no explicaron por qué", dice. Dos
semanas después, Álvaro Guerrero Ferber, entonces presidente
ejecutivo de La Previsora, anunció a la prensa la decisión de
iniciar un proceso de fusión con el Filanbanco y, con ello, los
10.700 accionistas de la entidad perdieron el valor de sus
papeles.
García acudió, al día siguiente, a las puertas del Banco y exigió
sus derechos como accionista: nunca se efectuó una Junta General
de Accionistas para tomar tal determinación, según lo estipulaba
el estatuto del Banco.
De esa manera inició una solitaria pelea que, luego de varios
meses, rindió sus primeros frutos.
El comité nacional agrupa a unas tres mil personas y cada una
efectúa una importante labor de hormiga para rescatar documentos
valiosos con la intención de sustentar sus denuncias. "Tenemos
amigos en el Congreso, la Superintendencia de Bancos, la AGD y
dentro del propio banco que nos facilitan información... ellos
saben que hacemos lo correcto". (Texto tomado de La Revista
Vistazo)
accionistas de los bancos cerrados protagonizan un vía crucis por
recuperar sus inversiones. Las protestas y recursos legales
persisten, a pesar del hermetismo de las autoridades económicas
Por Gisella Ronquillo y Fausto Yépez .
Como quijotes contra molinos de viento, los clientes y accionistas
de los bancos quebrados protagonizan una batalla frontal contra
las autoridades económicas y la Agencia de Garantía de Depósitos
(AGD) para recuperar sus inversiones.
Un millón de familias resultó afectada por la crisis bancaria.
Según la Carta de Intención suscrita con el Fondo Monetario
Internacional (FMI), el 65% de la banca le pertenece al Estado y
se estima que el costo del salvataje ascenderá hasta finales de
año a 2.700 millones de dólares.
"Preso por nada"
El cinco de junio pasado, el juez Octavo de lo Penal, Víctor Wong,
concedió un recurso de Amparo Constitucional a favor de Luz de
Buenaño, depositante del Banco del Progreso y ordenó la entrega
inmediata de su dinero congelado. Con aquel antecedente, el Frente
Nacional de los Clientes perjudicados por el Banco del Progreso,
pretende iniciar una campaña nacional e interpondrá masivamente
recursos legales para recuperar su dinero.
El Frente de Perjudicados se conformó el pasado 25 de abril, con
representantes de Quito, Milagro, Cuenca, Guayaquil y Azogues;
pero cada organización es independiente. El comité de Guayaquil
posee, actualmente, 1.000 personas. Su reclamo está dirigido hacia
la AGD
Contrario a los cálculos de la administración temporal -la cual le
prohibió el ingreso al edificio matriz-, el dirigente dice que aún
falta por cubrir las acreencias de 250 mil clientes u 800 millones
de dólares.
La bronca en Quito
Cuando estalló el problema del Banco del Progreso una masa de
clientes colmaba las afueras de la sucursal de Quito.
Inmediatamente los perjudicados decidieron conformar la directiva
para negociar cualquier tipo de solución al problema. Entonces se
nombró como presidente del comité de perjudicados a Jorge Baca, el
más voluntarioso de todos, quien más tarde fue descubierto por el
resto de acreedores pues "resultó ser enviado de Aspiazu" dijeron
los indignados acreedores ya que Baca ni siquiera tenía dinero
dentro del Banco.
Luego, de entre la multitud enardecida surgía una voz siempre
conciliadora aportando con ideas que lleven a un arreglo. Se
trataba del coronel (r) Galo Monteverde Castro quien a partir de
la salida de Baca ha liderado la lucha en favor de los
perjudicados por la quiebra del Banco en Quito.
Incluso dice que las asperezas que nacieron de una pelea con los
acreedores de Guayaquil cuando en Quito se presentó un "show" de
ridiculización al banquero Aspiazu han sido superadas sin
problema.
Préstamos detonó la crisis
Chamba es el principal representante de los perjudicados del Banco
de Préstamos, el primero en caer y según dice, "El detonante de
toda la crisis puesto que atrás de este banco cayó el resto".
Sin embargo, cosas del destino, Chamba que llegó a las puertas del
Banco de Préstamos para reclamar unos 29 millones de sucres que se
le quedaron, es ahora una de las figuras visibles de la lucha a
favor de los perjudicados por la banca. Todo comenzó, el 25 de
agosto de 1998, cuando Fernando Chamba, en medio del tumulto de
afectados, propuso que Alejandro Peñafiel, representante del grupo
propietario del Banco debía ser apresado por sus actos. Esto bastó
para que la gente le dé su confianza y negocie con las
autoridades.
Los recién nacidos
La convocatoria por prensa a la última Junta General de
Accionistas que efectuó el Banco del Pacífico -el 27 de octubre de
1999- planteó solo dos objetivos de la cita: "Dejar sin efecto la
fusión por absorción con el Banco Popular" y "conocer y resolver
sobre el aumento de capital, autorizado, suscrito y pagado".
Ya en la cita, los accionistas minoritarios se encontraron con una
sorpresa: el Filanbanco figuraba como el mayor accionista del
Banco, como tenedor del 89% de las acciones. En adelante, la
sesión provocó otra sucesión de sorpresas: descubrieron que, a sus
espaldas, los accionistas mayoritarios negociaron y vendieron sus
papeles al Filanbanco, recibieron la noticia de su fusión con el
Banco Continental y, por último, perdieron su patrimonio y el
valor de sus acciones.
Nueve meses después de la junta, los pequeños accionistas
decidieron agruparse para "conocer la verdad". Enrique Cárdenas,
presidente del recientemente conformado comité, justifica el
atraso en el desconcierto y temor que les provocó el resultado de
la junta: "Nadie quería unirse por temor a represalias".
Pese a que el Banco del Pacífico constituyó un fideicomiso de 120
millones en cartera para pagar la pérdida de los accionistas,
estos insisten en descubrir los motivos que tuvieron las
autoridades de control para ordenar la fusión con el Continental.
Situación incierta
José García Vera, presidente del Comité Nacional de Accionistas
del Banco La Previsora, tuvo sospechas respecto a la crítica
situación de la entidad cuando quiso entregarle a una de sus
hijas, como obsequio de bodas, papeles del Banco a su nombre. "Me
dijeron que no podía hacerlo y no explicaron por qué", dice. Dos
semanas después, Álvaro Guerrero Ferber, entonces presidente
ejecutivo de La Previsora, anunció a la prensa la decisión de
iniciar un proceso de fusión con el Filanbanco y, con ello, los
10.700 accionistas de la entidad perdieron el valor de sus
papeles.
García acudió, al día siguiente, a las puertas del Banco y exigió
sus derechos como accionista: nunca se efectuó una Junta General
de Accionistas para tomar tal determinación, según lo estipulaba
el estatuto del Banco.
De esa manera inició una solitaria pelea que, luego de varios
meses, rindió sus primeros frutos.
El comité nacional agrupa a unas tres mil personas y cada una
efectúa una importante labor de hormiga para rescatar documentos
valiosos con la intención de sustentar sus denuncias. "Tenemos
amigos en el Congreso, la Superintendencia de Bancos, la AGD y
dentro del propio banco que nos facilitan información... ellos
saben que hacemos lo correcto". (Texto tomado de La Revista
Vistazo)
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