Central Paute: Un eslabón en cadena de aciertos y desaciertos

Guayaquil. 25.01.93. La central hidroeléctrica Paute es un
eslabón más en la cadena de aciertos y desaciertos en que han
incurrido los gobiernos en la construcción de obras
monumentales, muchas de las cuales aún no han podido responder
a las expectativas del interés colectivo.

El mayor problema de la central no es que falta el recurso
hídrico por efectos del estiaje, sino que con éste o sin él la
sobredimensión de la obra no podrá hacer funcionar a las 10
turbinas instaladas y peor las que se proyectaría en caso de
que se siga con la idea de construir el proyecto Mazar.

Un estudio sobre la grave situación de la central y su futuro
de recomendaciones ha sido realizado por el ingeniero Laureano
Andrade Chávez, profesor de la Escuela Politécnica de Quito.

El proyecto Paute, en su configuración actual y solo haciendo
un simple estudio hidrológico, demuestra que su central está
sobreequipada. Los datos hidrométricos que sirvieron para el
diseño demostraron que la disponibilidad hídrica diaria del
Paute con una garantía del 90% de ser igualada o superada, es
de 43 metros cúbicos por segundo. Pero al momento de la
construcción se instalan 5 unidades de generación eléctrica de
100 Mw cada una, las cuales demandan para su operación normal
un caudal de 100 metros cúbicos por segundo.

Posteriormente, en la etapa Paute se instalaron 5 unidades más
de generación eléctrica, aumentando la capacidad instalada en
575 Mw, lo que demanda para su operación otros 100 metros
cúbicos por segundo de caudal. Por lo tanto, la operación
simultánea de las 10 unidades de generación exige disponer de
un caudal de 200 metros cúbicos por segundo, dice el estudio
de Andrade, quien sostiene además que en los estiajes, en
término medio, una vez cada dos años se espera un caudal medio
mensual igual o menor a 50,3 metros cúbicos por segundo para
un período de tres mese menor o igual a 64,4 metros cúbicos
por segundo y para 6 meses el caudal medio esperado límite es
de 81,3 metros cúbicos por segundo. Al aumentar la seguridad,
los caudales obviamente decrecen y así, una vez cada 10 años
se espera un caudal medio mensual menor o igual a 25,3 metros
cúbicos por segundo, para un período de 3 meses el caudal
correspondiente es de 37,9 metros cúbicos por segundo y para
seis mese de 58,6 metros cúbicos por segundo.

LAS INCOGNITAS

Andrade sostiene que el embalse Amaluza tiene una escasa
capacidad de represamiento y que ésta se ha reducido por la
acumulación natural de material sólido y que por lo tanto no
puede garantizar un caudal mayor a 50 metros cúbicos por
segundo, con un adecuado manejo de recurso agua. Pero, en
ausencia de pronósticos confiables del clima a corto y mediano
plazos (semanas o meses) y como consecuencia del régimen
futuro de aportes del embalse, surge la incertidumbre en
operar 1,2 o más unidades. Por tanto, no es imposible llegar a
situaciones críticas en el sistema Paute, que impidan incluso
la operación de 1 unidad de generación. En la realidad
respecto a la central Paute, bajo el diseño actual no se puede
hablar de garantía mínima de generación de energía en el
estiaje.

Una idea clara sobre la capacidad real del embalse se tiene
al considerar las siguientes situaciones si al embalse Amaluza
ingresa en promedio un caudal de 20 metros cúbicos por segundo
y se operan únicamente y de forma continua dos unidades
generadoras (200 Mw), el embalse lleno se vaciaría en 46,3
días; y si ingresan al embalse los mismos 20 metros cuadrados
por segundo y, en el caso ilógico de operar en forma continua
las 10 unidades instaladas, el reservorio se vaciaría en
apenas 5 días, sostiene el técnico de ese centro de estudios.

SIEMPRE FALTARA AGUA

Actualmente se exige como alternativa la construcción de la
Presa Mazar, para una generación en cascada. Su entrada en
operación, con una capacidad útil de 2 embalses Amaluza (sin
considerar el problema de acumulación de sedimentos en el
embalse superior) triplicaría la capacidad útil total del
sistema Paute y, por tanto, el caudal garantizado aumentaría a
70 metros cúbicos por segundo siempre que se observe ciertas
reglas de manejo del recurso.

Aun en este caso, una operación inadecuada del sistema podría
conducir a situaciones críticas, pues en estiajes severos no
se podrá almacenar agua en ninguno de los reservorios, por
requerirse este recurso para una generación mínima de energía.

Hay una manifiesta incidencia de la actividad humana en la
disminución de los caudales de estiaje del río Paute, no
obstante, la incipiente actividad investigativa
hidrometeorológica en el país no permite precisar este grado
de influencia en términos cuantitativos. El rango de caudales
registrados en los estiajes referidos están dentro del rango
de caudales esperados, como se desprende del análisis de
tendencias de los caudales medios y mínimos del río Paute. Lo
que se manifiesta claro es la periodicidad de los estiajes,
que ocurren regularmente entre octubre y febrero.

La variación temporal de la capacidad autorregulante natural
de la cuenca hidrográfica no demuestra una alteración.

El estudio de tendencia de la lluvia media anual de Portovelo
(sitio relativamente cercano a la cuenca de drenaje del río
Paute) presenta un notorio decrecimiento de la precipitación
anual desde 1800 a 1200 mm en un período de 60 años, es decir,
en promedio ha disminuido la precipitación en 10 mm por año.
Este fenómeno puede ser entendido como un aviso de una marcada
tendencia en la región sur ecuatoriana, lo cual, obviamente no
puede justificarse por la actividad humana y debe entenderse
como resultado de cambios climáticos globales; y en
particular, del predominio de las masas de aire frías
provenientes del suroeste, sobre las masas de aire con mayor
humedad originadas en la cuenca hidrográfica del río Amazonas,
para las cuencas con influencia oriental; y sobre las masas de
aire calentadas por la corriente cálida de El Niño, para las
cuencas con influencia del océano Pacífico. Esta realidad debe
ser motivo de preocupación de los organismos estatales
relacionados con el manejo del recurso agua y objeto de un
programa de investigaciones, el mismo que debe incluir un
estudio sobre los cambios climáticos esperados en el
territorio ecuatoriano en el futuro, los efectos sufrirá la
agricultura y otros elementos que provocarán cambios y que
hace falta saber cómo enfrentarlos, termina diciendo Andrade
en este documento que es sometido a críticas y análisis en la
Politécnica Nacional.

*FUENTE: Texto tomado de EL UNIVERSO (p.2-A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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