Quito. 25.01.93. Empezaban a crecerle las melenas, y por fin sus
padres cedían un poco ante el destino de perdición de su hijo: le
dejaron agarrar la guitarra. El futuro era fatídico: su hijo
sería artista, uno de esos que, según decían las malas lenguas,
callejeaba, chupaba harto, y con menos suerte hasta bareteaba.

Sin embargo este Jaime nos salió medio raro. No bebe, no fuma, no
"doping", es vegetariano y no se hace mucho lío con rayas
existenciales. Solo tiene una particularidad: Jaime Guevara, el
"cantor de contrabando" jode como la. Y jode por una razón
estomacal: "es una cosa de tripas, la indignación por el
irrespeto a la vida me revienta". Y jode con su guitarra como
arma: "Yo tengo una herramienta para denunciar, para llegar
emocionalmente a la gente, mi canto. Esa indignación, esa fe que
tengo en la defensa de la vida, en la guitarra toma cuerpo de
resonancia, y cuando la gente lo oye, siento lo que piensa la
enorme mayoría de nuestro pueblo, pero no lo puede decir".

ROCKERO FOLCLORICO Y/O FOLCLORISTA ROCKOLERO

Entonces, desde que a eso de los 17 le permitieron tomar la
guitarra empezó a guerrear. Con RE, LA y MI, los tres primeros
acordes, ya construyó canciones. "Como si las ganas de crear solo
esperaban la llegada de la guitarra ¿entiendes?", cuenta Jaime
entusiasmado. Cantaba sus composiciones "entre los muchachos
hippoideos del barrio, así de esquinazo y tal, pero cuando las
canté por primera vez en un festival, en el 74, la primera
impresión con el público fue difícil: en medio de todos los
grupos de rock, yo me presento con guitarra de palo a cantar ni
sé qué cosas. Me empezaron a silbar por posible bolerista o
baladista. Cuando escuchan las letras es cuando se ponen las
pilas y entablamos comunicación. Por el lado de las letras me
abrí camino". En esas épocas en que "los hippoideos de la leva de
Woodstock" -como los, y se, denomina Jaime- solo cantaban en
inglés, él descuadró cráneos cantando en español.

Pero lo curioso es que, si donde los rockeros tenía problemas por
su guitarra de palo (y su significado), donde los de guitarra de
palo, los folcloristas, los tenía por su pantalón bluejean (y su
significado). "Ellos salían a tocar con poncho y ese patín, en
cambio nosotros los hippoideos, embluejeanados perpetuos ...era
otra onda".

Entonces resulta que cuando a Jaime Guevara le piden "definirse
musicalmente", él no puede más que decir: "soy el rockanrolero de
los folclóricos y el folclórico de los rockeros".

LETRAS DE GILLET

¿Pero qué tienen de especial estas letras que terminaron
cautivando a todos los bandos de revoltosos del Ecuador, desde el
74 al 93? Hablaban sobre la resistencia a la conscripción, contra
las redadas que en la dictadura se hacían para poner los pelos de
melenudos y barbudos "en su puesto" (o sea en la basura), y así
"problemitas de jóvenes de antes y de ahora".

Y después se empezó a meter duro. Le dedicó al "Bombita" una de
sus primeras canciones, "Mi general del Mercedes Benz". Después
vinieron los asesinatos de dos estudiantes en una sola semana por
parte de la policía, Patricio Herman y Gilberto Sánchez ¿lo
recuerdan? (El uno clásico porque existe la filmación del policía
disparando contra el menor de edad). Entonces escribió y cantó
"Dos baleados más".

...Y, por cantar los problemas del aquí y del ahora, empezaron a
sufrir "los huesos" de Guevara ("porque decir que sufrí en carne
propia sería demasiada pretensión -bromea el flaco Jaime- hay que
ser autocríticos"). En los mitines de protesta que la muerte de
los colegiales levantó, Jaime recibió su primera paliza de los
policías, o como él las llama "la poca grata caricia de sus
botas, la valentía de su ataque en grupo".

Y ahora la historia se repite, hace pocos días, en el mismo lugar
Jaime fue agredido por la misma razón, apoyar las protestas por
la vida, en su lucha tenaz junto a los familiares de Restrepo y
los desaparecidos. "Casualmente, casualidad de casualidades, esa
primera vez y ahora, el ministro de Gobierno es Roberto Dunn
Barreiro", comenta Guevara, sin abandonar su humor.

Humor...ironía... sarcasmo. Son las palabras mágicas de las
letras de Guevara: "La ironía es chiquita como una gillette, pero
es fila, tiene un filo bien filudo. Entonces al carro antimotines
del poder le consigue abrir, se le hace una vivisección a punte
carcajada, y esa es nuestra forma de combate, nuestra arma,
nosotros disparamos carcajadas. A la gente se le hace perder
totalmente el respeto impuesta por el poder. La gente pasará
callada al lado de los fusiles, pero no los respetará, comentarán
con la sonrisa de la que te he hablado lo deleznable que es el
poder de esas botas, lo carente de respaldo moral".

A RITMO DE COUNTRY, DE BLUES, Y DE LATINOAMERICA

Guevara ruge, ladra, zapatea, convierte a su guitarra en bombo (o
en lanza, si de arrancarle el sombrero al muñeco de Bush se
trata) ...de todo hace este Jaime cuando canta. Su canto es muy
original. "Es una mezcla de folk, country, blues", explica.

Es que su escuela es una mescolanza: los cantautores franceses;
Bob Dylan y los otros folkys yankees; los cantautores españoles y
los catalanes; después Violeta Parra y la onda latinoamericana; y
nacionalmente la escuela de la copla popular.

"Para mí, los dos libros de Juan León Mera, Cantares y coplas del
cuento ecuatoriano, son casi como antiguo y nuevo testamento,
igual las coplas del carnaval de Guaranda. La sal, la picardía,
el sabor, es algo que no lo vas a encontrar si te metes en la
escuela ortodoxa rockera, es otro patín ¿entiendes? Es como sal
quiteña a ritmo de blues. Si me hicieran un análisis de sangre
saldrá chicha de jora con cocacola".

Esa escuela musical, más la escuela de las calles
latinoamericanas que sangran de injusticias, y más esa picazón de
la creación, parieron 500 canciones, en ya dos décadas de canto:
el controvertido "Himno Pasional del Ecuador", el antipatriótico
"Pajisha", el clásico "Los jubilados de la plaza Grande", el
impúdico "Los amores en el último asiento del bus", el colonial
"Cantuña y San Francisco", el eterno "Más abajo de los precios",
el indignado "Dos baleados más", el cabriado "Zapatos de
té-canasta", el leonino "El apresor apresado (o Taura)", el
solidario "Desaparecidos", el policial "Vida de perros", los
autobiográficos "Cantor de contrabando", "El lobo vegetariano" y
"Soy un frasco de leche disfrazado de Molotov" y las últimas "El
reloj enredado (o ¿qué hora mismo es, ah?)" y el amigable "Huevos
Revueltos".

SEÑOR GUEVARA: BASTA SU NOMBRE

Pero, curiosamente, Jaime Guevara no tiene ni un disco grabado.
Sus peripecias para difundir su canto se resume en la
contestación de un productor: "Mire señor Guevara, yo estoy de
acuerdo con lo que usted canta, pero no voy a arriesgar un
bombazo en mi empresa por su disco".

Y aunque su gran amigo, Piero, de Argentina, (a quien, a
propósito, le llevó a cantar en el Penal García Moreno en su
última visita) iba a colaborar económicamente para que su sello
disquero grabe los cantos "no políticos" de Guevara, recibió la
contestación: "No importan los temas, basta que esté su nombre
para tener problemas".

CANTOR DE CONTRABANDO

Ahora Jaime Guevara tiene 38 años, menos melena y dos jóvenes
hijas. Sigue siendo el "militante antidoping y el comeyerba
(vegetariano)". Sigue respondiendo a las "cantadas de shungu y de
estómago" (las de solidaridad y las de sobrevivencia).

Sigue saliendo a los escenarios con su larguirucha figura de 26
años, no de 38, y su traje de gala: pantalón jeans, chaqueta
jeans y una guitarra de palo, porque "yo le siento al bluejeans
como una especie de bandera de los ideales jóvenes, y de un
estado mental juvenil, como el estandarte de la leva de
Woodstock, como un símbolo de resistencia a la corbata, al terno
gris y al cerebro gris, a la línea del pantalón planchada y a los
zapatos de charol".

Y, por último, sigue siendo cantor y no cantante, porque como
decía Facundo Cabral "cantante es el que tiene con qué cantar,
cantor es el que tiene por qué cantar"; y además (por una vez
acertó el diccionario) cantantes son solo las personas, cantores
son personas y pájaros.

Se ha equivocado mayor...

"Danzábamos en el techo,

por los quinientos abriles,

cuando un montón de fusiles

nos apuntó alrededor.

Se ha equivocado mayor,

solo somos bailarines.

¿Por qué me sube al camión?

¿Por qué me empuja en el suelo?

¿Por qué me esposa los huesos?

¿Por qué encapucha mi frente?

Se ha equivocado teniente,

solo soy titiritero.

Me roban todos los libros

y me preguntan a palos

si es que utilizo en asaltos

mi careta y mi disfraz.

Se equivocó capitán,

solo soy actor de teatro.

Luego el ministro explicó

que era por ser guerrilleros,

de las FARC o de Sendero,

por lo que nos apresó.

No mienta tanto señor,

solo somos guitarreros.

La moraleja del cuento

es que los paracaidistas

si quieren ver terroristas

los miren pero en su espejo,

y en cambio guarden respeto

para el pueblo y sus artistas.



(Canción de Jaime Guevara, a propósito del apresamiento de artistas en
octubre del 92)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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