Primero diferenciemos dos cosas:

Una es la medición de pobreza y otra son los programas que se
quieran hacer a partir de esa medición. Yo creo que en cuanto
a la medición de pobreza y, en general, al manejo estadístico
del país, la iniciativa del INEC es muy buena. Yo diría que
tenemos un gran retraso en estadísticas en el país y creo que
cualquier iniciativa, que sobre todo tenga después continuidad,
es muy buena.

Creo que se debe ir hacia una encuesta de hogares y
de presupuestos que nos permita ir midiendo una serie de
indicadores, de variables económicas y sociales de las
familias. No contamos con esa información.

Por lo tanto, si es que se va hacia eso, yo creo que es muy
buena la iniciativa..

Pero creo que el problema es que se pretende medir simplemente
algunos indicadores de pobreza, que no sabemos exactamente
cuáles van a ser (se habla de siete indicadores, o de más
indicadores).

Yo creo que hay que medir una serie de cosas que nos permitan
ver la distribución del ingreso en el Ecuador y el problema de
la pobreza. Eso es fundamental.

En ese sentido yo diría que lo que conocemos es poco, y es
difícil pronunciarse respecto al contenido mismo de lo que se
pretende hacer.

Cuando usted pregunta si es posible conocer con tanto detalle
yo le diría que sí. Si es que se trabaja con un buen
instrumento es posible llegar a conocer con mucha precisión las
características de la pobreza e incluso, yendo más allá, las
características socioeconómicas de las familias tanto pobres
como no pobres, y su ubicación.

Hay países en donde esto se hace por encuestas de hogares... y
dan resultados muy buenos.

- Los indicadores principales que piensa emplear el INEC en su
censo son los servicios básicos como vivienda, alcantarillado,
agua potable, ducha... ¿serán estos indicadores los adecuados
para fijar quiénes son los más pobres en este país?

Ahí hay dos problemas metodológicos.

El un problema es que, según lo que se desprende de las
declaraciones hechas por el señor Illingworth, van a hacer
esta encuesta o este mini-censo -como él le llama- solamente
entre el 20 por ciento de la población más pobre, por lo tanto
se parte ya de un criterio anterior, el del otro censo, que de
por sí ya tiene algún criterio metodológico, fijado de acuerdo
con esta medición de necesidades básicas.

Ahí ya hay un sesgo en la información.

Yo diría que lo conviene al país en este momento no es ir por
ese camino, sino ir más bien por el lado de hacer una
encuesta de hogares, representativa de toda la población y
ahí ver el problema de la pobreza.

Es decir, no entrar a ver solamente a aquellos que ya
identificamos como pobres, porque pueden quedarse muchos
fuera. Por ejemplo, en la última medición del INEC -que, por
cierto, pienso que es un buen esfuerzo..... Me parece que es
un buen procesamiento el que se ha hecho. Creo que
Illingworth está cumpliendo un buen papel en ese sentido,
como estadístico. Creo que ya la interpretación es otro
problema que no debería estar en manos de él... debería estar
en manos del frente social. Pero como no existe frente
social, el INEC está haciendo una cosa que no le corresponde.

El teléfono tiene una ponderación demasiado grande. El
teléfono tiene 200 puntos, igual que el agua potable. En un
total de 1500 puntos, que es el máximo que se puede alcanzar,
le dan 200 puntos al teléfono... Ahí ya se puede ver un
sesgo. Entonces, Illingworth aclara que en este censo de
pobreza que se está preparando se va a dejar de lado el
teléfono, pero el censo ya va a partir de una medición de
pobreza que fue hecha con esos criterios... a menos que hayan
hecho un reprocesamiento. Pero lo que se conoce por los datos
que el INEC ha manejado y publicado, muestran hay elementos que tienen
mucho peso, cuando no deberían tener tanto, y otros que deberían tener
mucho más, y no lo tienen.

Entonces, la información de base para escoger al 20 por ciento
de la población más pobre es ya sesgada. Ahí hay un problema,
porque es una información la que da el censo y porque ya se
parte de unos criterios anteriores. Ese 20 por ciento puede
ser que no sea exactamente el más pobre de la población o que
algunos de los más pobres puedan quedar fuera.

- ¿Es que estos parámetros que se han fijado están
desconociendo situaciones importantes para la comprensión y
determinación de quiénes son los más pobres en el Ecuador?

Yo creo que si, básicamente por dos razones.

Porque la información no da para más: el censo no trae datos sobre
nutrición, sobre ingresos... solamente incluye información sobre
determinados servicios básicos.

Y porque veo que se esta haciendo un medición de pobreza solamente por el
lado de servicios, o lo que se llama necesidades básicas. No se esta
haciendo -y eso lo dice el propio director del INEC- una medición por el
lado de ingresos.

Hay que recordar que el Ecuador tuvo una década petrolera en la que mal
que bien se invirtió en servicios básicos: hubo mucho impulso a todo lo
que es infraestructura social en salud, educación, vivienda; hubo acceso
de la población a esos servicios por que se dio un proceso de
redistribución del ingreso.

Después vino la crisis, a comienzos de los 80, y en este tiempo toda esta
infraestructura ha permanecido, pero se ha ido deteriorando.

En 1989, la Secretaría de Desarrollo Rural Integral del
Ministerio de Bienestar Social publicó "Los cimientos de una
nueva sociedad", un libro que recoge los resultados de una
investigación llevada a cabo en todo el país con el fin de
sentar las bases para una nueva política de desarrollo rural.

Entre otros aspectos, este estudio intentó profundizar
precisamente en el problema que hoy pretende determinar el
Frente Económico a través de un mini-censo de "pobres
crónicos": el nivel de vida de la gente.

Por medio de una investigación que difiere notablemente de la
que emprenderá el INEC en estos días, el MBS obtuvo cinco
mapas con información sobre los diversos aspectos estudiados,
entre ellos el denominado "mapa de pobreza".

Como unidad espacial de referencia para esta investigación fue
tomado el cantón, el más pequeño núcleopolítico-administrativa
dentro de nuestro sistema político.

Y como indicadores de la variable "nivel de vida de la
población rural", que buscaba reflejar el grado de
satisfacción de las necesidades básicas (o el grado de
pobreza, en otras palabras), el estudio no colocó a los
servicios básicos, sino a otros aspectos socioeconómicos
vitales:

- El grado de minifundismo (medido por la proporción de la
población rural que poseía menos de una hectárea de tierra);

- la tasa de mortalidad infantil;
- la tasa de desnutrición de la población infantil;
- la tasa de crecimiento demográfico de la población;
- el ingreso rural per cápita
- y el ingreso municipal per cápita rural (originado en
fuentes locales).

Sin embargo, el "mapa de pobreza" -como los otros mapas-,
planteado tal como estaba, proporcionaba solamente una
aproximación descriptiva al problema, así que, en el afán de
encontrar también las causas, la investigación se planteó
algunos indicadores adicionales: tipo de ocupación de la
fuerza de trabajo, ruralidad de la misma, carácter o no
campesino, tipo de estructura agraria, etc.

Con los resultados obtenidos de este estudio, se elaboró una
propuesta de desarrollo rural que partía de tres componentes
principales aplicados de la misma forma en todos los casos: el
social (promoción de organizaciones, construcción de casas
comunales); el productivo (parcelas demostrativas, cursos de
capacitación), y el de infraestructura (construcción de
caminos vecinales, abastos de agua potable, etc).

La propuesta de desarrollo rural se basó en la convicción de
que estos tres componentes no podían tener la misma
importancia en todos los casos, apuntó a desechar la "fórmula
universal" y a obtener un tratamiento diferenciado para cada
cantón, de acuerdo con su particular realidad socioeconómica.
(3A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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