VIA GENERAL RUMIÑAHUI ES RIESGOSA Y SIN MANTENIMIENTO

QUITO. 19.06.91. Peligrosidad por las altas velocidades de
sus usuarios, falta de mantenimiento y de suficiente
iluminación y ausencia de control policial son tres
características permanentes de la autopista General
Rumiñahui.

A estas se ha sumado desde hace algunas semanas la congestión
vehicular, por haberse convertido esta autopista en una de las
poquísimas de acceso hacia Quito, por el sur.

Los trabajos realizados en algunas calles y avenidas del sur
por el Municipio de Quito han determinado que un alto
porcentaje de vehículos pesados, de transporte de pasajeros y
otro tipo de automotores utilicen esta autopista y recarguen
su tráfico vehicular. Esta vía, que conecta la ciudad de Quito
con el valle de los Chillos, morada de miles de quiteños,
tiene una extensión aproximada de 14 kilómetros. Comprende
desde el inicio del redondel del trébol en Quito, hasta el
Triángulo en el cruce que conduce al Tingo.

Debido al crecimiento poblacional que ha experimentado la
ciudad de Quito en los últimos años, muchas personas se han
visto en la necesidad de trasladarse a vivir al valle de los
Chillos por ser, según afirman habitantes de la zona, un sitio
que ofrece tranquilidad y aire puro.

Vía riesgosa y contaminada

Moradores de los sectores aledaños a la autopista General
Rumiñahui manifestaron a HOY su preocupación por el riesgo que
constituye la vía y por el aumento de la contaminación
ocasionada por el esmog de los vehículos.

Roberto Icaza, con tres años de vivir en el sector Monjas,
expresó que en la autopista se producen muchos accidentes de
tránsito y atropellamientos porque existen conductores
desaprensivos que no respetan las normas de tránsito.

"Es una vía altamente peligrosa debido a la velocidad que
imprimen los vehículos", señaló un morador del barrio Alma
Lojana, en Monjas.

En sus marcas... Listos. ­Ya!

HOY constató la improvisada competencia que protagonizaron dos
busetas de transporte interparroquial que, con el objetivo de
ganarse los pasajeros, iban a velocidades increíbles,
rebasaban, paraban en donde a bien tenían. Incluso una de
ellas por poco no atropelló a un transeúnte, y al momento de
llegar al control del peaje no se detuvo a pagar la
tarifa.

"Este es un ejemplo típico de lo que sucede a diario en la
autopista. Hay conductores que creen estar compitiendo en
carreras y hacen gala de impericia al mando de sus vehículos",
reveló un trabajador del peaje.

Los de mercedes y cherokee no pagan...

El prefecto Marco Landázuri expresó que la ordenanza que
existe para el cobro del peaje solo exime de su pago a los
vehículos del Consejo Provincial, del Cuerpo de Bomberos, de
las empresas de servicios y los vehículos oficiales de la
Presidencia de la República.

"Todos los demás vehículos están en la obligación de pagar el
peaje. Desafortunadamente existen usuarios que no lo hacen",
dijo Landázuri.

Efectivamente HOY verificó la circulación de vehículos de lujo
como mercedes benz, cherokee, volvo, peugot, entre otros, que
al llegar al sitio del peaje no se detuvieron a pagar la
tarifa.

Tampoco los ministerios y militares

De igual forma tampoco los vehículos pertenecientes al
Ministerio de Agricultura y Ganadería, de Salud, Obras
Públicas, IEOS, IETEL pagaron peaje.

Asimismo autos en cuyo interior circulaban militares
uniformados no se dieron la molestia de llegar al control,
bajar el vidrio e identificarse, sino que aceleraron al
cruzarlo.

No hay control policial

Frente a estas anormalidades, HOY verificó la falta de control
policial por parte de la Dirección Provincial de Tránsito.

A excepción de un solo policía que se encontraba realizando el
correspondiente chequeo en el control de peaje, no existía
patrullero alguno transitando por la autopista.

"Las autoridades de la Dirección de Tránsito deberían tomar
cartas en el asunto, a fin de detener el abuso que cometen los
choferes del transporte de pasajeros", opinó un usuario.

"Muy raras veces veo un patrullero por la zona, falta un mayor
control policial. Solamente así se reducirán los accidentes y
atropellamientos", consideró Ligia Ortiz.

MEMORANDUM DE FALTAS

Falta de mantenimiento

Falta de limpieza en las cunetas; hierba, basura y piedras
depositadas en ellas, que impiden la libre circulación del
agua en las temporadas de lluvia. Tramos deteriorados, sea
por la quema de neumáticos, accidentes y el propio desgaste
por al circulación vehicular denotan la falta de
mantenimiento en la autopista a los Chillos, cuyo nombre es
general Rumiñahui. Y, en parte, contribuyen a aumentar su
peligrosidad y a volverla tan proclive a los accidentes de
tránsito.

No concordó con este afirmación el prefecto de Pichincha,
Marco Landázuri, quien sostuvo a HOY que el Consejo realiza el
debido mantenimiento de la vía siempre que el caso lo amerite.

Sectores ciudadanos opinaron que la falta de mantenimiento es
fruto del mínimo costo del peaje para los usuarios de la vía.

Sobre lo "insignificante" de la tarifa hay consenso entre
quienes la utilizan a diario, y es compartida también por el
propio prefecto.

-Víctor Estrada, usuario de la vía por más de cuatro año,
señaló que la tarifa de diez sucres es muy baja. "El Consejo
Provincial debería subir la tarifa para que haya el debido
mantenimiento, puntualizó.

-"Tengo entendido que el peaje se cobra para mantener en
buenas condiciones la vía, pero veo que no es así. El peaje
tiene que subir, es muy barato", opinó otro ciudadano.

-"La autopista está descuidada, me parece que el peaje es
cómodo", explicó Javier Jiménez.

-"Yo uso la vía diariamente, en años pasados el pavimentado
era muy bueno, ahora está deteriorado. No hay mantenimiento.
Pienso que los diez sucres que se paga son muy baratos,
debería subir la tasa de peaje", anotó Fausto Calispa.

-Marco Landázuri manifestó que la actual tasa de peaje es
insignificante. Esa tarifa tiene que ser materia de reforma
por parte del Consejo Provincial porque no tiene ningún
sentido seguir cobrando diez sucres los días ordinarios y 20
los fines de semana o feriados, comentó.

Falta de señalización

También sobre la falta de señalización, responsable según los
conductores, de la mayoría de accidentes, opinaron varios
ciudadanos:

-"Me parece que la Dirección Provincial de Tránsito no
colabora con los usuarios, en la autopista hay pocas señales
de prevención", comentó un chofer de buseta.

-"El otro día observe que un bus circulaba por la derecha con
toda la tranquilidad del caso, por poco y me voy en encima.
Falta control policial y señales de tránsito", explicó otro
conductor.

-Marco Aguas, de la zona de San Rafael, enfatizó que la vía es
altamente riesgosa. "Por la falta de señalización hay
conductores desaprensivos que no respetan nada y circulan a
grandes velocidades", dijo.

-Sobre este hecho el Consejo Provincial anotó que en diversas
ocasiones ha pedido a las autoridades policiales el "adecuado
control de vigilancia en esta autopista en procura de un mayor
respeto a las normas de tránsito". También solicitó mayor
prudencia, respeto y cuidado a los conductores, para que la
"carretera no sea escenario de accidentes sino que cumpla con
su misión de servicio".

Falta de iluminación

El gerente de la Empresa Eléctrica Quito, EEQ, Alfredo Mena
Pachano, en conversación con HOY anotó que en 1989 la empresa
suscribió un convenio con el Consejo Provincial para realizar
el mantenimiento del alumbrado en las dos autopistas de la
provincia: la General Rumiñahui y la Córdova Galarza .

"El convenio estableció que los costos para la autopista
General Rumiñahui serían de 3 millones 300 mil sucres, de los
cuales la empresa absorbería el 60 por ciento del valor y el
Consejo Provincial el 40 por ciento", señaló Mena Pachano.

De tal forma que el Consejo tiene que pagar 125 mil sucres al
mes para el mantenimiento del alumbrado en la vía, lo que ha
resultado, con el pasar de los años, un valor relativamente
bajo, reveló.

Sin embargo debido a los actos de vandalismo y a los
accidentes de tránsito, especialmente durante los fines de
semana, por los conductores en estado de ebriedad, existen
zonas de la autopista carentes de alumbrado.

"Solo en el mes de mayo de 1991 -dijo el gerente de la EEQ-
hubo cuatro postes chocados y se realizaron reparaciones en 23
luminarias, lo que representó un gasto de 2 millones 860 mil
sucres".

Las cifras son tan altas porque el costo de un poste de
hormigón para alumbrado público es de 150 mil sucres; una
luminaria de vapor de sodio de alta presión de 400 watios de
potencia cuesta 180 mil sucres y un lámpara, es decir el foco,
cuesta aproximadamente 20 mil sucres. (8C)

EXPLORED
en Ciudad N/D

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