Guayaquil. 16 jul 2000. Casi dos millones de dólares costarÃa el
Plan de Contingencia que servirá para ayudar a los posibles
desplazados que lleguen desde Colombia a territorio ecuatoriano,
una vez que se ponga en marcha el Plan Colombia, financiado por
Estados Unidos para desarticular al narcotráfico.
El problema de los desplazados forma parte de los escenarios en
los que, según se teme, involucrarÃa directamente al Ecuador
cuando empiece la aplicación de este plan que cuesta unos 1.300
millones de dólares y que fuera recientemente aprobado por el
presidente norteamericano Bill Clinton.
De acuerdo con una versión preliminar del Plan de Contingencia,
que será costeado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los Refugiados (Acnur), se cree que posiblemente unas 5.000
personas llegarÃan al Ecuador como desplazadas.
A la provincia de SucumbÃos han comenzado a llegar colombianos y
se cree que unas 60 familias que han huido de posibles combates en
la zona del Putumayo, más cercana de Quito que de Bogotá, están
asentadas ya con negocios y propiedades.
En SucumbÃos el aumento de la demanda de bienes raÃces ha logrado
que los precios de terrenos y arriendos aumenten considerablemente
en las últimas semanas.
Mientras, las voces oficiales continúan minimizando el problema.
Ayer, el presidente de la República, Gustavo Noboa, se limitó a
recalcar la importancia de la recién creada Unidad Ejecutora del
Desarrollo Norte, y una vez más pidió prudencia en las
informaciones.
En la medida en que esta zona tenga escuelas, dispensarios,
caminos, nuestra gente estará tranquila y no tendrá que irse a
otra parte, señaló el mandatario.
Por su parte, el general Carlos Vasco, comandante de la IV
División del Ejército Amazonas, dijo que no pasa nada en la
frontera nororiental del paÃs.
Los escenarios del conflicto
Mientras en Ecuador se insiste en minimizar los efectos que traerá
al paÃs la ayuda norteamericana a Colombia para combatir el
narcotráfico, en SucumbÃos ya comienzan a llegar desplazados y el
temor en el norte ecuatoriano es creciente.
¿Qué pasarÃa en Ecuador apenas se implemente plenamente el Plan
Colombia en el vecino paÃs del Norte?
Por lo pronto, solo el anuncio de la futura ejecución del paquete
de ayuda norteamericana para combatir la narcoguerrilla que
alcanza los 1.300 millones de dólares ha creado una ola de tensión
en la región y muchas dudas de cómo se moverán las diversas piezas
involucradas en la zona (narcotráfico, guerrilleros,
paramilitares). Piezas que en algunos casos están más cerca de
Quito que de la propia Bogotá.
Pero también ya va dejando huellas. Una muestra clara de ello está
en SucumbÃos, provincia fronteriza, que ya recibió esta semana
oficialmente a los siete primeros refugiados, aunque
extraoficialmente se conoce que unas 60 familias colombianas se
han asentado recientemente en el sector de manera definitiva.
El general José Gallardo, ex ministro de Defensa y estratega
militar, explica que tres son los posibles escenarios en los que
se involucrarÃa directamente el Ecuador tras la aplicación del
Plan.
En primer lugar producirá una lucha más intensa en el interior de
Colombia. Según Gallardo, el Ministerio de Defensa Nacional pidió
a su similar colombiano que las operaciones se realicen de Sur a
Norte, a fin de no empujar el problema hacia el Ecuador.
No obstante, agrega que en caso de cumplirse esto habrá
desplazamientos de población civil hacia el Ecuador, porque los
operativos, necesariamente, implican la ocupación previa de la
zona en conflicto por parte de los ejecutores del Plan.
Como segunda hipótesis (la menos probable), José Gallardo
considera que se podrÃa dar el caso de que se llegue a un acuerdo
de paz sin enfrentamientos. Pero la dificultad de ello radica en
los antecedentes: la guerrilla y el Gobierno colombiano se hallan
confrontados desde hace cuatro décadas sin haber logrado un cese
definitivo de las acciones bélicas.
Por último, Gallardo considera un tercer punto, que serÃa el más
nefasto para los intereses ecuatorianos: el éxito de la guerrilla
colombiana.
Señala que en caso de cumplirse este escenario, la consecuencia
inmediata serÃa el establecimiento oficial de una guerrilla en el
Ecuador, porque los movimientos exitosos tienden a presionar a las
naciones vecinas para ampliar sus actividades como una medida de
autodefensa.
Otro campo
A ello hay que sumarle algo no contemplado por Gallardo, pero que
ha sido fuente de debate en esta semana.
Uno de los componentes del Plan Colombia incluye el compromiso de
probar un nuevo herbicida con base en el hongo fusarium oxysporum,
con el que se erradicarÃan cultivos de coca y amapola.
Pero sectores ecológicos de Ecuador y Colombia han denunciado que
este hongo es un arma biológica que provocarÃa destrucción en otro
tipo de plantaciones y que incluso su acción letal podrÃa llegar
vÃa aérea a tierras ecuatorianas.
Plan de contingencia
EL UNIVERSO tuvo acceso al borrador del Plan de Contingencia, que
busca proteger a los colombianos que vendrÃan al paÃs por la
agudización del conflicto entre grupos armados en las regiones de
Colombia fronterizas con Ecuador.
La protección es el principal objetivo del Plan de Contingencia,
del que se comenzó a hablar desde hace unos cuatro meses en el
paÃs, en prevención de los efectos del Plan Colombia, que
incluirá, como mÃnimo, una fumigación en la zona del Putumayo,
controlada por los guerrilleros de las FARC.
Proteger incluye prepararnos para el ingreso de estas personas;
destinarlas a lugares seguros proporcionándoles alimentación,
vivienda y buenas condiciones sanitarias, asà como reinsertarlos
dándoles una actividad durante el lapso que permanezcan en el
paÃs, se indica en el documento.
Este Plan tendrÃa un costo de 1,938.230 dólares para un lapso de
seis meses, valor que será asumido por el Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
En principio se hablaba de 20.000 personas, pero ahora las cifras
son más conservadoras: posiblemente unas 5.000. Una vez cumplidos
los seis meses se identificarán alternativas de solución durable
(repatriación o asentamiento), se señala.
En Manta prima el optimismo
Por desconocimiento, interés o simplemente por confianza, lo
cierto es que la mayorÃa de habitantes y residentes de este puerto
prefiere creer en las palabras del presidente de la República,
Gustavo Noboa, en el sentido de que los temas del Plan Colombia y
la Base Aérea de Manta con militares norteamericanos han sido
magnificados por la prensa nacional.
Los representantes del sector productivo de esta ciudad observan
con optimismo la presencia de militares americanos en sus calles;
los comerciantes informales afirman que sus ventas se multiplican
cada vez que llegan los hijos del tÃo Sam, y para muchos
ciudadanos comunes el que permanezcan los estadounidenses en estas
tierras manabitas es beneficioso hasta en el punto de vista de la
seguridad.
Sin embargo, hay algunas voces que desconfÃan de que a la larga
resulte provechosa la estadÃa de los americanos en Manta, por
cuanto estiman que podrÃan ocurrir retaliaciones de los sectores
afectados por las actividades que estos realizan (combate al
narcotráfico).
En lo que todos coinciden es que en la evidente reactivación
económica de esta ciudad muy poco tiene que ver la participación
norteamericana, y atribuyen las fuentes de divisas y trabajo para
los mantenses a la excepcional producción pesquera y exportación
de tagua.
Son seguridad
Para José Reasco Intriago, secretario ejecutivo de la Cámara de
Comercio de Manta, la presencia de los soldados americanos ha
creado expectativas por la inversión en el mejoramiento del
aeropuerto, la seguridad de que el puerto va a tener menos
posibilidades de ser blanco de narcotraficantes y la tentativa
inversión extranjera por el actual boom comercial.
Los norteamericanos son parte de ese boom en Manta. Un ejemplo de
ello es el hotel Oro Verde, que tiene dÃa a dÃa el 60% de su
capacidad total llena. En este inmueble, del 15 al 20% de las
habitaciones son ocupadas por los militares del paÃs del Norte,
según su gerente Benito Velásquez.
El presidente de la poderosa Asociación de Atuneros, Ing. Carlos
Vélez, la principal fuente de divisas de la ciudad y hoy por hoy
el tercer rubro de ingresos para el paÃs, también destaca la
importancia de la seguridad.
El puerto de Manta es un punto de mar abierto que está siempre en
predisposición a ser blanco del narcotráfico, afirma. Por tanto,
acota que siempre han pedido a la PolicÃa Antinarcóticos del
Ecuador una permanente vigilancia porque la zona marÃtima ha sido
objeto en muchas ocasiones de tráfico de drogas.
Hoy que tenemos la base americana en Manta, el sector atunero
respaldará esta labor de los Estados Unidos, que no hará otra cosa
que reforzar las seguridades contra el narcotráfico, resalta
Vélez, quien coincide con el presidente Noboa en el sentido de que
se está magnificando el problema del Plan Colombia.
Dudas
El empresario Edgardo Páez, en cambio, presenta algunas dudas
sobre en qué forma la parte afectada por el Plan Colombia la
guerrilla y el narcotráfico colombiano pueda revertir sus acciones
hacia nosotros.
Estimo que el paÃs en general ha recibido muy poco a cambio de lo
que ha dado. Creo que lo que la base de Manta debÃa traer
paralelamente a la ciudad y al paÃs (otros rangos de seguridad que
no los tenemos en estos momentos), nosotros por nuestra cuenta lo
estamos tratando de hacer en materia de defensa.
Preocupación en SucumbÃos
Quiero una vida sin violencia para mi hijo. Quiero un futuro
distinto aquà en Ecuador, dice llena de esperanza Carolina
Trujillo, una joven de 19 años, mientras abraza a su pequeño
Kevin, de 2 meses de edad.
Carolina y su esposo, Arturo Figueroa, decidieron hace un par de
meses venir a Lago Agrio dejándolo todo en San Vicente del Caguán,
departamento del Caquetá, al suroriente de Colombia, zona llamada
liberada por la guerrilla colombiana y donde esta se entrena para
sus enfrentamientos con los paramilitares y el Ejército de ese
paÃs.
A pocos dÃas de alumbrar a su hijo, Carolina percibió que el
ambiente se estaba volviendo cada vez más violento, por lo cual
convenció a su esposo para que abandonara las filas del Ejército
de Colombia, donde laboró por más de diez años.
La joven pareja tenÃa ahorrado algo de dinero que, al principio,
pensaba invertirlo en un pequeño restaurante en la población de
San Miguel, en la frontera, en el departamento del Putumayo. Al
ver que la situación era cada dÃa más grave, por el anuncio de la
ejecución del Plan Colombia, pasó a Lago Agrio, SucumbÃos, como
medida de protección.
Aquà nació mi hijo, quien tendrá una vida con la paz que nosotros
no tuvimos, porque en nuestras mentes rondaban las imágenes de los
niños obligados a meterse a las filas guerrilleras para alimentar
la guerra, asegura Carolina.
Cuando llegaron tuvieron que afrontar varias adversidades, pero la
joven familia encontró gente de buen corazón que les ayudó y con
ese empujoncito saldremos adelante, dice una sonriente Carolina,
mientras con sus hijos en los brazos atiende su pequeña panaderÃa
a la que, con nostalgia, llamó Un rinconcito de Colombia, en pleno
centro de Lago Agrio.
La verdad es que los guerrilleros, paramilitares, el Ejército y
ahora el Plan Colombia mantienen en sicosis a la gente,
especialmente del Putumayo. Como nosotros, docenas de familias
están tomando medidas de prevención y refugiándose en el Ecuador.
En el futuro la situación se agravará por la masiva llegada de
campesinos pobres en busca de paz, asegura esta joven, que alcanzó
a culminar su bachillerato.
Aunque no hay un censo que lo confirme, la PolicÃa de SucumbÃos
supone que en los últimos meses unas 60 familias han comprado
negocios o fincas en la provincia, por más que la ley prohÃbe a
los extranjeros la adquisición de inmuebles en un perÃmetro de 50
km de la frontera. Lago Agrio está a 20 km.
Hay un hecho que los pobladores fronterizos confirman: los
arriendos de viviendas y el precio de los terrenos subieron por la
creciente demanda. Por ejemplo, una finca pequeña. (Texto tomado
de El Universo)