Quito. 24 jul 2000. La Agencia de Garantía de Depósitos es blanco
de acusaciones y protestas. Su gerente, Luis Villacís, habla sobre
el plan de acción de la institución, la pugna con el Banco
Central, de las administraciones anteriores y su sueldo

Alejandro Román Armendáriz no pudo soportar. La vida del profesor
del colegio nacional Guayaquil, ex embajador de Ecuador en Cuba y
Honduras, y ex secretario de la Administración del presidente
Jaime Roldós, cambió el día del congelamiento de los depósitos
bancarios. Con diabetes, hipertensión y un infarto previo se le
hizo muy difícil soportar la angustia y desesperación que
significó para él y su familia quedarse con 200 mil sucres en el
bolsillo y el dinero de toda su vida en el quebrado Banco del
Progreso sometido a saneamiento desde hace un año.

El pasado 22 de octubre, se levantó temprano a continuar con las
diligencias que realizaba para tratar que la Agencia de Garantía
de Depósitos le reconozca los gastos médicos efectuados desde el
día del congelamiento. Ese día terminó su vía crucis, murió de un
paro cardiaco.

Él es uno de las decenas de ecuatorianos que han pagado con su
vida el costo de la terrible crisis financiera que Ecuador ha
vivido en el último año. Un país pobre que debe honrar, por ley,
la garantía de los depósitos realizados en los bancos quebrados.

En medio del conflicto, la Agencia de Garantía de Depósitos
enfrenta la presión de la opinión pública que exige acciones que
den resultados.

Luis Villacís Guillén, gerente de la Agencia de Garantía de
Depósitos, es consciente de la dramática situación de los
depositantes. Su oficina en Guayaquil tiene vista a la avenida
Nueve de Octubre donde ancianos, jubilados, desempleados y público
en general protagonizan marchas que en los últimos días han
incluido el tirar huevos y anilina al edificio de la entidad
pública como señal de protesta para exigir la devolución del
dinero confiado a los banqueros corruptos. Además, permanentemente
un grupo de clientes del Banco del Progreso está en la acera
frente a su ventana, recogiendo firmas para la rehabilitación del
banco.

Desde hace cuatro meses, este abogado guayaquileño hizo su estreno
en la vida pública convertido en el mayor banquero del país a
cargo de la administración del 70 por ciento de la banca nacional,
hoy en manos del Estado. "La AGD no congeló los depósitos, no
quebró los bancos. Los delincuentes causantes de la crisis
bancaria tienen nombre y apellido en cada banco" explica agregando
que "El problema fundamental de la institución es que nació dentro
del caos. Discúlpeme la expresión, pero es una institución mal
parida. Ésta no es una administración normal. Aquí lo que tengo
que administrar son problemas".

Activos en la mira

"Se adoptarán medidas para fortalecer la AGD, con el fin de
facilitar la rápida enajenación de los activos de los bancos
cerrados", establece, en el capítulo de la reestructuración del
sistema financiero, la Carta de Intención suscrita por el Ecuador
con el Fondo Monetario Internacional, con miras a tener acceso a
créditos externos.

Es que la situación de la AGD esta íntimamente relacionada con la
crisis económica que vive el país. Dentro de la carta de intención
firmada con el FMI, el 70 por ciento de los puntos están dirigidos
al sector financiero y, de éste un 50 por ciento depende de la
AGD.

Villacís explica que los lineamientos de su administración están
dados en el plan de acción elaborado junto a los administradores
temporales de cada uno de los bancos estatales, donde se establece
lo que van a hacer con el manejo de activos, la venta de los
bienes, la devolución de dinero a los depositantes; este plan ha
sido presentado al Fondo Monetario Internacional, organismo que
debe remitir una carta de no objeción a dicha propuesta.

Más allá de lo acordado con el FMI y de la preocupación que existe
por la depreciación constante del valor de los activos de la AGD,
la esperanza de recobrar el dinero ha hecho que la gente presione
para acelerar la venta de los activos. No obstante, el proceso se
ha convertido en una especie de cuento del gallo pelón que arranca
desde la época de James McPhersons, el primer administrador del
organismo, quien advirtió en su momento: "La venta de los activos
será un largo proceso"; luego su sucesor, Bruno Leone, en
noviembre del 99 aseguró: "Los activos están valorados en tres mil
millones de dólares, estamos contratando asesorías y avaluadores
internacionales". Walter Valarezo dijo que la venta arrancaba en
marzo; entonces los activos fijos estaban valorados en 72 millones
de dólares y la cartera en mil millones de dólares.

Afirma Villacís que "Es una mentira que la AGD tenga bienes. Los
bienes son de cada banco en saneamiento. Estos, cuando necesitaron
dinero, recibieron préstamos del Banco Central y a cambio
entregaron garantías colaterales y carteras. Los bancos además
constituyeron fideicomisos a favor del Central; el gran
propietario y tenedor de los bienes de los bancos cerrados es el
Central. Allí están las carteras, las garantías y el 99 por ciento
de los edificios y los inmuebles".

Agrega que lo que la AGD tiene son bienes que los clientes de los
bancos en saneamiento entregaron en pago de deudas no canceladas y
"con eso no alcanza para cumplir con el pago de garantía a los
depositantes". Afirma, por ejemplo, que con la venta de 115
vehículos, motonetas y blindados incluidos, obtendrán 1.8 millones
de dólares.

Se calcula que si la AGD vendiese todos sus bienes alcanzaría a
pagar el 25 por ciento de lo que se debe a los depositantes.

"La desesperación porque se vendan los bienes se da porque la
gente quiere utilizar sus Certificados de Depósito Reprogramados",
afirma, y se refiere a los polémicos papeles cuya compra y venta
ha sido tema de conflicto en las últimas semanas. Existen
denuncias de corrupción que involucran la compra de depósitos en
el Banco del Progreso a sus propios clientes, las cuales Villacís
desmiente.

"No había un mercado negro de CDR, había un mercado libre
extrabursátil, pero esto no fue causado por la AGD sino porque el
Consejo Nacional de Valores suspendió el registro de estos
documentos del Banco del Progreso, en la Bolsa de Valores".

Agrega que el hecho de que "existan personas con dinero, que
tengan la posibilidad de acaparar en el mercado el sufrimiento, la
inocencia, o el oportunismo que da la angustia de la gente, no es
propio de la AGD; se da en cualquier mercado. La gente que tiene
dinero se aprovecha de la desesperación y saca ventaja".

Pensando en dar espacio a ese mercado extrabursátil, en la subasta
se aceptarán el pago de un 20 por ciento al contado y el 80 por
ciento con CDR al valor nominal o en efectivo. (Texto tomado de La
Revista Vistazo)
EXPLORED
en Ciudad Quito

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