La gira de estudios a Europa de oficiales que aprueban el curso de Estado Mayor en FFAA y la Policía es más turística que académica, según testimonios de algunos de los viajeros. Las autoridades militares defienden esa actividad, pero el sentido de la reserva del reglamento que autoriza los gastos impide una valoración objetiva del costo-beneficio para el país
¿Gira académica o viaje de placer?
Oficiales militares y policiales realizan un viaje a Europa al término del curso de Estado Mayor. Los gastos de los uniformados los asume el Estado. El detalle de las asignaciones tiene el régimen de la reserva.
Cuando mayores o tenientes coroneles del Ejército, la FAE, la Armada y la Policía terminan satisfactoriamente el curso de Estado Mayor en las respectivas academias o escuelas de guerra, los oficiales emprenden un viaje a Europa -en su mayoría- acompañados por sus esposas. Es una gira de 17 a 21 días, que para algunos oficiales y ex oficiales consultados es un merecido premio por dos y hasta tres años de preparación en materia de seguridad del Estado, y que para otros oficiales, autoridades y ex directivos constituye una actividad necesaria para lograr el profesionalismo del oficial.
"El último paseo fue muy bonito. Empezamos por Londres, pasamos por Bélgica, París, Roma y terminamos en Madrid. En España, visitamos tres ciudades y en todas vimos muchos ecuatorianos", cuenta una de las esposas de los 56 oficiales del Ejército que viajaron en julio, por 21 días, a Europa. Ella no relató si en las visitas a esos países sus esposos realizaron recorridos a institutos militares para encuentros con oficiales europeos. "Que yo sepa, no. Casi todo el viaje es turístico y la mayoría de visitas son a lugares históricos. Lo malo es que cuesta mucho y hay que ahorrarse de ver y hacer muchas cosas", comenta.
¿Viaje de placer o gira académica? Es la interrogante que puede caer en el terreno de la subjetividad, por los comentarios contradictorios sobre los destinos y lugares visitados y el sistema reservado que se usa para el manejo de los recursos del Estado que financian la gira de los oficiales y los instructores; eso imposibilita tener el desglose oficial de los gastos y una valoración del costo-beneficio de esta actividad.
Luego de varias gestiones realizadas por BLANCO Y NEGRO, el Ministerio de Defensa -a través de su departamento de Comunicación Social- se pronunció sobre el sustento legal y reglamentario de las llamadas giras académicas.
Las Fuerzas Armadas las califican como una actividad de instrucción, observación y aprendizaje, que se hallan plenamente planificadas y presupuestadas en el Plan Básico de Educación, que constan en la partida de Pasajes al exterior, viáticos y subsistencias en el exterior, asignadas a profesores y alumnos que participan en la actividad académica.
Esos recursos se enmarcan en el Reglamento de Asignaciones Económicas para miembros de las Fuerzas Armadas en el exterior, publicado en el Registro Oficial 2909-R, del 16 de enero de 2002, que tiene calificación de reservado, por lo cual no es posible conocer el detalle de los gastos realizados. Esa normativa es la misma que rige para viajes de otra índole en la instancia militar.
La comunicación del Ministerio de Defensa hace una sola precisión sobre los gastos relativos a las giras a Europa, cuando el cursante viaja acompañado de su esposa. En ese caso, dice que las academias de guerra no aportan con ninguna ayuda para los gastos que demande la subsistencia y el boleto de avión a Europa de la acompañante.
Una afirmación que también puede prestarse a la duda, pues el oficial cursante puede financiar el viaje de su esposa con los viáticos que le da el Estado, como de hecho afirman ex oficiales militares que participaron de la gira dentro de sus respectivas promociones.
El coronel (r) Luis Hernández habla de una asignación diaria por oficial de $150, para atender alojamiento y subsistencia (alimentación y desplazamientos). En su caso, viajó solo junto a otros cuatro compañeros que también optaron por viajar sin sus compañeras.
El coronel Patricio Haro coincide en que ese monto fue el mismo que se entregaba cuando estaba al frente de la Academia de Guerra, en 2000. Y estima que está dentro de los parámetros de gasto en las ciudades europeas. Pero más allá de eso, el oficial defiende la vigencia de esta actividad académica como una ocasión, quizá la única, para que el oficial asimile otras experiencias y conocimientos que le servirán a la hora de tomar importantes decisiones. "Decir que sea un premio, solo revela la falta de profesionalismo de quien lo afirma", dice el oficial.
La limitación de la reserva sobre los fondos de la gira académica tampoco deja ver si el itinerario de viajes justifica el gasto del Estado. El comunicado del Ministerio de Defensa Nacional hace referencia a la visita a unidades e industrias militares, así como a lugares históricos.
Todo eso como consecuencia de un plan académico que está respaldado por "la misión que de las academias de guerra de capacitar a los oficiales para su desempeño en funciones de comando, dirección y Estado Mayor", dice el informe. Una preparación que en perspectiva supone la administración de institutos en tiempos de paz, su conducción en tiempos de guerra y la participación en la seguridad y en la defensa de la soberanía del país.
Las Fuerzas Armadas destacan que en esa preparación se realizan actividades de cooperación entre ramas y con la Policía y otras acciones complementarias, como las visitas de estudios, los viajes de instrucción y las conferencias. Y la gira a Europa, a la que se traza ciertos objetivos, como:
"Correlacionar los datos históricos de las diversas guerras y problemas sociales con la realidad geográfica y sociológica de los países europeos; conocer la estructura, el funcionamiento, el empleo y la capacidad de las unidades militares y las industrias que se visitasen para ampliar la visión estratégica y el acervo cultural de los oficiales cursantes, además de conocer y obtener criterios geopolíticos de los países del viejo continente".
Asimismo, complementar y enriquecer los conocimientos interrelacionados con la historia militar de las diferentes guerras, en especial de los dos conflictos mundiales.
En el caso de los oficiales de la Policía, el comandante Jorge Poveda es más específico sobre el tipo de visitas, a partir de un informe de la Escuela de Estado Mayor. Dice que se ha seleccionado a instituciones con las cuales la Policía Nacional mantiene nexos, como el Servicio de Cooperación Técnica Internacional de Policía de Francia, la Policía de Carabineris de Italia y el Cuerpo Nacional de Policía de Madrid (España).
La gira de los oficiales policiales terminó el jueves pasado, fecha de retorno. Participaron un directivo, 21 alumnos, esposas, e hijos. En total, 54 personas. Los gastos por pasajes y viáticos de los oficiales, igual que en las FFAA, se aplica a las partidas de la institución C112 000-00-530302-000-1 y 530304-000-1 ("Pasajes al exterior" y "Viáticos y subsistencia en el exterior") del presupuesto de la Policía.
El gasto se apoya en el decreto (Registro Oficial 11 del 30 de enero de 2002) sobre las normas para el Incentivo Patriótico al Ahorro, que autoriza los viajes al exterior si no existe un egreso para el fisco y son beneficiosos para el desarrollo nacional en varios casos. Para la gira a Europa, debe haber autorización expresa de la Presidencia de la República.
Con oficio 0000279 de julio 07 de 2004, la Subsecretaría General de la Administración autoriza la comisión de servicios con sueldo al exterior para el director y 21 alumnos del XXIX curso de Estado Mayor, que retornaron la tarde del pasado jueves. (LB/OP)
Los testimonios crean la duda
Las giras de estudios, según el Ministerio de Defensa, incluyen casi siempre la visita a Londres, París, Roma, Madrid y, de acuerdo con el plan anual, ciudades de Alemania y Bélgica, donde hay fábricas militares
El último viaje de 56 oficiales de la Fuerza Terrestre reactivó una práctica que se había suspendido tras los acontecimientos del 21 de enero de 2000. Claro, ante la detención de varios oficiales y tras ser dados de baja, se perdió la regularidad en la realización de los cursos de Estado Mayor. Por eso, este año se unieron las generaciones de 2002, 2003 y una parte de 2004. Para el próximo se normalizará el proceso.
De acuerdo con la información proporcionada por varios oficiales en servicio activo y pasivo, en el pasado, el proceso de carrera militar era más estricto, reservado y muy apegado a una línea de formación exigente. En ese sentido, los viajes a Europa se consideraban como un premio al esfuerzo de varios meses de preparación y con la condición de reforzar los conocimientos y la cultura general de los oficiales.
Sin embargo, a condición de no revelar sus nombres, dos oficiales consultados señalan que, desde hace cuatro años, muchas cosas han cambiado. "La calidad de la enseñanza, por la misma caída de los paradigmas, ha hecho que los profesores y alumnos asuman muchas teorías bajo sospecha, duda y hasta incredulidad", dice el oficial consultado.
En cuanto a los viajes, él considera que antes, con la Guerra Fría, se tenía muy en cuenta esa confrontación y había más inquietudes. "Ahora, por lo que me ha tocado y he visto en otros compañeros, el sentido turístico prima y si a lo mucho se visita una ciudad, se llega a los museos militares. Es más, por la poca capacidad económica es imposible que la institución ni el oficial tengan facilidades para acceder a todas las academias, museos o lugares históricos", cuenta el otro oficial.
En cambio, el testimonio de la esposa de un coronel de la Policía es sintomático: "Cuando fuimos a Europa (en 2000), la gira fue casi totalmente turística. Salvo en dos ocasiones (París y Madrid) en las que nuestros esposos fueron a unas charlas y visitas. En el grupo en que fuimos se consideró siempre el viaje como un premio por el trabajo realizado y un compromiso para el futuro. No creo que se lo deba entender como un privilegio, porque es un derecho al que todos los oficiales saben que pueden acceder siempre y cuando cumplan con las normas y reglas de la Policía".
Por otro lado, hay el "resentimiento" de otros sectores militares. Por ejemplo, en la tropa de la Fuerza Terrestre y Fuerza Aérea se considera que esos viajes no mejoran la calidad profesional de los oficiales y, más bien, generan desigualdad con la tropa.
"A lo largo de la carrera, que puede llevar más de 20 años, no recibimos ningún estímulo de esa naturaleza. Muchas veces, la tropa hace más sacrificios que los oficiales, tanto en su formación como en su vida privada. Por eso, no hay derecho que vayan con esposas a pasearse, mientras la tropa siempre se quedará en los cuarteles", critica un sargento en servicio activo de la Fuerza Terrestre. (OP/LB)
LA HOJA DE VIDA
Oficiales sancionados también han viajado
Entre el 8 y el 30 de junio de 2003 se desplazaron a Europa, en gira de estudios, 25 oficiales, acompañados de sus esposas. Tras el viaje, el diputado Guillermo Haro presentó una lista de quienes participaron en ese desplazamiento.
La lista establecía nombres de oficiales, mayores y tenientes coroneles, que habían recibido sanciones por actuar, en diferentes circunstancias, en el golpe de Estado del 21 de enero de 2000.
Las faltas disciplinarias incluían la participación en la toma de las instalaciones del Congreso Nacional y el Palacio de Gobierno, por lo cual se habían ordenado arrestos desde 72 horas hasta cinco y nueve días, en 15 de los 25 casos.
Una fuente del Ministerio de Defensa señala que las sanciones disciplinarias no se borran de la hoja de vida y no tienen por qué ser eludidas en posteriores calificaciones de ascensos. Y que la amnistía legislativa les permitió mantenerse en la carrera militar. (LB)
Oficiales pagan viaje de su pareja con créditos y rifas
Los viáticos se calculan multiplicando $150 por la escala de 1 a 1,9 o más, según el rango. Para Europa, llegaría a $200, en el caso de tenientes coroneles
Un paquete turístico ofertado en 2003 a los oficiales de la Fuerza Terrestre que aprobaron el curso de Estado Mayor establecía un costo de $998 el tiquete Quito-Madrid-Atenas-Quito y un valor por el "tour europeo" de $2 478, por persona.
El cálculo de la oferta fue realizada tomando en cuenta que se desplazaban 54 personas (25 oficiales y familiares) por un período de 22 días, incluidos los viajes de ida y vuelta. La propuesta no consideraba los $45 para la visita al museo Madame Tussaud, en Londres.
Según la guía de viajes VM de 2004, para la temporada alta, este tipo de tours tienen valores que oscilan entre $3 000 hasta $3 500, cuando se trata de grupos grandes, que consideran una serie de beneficios para los clientes, como los descuentos y las regalías. Esos beneficios sirven en buena parte para asegurar cupos para los directivos del centro de estudios.
Fuentes del Ministerio de Defensa señalan que los oficiales que se gradúan en las academias de guerra recurren al dinero de los viáticos para financiar a sus acompañantes, así como a préstamos individuales con el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa), que brinda, además, ciertas facilidades de pago a los miembros de la institución militar.
De acuerdo con la reglamentación militar, los viáticos destinados para los desplazamientos de oficiales al exterior están fijados por una tabla que varía según el grado del militar y el país de destino. Todo eso se multiplica por el número de días del viaje. La tasa básica es de $150 diarios. Por ejemplo, para cuando viajan a los Estados Unidos, la tabla establece que los $150 se multipliquen por 1,9. Es decir, $285. Si son 10 días, el monto total de viáticos es de $2 850. Para el caso de Bolivia, se multiplica por uno, o sea, $150.
En el Ministerio de Defensa Nacional no se informó sobre cúanto se multiplica para los viajes a Europa, pero según el testimonio de la esposa de un oficial, los viáticos llegaron a los $200 diarios.
Si se hace el cálculo de lo que le correspondería a un oficial gastar en su esposa, con $200 diarios, durante 21 días ($4 200), queda pagado todo el tour. De ahí que es posible que todo oficial opte por llevar a su esposa a estos viajes.
Los recursos entregados a los oficiales son imputados al presupuesto de cada academia de guerra, bajo la planificación de la Dirección de Educación. Los viajes de misiones especiales requieren de una autorización expresa a través de acuerdos y resoluciones ministeriales, que igual se rigen por la reserva.
El financiamiento de la esposa del oficial cursante tiene una peculiaridad en la Policía, pues los uniformados -como una tradición- han establecido ciertas actividades para obtener fondos, como la venta de calentadores entre los miembros de la institución. Asimismo, otros fondos se han obtenido de la venta de publicidad en la revista institucional, que han servido de apoyo para el viaje de la promoción de la Escuela de Estado Mayor de 2004. (OP/LB)
PUNTO DE VISTA
La transparencia elimina sospechas
La ausencia de transparencia y de información oportuna crea sospechas y sobre ellas se edifican "verdades a medias".
Si se explican en detalle los viajes de los militares a Europa, el país agradecerá la inversión en la formación de sus profesionales, porque todo gasto en ese sentido debe rendir frutos en beneficio de la sociedad y no de sus individuos en particular.
Y si no se explica por qué un viaje de estudio y formación se tiene que hacer con la familia (incluidos los hijos, como ocurre en la Policía), la sospecha será la misma: algo raro ocurre.
Solo quedan unas preguntas: ¿por qué un estudiante de la Politécnica, que demuestra un sacrificio sin igual, no recibe un estímulo institucionalizado, anual y con viáticos para viajar a Europa como recompensa a toda la responsabilidad asumida en su estudio? Si es para profesionalizar a los ecuatorianos, ¿qué ocurriría si estudiantes, profesionales, burócratas y empleados públicos asumen como una conquista suya el contar con un viaje anual a Europa?
El Libro Blanco de las Fuerzas Armadas demanda transparencia: "La información relativa a asuntos de la defensa nacional se desarrollará a través de un sistema de comunicación social ágil, oportuno y transparente, que genere confianza y credibilidad; que conozca las demandas sociales y responda a ellas a través de medios públicos y privados, trabajando con la mira en la consecución de los objetivos de la defensa nacional". (OP)(BLANCO Y NEGRO)
¿Gira académica o viaje de placer?
Oficiales militares y policiales realizan un viaje a Europa al término del curso de Estado Mayor. Los gastos de los uniformados los asume el Estado. El detalle de las asignaciones tiene el régimen de la reserva.
Cuando mayores o tenientes coroneles del Ejército, la FAE, la Armada y la Policía terminan satisfactoriamente el curso de Estado Mayor en las respectivas academias o escuelas de guerra, los oficiales emprenden un viaje a Europa -en su mayoría- acompañados por sus esposas. Es una gira de 17 a 21 días, que para algunos oficiales y ex oficiales consultados es un merecido premio por dos y hasta tres años de preparación en materia de seguridad del Estado, y que para otros oficiales, autoridades y ex directivos constituye una actividad necesaria para lograr el profesionalismo del oficial.
"El último paseo fue muy bonito. Empezamos por Londres, pasamos por Bélgica, París, Roma y terminamos en Madrid. En España, visitamos tres ciudades y en todas vimos muchos ecuatorianos", cuenta una de las esposas de los 56 oficiales del Ejército que viajaron en julio, por 21 días, a Europa. Ella no relató si en las visitas a esos países sus esposos realizaron recorridos a institutos militares para encuentros con oficiales europeos. "Que yo sepa, no. Casi todo el viaje es turístico y la mayoría de visitas son a lugares históricos. Lo malo es que cuesta mucho y hay que ahorrarse de ver y hacer muchas cosas", comenta.
¿Viaje de placer o gira académica? Es la interrogante que puede caer en el terreno de la subjetividad, por los comentarios contradictorios sobre los destinos y lugares visitados y el sistema reservado que se usa para el manejo de los recursos del Estado que financian la gira de los oficiales y los instructores; eso imposibilita tener el desglose oficial de los gastos y una valoración del costo-beneficio de esta actividad.
Luego de varias gestiones realizadas por BLANCO Y NEGRO, el Ministerio de Defensa -a través de su departamento de Comunicación Social- se pronunció sobre el sustento legal y reglamentario de las llamadas giras académicas.
Las Fuerzas Armadas las califican como una actividad de instrucción, observación y aprendizaje, que se hallan plenamente planificadas y presupuestadas en el Plan Básico de Educación, que constan en la partida de Pasajes al exterior, viáticos y subsistencias en el exterior, asignadas a profesores y alumnos que participan en la actividad académica.
Esos recursos se enmarcan en el Reglamento de Asignaciones Económicas para miembros de las Fuerzas Armadas en el exterior, publicado en el Registro Oficial 2909-R, del 16 de enero de 2002, que tiene calificación de reservado, por lo cual no es posible conocer el detalle de los gastos realizados. Esa normativa es la misma que rige para viajes de otra índole en la instancia militar.
La comunicación del Ministerio de Defensa hace una sola precisión sobre los gastos relativos a las giras a Europa, cuando el cursante viaja acompañado de su esposa. En ese caso, dice que las academias de guerra no aportan con ninguna ayuda para los gastos que demande la subsistencia y el boleto de avión a Europa de la acompañante.
Una afirmación que también puede prestarse a la duda, pues el oficial cursante puede financiar el viaje de su esposa con los viáticos que le da el Estado, como de hecho afirman ex oficiales militares que participaron de la gira dentro de sus respectivas promociones.
El coronel (r) Luis Hernández habla de una asignación diaria por oficial de $150, para atender alojamiento y subsistencia (alimentación y desplazamientos). En su caso, viajó solo junto a otros cuatro compañeros que también optaron por viajar sin sus compañeras.
El coronel Patricio Haro coincide en que ese monto fue el mismo que se entregaba cuando estaba al frente de la Academia de Guerra, en 2000. Y estima que está dentro de los parámetros de gasto en las ciudades europeas. Pero más allá de eso, el oficial defiende la vigencia de esta actividad académica como una ocasión, quizá la única, para que el oficial asimile otras experiencias y conocimientos que le servirán a la hora de tomar importantes decisiones. "Decir que sea un premio, solo revela la falta de profesionalismo de quien lo afirma", dice el oficial.
La limitación de la reserva sobre los fondos de la gira académica tampoco deja ver si el itinerario de viajes justifica el gasto del Estado. El comunicado del Ministerio de Defensa Nacional hace referencia a la visita a unidades e industrias militares, así como a lugares históricos.
Todo eso como consecuencia de un plan académico que está respaldado por "la misión que de las academias de guerra de capacitar a los oficiales para su desempeño en funciones de comando, dirección y Estado Mayor", dice el informe. Una preparación que en perspectiva supone la administración de institutos en tiempos de paz, su conducción en tiempos de guerra y la participación en la seguridad y en la defensa de la soberanía del país.
Las Fuerzas Armadas destacan que en esa preparación se realizan actividades de cooperación entre ramas y con la Policía y otras acciones complementarias, como las visitas de estudios, los viajes de instrucción y las conferencias. Y la gira a Europa, a la que se traza ciertos objetivos, como:
"Correlacionar los datos históricos de las diversas guerras y problemas sociales con la realidad geográfica y sociológica de los países europeos; conocer la estructura, el funcionamiento, el empleo y la capacidad de las unidades militares y las industrias que se visitasen para ampliar la visión estratégica y el acervo cultural de los oficiales cursantes, además de conocer y obtener criterios geopolíticos de los países del viejo continente".
Asimismo, complementar y enriquecer los conocimientos interrelacionados con la historia militar de las diferentes guerras, en especial de los dos conflictos mundiales.
En el caso de los oficiales de la Policía, el comandante Jorge Poveda es más específico sobre el tipo de visitas, a partir de un informe de la Escuela de Estado Mayor. Dice que se ha seleccionado a instituciones con las cuales la Policía Nacional mantiene nexos, como el Servicio de Cooperación Técnica Internacional de Policía de Francia, la Policía de Carabineris de Italia y el Cuerpo Nacional de Policía de Madrid (España).
La gira de los oficiales policiales terminó el jueves pasado, fecha de retorno. Participaron un directivo, 21 alumnos, esposas, e hijos. En total, 54 personas. Los gastos por pasajes y viáticos de los oficiales, igual que en las FFAA, se aplica a las partidas de la institución C112 000-00-530302-000-1 y 530304-000-1 ("Pasajes al exterior" y "Viáticos y subsistencia en el exterior") del presupuesto de la Policía.
El gasto se apoya en el decreto (Registro Oficial 11 del 30 de enero de 2002) sobre las normas para el Incentivo Patriótico al Ahorro, que autoriza los viajes al exterior si no existe un egreso para el fisco y son beneficiosos para el desarrollo nacional en varios casos. Para la gira a Europa, debe haber autorización expresa de la Presidencia de la República.
Con oficio 0000279 de julio 07 de 2004, la Subsecretaría General de la Administración autoriza la comisión de servicios con sueldo al exterior para el director y 21 alumnos del XXIX curso de Estado Mayor, que retornaron la tarde del pasado jueves. (LB/OP)
Los testimonios crean la duda
Las giras de estudios, según el Ministerio de Defensa, incluyen casi siempre la visita a Londres, París, Roma, Madrid y, de acuerdo con el plan anual, ciudades de Alemania y Bélgica, donde hay fábricas militares
El último viaje de 56 oficiales de la Fuerza Terrestre reactivó una práctica que se había suspendido tras los acontecimientos del 21 de enero de 2000. Claro, ante la detención de varios oficiales y tras ser dados de baja, se perdió la regularidad en la realización de los cursos de Estado Mayor. Por eso, este año se unieron las generaciones de 2002, 2003 y una parte de 2004. Para el próximo se normalizará el proceso.
De acuerdo con la información proporcionada por varios oficiales en servicio activo y pasivo, en el pasado, el proceso de carrera militar era más estricto, reservado y muy apegado a una línea de formación exigente. En ese sentido, los viajes a Europa se consideraban como un premio al esfuerzo de varios meses de preparación y con la condición de reforzar los conocimientos y la cultura general de los oficiales.
Sin embargo, a condición de no revelar sus nombres, dos oficiales consultados señalan que, desde hace cuatro años, muchas cosas han cambiado. "La calidad de la enseñanza, por la misma caída de los paradigmas, ha hecho que los profesores y alumnos asuman muchas teorías bajo sospecha, duda y hasta incredulidad", dice el oficial consultado.
En cuanto a los viajes, él considera que antes, con la Guerra Fría, se tenía muy en cuenta esa confrontación y había más inquietudes. "Ahora, por lo que me ha tocado y he visto en otros compañeros, el sentido turístico prima y si a lo mucho se visita una ciudad, se llega a los museos militares. Es más, por la poca capacidad económica es imposible que la institución ni el oficial tengan facilidades para acceder a todas las academias, museos o lugares históricos", cuenta el otro oficial.
En cambio, el testimonio de la esposa de un coronel de la Policía es sintomático: "Cuando fuimos a Europa (en 2000), la gira fue casi totalmente turística. Salvo en dos ocasiones (París y Madrid) en las que nuestros esposos fueron a unas charlas y visitas. En el grupo en que fuimos se consideró siempre el viaje como un premio por el trabajo realizado y un compromiso para el futuro. No creo que se lo deba entender como un privilegio, porque es un derecho al que todos los oficiales saben que pueden acceder siempre y cuando cumplan con las normas y reglas de la Policía".
Por otro lado, hay el "resentimiento" de otros sectores militares. Por ejemplo, en la tropa de la Fuerza Terrestre y Fuerza Aérea se considera que esos viajes no mejoran la calidad profesional de los oficiales y, más bien, generan desigualdad con la tropa.
"A lo largo de la carrera, que puede llevar más de 20 años, no recibimos ningún estímulo de esa naturaleza. Muchas veces, la tropa hace más sacrificios que los oficiales, tanto en su formación como en su vida privada. Por eso, no hay derecho que vayan con esposas a pasearse, mientras la tropa siempre se quedará en los cuarteles", critica un sargento en servicio activo de la Fuerza Terrestre. (OP/LB)
LA HOJA DE VIDA
Oficiales sancionados también han viajado
Entre el 8 y el 30 de junio de 2003 se desplazaron a Europa, en gira de estudios, 25 oficiales, acompañados de sus esposas. Tras el viaje, el diputado Guillermo Haro presentó una lista de quienes participaron en ese desplazamiento.
La lista establecía nombres de oficiales, mayores y tenientes coroneles, que habían recibido sanciones por actuar, en diferentes circunstancias, en el golpe de Estado del 21 de enero de 2000.
Las faltas disciplinarias incluían la participación en la toma de las instalaciones del Congreso Nacional y el Palacio de Gobierno, por lo cual se habían ordenado arrestos desde 72 horas hasta cinco y nueve días, en 15 de los 25 casos.
Una fuente del Ministerio de Defensa señala que las sanciones disciplinarias no se borran de la hoja de vida y no tienen por qué ser eludidas en posteriores calificaciones de ascensos. Y que la amnistía legislativa les permitió mantenerse en la carrera militar. (LB)
Oficiales pagan viaje de su pareja con créditos y rifas
Los viáticos se calculan multiplicando $150 por la escala de 1 a 1,9 o más, según el rango. Para Europa, llegaría a $200, en el caso de tenientes coroneles
Un paquete turístico ofertado en 2003 a los oficiales de la Fuerza Terrestre que aprobaron el curso de Estado Mayor establecía un costo de $998 el tiquete Quito-Madrid-Atenas-Quito y un valor por el "tour europeo" de $2 478, por persona.
El cálculo de la oferta fue realizada tomando en cuenta que se desplazaban 54 personas (25 oficiales y familiares) por un período de 22 días, incluidos los viajes de ida y vuelta. La propuesta no consideraba los $45 para la visita al museo Madame Tussaud, en Londres.
Según la guía de viajes VM de 2004, para la temporada alta, este tipo de tours tienen valores que oscilan entre $3 000 hasta $3 500, cuando se trata de grupos grandes, que consideran una serie de beneficios para los clientes, como los descuentos y las regalías. Esos beneficios sirven en buena parte para asegurar cupos para los directivos del centro de estudios.
Fuentes del Ministerio de Defensa señalan que los oficiales que se gradúan en las academias de guerra recurren al dinero de los viáticos para financiar a sus acompañantes, así como a préstamos individuales con el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa), que brinda, además, ciertas facilidades de pago a los miembros de la institución militar.
De acuerdo con la reglamentación militar, los viáticos destinados para los desplazamientos de oficiales al exterior están fijados por una tabla que varía según el grado del militar y el país de destino. Todo eso se multiplica por el número de días del viaje. La tasa básica es de $150 diarios. Por ejemplo, para cuando viajan a los Estados Unidos, la tabla establece que los $150 se multipliquen por 1,9. Es decir, $285. Si son 10 días, el monto total de viáticos es de $2 850. Para el caso de Bolivia, se multiplica por uno, o sea, $150.
En el Ministerio de Defensa Nacional no se informó sobre cúanto se multiplica para los viajes a Europa, pero según el testimonio de la esposa de un oficial, los viáticos llegaron a los $200 diarios.
Si se hace el cálculo de lo que le correspondería a un oficial gastar en su esposa, con $200 diarios, durante 21 días ($4 200), queda pagado todo el tour. De ahí que es posible que todo oficial opte por llevar a su esposa a estos viajes.
Los recursos entregados a los oficiales son imputados al presupuesto de cada academia de guerra, bajo la planificación de la Dirección de Educación. Los viajes de misiones especiales requieren de una autorización expresa a través de acuerdos y resoluciones ministeriales, que igual se rigen por la reserva.
El financiamiento de la esposa del oficial cursante tiene una peculiaridad en la Policía, pues los uniformados -como una tradición- han establecido ciertas actividades para obtener fondos, como la venta de calentadores entre los miembros de la institución. Asimismo, otros fondos se han obtenido de la venta de publicidad en la revista institucional, que han servido de apoyo para el viaje de la promoción de la Escuela de Estado Mayor de 2004. (OP/LB)
PUNTO DE VISTA
La transparencia elimina sospechas
La ausencia de transparencia y de información oportuna crea sospechas y sobre ellas se edifican "verdades a medias".
Si se explican en detalle los viajes de los militares a Europa, el país agradecerá la inversión en la formación de sus profesionales, porque todo gasto en ese sentido debe rendir frutos en beneficio de la sociedad y no de sus individuos en particular.
Y si no se explica por qué un viaje de estudio y formación se tiene que hacer con la familia (incluidos los hijos, como ocurre en la Policía), la sospecha será la misma: algo raro ocurre.
Solo quedan unas preguntas: ¿por qué un estudiante de la Politécnica, que demuestra un sacrificio sin igual, no recibe un estímulo institucionalizado, anual y con viáticos para viajar a Europa como recompensa a toda la responsabilidad asumida en su estudio? Si es para profesionalizar a los ecuatorianos, ¿qué ocurriría si estudiantes, profesionales, burócratas y empleados públicos asumen como una conquista suya el contar con un viaje anual a Europa?
El Libro Blanco de las Fuerzas Armadas demanda transparencia: "La información relativa a asuntos de la defensa nacional se desarrollará a través de un sistema de comunicación social ágil, oportuno y transparente, que genere confianza y credibilidad; que conozca las demandas sociales y responda a ellas a través de medios públicos y privados, trabajando con la mira en la consecución de los objetivos de la defensa nacional". (OP)(BLANCO Y NEGRO)
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