QUITO. 11.10.91. Accidentes laborales vs. salud del
trabajador. Al año, 4.931 trabajadores ecuatorianos se
accidentan en desempeño de su labores. Rechinan las maderas y
los fierros. Un adolescente albañil, cual experto
equilibrista, cruza campante por el más alto andén de la
improvisada estructura. Muchos otros, abajo, se lanzan
ladrillos, como en el mejor partido de básquet. Hay amarres
con sogas, uniones con débiles alambres. Tarros, madera o
cualquier objeto basural no identificado sirve para completar
y "equilibrar" los andamios. Es espectacular, y tan cotidiano
que ni mella hace a los transeúntes... a los mismos
trabajadores y a los responsables de sus condiciones
laborales.

Pues bueno, 150 trabajadores murieron en el 90, en el Ecuador,
por accidente laboral. Pero muchos más quedaron incapacitados,
4.543 de forma temporal y 238 permanentemente. Y estos solo
los accidentes mayores, que son reportados oficialmente. Se
calcula que los accidentes menores multiplican 30 veces este
número.Más de la mitad de estos trabajadores tienen o tenían
entre 18 y 35 años. Una joven población económicamente activa
disminuida en su salud y en su capacidad de trabajo, por
incumplimiento de las normas de seguridad e higiene del
trabajo.

Medio ambiente anticuado, falta de personal, acciones
inseguras, fallos físicos, falta de entrenamiento e
instrucción del trabajo y un equivocado diseño ergonómico de
sistemas y máquinas (compenetración exacta obrero-trabajo),
son las principales causas. Las empresas patronales no cumplen
con las normas de seguridad e higiene, los trabajadores no
toman muy en serio su salud y seguridad, las instituciones
estatales no aplican la sanción correspondiente: responsables
todos.Algo curioso es que un 25 por ciento de las muertes de
los trabajadores se producen en accidentes de tránsito. Aquí
entra otro responsable, la Dirección de Tránsito y su
organización, legislación y práctica.

IDEMNIZACION

Bueno, ya consumado el hecho, los trabajadores asegurados al
Seguro Social son indemnizados por esta institución estatal, o
-de comprobarse su directa responsabilidad- por los
contratistas particulares. Pero éstos, los que tienen algún
tipo de seguro, lamentablemente, son la minoría (1 500 mil
aproximadamente); el resto es la gran masa de población
económicamente activa (dos millones de ecuatorianos) que se
mantienen en la subocupación, desocupación e informalidad. Dos
millones de trabajadores desprotegidos en toda la peligrosidad
de la palabra: en peores condiciones de seguridad laboral y
carentes de beneficio legal.

Eso si contamos solo la población considerada económicamente
activa (18-65 años); pero bien sabemos que no es la única que
trabaja. Miles de niños y ancianos deambulan con trabajos
informales a cuestas por las calles, y también a cuestas con
sus riesgos.

PREVENCION Y ¿CASTIGO?

Sin duda, prevención es solución. El 98 por ciento de los
accidentes ya desencadenados se hubieran podido prevenir. Pero
el proceso de conciencia -a pesar del esfuerzo de quienes se
interesan en la salud del trabajador- es lento, lleno de
obstáculos. Trabas burocráticas, escaso financiamiento,
presiones económicas y mucho más impiden la labor de
prevención del Departamento de Riesgos y Prestaciones del
IESS.Nadie asimila que atentar contra la salud del trabajador,
aparte de desencadenar un drama humano, es entorpecer la
productividad. Un mínimo accidente implica horas y medios de
trabajo perdidos; y en la fabricación en cadena se interrumpe
el proceso de producción.

Sin duda, también, somos llevados por el mal, como dicen las
abuelitas, y si no hay castigo no hay respuesta. Pues bien.
Ninguna empresa responsable de los accidentes ha sido
sancionada -desde hace más de 50 años- por el Ministerio de
Trabajo. Y la acción sancionadora, legalizada por el
Reglamento General del Seguro de Riesgos del Trabajo, hasta
hoy no se pone en práctica, debido a la no conformación de la
Comisión de Prevención de Riesgos. Así que, en las leyes sí,
pero en la práctica no. La función de prevención se ha
limitado entonces a motivar y a difundir conocimientos. Es
bueno, pero no suficiente. Definitivamente somos "mal
enseñados". En el Ecuador siempre ha hecho falta una
sangrienta catástrofe para que las autoridades tomen cartas en
el asunto. ¿Esperamos un accidente masivo, como víctimas los
trabajadores, sus familias y la empresa, para que empiecen a
regir las leyes?
EXPLORED
en Ciudad N/D

Otras Noticias del día 11/Octubre/1991

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el