Quito. 22.10.91. "¿El Ecuador, paÃs amazónico? ¿Desde cuando?.
Esas preguntas las hace el historiador peruano Gustavo Pons
Muzzo. Y con ellas se enseña la historia del Perú en las
escuelas de ese paÃs.
"Es gloria de Quito el descubrimiento del rÃo de las Amazonas"
dice, para las futuras generaciones, un mural en la Catedral
Metropolitana de la capital del Ecuador.
La historia es interpretación. Por lo tanto, suele ser vÃctima
de la subjetividad y, en muchas otras, de los intereses de los
pueblos o de sus gobiernos.
Un mismo acontecimiento puede ser contado desde ángulos
opuestos, tal es el caso de la historia de lÃmites entre el
Ecuador y Perú. Cada uno tiene su versión de los hechos, y eso
ha producido siglos de interpretaciones diferentes y malos
entendidos entre estos dos paÃses.
En el Ecuador hay un hondo sentimiento de ultraje, la dolorosa
sensación de que los territorios de la AmazonÃa fueron
usurpados. El Perú no se ve a sà mismo como un invasor. Según
su tesis, los territorios que se encuentran al nororiente del
paÃs constituyen parte de su legÃtima heredad territorial.
Ha sido, es y será...
Los dos paÃses sustentan tesis contrapuestas que tienen
fundamento en viejas cédulas reales, acuerdos o hechos
históricos. Las divergencias de interpretación comienzan desde
el descubrimiento de la AmazonÃa. ¿Cómo saber cuál de los dos
argumentos es el único e irrefutable, el verdadero?
"El Ecuador ha sido, es y será un paÃs amazónico". Este lema
consta en cada papel oficial, en cada "momento institucional"
de la vida del Ecuador. Con él se subraya la importancia de
Quito en el descubrimiento del rÃo Amazonas en 1542, ya que es
de esta Audiencia que salieron los grandes refuerzos para la
misión encomendada a Gonzalo Pizarro por su hermano Francisco.
Los vecinos del sur sostienen que esta gran hazaña se debe a
las misiones peruanas, y que en Quito "solo estuvo Gonzalo
(Pizarro) el tiempo necesario para completar los preparativos
de su expedición". En esa época, la Audiencia de Quito
pertenecÃa al Virreinato del Perú, por tanto toda la
expedición es considerada peruana...
La Cédula de 1802
Otra diferencia de interpretación, que es la causa de mayor
conflicto entre los dos pueblos, es la pertenencia territorial
de la AmazonÃa.
El Perú aduce que Jaén y Mainas, es decir el Oriente
ecuatoriano y los actuales departamentos peruanos de Loreto,
Magdalena y AmazonÃa, le fueron entregados por una Cédula Real
de 1802.
Según la historia peruana, en 1739 se creó el Virreinato de
Nueva Granada, dividiendo asà el Virreinato del Perú en dos.
En el nuevo Virreinato se incorporan las tierras al norte del
Amazonas, donde se encontraban Iquitos y Mainas. Un gobernador
de Mainas pidió en 1798 su reincorporación al Virreinato del
Perú. Y asà se se dio en 1802.
En el Ecuador la Cédula Real de 1802 ha sido considerada
únicamente como de carácter religioso. Es decir, que con esa
Cédula se otorgaba al Perú solo una jurisdicción religiosa.
La época republicana
En 1822, cuando el Distrito del Sur del antiguo Virreinato de
Nueva Granada se independizó de la Corona española, surgió
nuevamente el problema de los lÃmites con el sur. Para
fijarlos se estableció que la Audiencia de Quito, que
pertenecÃa al citado Virreinato, debÃa pasar a la naciente
Gran Colombia. Y se tomaron como lÃmites los fijados para la
Real Audiencia de Quito. Jaén y Mainas, que pertenecÃan a la
antigua Audiencia, harÃan parte del nuevo paÃs.
La pertenencia de estos territorios a uno de estos dos paÃses
es fuertemente cuestionada. Y desde ese momento, hasta
nuestros dÃas, estas interpretaciones han provocado los
enfrentamientos entre el Ecuador y el Perú. En 1828, cuando
las tropas del sur se enfrentaron con las tropas
grancolombianas en Tarqui, y Sucre prefirió no imponer una
derrota humillante a los peruanos, las pasiones por poseer
estos territorios se incrementan. Este enfrentamiento conduce
al Tratado de Guayaquil (1829), en el que "ambas partes
reconocen como lÃmites de sus respectivos territorios, los
mismos que tenÃan antes de su independencia, los antiguos
Virreinatos de Nueva Granada y Perú".
Un año después se firma el tratado adicional
Pedemonte-Mosquera, en el que se concede al Perú los lÃmites
hasta la margen derecha del Amazonas. Se trató de una gran
concesión para los peruanos, según sus vecinos del norte. El
tratado se firma porque en esa época, Cipriano Mosquera,
canciller colombiano, no defendÃa ya a la Gran Colombia, pero
sà a una república insurgente, el naciente Ecuador. Según el
historiador Jorge Núñez, "si Flores no se hubiera precipitado
(en constituir el Ecuador), Mosquera habrÃa negociado
duramente y habrÃa exigido Jaén y Mainas y una lÃnea al sur
del Amazonas".
El Tratado de Mapasingue Según Alberto Sánchez Aizcorbe
(peruano), en 1860, después de que el Ecuador hizo concesiones
del rÃo Pastaza a una compañÃa inglesa (en territorio peruano,
según los peruanos) el presidente del Perú, Ramón Castilla,
decidió, a pesar del retiro ecuatoriano, tomar Guayaquil. En
ese momento el Ecuador habÃa tres presidentes distintos, entre
ellos Gabriel GarcÃa Moreno, que firma el Tratado de
Mapasingue, "en el que se da razón al Perú, de acuerdo con la
Cédula Real de 1802".
Y otra vez las historias se contraponen porque para el
Ecuador, el tratado fue firmado por Franco "traidor e
inescrupuloso," cuando la ciudad de Guayaquil era bloqueada
por buques peruanos.
Y de modo sistemático, y a veces agresivo, se seguirán
contraponiendo sus teorÃas sobre sus derechos y los sucesos
que han seguido afrontado a los dos paÃses hermanos. (5A)
Esas preguntas las hace el historiador peruano Gustavo Pons
Muzzo. Y con ellas se enseña la historia del Perú en las
escuelas de ese paÃs.
"Es gloria de Quito el descubrimiento del rÃo de las Amazonas"
dice, para las futuras generaciones, un mural en la Catedral
Metropolitana de la capital del Ecuador.
La historia es interpretación. Por lo tanto, suele ser vÃctima
de la subjetividad y, en muchas otras, de los intereses de los
pueblos o de sus gobiernos.
Un mismo acontecimiento puede ser contado desde ángulos
opuestos, tal es el caso de la historia de lÃmites entre el
Ecuador y Perú. Cada uno tiene su versión de los hechos, y eso
ha producido siglos de interpretaciones diferentes y malos
entendidos entre estos dos paÃses.
En el Ecuador hay un hondo sentimiento de ultraje, la dolorosa
sensación de que los territorios de la AmazonÃa fueron
usurpados. El Perú no se ve a sà mismo como un invasor. Según
su tesis, los territorios que se encuentran al nororiente del
paÃs constituyen parte de su legÃtima heredad territorial.
Ha sido, es y será...
Los dos paÃses sustentan tesis contrapuestas que tienen
fundamento en viejas cédulas reales, acuerdos o hechos
históricos. Las divergencias de interpretación comienzan desde
el descubrimiento de la AmazonÃa. ¿Cómo saber cuál de los dos
argumentos es el único e irrefutable, el verdadero?
"El Ecuador ha sido, es y será un paÃs amazónico". Este lema
consta en cada papel oficial, en cada "momento institucional"
de la vida del Ecuador. Con él se subraya la importancia de
Quito en el descubrimiento del rÃo Amazonas en 1542, ya que es
de esta Audiencia que salieron los grandes refuerzos para la
misión encomendada a Gonzalo Pizarro por su hermano Francisco.
Los vecinos del sur sostienen que esta gran hazaña se debe a
las misiones peruanas, y que en Quito "solo estuvo Gonzalo
(Pizarro) el tiempo necesario para completar los preparativos
de su expedición". En esa época, la Audiencia de Quito
pertenecÃa al Virreinato del Perú, por tanto toda la
expedición es considerada peruana...
La Cédula de 1802
Otra diferencia de interpretación, que es la causa de mayor
conflicto entre los dos pueblos, es la pertenencia territorial
de la AmazonÃa.
El Perú aduce que Jaén y Mainas, es decir el Oriente
ecuatoriano y los actuales departamentos peruanos de Loreto,
Magdalena y AmazonÃa, le fueron entregados por una Cédula Real
de 1802.
Según la historia peruana, en 1739 se creó el Virreinato de
Nueva Granada, dividiendo asà el Virreinato del Perú en dos.
En el nuevo Virreinato se incorporan las tierras al norte del
Amazonas, donde se encontraban Iquitos y Mainas. Un gobernador
de Mainas pidió en 1798 su reincorporación al Virreinato del
Perú. Y asà se se dio en 1802.
En el Ecuador la Cédula Real de 1802 ha sido considerada
únicamente como de carácter religioso. Es decir, que con esa
Cédula se otorgaba al Perú solo una jurisdicción religiosa.
La época republicana
En 1822, cuando el Distrito del Sur del antiguo Virreinato de
Nueva Granada se independizó de la Corona española, surgió
nuevamente el problema de los lÃmites con el sur. Para
fijarlos se estableció que la Audiencia de Quito, que
pertenecÃa al citado Virreinato, debÃa pasar a la naciente
Gran Colombia. Y se tomaron como lÃmites los fijados para la
Real Audiencia de Quito. Jaén y Mainas, que pertenecÃan a la
antigua Audiencia, harÃan parte del nuevo paÃs.
La pertenencia de estos territorios a uno de estos dos paÃses
es fuertemente cuestionada. Y desde ese momento, hasta
nuestros dÃas, estas interpretaciones han provocado los
enfrentamientos entre el Ecuador y el Perú. En 1828, cuando
las tropas del sur se enfrentaron con las tropas
grancolombianas en Tarqui, y Sucre prefirió no imponer una
derrota humillante a los peruanos, las pasiones por poseer
estos territorios se incrementan. Este enfrentamiento conduce
al Tratado de Guayaquil (1829), en el que "ambas partes
reconocen como lÃmites de sus respectivos territorios, los
mismos que tenÃan antes de su independencia, los antiguos
Virreinatos de Nueva Granada y Perú".
Un año después se firma el tratado adicional
Pedemonte-Mosquera, en el que se concede al Perú los lÃmites
hasta la margen derecha del Amazonas. Se trató de una gran
concesión para los peruanos, según sus vecinos del norte. El
tratado se firma porque en esa época, Cipriano Mosquera,
canciller colombiano, no defendÃa ya a la Gran Colombia, pero
sà a una república insurgente, el naciente Ecuador. Según el
historiador Jorge Núñez, "si Flores no se hubiera precipitado
(en constituir el Ecuador), Mosquera habrÃa negociado
duramente y habrÃa exigido Jaén y Mainas y una lÃnea al sur
del Amazonas".
El Tratado de Mapasingue Según Alberto Sánchez Aizcorbe
(peruano), en 1860, después de que el Ecuador hizo concesiones
del rÃo Pastaza a una compañÃa inglesa (en territorio peruano,
según los peruanos) el presidente del Perú, Ramón Castilla,
decidió, a pesar del retiro ecuatoriano, tomar Guayaquil. En
ese momento el Ecuador habÃa tres presidentes distintos, entre
ellos Gabriel GarcÃa Moreno, que firma el Tratado de
Mapasingue, "en el que se da razón al Perú, de acuerdo con la
Cédula Real de 1802".
Y otra vez las historias se contraponen porque para el
Ecuador, el tratado fue firmado por Franco "traidor e
inescrupuloso," cuando la ciudad de Guayaquil era bloqueada
por buques peruanos.
Y de modo sistemático, y a veces agresivo, se seguirán
contraponiendo sus teorÃas sobre sus derechos y los sucesos
que han seguido afrontado a los dos paÃses hermanos. (5A)
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