MOSCU. 30 jul 96. El Kremlin aseguró que no abandonará los
métodos militares para superar el conflicto en Chechenia y que
llevará la guerra hasta la completa aniquilación de la
guerrilla separatista.

"En la etapa actual es imposible abandonar los métodos
militares para la solución al conflicto (en Chechenia),
declaró ayer al canal de televisión privada "NTV" el nuevo
ministro ruso de Defensa, general Yuri Rodiónov.

En sus primeras declaraciones sobre la guerra de Chechenia, el
titular de Defensa, designado el pasado día 18, indicó que en
esa república norcaucásica "no se llevan a cabo operaciones
militares de envergadura".

Sin embargo -añadió-, destacamentos guerrilleros aislados
continúan la resistencia.

"A esos grupos hay que presentarles un ultimátum para que
depongan las armas y, en caso de que opongan resistencia, hay
que aniquilarles", enfatizó Rodiónov.

El ministro de Defensa recalcó que se debe revisar los métodos
utilizados por las tropas federales en Chechenia, ya que sus
acciones contra los rebeldes deben ser "quirúrgicas" para que
la población civil no se vea afectada por las operaciones
militares.

La actuación de las tropas rusas en Chechenia causó
indignación incluso en las autoridades pro rusas de esa
república, cuya policía detuvo hace dos semanas a dos soldados
federales presuntamente implicados en la matanza de 13 civiles
en los alrededores de Grozny, la capital chechena.

Acusan a la ONU

Los separatistas de la república norcaucásica de Chechenia
acusaron hoy, lunes, a la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) de ser cómplice del "genocidio" contra el pueblo
checheno perpetrado por Rusia.

En una declaración difundida por la agencia rusa Interfax, la
cúpula rebelde subrayó que "la ONU autorizó el genocidio
practicado por Rusia en esta república, por lo que también es
culpable de este crimen".

"La pasividad o neutralidad defendidas por la ONU ante el
genocidio del pueblo checheno podría interpretarse como una
consecuencia de las cualidades negativas personales o de los
intereses coyunturales del secretario general de la
organización, Butros Gali", indicó la declaración.

Las fuerzas secesionistas añadieron que la ONU siempre aplicó
en sus relaciones con Rusia una política de "doble rasero"
puesta en práctica con el principio de que "Rusia siempre
tiene razón, incluso si no la tiene".

HUELGAS EN RUSIA

Las cada vez más numerosas huelgas de los mineros y otros
trabajadores del Extremo Oriente de Rusia, a los que el impago
de sus sueldos les ha puesto al borde del hambre, amenazan con
desatar la primera oleada de conflictos sociales tras la
reelección presidencial de Borís Yeltsin.

Un total de 13.000 mineros del carbón en la región oriental de
Primorie están en paro porque no reciben sus salarios desde
hace seis meses, mientras que ya son 300 los trabajadores de
la central eléctrica de esa provincia en huelga de hambre con
idénticas reivindicaciones.

Según informó hoy, lunes, Borís Krivolapov, portavoz de la
compañía regional de extracción de carbón "Primorskugol", la
situación es "desesperante", ya que el sector afronta una de
las crisis financieras más graves de los últimos tiempos.

El presidente del Sindicato de Mineros de la Federación Rusa,
Vitali Budiko, advirtió hoy de que "las demoras en el pago de
salarios pueden extender los actos de protesta de Primorie a
toda Rusia y desencadenar una huelga general a escala
nacional".

De acuerdo con el presidente del Comité territorial de mineros
de Primorie, Piotr Kiriasov, todas las minas de la región
pueden paralizarse dentro de unos días si Moscú no adopta
medidas de urgencia, ya que los sindicatos del sector se
reunirán mañana para decidir la fecha del comienzo de una
huelga general.

"Estamos ante una catástrofe. Todo el complejo energético de
la región de Primorie puede dejar de funcionar de un momento a
otro. Los trabajadores están sumidos en la miseria y la
tirantez social a punto de estallar", declaró hoy el
vicegobernador de la provincia, Mijail Savchenko.

Mientras tanto, las escenas de desesperación entre los
trabajadores del sector energético de Primorie van en aumento.
El pasado viernes, varios mineros amenazaron con suicidarse si
no se les abonan sus salarios ya que carecen de dinero para
comprar pan a sus familias.

Los dirigentes de "Primorskugol" enviaron hoy una carta a
Yeltsin en la que señalan que los mineros "carecen de medios
para comprar alimentos básicos y ropa para sus niños. Cada vez
son más frecuentes los desmayos causados por el hambre. Si no
se adoptan medidas extraordinarias, los habitantes de Primorie
no sobrevirán el próximo invierno".

En el mensaje, exigieron al jefe del Estado que cumpla su
promesa personal (durante la campaña electoral) de transferir
a "Primorskugol" 160.000 millones de rublos (unos 30 millones
de dólares) para que los mineros puedan recibir sus sueldos
atrasados.

Según "Primorskugol", los actos de protesta social pueden
extenderse de forma inminente a las unidades militares de la
Flota rusa del océano Pacífico y de la Defensa Antiaérea, así
como a los guardafronteras del extremo oriente, donde ya hubo
casos de muerte de soldados por inanición.

De hecho, la situación no es más alentadora para los
guardafronteras destacados en Nakhodka, en esa zona del país.
Sus habitantes remitieron hace unos días un mensaje al Kremlin
en el que afirmaron: "los militares se mueren de hambre, ya
que sólo reciben la mitad de la ración mínima que debe comer
un soldado".

En otras regiones de Rusia, como en Murmansk (noroeste del
país), las esposas de los pilotos del aérodromo militar de
esta ciudad -una base de defensa antiaérea- bloquean desde
hace una semana la pista del aeropuerto e impiden el despegue
de aviones, en señal de protesta porque sus esposos no llevan
dinero a casa desde hace varios meses.

Todas estas acciones de protesta pueden ser el germen de una
oleada de conflictos sociales de envergadura, que el "número
uno" del Kremlin logró contener en el primer semestre de este
año debido a sus generosas promesas electorales, en las que se
comprometió reiteradamente a saldar todas las deudas del
Estado con los trabajadores.

A varios meses de las elecciones presidenciales rusas, Yeltsin
accedió a las demandas de los mineros del carbón, cuya huelga
general podía haber desatado una crisis política de magnitud,
y aseguró que aumentaría la financiación de prácticamente
todos los sectores de la industria del país para contentar a
cientos de miles de trabajadores sumidos en la miseria.

Menos de un mes después de su reelección, conseguida el pasado
3 de julio frente al comunista Guennadi Ziugánov, el
presidente parece haber olvidado muchas de sus promesas, lo
que puede poner en jaque al nuevo Gobierno, que tras el
despilfarro de la campaña electoral lucha contra viento y
marea para evitar el colapso económico que ya los expertos
presagian para este otoño ruso. (EFE) (DIARIO HOY) (P. 12-A)
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