Quito (Ecuador). 22 jul 96. El principal problema que debe
abordar el presidente que inicia su período el 10 de Agosto de
cada cuatro años está relacionado con las cuentas fiscales y
la situación de caja del Presupuesto de Gobierno. El Centro de
Estudios y Análisis (CEA) analiza una situación coyuntural: el
nuevo mandatario deberá combinar las obligaciones pendientes
con los nuevos compromisos, atender oportunamente los pagos y
lograr el grado de gobernabilidad que demanda la sociedad.

Presupuesto sobre bases irreales

El Presupuesto de 1996 fue expedido sobre bases irreales, pues
se programó un crecimiento real del Producto Interno Bruto
(PIB) de 4 por ciento, una inflación anual promedio de 18,7
por ciento, un tipo de cambio promedio anual de 2.860 sucres
por dólar, un precio promedio de barril del crudo de 14,5
dólares y un volumen combinado de importaciones y
exportaciones por un monto de 9 mil 170 millones de dólares.

Ninguno de estos parámetros se cumple en la realidad, lo cual
altera radicalmente los estimados de ingresos y de egresos del
Presupuesto.

Es incomprensible, además, que -a pesar de conocerse a finales
de diciembre de 1995 que el tipo de cambio promedio no
superaría los 3.178 sucres- se haya aprobado el Presupuesto
con una base 11 por ciento menor, subestimándose ingresos
arancelarios, precios de combustibles, IVA (impuesto al valor
agregado) e ICE (impuesto a los consumos especiales) en las
importaciones, los ingresos por la exportación del crudo y
derivados, además de los provenientes de los desembolsos de
créditos externos.

Déficit fiscal: una herencia por tradición

Luego de los ajustes internos realizados por las autoridades,
se estima un déficit equivalente a 1 por ciento del PIB (576
mil millones de sucres) en el Gobierno Central y una
proyección del déficit en todo el sector público que podría
llegar a 4 por ciento del PIB (2 billones 300 mil millones de
sucres), según declaraciones del presidente electo, Abdalá
Bucaram.

Las cifras, en todo caso, son manejables, y distan mucho de
los déficits que se dieron en los tres cambios anteriores de
Gobierno.

Gasto real excede gasto presupuestado

A pesar del esfuerzo jurídico y técnico de los últimos 20 años
y el precepto constitucional de que los gastos presupuestarios
deben estar debidamente financiados, el CEA observa, del
análisis de los Presupuestos Codificados a mediados de cada
año, que el gasto real excede al Presupuesto aprobado.

El año más crítico en este sentido fue 1990, con una
diferencia de 32 por ciento.

En la actual administración, el gasto real en promedio excede
en 11 por ciento al presupuestado.

La situación encuentra sus razones en circunstancias no
previstas ni deseadas, como el desastre de la Josefina, el
conflicto bélico con el Perú y el estiaje sin precedentes en
la cuenca del Paute.

Menos inversión en los sectores sociales

Una de las formas más objetivas de medir el crecimiento del
sector público constituye el aumento del Presupuesto frente a
la inflación del año anterior, y no precisamente el número de
servidores públicos. Si se analiza el crecimiento del gasto
público real frente a la inflación promedio del año anterior,
se pueden observar varias diferencias en los dos últimos
períodos presidenciales.

Mientras en el ejercicio de 1989, el gasto excedió en 14
puntos porcentuales a la inflación anterior; en el de 1993,
decreció en casi 10 puntos porcentuales. La austeridad del
primer año del actual Gobierno contribuyó a la baja de la
inflación, mientras la generosidad del primer año del anterior
gobierno aumentó la inflación.

Generosidad al final de cada período

Los años de cambio de Gobierno (1992 y 1996), en cambio,
tienden a ser generosos en el crecimiento del gasto público.
Si bien se desconoce cómo se consolidará el gasto de 1996, hay
fundados criterios para pensar que excederá en alrededor de 20
o más puntos porcentuales la inflación de 1995.

Existe una adicional discrepancia entre el gasto presupuestado
y el gasto real, frente a la inflación del año anterior, lo
que revela que la programación presupuestaria es defectuosa y
demanda una mayor precisión y objetividad.

Naturaleza del gasto presupuestado

Cuando se analiza cómo los dos últimos gobiernos han concebido
su gestión administrativa, se perciben diferentes
perspectivas.

La administración de Rodrigo Borja fue más generosa en los
gastos de educación y cultura, salud y desarrollo y en las
asignaciones globales, a través de las cuales se transfieren
recursos a otras instituciones públicas o corporaciones con
fines sociales.

La administración actual, de su parte, ha privilegiado los
gastos en bienestar social y trabajo, desarrollo agropecuario,
transporte y comunicaciones. La denominada Deuda Social se ha
deteriorado en buena medida en la actual administración.

Crecimiento desigual de sectores

Si se consideran la inflación y el crecimiento del gasto en
los tres años intermedios de autonomía presupuestaria que han
tenido los dos últimos gobiernos, el crecimiento real del
gasto por sectores no es similar.

Así, por ejemplo, mientras en el período de Borja los gastos
de educación y cultura, salud y desarrollo crecieron realmente
35 por ciento, en la actual administración decrecieron en 34
por ciento. En cambio, los gastos en comunicaciones y
transporte de la actual administración tienen un crecimiento
efectivo de 135 por ciento, mientras en el Gobierno anterior
alcanzaron apenas 54 por ciento. Lo mismo ocurre en el
servicio de la deuda pública, que en la actual administración
crece en 135 por ciento, mientras en la anterior tan solo en
29 por ciento.

Talón de Aquiles

- Pese a los 17 años transcurridos desde el advenimiento del
régimen democrático, todavía no se articula un sistema
presupuestario consolidado de todo el sector público.

- Hay dispersión, duplicación y atomización del gasto. El
presidente de la República no orienta los recursos en función
de los programas y proyectos de inversión productiva y social.

- El Presupuesto de 1997 debe partir de una objetiva
liquidación de los posibles compromisos que quedarían
pendientes al 31 de diciembre de 1996, y debe ser conservador
para mantener los equilibrios macroeconómicos.

Gasto presupuestado en los períodos presidenciales

Dr. Borja Arq. Durán Ballén

Servicios Generales 19.81% 20.96%
Educación y Cultura 19.49% 16.32%
BB Social y Trabajo 2.77% 4.35%
Salud y Desarrollo 8.04% 5.24%
Desarrollo Agropecuario 3.77% 6.55%

Fuente: CEA (Diario HOY) (3A)
EXPLORED
en

Otras Noticias del día 22/Julio/1996

Revisar otros años 2014 - 2013 - 2012 - 2011 - 2010 - 2009 - 2008 - 2007 - 2006 - 2005 -2004 - 2003 - 2002 - 2001 - 2000 - 1999 - 1998 - 1997 - 1996 - 1995 - 1994 1993 - 1992 - 1991 - 1990
  Más en el