Puerto PrÃncipe. 15.06.93. La mayorÃa de los miembros del
Parlamento haitiano es favorable a que el derrocado presidente
Jean-Bertrand Aristide ocupe nuevamente su cargo con el aval del
ejército, indicaron el lunes a la AFP fuentes bien informadas.
El lunes tendrá lugar en Puerto PrÃncipe una sesión del
Parlamento haitiano (Senado y Cámara de Diputados reunidos), en
cuya oportunidad los parlamentarios podrÃan votar por la
restauración de Aristide en sus funciones.
Con ello marcarÃan un vuelco decisivo en la crisis desencadenada
por el golpe militar del 30 de setiembre de 1991, cuando el
ejército depuso al sacerdote-presidente, acusándolo de querer
instaurar una dictadura.
Los senadores y diputados votarÃan entonces el artÃculo 148 de la
Constitución haitiana, que prevé que "si el presidente de la
República se encuentra en la imposibilidad temporal de ejercer
sus funciones, el consejo de ministros, bajo la presidencia del
primer ministro, ejerce el poder Ejecutivo mientras dure el
impedimento".
El importante grupo de los parlamentarios socialistas de Serge
Gilles y Duly Brutus, cuyo voto decidirá esta cuestión, es
favorable a esta solución, que desembocarÃa en la designación de
un nuevo primer ministro de consenso nombrado por el presidente
Aristide, el cual permanece "provisoriamente" fuera del paÃs
durante un indispensable perÃodo de apaciguamiento polÃtico.
Según fuentes bien informadas, esta alternativa también contó con
el apoyo del alto mando del ejército haitiano, que descartó la
solución extrema de retorno al artÃculo 149 de la Constitución
con el nombramiento del presidente de la Corte de Casación como
presidente provisional y la organización de nuevas elecciones
presidenciales en un plazo de 90 dÃas.
La decisión de organizar nuevas elecciones hubiera sido
considerada como una bofetada a la comunidad internacional,
provocando automáticamente un bloqueo petrolero que amenaza al
paÃs en forma cada vez más precisa, según las mismas fuentes.
La restauración del presidente Aristide en sus funciones por el
Parlamento serÃa acompañada por la votación de una ley de
amnistÃa para todos los crÃmenes y delitos polÃticos cometidos
desde el 29 de noviembre de 1987 (fecha de la interrupción
sangrienta de las elecciones generales), sea quienes fueren sus
autores, y del respeto de las actas parlamentarias levantadas
desde el 30 de setiembre de 1991.
Entre esas actas figuran el nombramiento, en octubre de 1991, del
general Raoul Cedras como jefe del ejército por tres años y la
destitución del primer ministro del presidente Aristide, René
Preval.
Si esta última disposición fuese votada, serÃa también una fuente
de dificultades que habrÃa que resolver, ya que el Parlamento
está dividido en dos bloques polÃticamente antagonistas, cada uno
de los cuales tiene un presidente del Senado y de la Cámara de
Diputados que se niegan a reconocerse y se acusan mutuamente de
ser "anticonstitucionales".
Los parlamentarios del Frente Nacional para el Cambio y la
Democracia (FNCD, coalición que respalda al presidente Aristide)
se niegan a reconocer la validez de las elecciones legislativas
parciales de enero de 1993, también condenadas por la comunidad
internacional, y que beneficiaron considerablemente a la
coalición socialista-centrista de la época.
El presidente Aristide, que ya exige la partida del alto mando
militar, deberá además elegir a su nuevo primer ministro de
consenso en consulta con los presidentes del Senado y de la
Cámara de Diputados.
Finalmente, varios testigos vieron neumáticos en llamas el lunes
de mañana en las arterias de algunos barrios de la capital, antes
de que la policÃa los retirase. Se ignora quiénes son los autores
de esos actos.
El sábado, una manifestación pidiendo el regreso del presidente
Aristide tuvo lugar por primera vez sin la intervención de la
policÃa en la ciudad de Saint Marc (98 km al norte de Puerto
PrÃncipe). (AFP)
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Publicado el 15/Junio/1993 | 00:00