Tokio. 28.06.93. (Editorial) El caos político que vive Japón en
estos días ha afectado seriamente la imagen del país como uno de
los más importantes líderes mundiales, poco antes de la Cumbre de
Tokio del Grupo de los Siete (G-7).

Cuarenta y cuatro miembros rebeldes del gobernante Partido
Liberal Democrático (PLD), dirigido por el ex ministro de
Finanzas Tsutomu Hata, lanzaron hoy el partido de la nueva vida
para enfrentar al primer ministro Kiichi Miyazawa en las
elecciones del 18 de julio.

Los disidentes se unieron a la oposición, cuando, en forma
sorprendente, negaron un voto de confianza a Miyazawa, con lo
cual llevaron al premier a disolver el congreso y convocar a
nuevas elecciones.

"Es difícil predecir exactamente en qué terminará este conflicto.
Pero al menos una cosa es cierta: el nuevo partido político ha
dado un soplo de muerte al sistema unipartidista que mantuvo la
estabilidad política de Japón desde 1955", dijo Takeshi Sasaki,
profesor de derecho de la universidad de Tokio.

Hata, de 57 años, hizo votos porque se instale el Japón un nuevo
sistema político y se trabaje para recuperar la confianza
popular, afectada por años de corrupción política desenfrenada.

Otros diez miembros pro reformistas se separaron del PLD y
formaron un nuevo partido el lunes. A la ensalada política se
suman rumores de que los ex primer ministros Noboru Takeshita y
Toshiki Kaifu participarán como candidatos independientes.

Se espera que el derrumbe del eje político de Japón tenga un
impacto significativo en la cumbre del grupo de las siete
naciones más industrializadas (G-7) del próximo mes. Miyazawa
presidirá la reunión en calidad de líder cesante, privado del
apoyo interno indispensable para ejercer su cargo con eficacia.

Sin embargo, algunos analistas opinan que estos cambios podrían
producir a largo plazo un mayor respeto internacional.

Junichi Kyogoku, importante cientista político, espera que el
gran debilitamiento del PLD afecte la estrecha relación existente
entre políticos, hombres de negocios y burócratas, la cual tuvo
éxito en bloquear una verdadera reforma política.

"Este triángulo íntimo solo sirvió a los intereses personales y
dejó en el olvido al consumidor medio", dice Kyogoku. "Esperemos
que la fricción entre los políticos produzca una mayor
transparencia y mejore la imagen externa del Japón".

Kyogoku cree que Japón está en el umbral de elegir un liderazgo
más joven. La mayoría de los candidatos del partido de la nueva
vida y del nuevo partido popular del Japón representan a la
generación de la posguerra.

"Si los votantes escogen nuevos partidos, querrá decir que los
políticos de más antigüedad, quienes se mantuvieron durante años
aferrados a la política, tendrán que apoyar a líderes más
jóvenes, dijo.

Pero el analista político Minoru Tada se mostró escéptico
respecto a la posibilidad de que los nuevos partidos llenen las
expectativas.

"Me encantaría oir que el sacudido PLD por fin se ha dado cuenta
de que debe cambiar la política corrupta de Japón, o que el nuevo
partido de Hata hará realidad sus promesas de reforma. Pero.. no
es así como lo veo", dice Tada.

La mayor parte de los observadores predice la pérdida de la
mayoría por el PDL en las elecciones parlamentarias, lo cual le
forzará a formar una coalición con otros partidos si quiere
sobrevivir.

Antes de la disolución del parlamento la semana pasada, el PLD
tenía 274 escaños en la Cámara Baja compuesta por 512 miembros.
Después de las desafiliaciones de esta semana, el partido quedó
únicamente con 220. Los analistas estiman que solo cerca de 200
de los 280 candidatos del PLD ganarán en las elecciones de julio.

Un sondeo realizado el último fin de semana por el principal
periódico japonés, Yomiuru Shimbun, determinó una caída de ocho
por ciento en el apoyo al PLD si se compara con una encuesta de
opinión similar de 1989.

Algunos analistas no descartan la posibilidad de que Hata llegue
a ser el próximo primer ministro de Japón, pero Tada no está
convencido de ello.

El opina que para Hata será difícil iniciar cambios, puesto que
tiene sus manos atadas por otra figura del partido de la nueva
vida, el ex secretario del PLD Ichiro Ozawa, protegido de Shin
Kanemaru, quien por sus negociados se ha convertido en el símbolo
de la corrupción política en Japón.

"Resulta cómico que Hata hable de reforma política cuando todos
saben que tiene el apoyo del codicioso Ozawa", dice Tada.

Pero Sasaki dice que Ozawa puede no ser amenaza ya que el sabe
que tiene que depender de Hata, quien, en cambio, tiene una
imagen limpia y goza de amplio apoyo público.

En el frente económico, un sondeo de prensa hecho esta semana
mostró que el 80 por ciento de los principales ejecutivos
japoneses estiman que la incertidumbre política actual retrasará
los indispensables programas de estímulo económico, con lo cual
se estancará la recuperación económica. (IPS) (4A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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