Copenhague. 06.03.95. La capital danesa acoge a lo largo de esta
próxima semana una Cumbre mundial de 116 gobernantes, convocada
por la ONU, con el propósito tan ambicioso como utópico de
"eliminar la pobreza, luchar contra la desintegración social y
fomentar el empleo productivo".

La ONU entiende que estos son los desafíos para la humanidad en
este fin de milenio, una vez concluida la guerra fría, pero el
problema de fondo es de dónde saldrán los dineros para mejorar
las precarias condiciones de vida - alimentación, empleo, salud,
educación y vivienda, entre otras - de por los menos dos mil
millones de personas.

América Latina acude a la Cumbre Social de Copenhague con una
preocupación marcada de que los graves desajustes sociales, que
los programas liberales de recuperación económico no han
resuelto, desemboquen en nuevas insurgencias civiles parecidas a
la mexicana de Chiapas.

El secretario general de la ONU, el egipcio Butros Gali, se ha
mostrado anticipadamente "seguro" del "éxito" de la Cumbre, pero
el pesimismo campea entre los líderes sociales latinoamericanos
que celebran reuniones paralelas.

"Nosotros le decimos a los gobernantes que las cifras económicas,
en general, marchan bien, pero el pueblo sigue estando mal", dijo
a EFE el presidente de la Central Latinoamericana de
Trabajadores, el argentino Emilio Máspero.

Lo importante, según la ONU, es que por vez primera se van a
reunir más de un centenar de jefes de Estado y de gobierno por
una causa común: "promover el desarrollo social y asegurar el
bienestar".

El problema de fondo es que las naciones ricas se muestran
reticentes a aumentar su ayuda al desarrollo, lo que pone en duda
la ejecución de los resultados de la cumbre, que serán recogidos
en dos documentos: una declaración política de diez compromisos y
un programa de acción de cinco capítulos con medidas nacionales e
internacionales para hacerlos efectivos.

La víspera de la inauguración de la Cumbre por la reina Margarita
de Dinamarca, mañana, lunes, eran esperados en Copenhague 69
jefes de Estado, cinco vicepresidentes y 42 primeros ministros.

Las ausencias más notorias son las de los gobernantes de Estados
Unidos, Bill Clinton, y de Rusia, Boris Yeltsin, así como la del
"premier" británico, John Major.

De América Latina se echan en falta al argentino Carlos Menem, al
mexicano Ernesto Zedillo, el brasileño Fernando Henrique Cardoso,
el venezolano Rafael Caldera, el ecuatoriano Sixto Durán-Ballén y
el uruguayo Julio María Sanguinetti, que acaba de tomar posesión.

Según los observadores, la ausencia de los "pesos pesados"
iberoamericanos, la mayoría retenidos en sus países por severos
problemas internos, representan un "revés diplomático" para Chile
que promovió desde 1990 la realización de esta Cumbre Social, que
la ONU hizo suya en 1992.

Chile está representado por su presidente, Eduardo Frei, pero
también asisten su antecesor, Patrio Aylwin, que planteó, en
1990, en la ONU, la necesidad de que los gobernantes del mundo
adoptasen decisiones definitivas para erradicar la extrema
pobreza y la marginación social.

Cuba no aparece por ninguna parte en las listas de gobernantes
facilitada por la ONU, aunque tiene asignado el cubículo "030" en
la zona para las delegaciones oficiales en el "Bella Center", en
la periferia de Copenhague, al que las fuerzas de seguridad han
convertido en un bastión inexpugnable que la prensa local comparó
con el famoso Fort Knox estadounidense.

En los pasillos de la conferencia se recueda que el presidente
cubano, Fidel Castro, es imprevisible y que sus asistencias a las
reuniones internacionales suelen estar envueltas en sigilos y
cábalas.

"Sólo sabremos sin viene Castro cuando lo veamos las barbas",
comentó un periodista iberoamericano familiarizado con los viajes
del líder cubano, quien, entre otras cosas, suele desplazarse
hasta con su ropa de cama, comida y utensilios de cocina.

Castro, si asiste, no será el único gobernante militar de la
Cumbre. Podrá codearse con otros cinco uniformados - un mariscal,
tres generales y un capitán- todos ellos jefes de Estados
africanos.

Aunque tres naciones - Bangladesh, Noruega y Suiza - están
representadas por sus primeras ministras, la única jefa de Estado
asistente es la nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro.

Asisten también la cumbre cuatro cabezas coronadas: la reina
anfitriona, Mswati III de Suazilandia, Hussein de Jordania y el
jeque kuwaití Jaber Al-Ahmad Al-Jaber Al-Sabah.

Los daneses procuran que Copenhague resulte cordial y acogedora
para las casi 25.000 personas que se ha movilizado a esta gélida
capital, cuya área metropolitana concentra casi el 40 por ciento
de la población danesa.

Todo ha sido cuidado con esmero, especialmente la seguridad, que
es extrema y resulta "amablemente agobiante" incluso en el
interior del "Bella Center", donde funcionan unas fronteras
rígidas, sobre todo la que separa a la prensa de las delegaciones
oficiales.

Los daneses quieren que Copenhague resulte a los visitantes
"hyggeligt" (cordial y acogedora) e, incluso, a esta ciudad
pionera mundial en la tolerancia sexual, han llegado unas 4.000
"animadoras de la noche", se comenta "para todos los gustos".

POBREZA EN LA MIRA DE CUMBRE SOCIAL

El proyecto de declaración común contra la pobreza que será
sometido a los 133 jefes de estado y de gobierno que deben
participar los próximos sábado y domingo en la cumbre mundial
sobre el desarrollo social, contiene diez compromisos:

- Crear un marco económico, político, social, cultural y legal,
que favorezca el desarrollo social.

- Erradicar la pobreza en el mundo a través de acciones decisivas
en el plano nacional y de la cooperación internacional, como un
imperativo ético, social, político y económico de la humanidad.

- Promover el pleno empleo como prioridad básica de las políticas
económicas y sociales, y posibilitar a todos los hombres y
mujeres que obtengan medios de subsistencia seguros y
sostenibles, a través de empleos y trabajos productivos
libremente escogidos.

- Promover la integración social a través de sociedades basadas
en la promoción y protección de todos los derechos humanos, y en
la no discriminación, tolerancia, respeto a la diversidad,
igualdad de oportunidades, solidaridad, seguridad y participación
de todos, incluidos los grupos y personas desfavorecidos y
vulnerables.

- Reconocer el papel fundamental de la educación y de la
formación en el desarrollo social.

- Promover el pleno respeto de la dignidad humana, y de la
igualdad y la equidad entre mujeres y hombre, y reconocer y
alentar el papel de liderazgo de las mujeres en la vida política,
civil, económica, social y cultural, y en el desarrollo.

- Acelerar el desarrollo económico, social y de los recursos
humanos de Africa y de los países menos desarrollados.

- Asegurar que cuando sean acordados programas de ajuste
estructural incluyan objetivos de desarrollo social, en
particular la erradicación de la pobreza, la promoción del empleo
pleno y productivo, y el incentivo de la integración social.

- Aumentar significativamente y/o utilizar más eficientemente los
recursos asignados al desarrollo social para alcanzar los
objetivos de la cumbre mediante la acción regional y de la
cooperación regional e internacional.

- Mejorar y fortalecer el marco de cooperación internacional,
regional y subregional para el desarrollo social, en un espíritu
asociativo, a través de las Naciones Unidas y de otras
instituciones multilaterales. (EFE) (11A)
EXPLORED
en Ciudad N/D

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