Quito (Ecuador). 08 oct 95. Algunos franceses trasnochados se bañan en las playas de un Mediterráneo al que tratan de descontaminar con inversiones millonarias, mientras apoyan los experimentos nucleares que sus fuerzas armadas realizan en al Pacífico Sur. Las ideas más retardatarias del colonialismo y de la guerra fría viven en la mente de una derecha francesa que provoca estas explosiones en medio del rechazo general.

La proliferación de las armas nucleares fue una aberración comprensible en el contexto de la guerra fría. Terminada la segunda guerra mundial, dos ideologías con ribetes apocalípticos trataron de dominar el mundo y casi llegan a destruirlo.

Por una parte, estuvo el bloque socialista formado por la URSS, los países del este europeo, China y Korea, seguidos después por Cuba, Vietnam, Laos, Cambodia, El Congo y Etiopía, en lo que parecía una catarata incontenible que llevaba al socialismo. Junto a ellos, movimientos de liberación y países afines, buscaban sus "caminos propios" dentro de la misma corriente: la Somalia de Said Barré, El socialismo Baathísta de Siria e Irak, el socialismo islámico de Libia y Argelia, los movimientos de liberación de Africa del Sur, las guerrillas en casi todos los países de la América Latina. El Che Guevara se convirtió en un mito que aparecía en Angola, Bolivia o Etiopía, encabezando grupos de guerrilleros que creían que inaugurarían un mundo nuevo.

Muchos jóvenes de ese entonces creímos que el capitalismo se derrumbaba definitivamente y que veríamos el surgimiento de un nuevo mundo pleno de justicia, fraternidad y prosperidad.

De otra parte, los países occidentales encabezados por Estados Unidos se erigieron en los defensores de la democracia frente a la avalancha totalitaria. Hubo incluso grupos que creyeron que dioses y vírgenes se aparecían para participar de la lucha de los "buenos" en contra del marxismo. El enfrentamiento se planteó en términos ideológicos y apocalípticos: unos creían que defendían la libertad y la justicia, otros creían encarnar la democracia y la libertad. Ambos creían que lo único posible era destruir a su adversario.

La carrera hacia la destrucción

En una irracional carrera destructiva, la Unión Soviética destinó gran parte de su presupuesto a la producción de armamentos, lo que produjo a mediano plazo su propia iluminación. Los países occidentales desarrollaron su sistema de defensa. En esa vorágine destructiva se crearon armamentos nucleares capases de destruir el mundo en pocos instantes.

La caída del muro de Berlín fue un símbolo del fin de la guerra fría. La inoperancia de la economía socialista dejó en pie solamente el modelo de libre mercado. El ocaso de los delirios ideológicos dio espacio a los sueños cotidianos y llevó a buscar el sentido de la vida en lo que Finkelkraut llama la "aventura a la vuelta de la esquina". En estos años se piensa menos en matar a los demás y más en vivir la propia vida.

Estados Unidos ha ido desmontando algunos de sus programas belicistas más ambiciosos y algunos países que surgieron del desmembramiento de la URSS han procedido a destruir o rebajar su armamento nuclear.

En este nuevo contexto, es ridícula la actitud de la derecha francesa: decidió revivir su programa de desarrollo de armas nucleares cuando esto carece de sentido. Para los experimentos no escogió el campo francés. Decidió desarrollar sus sueños anacrónicos destruyendo la ecología de una isla del Pacífico Sur y poniendo en riesgo la vida en países asiáticos y americanos. Después de todo los eurocentristas siempre han creido que pueden experimentar poniendo en peligro la vida de la gente de color.

En varios países se han levantado voces de protesta. En nuestro Ecuador, país ribereño del Pacífico, han habido sin embargo pocos reacciones. Todavía hay poca conciencia de lo fundamental que es luchar por la ecología y por la vida.

Informe Confidencial en su encuesta del 30 de septiembre averiguó la actitud de los quiteños y guayaquileños sobre el tema. Fueron entrevistados cuatrocientos ciudadanos en cada una de las dos ciudades. La muestra es representativa de lo que opinan los ciudadanos mayores de 18 años y tiene en margen de error del 5%.

Ecuador: una protesta tibia

El hecho real es que en el Ecuador han habido pocas protestas por los experimentos franceses. Valía la pena saber si esto es porque la gente no tiene conciencia de que se debe protestar o simplemente porque esta es una actitud superficial.

La verdad es que casi todos los ciudadanos creen que se debe protestar por las pruebas nucleares, aunque no lo hagan. Un 97% de quiteños y un 98% de guayaquileños dice que se debe protestar.

Cabe preguntar porqué no protestan si creen que se lo debe hacer? Hay muchas actitudes de este tipo: la gran mayoría cree algo, pero no es capaz de movilizarse para lograrlo porque no siente que impacta demasiado en su vida real.

Que hacer para detener el delirio francés? Algunos creen que es una buena idea romper relaciones diplomáticas. Un 50% de los quiteños y un 68% de los guayaquileños dice que deberíamos seguir el ejemplo de varios países que ya lo han hecho.

Las relaciones diplomáticas fueron importantes en los tiempos de barco de vela y los carruajes de madera. Tienen menos importancia cuando los presidentes hablan directamente por teléfono, se comunican a través de un fax y juegan con el Internet. Es por eso, que los encuestados de más edad son los que más creen en este mecanismo, menos importante para los jóvenes.

En los tiempos del pragmatismo y de la economía global, son más los que patrocinan algo efectivo: dejar de comprar productos franceses.

Un 67% de quiteños y un 72% de guayaquileños dice que si los franceses siguen haciendo estos experimentos debemos dejar de comprar sus productos.

Las masas tiene intuiciones sabias. Saben que lo único que puede hacer que los colonialistas de Francia dejen de destruir nuestra ecología es golpearlos en el bolsillo. Cuando vean amenazada su prosperidad, reaccionarán como los demás: cambiarán sus delirios imperiales por un poco de bienestar.

¿Debería el gobierno romper relaciones diplomáticas con Francia si los franceses siguen haciendo pruebas nucleares?

SI NO NSC

Quito 50% 46% 4%
Guayaquil 68% 27% 5%

¿Dejaría de comprar productos franceses para protestar por las pruebas nucleares?

SI NO NSC

Quito 67% 31% 2%
Guayaquil 72% 26% 2%

¿Cree usted que el país debería protestar por las pruebas nucleares en el Pacífico?

SI NO NSC

Quito 97% 2% 1%
Guayaquil 96% 3% 1%

Fuente: Informe Confidencial (Sucesos) (Diario HOY) (7A)
EXPLORED
en Ciudad Quito (Ecuador)

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