BOGOTÁ. Human Rights Watch (HRW) denunció ayer masacres, violaciones, ejecuciones y extorsiones de los nuevos paramilitares colombianos, que surgieron tras la desmovilización de las temidas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) -entre 2003 y 2006- contra los ciudadanos civiles.

Durante la presentación del informe Herederos de los Paramilitares. La nueva cara de la violencia en Colombia, el director de HRW, José Miguel Vivanco, dijo que grupos sucesores de las AUC cometen habitualmente abusos y generan un clima amenazante en las comunidades que están bajo su influencia. Estas acciones están detalladas en el documento de 126 páginas, que fue elaborado tras dos años de investigaciones sobre el terreno de operación de estos grupos.

Según HRW, estas bandas actúan en 24 de los 32 departamentos del país, con énfasis en Medellín (noroeste) y en los departamentos del Chocó (noroeste), Meta (centro) y Nariño (suroeste). Las cifras más conservadoras, usadas por la Policía de Colombia, indican que cuentan con más de 4 000 miembros, pero Vivanco dijo que pueden alcanzar los 10 000. Recordó que entre 2003 a 2006 se puso en marcha un proceso de desmovilización de las AUC, calificado como exitoso por el Gobierno de Álvaro Uribe, pues se entregaron más de 30 mil paramilitares. (EFE)
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