BerlÃn. 08.04.95. Uno de los miembros de un grupo ecologistas que
irrumpió en la sala de reuniones de la Conferencia de la ONU
sobre Cambios Climáticos , gritó ante el auditorio: "negocios o
ambiente, la elección ha sido hecha".
Las organizaciones ambientalistas criticaron duramente el
resultado de las negociaciones sobre Calentamiento del Planeta
que culminaron el viernes en BerlÃn.
Los ecologistas critican el hecho de que los paÃses desarrollados
no asuman compromisos concretos para disminuir la producción de
los gases que producen el calentamiento del planeta.
En opinión de estos organismos, el denominado "Mandato de
BerlÃn", insiste en la firme voluntad de reducir los gases
causantes del efecto invernadero, pero no establece ningún
compromiso sobre cifras y plazos.
El único compromiso que queda claro es que se abren las
negociaciones para elaborar hasta 1997 un protocolo para la
limitación de los gases contaminantes a partir del año 2000,
particularmente el dióxido de carbono.
El dióxido de carbono, producto de la quema de combustibles
fósiles, y el metano, que resulta del cultivo del arroz y la crÃa
de ganado a gran escala, atrapan el calor en la atmósfera
terrestre y provocan el aumento de la temperatura del aire.
De acuerdo a varias investigaciones cientÃficas, el contenido de
dióxido de carbono en la atmósfera aumentó en un 25% en la era
industrial.
Los paÃses industrializados son los principales responsables de
la emisión de gases invernadero.
El resultado de la cita de BerlÃn decepcionó a las organizaciones
ecologistas que esperaban que la cita de BerlÃn endurezca las
posiciones que fueron adoptadas en la Cumbre de RÃo.
En la Convención de RÃo de 1992, los Estados industrializados se
comprometieron a reducir a los niveles de 1990 sus emisiones de
CO2 hasta el año 2000.
La primera conferencia climática que rozó el más profundo
fracaso, se salvó a última hora ante la insistencia de la
presidenta de la Conferencia y ministra alemana de EcologÃa,
Angela Merkel, que ha pagado con unas enormes ojeras sus dotes
negociadores.
Desde el inicio, la reunión se convirtió en un campo de batalla
que enfrentaba a los paÃses del Norte con los de Sur y las
organizaciones ecologistas.
Los paÃses del Grupo de los 77 y China acusaron a los
desarrollados de beneficiarse del calentamiento del planeta.
Las estimaciones más conservadores estiman en unos 100 mil
millones de dólares anuales los privilegios disfrutados por el
Norte por las emanaciones excesivas de los gases que ocasionan el
efecto invernadero.
Según el ministro de ambiente de India, Kamal Nath, esos 100 mil
millones de dólares anuales es el "alquiler ambiental que debe
ser transferido cada año a los paÃses en desarrollo por consumir
sus ecosistemas".
Ultimos informes revelan, sin embargo, que la contribución de
Asia y el PacÃfico a la masa de gases invernadero va en aumento.
Asia es la fuente de 48% de la emisión total de metano y se cree
que en 200 aportará más de un quinto del volumen del dióxido de
carbono lanzado a la atmósfera.
Una reunión de 24 paÃses amigos, encabezados por Alemania y la
Unión Europea, logró a última hora salvar un acuerdo que se veÃa
imposible y conciliar las posiciones extremas.
EL ACUERDO
-Los mil delegados y 80 ministros de 160 paÃses, algunos a
regañadientes, aprobaron por consenso el llamado "Mandato de
BerlÃn", que abrirÃa las negociaciones para elaborar hasta 1997
un plan de reducción de los gases responsables del calentamiento
del planeta.
-Fuentes de la conferencia señalaron que EEUU retiró su oposición
a la inclusión del término de "reducción" de dióxido de carbono
(CO2) en el mandato negociador, del mismo modo que su insistencia
en que los paÃses en desarrollo del llamado grupo de los
"mercados emergientes" sean incluÃdos en la obligación de
restricción del CO2.
-Los negociadores reunidos anoche se reafirmaron también en los
acuerdos sobre la llamada "joint implementation", o sea, la
cooperación entre los paÃses industrializados y las naciones en
desarrollo en pos de una reducción a nivel mundial del CO2 por
vÃa del apoyo tecnológico de los primeros a los proyectos de
protección del medio ambiente en el Tercer Mundo.
-Al parecer, queda excluÃdo definitivamente el llamado "trato de
indulgencias" que perseguÃan algunos paÃses industrializados
encabezados por EEUU, que esperaban que se les perdonara en parte
sus obligaciones de reducción si contribuÃan con sus tecnologÃas
avanzadas a restringir las emisiones en las centrales eléctricas
de naciones en desarrollo.
-Para el Tercer Mundo y, sobre todo, para los paÃses de la Europa
Oriental, ese régimen de "joint implementation", que se quiere
poner en práctica después de BerlÃn por un plazo aun no
determinado, constituye un buen camino para obtener las modernas
técnicas ecologistas de Occidente.
Durante dos semanas de trabajosas negociaciones en BerlÃn, las
organizaciones no gubernamentales de protección del medio
ambiente se han convertido en protagonistas de la cumbre,
contribuyendo con sus incesantes presiones a que ésta no
desemboque en un fracaso total.
DE RIO A BERLIN
La Convención sobre los cambios climáticos fue adoptada en la
Cumbre de la Tierra de RÃo, en junio de 1992, por 156 paÃses.
Desde entonces, 116 Estados la han ratificado.
El objetivo de esta convención, cuyos 27 puntos entraron en vigor
el 21 de marzo de 1994, era "proponer una estrategia mundial"
para restringir la emisión a la atmósfera de gases considerados
responsables del efecto invernadero, que causa un calentamiento
del clima desastroso para el planeta.
Concretamente, los paÃses industrializados se comprometieron a
"tratar de reducir, individual o conjuntamente, sus emisiones de
gas al nivel de 1990".
Sin embargo, pese a lo que habÃan reclamado en RÃo algunas
organizaciones de defensa del Medio Ambiente, no se trataba de
disposiciones obligatorias para los paÃses firmantes, sino de un
"simple" marco incitador en el que los gobiernos podrÃan "poner
en marcha nuevas polÃticas y programas conjuntos".
Al firmar la Convención, los paÃses industrializados y en vÃas de
desarrollo aceptaron sin embargo hacer inventario de los gases de
efecto invernadero que emiten, asà como de sus reservas
nacionales en bosques y océanos, que contribuyen a limpiar el CO2
de la atmósfera.
También debÃan ejecutar programas nacionales para atenuar los
cambios climáticos y sus efectos, intensificar la investigación
cientÃfica y técnica relativa al clima, sensibilizar al gran
público de los riesgos de los cambios de clima y organizar
programas de enseñanza apropiados.
Además, los paÃses ricos se comprometieron a ayudar a los más
pobres, en particular a los más vulnerables a los cambios
climáticos, para que éstos pudieran asumir los gastos necesarios
para adaptarse a los nefastos efectos que derivan de tales
cambios.
Se esperaba que el "Mandato de BerlÃn" refuerce los acuerdos
existentes. Sin embargo, apenas se consiguió un nuevo plazo. (9A)
en
Explored
Ciudad N/D
Publicado el 04/Agosto/1995 | 00:00