Quito. 7 abr 2001. El ministro de Relaciones Exteriores aprendió a hacer
política hace cerca de 40 años, de la mano de la figura emblemática del
mangoneo político: Otto Arosemena.

Si Moeller no llega a intervenir, difícilmente se habría alcanzado un
acuerdo para suspender el levantamiento indígena, dada la inutilidad de
los otros delegados del Gobierno", comenta un miembro del equipo que
negoció en febrero el acuerdo entre el Régimen y el movimiento indígena.

¿Heinz Moeller?

Sí señor. En un Gobierno políticamente ciego, él es el rey, aunque Noboa
quiera negarlo afirmando que "mi doctor Moeller no es tan poderoso" como
lo pintan los diarios.

Pero lo ha confirmado en estos días, convirtiéndose, de un brinco, en el
presidente del Area de Libre Comercio para las Américas (Alca),
distinción que le correspondía inicialmente al ministro Peña Durini.
"Alguien ha renunciado", dijo un arrogante Moeller al comentar la salida
de Peña.

Pero no todos los saltos mortales le han resultado. La intención de ganar
publicidad "castigando" a los países grandes con la imposición de visado,
resultó un fiasco. Y el convenio con el ministro español Mayor Oreja, un
auténtico espaldarazo a una Ley de Extranjería que el Gobierno de José
María Aznar aún no consigue reglamentar por la oposición creciente, se va
convirtiendo en un dogal en torno al cuello de la emigración ecuatoriana.
Moeller nació a la política a la sombra de quien se convertiría en la
figura emblemática del mangoneo político: Otto Arosemena. Este personaje
pasó, en apenas una horas de la madrugada de un día lejano de 1966, de
ser la cabeza de apenas un bloque legislativo de tres diputados en la
Asamblea Constituyente, la Coalisión Independiente Demócrata (CID),
primero a virtual presidente del parlamento con el apoyo liberal, y más
tarde, en virtual presidente de la República, con el apoyo conservador y
socialcristiano, derrotando a los dos aspirantes a ocupar el cargo de
mandatario elegido por la Constituyente: Raúl Clemente Huerta y Camilo
Ponce.

Difícil mayor lección de muñequeo político para el joven Heinz, que ésta:
ver transformarse a su líder, de diputado de minoría en presidente de la
República, en unas pocas horas, y sin salir de los corrillos del palacio
legislativo. A Fabián Alarcón le costaría tiempo llegar a replicar esa
azaña, debiendo contentarse primero con solo la presidencia del
parlamento.

Moeller ocuparía entonces, la subsecretaría de Gobierno de uno de los
artífices del triple salto mortal de Arosemena y auténtico encantador de
serpientes dentro de la clase política ecuatoriana: Benjamín Terán.

Desde entonces, Moeller no ha abandonado la ruleta de la política,
cambiando varias veces de compañeros de partida. Primero con Arosemena,
luego fundador del Partido Demócrata que casi casi llega a gobernar con
Pancho Huerta, más tarde socialcristiano y presidente de un congreso es
recordado como positivos del último tiempo, para finalmente ser, en el
régimen de Gustavo Noboa, él mismo su propio partido: Heinz Moeller, al
que Asaad Bucaram llamara ese caballero "con nombre de salsa de tomate".
(JP)

- La política, la dirigencia deportiva y su estudio

La primera vez que llegó a un cargo de elección popular, Heinz Moeller
tenía 31 años. Fue elegido diputado por la provincia del Guayas y estaba
casado con Fanny Gómez, con quien tuvo tres hijos: Heinz Moeller Gómez,
Karin Moeller de Vélez y Rommy Moeller de Trujillo, todos abogados.

En Alemania aprendió a hablar alemán, cuando en la escuela tuvo que
pronunciar varias veces Hiel Hitler. Estuvo en el famoso bombardeo de
Dresde en 1945, donde murieron 180 mil civiles, según dijo hace varios
años.

Su vida ha oscilado entre la política, la dirigencia deportiva y su
actividad profesional en el estudio jurídico Moeller & Compañía, que lo
mantiene hasta hoy. Por medio de su profesión se relacionó con el mundo
empresarial.

Heinz Moeller, el comensal de Palacio

"Almuerza bastante seguido en Palacio". La afirmación de una fuente
cercana al Gobierno, se refiere al canciller Heinz Moeller Freile, e
intenta graficar la cercanía existente entre este y el presidente de la
República, Gustavo Noboa Bejarano.

Aquello, a criterio de la fuente que prefirió el anonimato, se remonta a
una amistad "de banca", en alusión a la circunstancia de que ambos fueron
compañeros de estudios en el Colegio Cristobal Colón, de Guayaquil.

En el poder real, Moeller es el número tres, en orden de mando. Lo
anteceden el presidente Noboa y el Secretario General de la
Administración, Marcelo Santos Vera, con quien incluso el canciller
comparte el ejercicio real del ministerio de Gobierno, de acuerdo con el
informante. "¿Juan Manrique?, es el ministro de Policía", fue el
comentario.

"Sí, tiene poder, y también absoluta confianza", por lo que ha
participado en muchos de los actos de negociación política. Además, es
considerado en el personaje ideal para llevar adelante la nueva versión
de la política exterior ecuatoriana, luego del acuerdo de paz con el
Perú. "Es la nueva versión, una cancillería que maneje el tema de
negocios".

Por ello, al interior del régimen está claro que él debía manejar el
ALCA, donde empieza a caminar en el andarivel que le corresponde, y menos
en los conflictos internos del país. "El problema fue cómo se produjo la
trancisión entre Peña y Moeller. Debió ser algo más normal, no abrupta",
de acuerdo con la fuente.

¿Candidaturas presidenciales? la fuente no duda que es una de las
aspiraciones de Moeller, pero duda en que pueda concretarse.
"Políticamente, para hacerlo parece natural que el deba recoinciliarse y
conseguir el apoyo de los socialcristianos, y eso parece difícil".

Mientras tanto, el canciller seguirá siendo de influencia directa y
efectiva en el presidente Noboa, con quien muestra una relación
totalmente cordial y amistosa. "Almuerza bastante en palacio, pero casi
siempre porque ha sido invitado". (GCG)

El único ídolo de Moeller es el Barcelona Sporting Club

La figura del ministro ha sido cuestionada por su excesiva vanidad, según
quienes lo conocen. Pero también se destaca su agilidad mental y su
capacidad de análisis.

Mientras el actual canciller cursaba sus estudios para obtener su título
en Jurisprudencia se dio tiempo para dictar clases de Cívica e Historia
de la Filosofía en el colegio nacional de señoritas Guayaquil. Y hasta
fue nombrado Inspector de Educación, en 1958.

Una vez que obtuvo su título de doctor en Jurisprudencia, pasó a ocupar
la Subsecretaría de Obras Públicas y, tiempo después, la Subsecretaría de
Gobierno, de donde saltó a la diputación por la provincia del Guayas, su
primer cargo de elección popular, en 1968. "Durante ese período fue
promotor del proyecto que creó rentas adicionales para la Empresa de Agua
Potable de Guayaquil, estableciendo un gravamen para las llamadas
telefónicas de todo el país", dice en una hoja de vida de Moeller
preparada en el Ministerio de Relaciones Exteriores.

Como diputado, también integró la Comisión de Reformas Constitucionales.
Esta actividad la combinó con las cátedras de Historia del Derecho,
Código de Comercio y Ley de Compañías, en la Universidad de Guayaquil.
Fue profesor universitario desde 1963 hasta 1973.

Libre de la actividad política, durante el período de las dos dictaduras,
la civil y la militar, conoció a Francisco Huerta Montalvo en una reunión
social, con quien emprende en la organización del Partido Demócrata, un
movimiento que aglutinó en sus filas a 80 mil personas, luego de su paso
por la Coalición Institucionalista Demócrata (CID)

"Lo conozco más de 30 años. Lo conocí socialmente en una reunión no
política, debido a que el tenía parientes que eran amigos míos, como
Jorge Inzua. Mis primas eran amigas de la actual esposa de Heinz",
recordó Huerta Montalvo, el ex ministro de Gobierno de Gustavo Noboa.

En esa época, y en años posteriores, la actividad política fue
secundaria, a la que dedicaba tiempo cuando existían oportunidades. En la
formación del CID, se desempeñó como un "activista de escritorio", según
la definición de Huerta Montalvo. Eran los años cuando se reunían los
fines de semana en la cancha de tenis del médico guayaquileño Juan Tanca
Campuzano para hablar de trivialidades.

La imagen del centro

"Discutido y polémico, Heinz Moeller pertenece a esa raza de políticos
que pueden describirse propiamente como hombres de Estado. Identificado
siempre en la derecha, su permanente vocación conciliadora le ha
permitido una imagen de centro. Discípulo de Otto Arosemena, regresó al
Congreso de 1979 y se alineó extrañamente al progresismo: hasta formó
parte del bloque parlamentario que acompañaba al Gobierno de Osvaldo
Hurtado antes de aparecer como ministro de gobierno de León Febres
Cordero. La relación entre ambos, con todo, nunca ha sido enteramente
buena: él nunca ha sido un delfín, sino un lugarteniente, un general que
ha dado batalla. Por lo demás, siempre se ha vanagloriado de ser un
espíritu libre. "Mi único ídolo es Barcelona", bromea él. Tan libre que
puede llegar a acuerdos con la Democracia Popular, el Movimiento Popular
Democrático o el Partido Roldosista y seguir tan campante", lo describía
el periodista Carlos Jijón, en un editorial publicado en HOY, el 21 de
abril de 1997.

Y es un hincha tan fervoroso del equipo barcelonista, que en 1986 llegó a
ocupar la vicepresidencia del Barcelona Sporting Club, como el segundo al
mando del combinado amarillo. Ese mismo año, tuvo que asumir la
presidencia del equipo, que se quedó sin dirigente debido a una crisis
institucional.

En 1988, fue reelegido en la directiva del club amarillo, al día
siguiente de que fuera nombrado ministro de Gobierno de Febres Cordero.
(JT)

- La peligrosa combinación de vanidades

Cuál fue el mayor error del actual ministro de Relaciones Exteriores,
Heinz Moeller, en sus años de militancia socialcristiana: "Demasiada
ambición, que mezclada con la vanidad le obligó a salir del Partido
Social Cristiano (PSC), de un futuro asegurado a un terreno incierto",
respondió su ex coideario Pascual del Cioppo.

El socialcristiano destaca del actual canciller su agilidad mental.
Consideró que fue innegable la labor realizada cuando ejerció la
Presidencia del Congreso Nacional en 1994-1995, pero insistió en que
Moeller, a pesar de ser un buen político, nunca tuvo un liderazgo en el
PSC por la ostentosidad con la que se manejaba en la agrupación
partidista y por su falta de contacto con las bases, de acuerdo con el
criterio de Del Cioppo.

"Nunca dudé que como canciller iba a desempeñar un gran papel, pero
tampoco dudé que debido a su vanidad se metería en terrenos que le son
ajenos", aseguro Del Cioppo.

La vanidad de Moeller, que le llevaba a vanagloriarse en público de su
gran capacidad política, le habría creado en esa organización una serie
de odios y afectos entre los militantes.

Según Del Cioppo, el alejamiento del PSC no se produjo cuando Moeller
renunció para aceptar una Secretaría de Estado en el régimen de Gustavo
Noboa, sino cuando comenzó a mantener contactos cercanos con la serie de
Gobiernos que se sucedieron desde cuando asumió la Presidencia del
Congreso, gracias al llamado Pacto de la Regalada Gana que se habría
suscrito entre el PSC y el Partido Roldosista Ecuatoriano. (JT)

De Guayaquil al exilio y a un bombardeo en Dresde

El abuelo de Heinz Rudolf Moeller Freile llegó a fines del siglo pasado a
Guayaquil, como cónsul del imperio alemán. Empresario nato, pronto ejerce
las representaciones de famosas casas comerciales alemanas como la
Mercedes Benz, Telefunken. Su padre Herman Moeller Martínez (fallecido, -
nacido en Guayaquil-) hereda las actividades de su abuelo. Esta historia
la relató hace cerca de seis años al escritor guayaquileño Carlos
Calderón Chico el hermano del actual canciller y hombre fuerte del
régimen de Gustavo Noboa, el empresario guayaquileño Werner Moeller
Freile.

Los negocios marchaban viento en popa, hasta que en la Segunda Guerra
Mundial, el Gobierno de Estados Unidos solicitó al presidente Carlos
Arroyo del Río "la incautación de los bienes de todos aquellos alemanes,
italianos, japoneses, a quien se creía allegados a los Gobiernos del
Eje -Roma-Berlín-Tokio. Aquí pagaron justos por pecadores. La persecución
fue terrible, a muchas familias se las confinó en campos de concentración
en Estados Unidos, para luego ser repatriados a Alemania", le dijo Werner
Moeller Freile, en la entrevista publicada en HOY.

Para esa época ya había nacido Heinz Moeller, el 18 de noviembre de 1937.
Tenía cinco años cuando fue deportado con su familia a Alemania. Tuvo que
quedarse con su madre Alicia Freile de Moeller, que provenía de una
familia riobambeña, cuando su padre fue enviado al campo de batalla.

La herencia del canciller

"Tengo 25% de sangre alemana, 50% de sangre guayaquileña y un 25% de
arena pupo, por mi abuelo Freile Larrea que era riobambeño", dijo
Moeller, en otra entrevista publicada en HOY, el año anterior.

En los años que vivió en Alemania (1942-1947) tuvo que decir varias veces
Heil Hitler. "Durante la Segunda Guerra Mundial, en todos los colegios de
ese país, el saludo, al empezar las clases, era decir Heil Hitler". Pasó
cinco años de su infancia en Dresde, época en la que nació su hermano
Horst, y cuando pasaron las mayores penalidades, hasta soportaron el gran
bombardeo a Dresde en 1945. Cuando terminó la guerra, pasaron a un campo
de refugiados, en donde permanecieron hasta 1947, cuando fueron
repatriados a Ecuador, con otros ecuatorianos, gracias a las gestiones de
Antonio Parra Velasco, que, entonces, era embajador en París.

Conocimos la miseria

"La mayoría de líderes socialcristianos conocimos la pobreza y casi la
miseria, la parte dura de la vida. Posiblemente eso nos permite entender
lo que es la angustia, la desesperación y la frustración de las clases
marginales", declaró el canciller a BLANCO y NEGRO, en mayo de 1994,
cuando era el jefe de acción política del Partido Social Cristiano (PSC),
y considerado el número dos de esa agrupación. Heinz Moeller terminó sus
estudios primarios en el Instituto Particular Abdón Calderón y obtuvo su
título de bachiller en humanidades modernas en el colegio Cristóbal
Colón, en 1956, cuando comenzó su deambular político como simpatizante
del conservador Camilo Ponce.

Heinz Moeller recibió su doctorado en Jurisprudencia seis años más tarde,
en la Universidad de Guayaquil. Allí se hizo acreedor al premio Contenta.
Fueron en los años universitarios cuando estableció relaciones con los
círculos medios profesionales de Guayaquil, vitales en su posterior
actividad política. (JT)

Quien acepta con resignación lo que no se puede cambiar

Moeller llegó a la Presidencia del Congreso gracias a un pacto con el
PRE.

Eso motivó la desafiliación de Ricardo Noboa, su compañero en el actual
Gabinete.

Tiene una naturaleza polémica. Eso lo reconocen sus coidearios y amigos.
Y lo ha demostrado en su trayectoria, como cuando en 1991, cuando era un
militante más del Partido Social Cristiano (PSC), dijo que el grupo
subversivo Alfaro Vive Carajo fue creado por la Izquierda Democrática,
que era el partido gobernante.

Al siguiente año, fue elegido diputado por el PSC. En ese período se tuvo
que conformar con ser presidente de la Comisión de lo Civil y Penal,
luego de haberse frustrado su elección como presidente del Congreso.

La Presidencia del Parlamento se la arrebataron los 17 votos de la
coalición del flamante Gobierno de Sixto Durán Ballén (Partido Unidad
Republicana y Conservador) que apoyaron la candidatura del
democratapopular, Carlos Vallejo. Por Moeller votaron los 21 diputados de
su bloque. Luego diría que la votación de la coalición "era una traición
de los ingenuos que le hacen caso al presidente".

En tono irónico, Moeller felicitó a la Democracia Popular por haber
logrado conseguir los votos de quienes los patearon y trompearon en el
pasado, e hizo un voto de solidaridad por los ex diputados Vladimiro
Alvarez y Jamil Mahuad, quienes fueron agredidos por Jacobo Bucaram,
parte ahora de la alianza que llevó a Carlos Vallejo a la Presidencia del
Congreso.

De acuerdo con Francisco Huerta Montalvo, una de las características
evidentes del canciller es su capacidad para aceptar las cosas, cuando no
hay nada que hacer. "En el tema del convenio sobre migración,
prácticamente tuvo que aceptar los planteamientos de España, porque
nosotros no podemos legislar sobre lo que ocurre en España. Acepta las
cosas cuando piensa que no hay manera de modificarlas. En ese sentido,
diría que es un negociador pragmático, que trata de defender los
intereses de sus clientes pero hasta el límite de la posibilidad",
recordó.

En 1993, Moeller mantuvo una pertinaz controversia política y económica
con el ministro de Energía y Minas, Andrés Barreiro, quien aseguró que
personas vinculadas al PSC y a sus más altos dirigentes mantienen
intereses con la comercialización del asfalto, con los negocios de gas y
con la importación y exportación de petróleo en el país. Fue una
controversia desatada a raíz de la interpelación realizada por ese
partido al ministro.

Otro de sus enfrentamientos lo sostuvo con Ricardo Noboa, director del
Consejo Nacional de Modernización y hermano del actual presidente de la
República. La polémica se desató en 1994, luego de que el PSC llegara a
una acuerdo con el Partido Roldosista para nombrar a Moeller presidente
del Congreso.

"El miércoles 3 de agosto, a las 19:00, en el Congreso, el doctor (Heinz)
Moeller dijo que el pacto no se haría. Saliendo de la sesión me manifestó
nuevamente que el pacto con el PRE no tenía sentido, por lo que al día
siguiente, de acuerdo con esas declaraciones, dije que unirnos con los
roldosistas era como tomar Baygón. El viernes, sin embargo, se anunció
que el pacto estaba consumado", dijo Ricardo Noboa, luego de anunciar su
desafiliación del PSC. Ahora se juntaron en el Gabinete y los dos están
sin partido. (JT)

Un fugaz paso por el Ministerio en el Gobierno de León Febres Cordero

La actividad política del canciller Heinz Moeller la combinó con su
actividad profesional, en su estudio jurídico Moeller & Compañía. "Su
dedicación a la política fue marginal. En él ha predominado la actividad
profesional, que abandona a medias en los paréntesis políticas", dijo
Francisco Huerta Montalvo. Pero luego de 40 años de dedicarse
marginalmente al proselitismo, se ha convertido en una de las figuras con
mayor aceptación en el actual régimen, después de la figura del
presidente de la República, Gustavo Noboa, según Blasco Peñaherrera
Solah, el director de la empresa de encuestas y análisis, Market.

"Heinz Moeller no es un fusible; es un banco de fusibles". Las
expresiones de León Roldós, ex vicepresidente, actual rector de la
Universidad de Guayaquil y diputado socialista, definen el papel que
cumple en el Gobierno de Gustavo Noboa.

"Los ministros son como fusibles que saltan cuando hay discrepancias y
controversias que las debe resolver el mandatario", dicen los analistas
políticos. "Moeller persiste, porque cumple diversos papeles de las
cuales no en todos sale adelante. Se le ha dado una imagen política, algo
así como de gran ministro. Desde allí parte el gran prejuicio contra el
canciller", dijo Roldós. "Se trata de un hombre inteligente, es una
persona con quien se puede conversar, pero creo que le falta dar una
imagen de equipo", insistió.

"No creo que por su forma de ser no se lo pueda catalogar de egoísta.
Creo que más que egoísta, tiene una imagen de superministro, que él lo
puede todo. Esa es la imagen que se le quiere dar aún en temas como el
indígena, visas y Alca", enfatizó.

Heinz Moeller reapareció en la vida pública en 1988, luego de su paso por
la dirigencia deportiva. Fue ministro de Gobierno de León Febres Cordero,
al ser destituido Luis Robles Plaza. Fue un acercamiento decisivo al
Partido Social Cristiano, tanto que al siguiente año, en las fiestas
octubrinas de Guayaquil, ya se lo vio junto del actual alcalde de
Guayaquil, Jaime Nebot, abucheando al presidente Rodrigo Borja, durante
el desfile cívico en honor de la ciudad. A esa organización a la que se
afilió en 1990.

La fugaz participación de Heinz Moeller en el Gobierno de León Febres
Cordero le significó, años después, una acusación por encubrimiento en la
desaparición y posterior muerte de los hermanos Santiago y Andrés
Restrepo Arismendi, ocurrida el 8 de enero de 1988, 20 días después que
asumiera esa cartera de Estado. (AM-JT)

Popularidad que se mantiene entre la conciliación y la intransigencia

"Heinz no ha cambiado mucho en su aspecto físico. Se mantiene igualito,
creo que es una virtud de los sin pelo, que siempre son parecidos",
bromea Francisco Huerta, su ex compañero en el Gabinete ministerial de
Gustavo Noboa.

Francisco Huerta lo describe como un hombre de trato cordial y afectuoso
que tenía una gran capacidad de convocar adherentes, al menos cuando
formó parte de la Coalición institucionalista Demócrata (CID). "Tenía
mucha velocidad mental. En un país donde abundan los tartamudos vale la
pena destacar como virtud la capacidad expositiva", dijo el ex ministro,
que se desempeñó como director del CID.

Sus vínculos con la universidad y con los sectores empresariales, a
quienes representaba en su estudio jurídico, le ayudaron a reclutar para
el CID a varios simpatizantes entre los estratos medios altos. "Era un
activista de escritorio más que de campo. No era el militante que sale a
recorrer las ciudades. Era urbano, que se movía con los amigos de él, en
los círculos sociales que frecuentaba, entre sus alumnos, sus colegas",
aseguró Huerta.

La intención de Moeller en esa época, que se ha mantenido a lo largo de
su carrera política, fue formar un movimiento que esté en el extremo
centro, en el fiel de la balanza. "El extremo centro lo entendía como una
polarización de las tendencias, que se mantenga equilibrante, para que
pueda tener relaciones con la derecha y con la izquierda", sostuvo
Francisco Huerta Montalvo.

En esos años, de acuerdo con el ex ministro de Gobierno, Moeller no
hubiera dicho lo que aseveró recientemente: que nadie es indispensable en
ninguna parte y que a quien no desee seguir en el camino se le aceptará
su renuncia.

"Antes era más conciliador. No era un tipo de confrontaciones, sino más
bien de negociaciones. Ahora es más tajante en sus actitudes. Eso puede
ser un hecho positivo, siempre que no sea sinónimo de prepotencia, sino
de definición" comentó Huerta Montalvo.

El nivel de aceptación que tiene el canciller bordea el 48%, según un
estudio realizado por la encuestadora Market. Es el personaje que más
aceptación tiene, después del presidente de la República.

La alta credibilidad de Moeller se debería, según Blasco Peñaherrera
Solah, a que forma parte de un Gobierno que ha mantenido una línea
política coherente. A eso se suma que es el personaje más conocido de
este Gabinete.

La renuncia de Moeller al PSC no habría perjudicado en nada su imagen,
según Peñaherrera.

El director de Market sostuvo que el futuro político del actual ministro
de Relaciones Exteriores dependerá del posicionamiento del Gabinete, en
donde se ha consolidado como el hombre fuerte, más aún cuando iniciará su
gestión al frente del Area de Libre Comercio para las Américas (ALCA), en
una reunión de ministros de Comercio Exterior, en Argentina.

Francisco Huerta Montalvo pronosticó que Heinz Moeller desempeñará un
buen papel frente a ese organismo, debido a que el canciller siempre
mantuvo su actividad profesional, su estudio jurídico, como su prioridad
número uno. "Tantos o más contactos empresariales que el ex ministro de
Comercio Exterior, Roberto Peña Durini, los tiene Moeller", dijo
Francisco Huerta. (JT) (Diario Hoy)
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